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Dos Meses Para Atraparte por Nessa Yaoi

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                        Dos meses para atraparte

 

 

 

- ¡ya estoy aquí! - gritaba Uzumaki Kakashi desde la entrada de la casa.

 

Unas fuertes pisadas podían escucharse como si de una manada de elefantes se tratara,  para después en un salto un bulto rubio le cayera encima al recién llegado.

 

- ¡papa,  al fin llegaste! - Uzumaki Naruto llenaba de besos la cara de su padre como si no lo hubiera visto en años.

 

- no seas exagerado,  apenas falte una semana - tratando de levantarse del suelo junto con el bulto sobre el.

 

- demasiado,  una semana yo solito en esta enorme casa ¿te parece justo? - se quejaba el rubio haciendo morros.

 

- pareces un bebe ¿Quién diría que tienes quince años? - tomando la maleta en el suelo y entrando a la casa.

 

- eres cruel,  sabes que soy tu único y adorado hijo - sonriendo de oreja a oreja.

 

- ya no... - murmuro el mayor.

 

- ¿Qué dijiste? - tratando de entender el comentario de su padre.

 

- ven aquí,  siéntate... tenemos que hablar - tomando las manos de su hijo.

 

El rubio miro con recelo a su padre - cualquier cosa que te hallan dicho,  yo no fui - Kakashi acerco su cara a la de su hijo.

 

- Naruto... - pensando que en realidad había pasado algo.

 

- no te estés haciendo ideas raras,  además ¿tenias algo que decirme,  no es verdad? Así que... ¡cuenta, cuenta! - animaba el rubio a su padre.

 

- veras,  pasaron muchas cosas  esta semana y yo pues... me case - apretando las manos del rubio el cual parecía que había sido transportado a otro planeta por la cara que tenia,  no se puede dar una noticia de ese calibre sin anestesia primero.

 

- ¡¿Qué tu que?!! - esperaba cualquier cosa menos eso.

 

- tómalo con calma o se te reventara una vena - bromeaba su padre tratando de refrescar la situación,  aunque no era imposible.

 

- ¡¿encima chistecitos?! Espera... - conocía muy bien a su padre como para saber por su rostro que eso no era todo - ... ¿hay alguna otra sorpresita,  cierto? - afilando sus ojos e inflando sus cachetes.

 

- tiene un hijo un año mayor que tu - reclinándose en el sofá y estirando sus brazos sobre el respaldo.

 

- ¡por todos los cielos! ¡Esto parece un llévese dos y pague uno! - Caminando por el salón agitando sus brazos al aire - ¿Qué clase de mujer conquista,  y se casa,  con un hombre en una semana? - parándose frente a su padre con sus manos en la cintura.

 

- hombre - rectifico  Kakashi - ¿recuerdas? - cruzando sus brazos al frente.

 

- cierto,  se me olvidaba que estoy aquí de milagrito - haciendo una mueca.

 

- un adorable milagro,  aunque a veces te conviertes en un mal trago - señalándolo con el dedo.

 

- ¿Qué querías? Soy producto de una noche de copas. Por eso no me gusta el alcohol... rechazo neonatal diría yo - sentándose al lado de su padre - ¿y bien? ¿Cuándo los conoceré? - pensando que a lo hecho pecho.

 

- siendo que ya comenzaron las vacaciones de verano,  iremos a la casa de la playa. Ellos nos esperan ahí - aflojándose la corbata - partiremos mañana temprano - deshaciéndose de la chaqueta.

 

- como era poco soportar a un padre ahora serán dos,  y como premio de consolación... no,  mas bien diría de preocupación, tengo un hermano - refunfuñando mientras se dirigía  a su habitación a empacar algunas cosas - mas le vale que no pretenda darme ordenes o le haré la vida de cuadritos - lanzando lo que quería llevar dentro del bolso.

 

En realidad no era gran cosa,  ya que en la casa había de todo,  la noche paso rápidamente y cuando se dieron cuenta ya estaban en el auto en un camino que les tomaría tres horas de viaje para llegar a su destino.

 

 - ¡Naruto! - Quitándole los audífonos de su aparato de música de los oídos del rubio - sabes que en la casa hay tres habitaciones,  pero una esta en remodelación - explicaba sin quitar la vista del camino.

 

- ¿y que con eso? - cambiando el CD del aparato de música.

 

- que tendrás que compartir la tuya con Gaara - mirando de reojo a su hijo.

 

- ¿Gaara? - repitió.

 

- tu hermano - nada mas propio.

 

- ¡cuando el infierno se congele o me salgan verrugas en el sobaco! - protestaba el rubio por la imposición.

 

- lo primero es difícil,  lo segundo improbable y lo tercero... - echándole una mirada reprobatoria.

