CAPÍTULO 7 Cielo v/s Infierno, parte 2
CASA NOÉ
-Bien hecho, mi querida niña, has herido a Allen Walker de muerte, un estorbo menos- dice el Conde del Milenio.
-Así que en verdad lo ha hecho, es un buen trabajo Conde- dice Tikky.
-Cierto, muy bien dicho, ahora quiero que te asegures que Walker no vuelva a abrir los ojos.
-Como usted diga, Conde- desaparece.
-¿Cómo acabaré contigo?- se sentó en una silla.
-¿Qué fue lo que hice?, herí a Allen, no puede ser cierto, estas no son mis manos, esta no es su sangre... ¿cómo pude herir a quien me ayudó tanto?... ¡Seiji!, responde por favor.
-Seiji era un noé, como Tikky... aunque anteriormente fue un exorcista de la Orden Oscura...
-No se puede ser los dos al mismo tiempo.
-Seiji manipulaba el tiempo, podría volver al pasado en unos segundos, incluso podía borrar los recuerdos en dicho espacio... su inocencia era especial.
-Yo sé que era real, que no fue mi imaginación.
-¿Cómo puedes resistirte todavía a mi poder?, deberías seguir cada una de mis órdenes... la abofetea.
-Antes, prefiero morir.
-Sé que deseas morir, así podrás encontrarte con tu amor, pero no será tan fácil, esa herida que le hiciste a Walker, es superficial, no dañaste ningún órgano vital.
-Creíste que seguiría bajo tu poder... soy una exorcista, aunque ahora ellos no me crean nada, hice un juramento, que si me convertía en una, vería a Seiji nuevamente... ahora que lo he visto, no tengo nada más que desear.
-Tu inocencia está mezclada con materia oscura, no podrías ayudarlo aunque quisieras.
-Lo sé, por eso fue una herida superficial, la otra sangre, es la mía.
-¿Te heriste a propósito?, ¿morirás desangrada?
-Con mi sangre derramada, la inocencia se purificará, si yo muero, Allen estará a salvo, no puedes manipularme, pierdes tu tiempo.
-Qué acto de sacrificio tan grande, estoy conmovido... eres una muñeca que no me sirve... saca una espada y la atraviesa el cuerpo de la chica.
-Que... piadoso... toce- una, muerte, rápida- toce y cierra los ojos- por fin te veré Seiji- unas lágrimas caen por sus mejillas.
Su sonrisa, era pura y misteriosa...
-"Bienvenida a casa"- le dice un chico abrazándola.
-Gracias por esperarme... Seiji- se aferra aún más a él.
-Este tipo de trabajos son tan odiosos, me tendré que cambiar los guantes- dice el Conde sacando la espada y dejando caer el cuerpo de la chica al suelo- ahora eres comida de gusanos, ese era tu deseo, nadie llorará por ti.
HOSPITAL...
Allen era atendido de urgencia, la enfermera tranquilizó a Lenalee diciéndole que la herida no era profunda, así que unos puntos, reposo, saldría en unos días del hospital.
-Moyashi, no me asustes de esa manera- le reclama Kanda sentándose en la silla frente a la camilla de Allen.
-Lo siento, a pesar de que Ayaka_chan estaba siendo controlada por el Conde Milenario, sólo me cortó el hombro levemente.
-¿Por qué había tanta sangre?, ¿de quién era?
-Era de Ayaka_chan... tenía un corte en su costado izquierdo- dice bajando el rostro- no creo que ella haya inventado a ese hombre... él en verdad existió.
-Lenalee dice que nunca ha estado en la Orden.
-Yo creo que a ella le mintieron... él debió ser real.
-Moyashi... se acerca rápidamente hasta su rostro.
-¿Qué pasa?- pregunta sonrojado.
-Creí que ibas a morir... antes mato a quien se atreva a poner una mano sobre ti, ¿entiendes?
-Entiendo.
-Moyashi.
-Mi nombre es Allen.
-Lo recordaré si sales vivo de aquí.
-¿Qué quieres?
-Esto- toma sus labios y se sumergen en un beso desesperado...
-No se cómo entraste tan profundo en mi vida, pero ahora lo único que deseo con todas mis fuerzas es... tenerte, sin el peligro de perderte- piensa el samurai mientras acerca más su cuerpo al de Allen... no podría soportarlo.
-¿Qué pasa Tikky?- pregunta Road.
-Nada, sólo estoy paseando...
-Qué intersante tu paseo, un hospital, qué original eres- le dice la chica.
-¿No tienes deberes qué hacer?
-No, dejé al Conde haciéndolos por mí.
-Así nunca aprenderás...
Toda aquella calidez, ¿hacia dónde se ha marchado?
Cuando llegue el mañana, ¿desaparecerá por completo?
Si unimos el latir de nuestros corazones,
¿podrán soportar precipitarse hacia la misma profundidad?
Siempre, siempre estará junto a tu corazón,
no importa cuan lejos éste vague sin rumbo.
En el interior de la oscuridad ambos nos dejamos llevar, mientras,
como inocentes pajarillos, acercamos nuestras alas.
En aquellos momentos de tristeza, tu sonrisa se ocultó,
y una imperecedera espada de hielo
dejó al descubierto mi pecho.
Déjame abrazarte
para siempre...
¿Hacia dónde te has marchado tú solo?
Cuando volviste tu mirada hacia mí, sentí miedo.
La imagen de mi pecho se tiñó de tristeza.
Sé que es cierto, ahora me asemejó a ti.
Algún día, estoy segura de que regresarás a aquel lugar
y de nuevo volveremos a mirarnos fugazmente.
En el interior de esta oscuridad, no importa cuanto nos separemos,
los fuertes lazos de nuestros corazones se llaman el uno al otro.
En aquellos momentos de tristeza, comprendí por qué sonreías,
y a tus fríos dedos yo quise
dar calor con mis lágrimas.
Quiero estar a tu lado...
En el interior de la oscuridad ambos nos dejamos llevar, mientras,
como inocentes pajarillos, acercamos nuestras alas.
En aquellos momentos de tristeza, tu sonrisa se ocultó,
y una imperecedera espada de hielo
dejó al descubierto mi pecho, déjame abrazarte,
quiero estar a tu lado,
para siempre...
-Así que todavía sigue con vida, creo que tendré que acabarlo con mis propias manos- decía Tikky esbozando una maquiavélica sonrisa.
continuará...