Capítulo 10 Volver a nacer...
Es tan cálido... un calor que me va envolviendo, de a poco, y me arrulla como un niño, pequeño, me borra mis dolores y penas...
Todo se transforma, todo lo que muere renace, de alguna u otra forma, todo lo que es polvo, se junta y crea un nuevo cuerpo, y un alma errante está dispuesta a ocupar ese espacio vacío...
Por qué si todo se termina, debería volver donde él... ¿para qué?, podría destruír mi cuerpo de nuevo, podría terminar nuevamente con todas mis esperanzas...
-¿Tienes miedo?- le pregunta una mujer de cabello rizado.
-Tal vez... la persona a quien amo, acabo de matarme- le confiesa con pena Allen.
-Esa persona también está sufriendo ahora mismo.
-No lo creo, él jamás demuestra sus emociones con nadie.
-Contigo es diferente, tú le conoces mejor que nadie.
-¿Quieres que vuelva donde él?
-Eso es cosa tuya, yo puedo darte un nuevo cuerpo, lo demás corre por tu cuenta, aunque esto sólo será por una vez.
-Entiendo, pero, ¿podré seguir siendo el mismo?
-No podrás llamarte Allen Walker... si a eso te refieres.
-Pero...
-Debes volver, él te espera.
-¿Cómo me llamaré?, ¿adónde iré?
-Yo sólo te doy un cuerpo, eres tú quien debe decidir de ahora en adelante.
-Ya veo... llévame donde él esté, por favor.
-Está bien, ¿cómo te llamarás?
-Kamui, me llamaré Kamui.
-Ven aquí- lo abraza fuertemente y sopla dentro de su oído, todo lo que era como vapor, desapareció.
ITALIA...
Llovía con mucha fuerza, un sorpresivo temporal los tomó por sorpresa...
HOSPEDERÍA...
-Kanda-kun, he avisado a la Orden Oscura, nos esperan mañana temprano- dice la china.
El samurai seguía sin responder, totalmente perdido en sus pensamientos...
-¿Dónde estoy?- pregunta Kamui, quien despierta asustado en una cama desconocida.
-¿Qué haces tú aquí?- pregunta el samurai quien tenía la mano sobre mugen.
-¿Yo?- pregunta confundido, mientras se levanta de la cama.
Kamui era un chico de cabello blanco, largo hasta media espalda, trenzado, los ojos eran de color violetas, su tez blanca, y era un poco más bajo que Kanda.
-¿Quién eres?- vuelve a preguntar alterado.
-Mi nombre es Kamui Kurusaki, estoy aquí en reemplazo de Allen Walker.
-¿Qué has dicho?- lo toma por el cuello del abrigo- ¿reemplazar al moyashi?, eso es una estupidez, tú ni siquiera eres exorcista.
-Lo soy, un aprendiz, puede llamarse de ese modo- lo mira desafiante.
Kanda lo miró por unos segundos y en sus ojos, percibió a Allen, como si estuviese frente a él...
-Imposible- pensó- lo dejó de jalar.
-Mañana nos iremos a la Orden Oscura y podré presentarme como es debido- sale de la habitación.
-Él es... el samurai se había quedado sin palabras.
-Kanda-kun- Kamui baja la mirada al suelo- he regresado- baja al comedor a cenar.
Comió bastante, hasta dejar el pobre dueño en banca rota...
Luego subió hasta la habitación de Lenalee, ella al principio se asustó, pero, después de llamar a su hermano Komui, todo estaba resuelto.
-Kamui-chan, ¿eres nuevo?
-Si, soy un aprendiz- responde algo nervioso.
-Entiendo, bueno, entonces, en la mañana cuando regresemos a la Orden Oscura, haremos las presentaciones más formales.
-Ok, ¿de quién es ese pañuelo?- apunta a un pañuelo de color verde.
-Era de Ayaka-chan, lamentablemente ella falleció.
-Es una pena- recuerda el episodio- me retiro.
-¡Espera Kamui-kun!- lo detiene- te pareces mucho a Allen-chan- termina de decir y comienza a llorar amargamente.
Kamui la abraza y la traquiliza... luego se encierra en una habitación...
-He regresado... tengo miedo... piensa y se queda sentado sobre la cama sin poder conciliar el sueño.
Si al rozar nuestros dedos,
tus labios, fríos, morados,
tus ojos, asustados,
me reflejo en ellos,
y veo mi propio temor.
Derramo lágrimas inexistentes,
no, no puedo llorar,
aunque mi corazón esté angustiado,
el silencio es mi único amigo,
con él, las borro de tus ojos,
huelo tus cabellos y te abrazo,
podría darte todo, y no tengo nada,
te di mi vida, y perdí la mia,
a cambio que tú fueras ese hombre,
ese hombre que toda la vida esperé...
Sin darme cuenta seguía la sombra de ese hombre, al cual esperé y conocí dentro de la Orden Oscura, mis pasos se hacían cada vez más pequeños, hasta que me extinguí... es como si hubiesen apagado una vela, se un solo soplido.
No podía entender, por qué me mató, y por qué me dijo al mismo tiempo que me quería... esas dos cosas me estaban matando.