 

- ¡ya entendí...! lo que tiene que hacer un hijo para que su padre se sienta feliz - apoyando su brazo en la ventanilla y su frente en el cristal.

 

- gracias,  hijo - revolviendo el cabello rubio - quiero que te lleves bien con el,  es un buen chico - poniendo de nuevo atención al camino.

 

- tratare,  pero no pidas milagros - poniéndose de nuevo los audífonos en los oídos.

 

Era casi la hora del almuerzo cuando llegaron a la verja que mostraba el camino para llegar a la casa,  Naruto se bajo del auto y la abrió,  a doscientos metros de un camino con jardín a ambos lados se encontraba la morada con la puerta abierta y alguien parado en la entrada,  Kakashi estaciono el auto en la cochera techada y corrió hasta ese alguien y lo beso con pasión justo cuando Naruto llegaba corriendo por el camino para quedarse a unos metros de ellos.

 

- vienvenidos - saludaba Uchiha Itachi de Uzumaki con una gran sonrisa - tu debes ser Naruto ¿puedo abrazarte? - Lo que hizo sin esperar respuesta - el almuerzo ya esta listo ¿podrías ir a buscar a Gaara? Esta en la playa - le pidió al rubio.

 

- de acuerdo - al mal paso darle prisa pensó el rubio caminando hacia allá.

 

- eso fue una buena idea - menciono Kakashi abrazando a su pareja.

 

- tienen que comenzar a conocerse,  solo aproveche las circunstancias para ello.  Tu hijo es hermoso ¿no lo crees? - elogiaba Itachi al rubio mientras este se alejaba.

 

- por supuesto - secundo el peligris a su marido para luego ambos entrar en la casa.

 

- ¡perfecto! ¡Grandioso! - gritaba el rubio caminando de forma graciosa para que sus zapatos deportivos no se llenaran de arena - ¡maldición! - tropezando con una piedra enterrada y cayendo de narices cuan largo era.

 

- al fin llegaste... mi motivo de vida - alguien murmuraba y sonreía mientras observaba al rubio desde lejos.

 

Naruto miro a los lados sin ver a nadie - ¡al diablo! ¡Que regrese solito! - mientras se quitaba zapatos y calcetines y les sacudía la arena para después dejarlos a un lado, luego apoyo sus manos hacia atrás en la arena y respiro hondo - tal vez se ahogo... no,  no tengo tanta suerte - echando su cabeza hacia atrás y serrando sus ojos - que tranquilidad,  aunque me da la impresión de que no durara mucho - pensando en voz alta.

 

- Naruto - Gaara se le había acercado por la espalda sin que el rubio notara.

 

- ¡Ahh! ¿Q-Quien eres tú? ¿Cómo sabes mi nombre? - poniéndose de pie rápidamente.

 

- mmh... veamos,  es la única casa en varios kilómetros,  una playa privada... saca tus conclusiones - decía impasible el nuevo miembro de la familia.

 

- eres Gaara,  ¿cierto? - desde ahora sentía que la vida al lado de ese arrogante no iba a ser miel sobre hojuelas.

 

- te costo pensarlo ¿no? - mientras secaba su cabello con una toalla.

 

- el almuerzo esta listo - recogiendo sus zapatos y calcetines de la arena - y ojala se te atragante - murmuro lo ultimo mientras caminaba descalzo hacia la casa,  Gaara no se movió de su lugar,  solo lo miraba - ¿Qué? ¿Necesitas que te eche una cuerda  o algo así? - se detuvo empezando a perder la paciencia,  y apenas se estaban conociendo.

 

- Oh... solo esperaba ver de nuevo ese bailecito - el rubio lo miro extrañado.

 

- ¿bailecito? - pregunto Naruto sin entender.

 

- ese que traías cuando llegaste hasta aquí - comentaba Gaara cruzado de brazos.

 

Naruto sintió que su sangre hervía y apretó sus puños - ¡¡vete al diablo!!! - caminando a grandes zancadas sobre la arena caliente.

 

- eres mejor de lo que esperaba. Sin duda las fotos no te hacen justicia.  Realmente hermoso - sonriendo mientras caminaba a la casa.

 

- Gaara,  ve rápido a darte un baño o la comida se enfriara - le dijo Itachi nada mas verlo entrar a la cocina - ¿y bien? ¿Qué te pareció? - indago su padre.

 

- es totalmente increíble,  es la cosa mas hermosa que he visto en mi vida aunque... algo fogoso,  pero  me encargare de bajarle los humos - saliendo de la cocina.

 

- no quiero que pelees con el,  Gaara... recuerda que... - algo preocupado.

 

- descuida,  sabes perfectamente lo que siento por el al igual que papa-Kakashi,  por eso me brindo esta oportunidad... no lo estropeare - parado en la puerta de la cocina - ¿Dónde esta Naruto? - su padre levanto la cabeza señalando el piso superior donde se encontraban las habitaciones,  Gaara sonrió con malicia.

 

- Gaara... - en tono de aviso.

 

- bajaremos enseguida - desapareciendo hacia las escaleras.

 

- espero que todo salga bien - terminando de colocar la mesa para el almuerzo.

 

Naruto subió como una tromba a su habitación nada más llegar - ¿Qué coño significa esto? - todo estaba cambiado de lugar de cómo el lo había dejado la ultima ves que visito la casa,  además de la cama adicional.

 

- no me gusta vivir entre el desorden - hablaba Gaara a espaldas de Naruto.

 

- ¿con que derecho tu...? - gritaba el rubio echando fuego por sus ojos azules.

 

- con el que me da el ser tu hermano mayor - lo interrumpió Gaara pasando al lado del rubio directo al baño y sin serrar la puerta.

 

- ¡Oye! ¡Todavía no termino contigo! - parándose en seco al ver al mayor despojarse de su traje de baño quedando desnudo y mostrando su parte trasera al  completo,  Naruto se giro rápidamente dándole la espalda.

 

-  nadar da mucha hambre y quiero bajar a comer - serrando la puerta corrediza de la amplia ducha.

 

- ¡entonces date prisa! ¡Yo también quiero bañarme! - buscando algo de ropa en el espacioso armario.

 

- ¡si tanta prisa tienes,  entra a la ducha conmigo!  ¡Hasta te enjabonare la espalda si gustas! - haciendo el intento aunque sabia que se negaría.

 

- ¡no,  gracias! ¡Me gusta bañarme solito! ¡Además,  no hago esas cosas en la primera cita! "¿Qué se habrá creído este? ¿Qué apenas de conocerlo voy a mostrarme desnudo frente a el? ¡Esta demente,  abrase visto!" - la ironía es una estupenda defensa contra males mayores.

 

- no me digas que eres de esos chicos remilgados que no dejan que otro hombre los vea desnudos... que patético - serrando la llave de la ducha.

 

- ¡piensa lo que te de la gana! ¡A mi no me...! - abriendo la boca al ver salir del baño a Gaara como dios lo trajo al mundo y secando su cabello rojo con una pequeña toalla.

 

- ¡eres un indecente exhibicionista!! ¡Tápate! - arrojándole la toalla que tenia en sus manos de espaldas al pelirrojo.

 

Gaara se sujeto la toalla a la cintura - lo haré para no herir tu sensibilidad - sonriendo con placer.

 

- gracias - tapando con su mano  el lado de su  cara que daba hacia Gaara al pasar junto a el para no verlo al dirigirse hacia el  baño.

 

- solo por hoy,  pero será algo a lo que tendrás que acostumbrarte - sacando ropa del armario.

 

- eres un... - el pelirrojo dejo caer la toalla al piso a propósito - ¡idiota! - Serrando la puerta del baño de golpe - ¡si quieres guerra,  guerra tendrás! - vociferaba el rubio dentro del baño.

 

- valla que es temperamental... pero así me gusta - hablando para si  terminando de vestirse,  tomo una revista y se tumbo en la cama.

 

Pasados quince minutos el rubio salio del baño con una toalla atada a su cintura dejando ver su pecho y piernas de rodilla para abajo,  el pelirrojo bajo la revista que estaba viendo y se quedo observándolo.

 

- ¿todavía estas aquí? - tapando su pecho con la toalla con la que secaba su cabello,  pero recordando las palabras del pelirrojo la retiro y se sentó en su cama - voy a vestirme - mirando al mayor de medio lado.

 

- ¿y? ¿Quieres que me tape los ojos? - pregunto irónicamente Gaara.

 

- quiero que salgas - tomando la ropa de sobre su cama.

 

- no,  bajaremos juntos a comer - echando la revista a un lado y sentándose en la cama.

 

- entonces espera fuera de la habitación - completamente decidido a no vestirse hasta que el otro saliera de allí.

 

- eres  terco como una mula ¿no es así? Tienes un tono de piel muy bonito ¿lo sabias? - levantándose y paseando alrededor del rubio.

 

- y tu pareces  porcelana china - contra ataco el ojiazul.

 

- ¿por lo fino? - parándose frente al rubio.

 

- por lo blanco. ¿En donde has vivido toda tu vida? ¿En una cueva? - mirando lo pálido de la piel del pelirrojo.

 

- mi piel es muy delicada y debo protegerla prácticamente de todo... ¿Qué le vamos a hacer? Así nací - encogiéndose de hombros.