He tomado la identidad de otro hombre, pero mi esencia sigue siendo la misma, ¡estoy mintiendo!, algún día, dejaré de ser Allen y seré Kamui, esa alma terminará por apoderarse de la mia y echarla lejos, los olvidaré a todos, moriré definitivamente... porque un cuerpo no puede tener dos almas, una debe ser relegada.
En mi pecho, hay un sello, uno que no debe romperse, es algo parecido a un tatuaje, negro.
De los meses compartidos junto a Kanda, fui feliz, aunque tenía una duda, si me tenía, ¿podría perderme?, yo también podría perderlo, si moría en el campo de batalla.
Tuve un sueño,
algo parecido a un sueño,
estábamos juntos bajo la nieve,
era una gran tormenta,
mis manos se congelaban,
y tú,
la tomaste y la metiste en tu bolsillo,
no me soltaste, nunca...
Pero...
Todo se volvió sangre,
si, era mi cuerpo que yacía muerto,
sólo podía enforcar tu rostro,
y ¿unas lágrimas?
no podría decirlo,
pues ya no era yo quien estaba allí,
si, tomaste mi vida,
y yo, otro cuerpo,
pero bajo este disfraz,
¿podrá tu corazón, encontrarme?
El viaje pasó sin mayor contratiempos, aunque ninguno pronunciaba palabra alguna, era demasiado incómodo ese silencio sepulcral.
Si, quiero gritar,
decirle a todo el mundo,
quién soy yo,
que todos sepan,
ya nada me importa,
si sólo soy capaz de ver que eres feliz,
entonces...
mi muerte no fue en vano.
Bajamos del tren y tomamos otro medio de transporte hacia la Orden Oscura.
Komui, nos esperaba en la entrada, junto con los científicos.
Tomaron mis huellas digitales, para verificar mi identidad, ese era mi nombre.
Vi muchos rostros tristes, debían saber sobre mi muerte.
Fui llevado hasta mi nueva habitación y me quedé allí, hasta que salí al Comedor...
Una fiesta sorpresa había sido organizada para darme la bienvenida, eso me puso nostálgico, eran viejos tiempos...
Comí bastante, de todo lo que pude probar, lo pasé bien, muy bien, aunque seguía bajo la mirada inquisidora de Kanda.
Era un miembro reconocido, era un hecho, ahora me tocaba acostumbrarme a mi nuevo nombre.
Para Kanda era insólito, tenía las mismas mañas del moyashi, y no conocía a nadie más que comiese tanto como él... tenía su misma mirada, su actitud, todo se resumía a él.
Trató de apartar todas esas cosas de su mente, el moyashi estaba muerto, él lo mató, y nada más, pero era como una espinita en el corazón, que seguía sangrando.
¿Qué hubiese pasado si no fuera él quien muriese?, y ¿si el caso fuera lo contrario?...
Se encerró dentro de su cuarto, era mejor olvidarlo todo, sí, olvidar...
Kamui se fue a su habitación, algo triste, culpable de mentir a todo el mundo, a sus amigos, compañeros, al hombre que amaba... pero era la única condición para mantener el sello cerrado... para conservar su cuerpo, nadie podría descubrir su verdadera identidad, o la otra alma que permanece sellada, se liberará.
-Como duele... como duele el llevar este secreto a cuestas- murmura- podré estar cerca de él, pero no podremos estar juntos- se queda mirando el cuadro que estaba colgado en la pared.
Olvidar es lo más acertado, aunque una y mil veces tu corazón te grite lo que es tan evidente...
Después de eso, Kamui y Kanda se veían, pero, preferían ignorar la presencia del otro... se rompían el corazón una y mil veces, pero era la única manera de que su moyashi, no se fuera, presentía que estaba a su lado, todo los días...
Para Kamui era muy difícil tenerlo tan cerca, y no poder tomarlo entre sus brazos, ni sentir sus labios; sin embargo, ambos, en el fondo, sabían de que su amor seguía latente, pero, que llegaría el día en que ninguno podría resistirlo más... porque, ¿cómo tenerte sin perderte?, si apenas te rozo, te desvaneces...
Cada uno siguió su propio camino, llenos de voluntad, conscientes de que el flaquear, podría ser totalmente letal...
Compartieron juntos más aventuras y muchas veces estuvieron a punto de besarse... pero, aún de esa forma, lo había perdido... el recuerdo de Allen Walker, sigue hasta estos días, el joven exorcista asesinado por Kanda, y la historia de Kamui, quien sigue amándolo bajo el disfraz y la máscara de otro nombre, falsedad, que no alcanzaba a ensuciar la memoria, ni los recuerdos, más si las mentiras, que cada vez eran más frecuentes...
Se me termina el tiempo,
ya no puedo estar un dia más sin ti,
ya las lágrimas empiezan a salir...
He comenzado a ver lo bello de un principio,
y lo triste de un final...
Pero como me duele, el miedo a tenerte,
¿cómo tenerte? si ya me duele perderte...
Pero como me duele, el miedo a tenerte,
¿cómo tenerte? si ya me duele perderte...
Tu abrazo es un respiro,
con un beso me mantienes vivo,
tu mirada es un bello amanecer...
Si tanto he esperado por ver, sentir,
algo tan grande, es muy triste,
ver su final...
¿Cómo tenerte sin perderte?
si apenas te rozo, te desvaneces,
eres un aroma, un cuerpo vacío,
eres un disfraz, una máscara,
la cual no me atrevo a quitar...
fin.