 

- ¿en serio? -  una maquiavélica idea paso por la cabeza del rubio.

 

- te espero afuera,  no tardes - abriendo la puerta,  saliendo al pasillo y reclinándose en la pared con  sus manos metidas en los bolsillos - casi echo raíces esperándote - al oír la puerta abrirse luego de pasados diez minutos.

 

- cielos... ¿Qué he hecho para merecer esto? - murmuraba el ojiazul mientras caminaba por el pasillo.

 

- siendo así de tardon,  nunca le gustaras a las chicas - decía a su espalda al pelirrojo.

 

- no tengo ninguna queja... al fin y al cabo no me interesan - siguiendo su camino.

 

- eso quiere decir... ¿tienes novio? - preguntaba el pelirrojo tanteando el terreno.

 

- eso tampoco te interesa - parándose a la mitad del pasillo.

 

- ¡vamos! Soy tu hermano mayor. Puedes decírmelo. Prometo que guardare el secreto - levantando la palma de su mano.

 

- este... no es mi novio... todavía - Gaara sintió como si le hubieran dado un martillazo en la cabeza - quizás hasta puedas conocerlo antes de que terminen las vacaciones - siguiendo su camino.

 

- "un rival... ¿novio? ¡Sobre mi cadáver!" - sintiendo resentimiento por alguien a quien todavía no conocía.

 

- ya era tiempo de que bajaran,  un poco mas y le hubiera mordido el cuello cual vampiro a tu padre - bromeaba el peligris.

 

- hubiera sido todo un espectáculo - opinaba el pelirrojo.

 

- tu eres el de los espectáculos,  pervertido - le susurro el rubio cuando paso junto a el.

 

- y eso que todavía no te había dicho que me gusta dormir desnudo - susurrándole también.

 

- papa,  he pensado que tal vez podría poner mi cama en la habitación que se esta remodelando - mirando de reojo a Gaara - tu sabes,  tengo mal dormir y además ronco - mirando con cara de suplica a su padre.

 

- esa habitación esta llena de materiales  tóxicos,  punturas y demás,  Naruto - explicaba el peligris echando una mirada rápida al pelirrojo.

 

- y a mi no me molesta nada de lo que mencionaste,  hermanito - guiñándole un ojo al rubio y acercándose a el mientras los mayores iban rumbo a la cocina - eres un gallina,  lastima que no te salio bien tu estrategia de abandonar la habitación... no te desharás de mi tan fácil - poniéndole el brazo sobre los hombros y arrastrándolo al sitio donde la lengua obtiene sus mayores placeres,  o sea la cocina.

 

- espero que la comida sea de tu agrado,  Naruto - comentaba su reciente adquirido padre.

 

- no te preocupes,  soy de buen comer - sonreía Naruto a su padre Itachi.

 

- apuesto a que si - dijo por lo bajo el pelirrojo.

 

- ¡ramen! ¡No lo puedo creer,  es ramen! - Gritaba el ojiazul con cara de felicidad - puedes estar seguro que desde hoy estarás en el primer lugar de mis personas más queridas -  sin dejar su sonrisa.

 

- oye,  Naruto - reclamo con una mueca el peligris.

 

- corrijo,  la segunda ¿contento? - sacándole la lengua a su padre.

 

- gracias,  Naruto. También es mi comida favorita a pesar de que estemos en verano - decía el moreno guiñándole un ojo a su nuevo hijo.

 

- ¡tu eres de los míos! ¡No te atrevas a abandonarlo nunca,  papa! - mirando al peligris y chocando la palma de su mano con la de Itachi.

 

- creo que te encontraste con la horma de tu zapato - comentaba el pelirrojo serrando sus ojos y negando con la cabeza.

 

La comida transcurrió con los dos mayores enfrascados en una amena conversación,  mientras que los dos menores no dejaban pasar un momento sin algún comentario sarcástico y con ganas de saltarse a la yugular en cualquier momento,  al menos de parte del ojiazul,  Gaara pensaba en otras partes del cuerpo.

 

- ¿puedo hacerles una pregunta? - interrogaba el rubio a los dos mayores.

 

- la que quieras - contesto Itachi.

 

- ¿ustedes se conocían de antes? Quiero decir,  desde hace años... - era lo que creía.

 

- en realidad nosotros fuimos novios cuando éramos adolescentes,  pero por algunas circunstancias que no vienen al caso ahora,  tuvimos que separarnos - contaba Kakashi.

 

- pero el destino fue bueno con nosotros y nos volvió a juntar... y espero que esta vez sea para siempre - termino diciendo el moreno.

 

- y yo ayudare para que así sea - decía sonriendo el rubio - y para ti es todo lo contrario - le murmuro al pelirrojo aprovechando la distracción de los adultos.

 

- llegara el momento en que me suplicaras que me quede a tu lado... es una promesa... y siempre cumplo - le susurro al oído el pelirrojo con voz suave.

 

- ¡JA! ¡Cuando los sapos tengan pelo! - fue la contestación del ojiazul.

 

- solo espera - pellizcándole un cachete.

 

- ¡eso duele! - grito el rubio masajeando su mejilla.

 

- ¡chicos! ¿Qué les parece si vamos a la ciudad esta noche? - propuso el peligris levantándose de la mesa.

 

- ¡seria genial! - salto el rubio.

 

- también esta bien por mi - secundo Gaara.

 

- de acuerdo,  descansaremos un rato. Estoy molido por el viaje - pasando sus manos por su nuca el peligris.

 

- te daré un masaje y quedaras como nuevo - le dijo su moreno esposo.

 

- estos ancianos... cuidado al subir la escalera o se quebraran un hueso - se burlaba el ojiazul,  su padre le mostró un puño.

 

- nosotros limpiaremos esto - dijo Gaara con amabilidad,  los adultos subieron a la planta alta.

 

- nosotros limpiaremos esto - dijo en una regañida el rubio - queriendo parecer santo cuando en realidad eres un demonio - limpiando los platos y colocándolos en el lavavajillas.

 

- entonces ten cuidado de no pincharte con mi tridente - picándole las costillas con su dedo,  el rubio dejo caer el baso que tenia en su mano.

 

- aagh... - se quejo el rubio agarrando sus dedos al intentar recoger los pedazos del piso

 

- hay que ver que eres... - Gaara quedo en silencio al ver  sangre resbalar por la mano del rubio - ¡te cortaste! Déjame ver - separando las manos de Naruto.

 

- ¡déjame! Arde,  arde mucho - soplándose los dedos mientras daba pequeños saltos.

 

- ¡estate quieto,  así no me dejas ver nada! - rodeándolo con sus brazos por la espalda y sujetando sus manos para que dejara de moverse.

 

- ¡es tu culpa por sorprenderme de esa manera tan estupida! - le reclamaba al pelirrojo.

 

- no sabia que te asustabas por tan poca cosa - agarrando los dos dedos cortados y metiéndolos en su boca - eso si que sorprendió a Naruto.

 

- ¿Q-Que haces? - sonrojándose un poco,  mientras el pelirrojo chupaba sus dedos con deleite y los ojos serrados,  Naruto sentía mariposas en el estomago.

 

- listo... veamos,  no es nada que un poco de alcohol y unas banditas no puedan curar,  cobarde - abriendo el botiquín de primeros auxilios de la cocina.

 

- lo h-haré yo mismo... - con su cara pálida como el papel.

 

- lo dudo,  creo que eres de esos que al ver sangre caen redondos - poniendo alcohol en un pedazo de algodón.

 

- ¡sierra la boca! - sintiendo que sus piernas flaqueaban.

 

- será mejor que te sientes o tendré que cargarte hasta la habitación - terminando la frase Naruto cayo hacia delante perdiendo el sentido,  Gaara lo cargo en sus brazos hasta el dormitorio.

 

- me gustaría no tener la razón de vez en cuando - poniéndolo en la cama y terminando el trabajo de curación - hasta te pusiste a sudar - pasando una pequeña toalla húmeda por el rostro del rubio - y aun así eres hermoso - acariciando el cabello rubio con sus dedos - se que no debería aprovecharme pero,  quizás... no tenga otra oportunidad  - besando suavemente los labios del ojiazul.

 

Después de un par de minutos Gaara dejo la habitación y bajo a terminar de arreglar la cocina,  recogió los vidrios del baso roto en el piso y después de dejarlo todo arreglado regreso a la habitación,  Naruto aun dormía por lo cual tomo un libro y se echo en su cama y espero.

 

- Mmmh... - Naruto abrió sus ojos azules fijando su mirada en el techo,  al recordar lo sucedido levanto su mano,  viendo dos banditas en sus dedos lastimados giro su cabeza hacia la cama del pelirrojo.

 

- resucitaste - sin siquiera mirarlo.

 

- no voy a darte las gracias,  ¡esto fue tu culpa! - mostrándole los dedos.

 

- no puedes culparme de tener manos de mantequilla... aparte de ser un blandengue. Mira que desmayarse por ver un poco de sangre... me debes una - sin quitar sus ojos verdes del libro que no estaba leyendo.

 

- ¿por curarme los dedos que me corte por tu culpa? ¡Olvídalo,  no lo haré ni muerto!! - levantándose de la cama.

 

- por eso... y por haberte tenido que cargar hasta aquí - sonriendo tras el libro.

 

- ¡nadie te lo pidió! - metiéndose en el baño y serrando la puerta de un golpe.

 

- ¡te hubiera dejado en el piso de la cocina,  hacías un lindo tapete!! - sabiendo que lo escuchaba perfectamente desde el baño.

 

- ¡muérete!!! - siempre diciendo la ultima palabra.

 

- me encanta cuando se enoja... se ve lindo - susurraba para si el pelirrojo.

 

El ojiazul aspiraba y exhalaba sentado en la tapa del inodoro tratando de calmarse,  afuera el pelirrojo observaba el reloj viendo pasar los minutos en los que el rubio había permanecido encerrado en el baño,  algo preocupado se levanto de la cama y pego su oreja a la puerta,  dio un respingo al escuchar el ruido del pasador y corrió de nuevo a la cama golpeándose los dedos de su pie con la base de la misma,  cubrió su cara con el libro y apretó los dientes para aguantar el dolor de los dedos golpeados. El rubio inclino su cabeza al pasar junto a la cama del pelirrojo.

 

- ¿Física Quántica? ¿Acaso pretendes trabajar en la NASA? - poniendo sus manos el su cintura.

 

- para nada,  es solo una de mis aficiones - dijo de lo mas tranquilo Gaara después de haber pasado el dolor de sus dedos.

 

- si todas tus aficiones son igual de aburridas,  pobre de la chica que se junte contigo - buscando en el bolso,  que traía consigo al llegar,  el aparato de música.

 

- ¿no te gusta la física? - apoyando el libro en su nariz.

 

- nada mas ver ese nombre me da dolor de cabeza,  siempre he pasado esa materia por los pelos - resoplando sonoramente.

 

- si necesitas ayuda,  estoy a la orden - se ofreció Gaara.

 

- no hace falta,  Kiba siempre me ayuda con eso - poniendo un CD en el aparato de música y enganchándolo en la cintura del pantalón blanco holgado que bestia.

 

- ¿Kiba? - agudizo sus oídos el pelirrojo.

 

- el casi novio,  ¿lo recuerdas? - colocándose los audífonos y saliendo de la habitación.

 

- Kiba... ¿con que así se llama el sujeto? ¡Maldición! - Sentándose en la cama y tirando el libro a un lado - Lo tendré en mente - sacando una fotografía del bolsillo de su camisa.

 

Clavo su vista en la imagen frente a sus ojos y delineo cada detalle de la misma con sus dedos,  pensaba que enamorarse de alguien sin conocerlo y nada mas que por una simple fotografía era cosa de locos,  pero poco le importaba el porque y el como,  simplemente había sucedido,  y tras haberlo conocido en persona no había en el ningún arrepentimiento,  contrariamente a eso Naruto había sobrepasado sus expectativas,  era todo lo que había deseado que fuera y haría cualquier cosa para conquistarlo y tenerlo para si.  Tan ensimismado estaba que no escucho la puerta al abrirse ni vio al rubio parado en medio de la habitación mirándolo con curiosidad.

 

- valla,  debe ser muy importante para ti la persona en esa fotografía - avanzando hasta el pie de la cama del pelirrojo - parece haberte transportado a otro planeta - Gaara la devolvió de nuevo a su bolsillo - ¿puedo verla? - haciendo el intento.

 

- no te incumbe - respondió el pelirrojo aun molesto por el asunto del casi novio.

 

- ni que me interesara - caminando al escritorio junto a la ventana y encendiendo la computadora para chequear su correo electrónico.

 

- pues no lo parece - mirando la espalda del rubio y escuchando el teclear en el tablero.

 

- ¿se puede saber a quien escribes? - no pensaba preguntar pero el pelirrojo sentía que debía estar alerta.

 

- no me importa decírtelo,  le estoy enviando un mensaje a Kiba para que venga a pasar unos días con nosotros - informo Naruto girando de nuevo su cuerpo hacia la pantalla de la computadora.

 

- Hmm... "¡ni de coña! ¡Tengo que impedir eso sea como sea!" ¿Y crees que venga? - pregunto por continuar con la conversación.

 

El ojiazul regreso a su cama y se sentó - estoy seguro,  la ultima vez que hablamos me comento que tenia algo importante que decirme ¿me pregunto que será? - poniéndose los audífonos y encendiendo la música se recostó.

 

- "¡no, no, no! esto no esta bien... seguramente ese tipejo quiere... calma,  piensa - serrando sus ojos - ¡lo tengo! - mirando al rubio mover su cabeza al ritmo de la música con sus ojos serrados.

 

Diez minutos después el ojiazul dejo de moverse,  lo que le indico al pelirrojo que se había quedado dormido,  camino de puntillas,  por si las dudas,  y se sentó frente a la computadora comenzando a escribir en el correo electrónico del rubio que este había dejado abierto,  sus dedos se movían por el teclado a una velocidad asombrosa,  abría y serraba programas ejecutando acciones para bloquear cualquier correo por parte del mencionado Kiba sin dejar rastro de la manipulación del programa del correo electrónico,  no obstante era todo un experto a lo que a computadoras se refería,  lo que no sabia Naruto,  después de terminado el delito en aras de "Naruto es solo para mi" regreso a su cama no sin antes sacar la fotografía de su bolsillo y esconderla en un lugar seguro,  no quería que el ojiazul supiera de su cometido antes de tiempo. Un rato más tarde se quedo dormido.

 

A eso de las siete de la noche Gaara fue el primero en abrir los ojos - ¡despierta dormilón! ¡Pareces una marmota! - lanzándole la almohada a la cara al rubio.

 

- ¡valla manera que tienes de despertar a la gente! - gritaba Naruto mas que despierto.

 

- ¿Qué querías? ¿Qué te despertara con un beso como a la bella durmiente? - metiéndose en el baño y lavando su cara para terminar de despejarse.

 

- ¡prefiero comer gusanos! - metiéndose al baño también.

 

- ¿Qué contigo todo tiene que ser en blanco y negro? Deberías probar el gris de vez en cuando - refiriéndose a lo radical de la actitud del rubio.

 

- son mis colores favoritos - poniendo pasta en el cepillo de dientes.

 

- nunca das tu brazo a torcer ¿cierto? - quitándole el tubo de pasta de las manos al rubio.

 

- se dice por favor,  maleducado... y si,  no soy de esos de "ponga la otra mejilla" - mirando con ganas de ahorcar al pelirrojo cuando este comenzó a reírse - ¿Qué es lo gracioso? - señalándolo con el cepillo de dientes.

 

- parecemos un matrimonio con un pie en el divorcio - decía Gaara en medio de su risa.

 

- que bueno,  ya me estaba preocupando,  pensé que gustabas de estas cosas - la risa del ojiverde seso de repente.

 

- ¿Por qué? - pregunto el pelirrojo queriendo saber el significado de ese comentario.

 

- me entristece imaginar el sufrimiento de la pobre mujer que tenga que soportarte,  le harías un gran favor a la humanidad quedándote soltero - el rubio puso cara de tragedia al terminar su conclusión.

 

- te tengo una noticia,  eso no pasara... - poniéndose a espaldas de Naruto y hablándole al oído - ... porque ya decidí quien será mi pareja - quitándose la camisa y arrojándola al cesto de la ropa sucia.

 

- ¿la de la fotografía tal vez? Deberían hacerle un altar - mirando de reojo el cesto - "imposible que la tenga ahí todavía,  no es tan tonto" - pensó el rubio.

 

- ¿y quien dijo que es una mujer? - desabrochando sus pantalones frente a Naruto. La pregunta de Gaara fue toda una revelación para el rubio.

 

- entonces tiene madera de santo,  ¡Oye,  espera al menos que salga del baño!! - viendo al  pelirrojo a punto de quitarse su ropa interior.

 

- ¿otra vez con lo mismo? - despojándose de la prenda,  el ojiazul salio disparado del lugar,  Gaara se metió en la ducha para refrescarse antes de salir al mencionado paseo a la ciudad.

 

- ¿están listos,  muchachos? Se hace tarde - se escucho la voz del peligris al otro lado de la puerta.

 

- ¡ya casi,  papa! - apresurándose a vestirse antes de que Gaara saliera del baño.

 

Lo que paso justo cuando Naruto abrochaba su cinturón,  al pelirrojo casi se le cae la quijada al contemplar al rubio vestido con un pantalón vaquero negro ajustado delineando la figura de su portador de una forma sublime,  una camisa de seda negra sin mangas,  completamente transparente, mostraba  sus rosados pezones,  tanto los zapatos como el cinturón eran de color marrón oscuro con una hebilla mediana plateada,  en los brazos debajo de sus hombros unas cintas negras con puntas metálicas también plateadas los adornaban,  y como único accesorio una cadena de plata con un dije en forma de lagrima color azul enmarcaba su cuello.

 

- bien,  creo que todo esta en su lugar - echándose una mirada en el espejo de cuerpo completo en una de las esquinas de la habitación.

 

- valla que si - murmuro el ojiverde sin reponerse aun de la impresión.

 

- ¡date prisa,  no te vamos a esperar toda la vida! - saliendo de la habitación.

 

- con que toda la vida... yo lo haría - saliendo de su sopor y vistiéndose rápidamente.

 

La vestimenta elegida por el pelirrojo también era de color negro con la diferencia de que la camisa era de manga larga y enrolladas hasta sus antebrazos y sus zapatos y cinturón eran de color vino tinto,  sin ningún accesorio,  en realidad no le gustaban,  al menos en el,  revolvió su cabello con sus manos,  lo que le daba un aire salvaje,  y decidiendo que estaba listo bajo al salón donde los demás lo esperaban para salir.

 

- creo que tendremos que buscar dos escopetas para sacarles los buitres de encima a ambos - opino el peligris al verlos.

 

- valla comparación,  nos haces ver como si fuéramos carroña - se quejo Naruto.

 

- todo lo contrario,  son manjares de primera... no seas quisquilloso - dándole un coscorrón en la cabeza al rubio.

 

- verdaderamente están para comérselos con todo y ropa - comento Itachi pasándole el brazo por los hombros al ojiazul - créeme que si no estuviera enamorado de tu padre te echaría los perros,  Naruto - haciendo que este se sonrojara.

 

-¡ papa! - molesto por el comentario.

 

- solo digo la verdad,  vas a tener que abrir bien los ojos y cuidarlo de los depredadores que pululan por ahí,  Gaara - parecía burla pero nada mas lejos de la verdad.

 

- no necesito una niñera,  se cuidarme solo - volteando su cara hacia atrás para mirar al pelirrojo.

 

Gaara suavizó su paso para distanciarse un poco de Naruto y su padre y así poder hablar con Kakashi - gracias,  papa-Kakashi - el peligris detuvo su paso.

 

- ¿Por qué? Y ya deja de poner mi nombre después del "papa" ¿quieres? - sonriéndole a Gaara.

 

- lo siento,  todavía no me acostumbro,  "papa" - puntualizando la última palabra - quiero darte las gracias,  de nuevo,  por hacer que Naruto y yo pasemos este tiempo juntos - con una sincera mirada en sus ojos verdes.

 

- haré todo lo que este a mi alcance para ayudarte,  pero si Naruto no llega a enamorarse de ti... no lo obligare - hablando honestamente.

 

- tampoco lo aceptaría,  quiero verlo feliz... aunque no sea conmigo - las ultimas palabras le supieron amargas.

 

- ¡Hey,  ustedes dos!! ¡Dense prisa! - gritaba el rubio desde la cochera.

 

La ciudad no era muy grande pero contaba con todo lo necesario en cuanto a entretenimiento se refería,  pues en la época de verano albergaba mucho turismo de las casas de playa aledañas a ella,  tanto los nativos como los visitantes disfrutaba de los paseos nocturnos debido al fuerte calor durante el día,  y aprovechando que era fin de semana las calles estaban repletas de personas buscando algo de diversión,  veinte minutos después Kakashi estacionaba el auto frente al centro comercial para después comenzar su paseo acompañados de la brisa nocturna y el fulgor de las estrellas en el cielo. Habían caminado algunas calles cuando...

 

- ¡papa,  mira! - señalaba Naruto la entrada de un lugar con un gran letrero de neôn en el cual chicos y chicas de todas las edades entraban y salían.

 

- por lo que veo,  ya la terminaron - comentaba el peligris.

 

- ¿Qué es ese lugar? - pregunto Gaara.

 

- ¿que no lo ves? ¡Es una discoteca!.  El año pasado aun la estaban construyendo - comentaba Naruto.

 

- y al parecer es bastante popular - opino Itachi al ver la gran cantidad de personas en la entrada.

 

- ¡quiero entrar,  quiero entrar!! - saltando alrededor de su padre como un cachorro pidiendo paseo.

 

- ¿Gaara? - miro Kakashi al pelirrojo.

 

- que remedio - suspirando,  no gustaba de los sitios aglomerados de personas pero tampoco podía dejar al rubio a merced de quien sabe  quien.

 

- ¿Por qué le preguntas a el? Puedo entrar solo - haciendo morros.

 

- cuando me haga capitán de barco - ironizaba el peligris - te acompañara Gaara o no entraras,  así de sencillo - pellizcándole un cachete a su hijo.

 

- ¡todo sea por entrar! - afilando sus ojos al mirar al pelirrojo quien sonreía triunfante.

 

- los recogeremos en un par de horas,  les llamare para avisarles - comenzando a caminar no sin antes poner su mano en el hombro de Gaara - cuento contigo - el pelirrojo sabia exactamente lo que eso quería decir.

 

- vallan con cuidado - aconsejo Itachi agarrándose del brazo del peligris.

 

- no te separes de mi - dijo el ojiverde al llegar a la entrada del local.

 

Al cruzar la puerta la música y las luces de colores de la pista hicieron que la mirada de Naruto se iluminara,  jamás antes había estado en un lugar como ese y pensaba disfrutarlo al máximo,  trataban de caminar entre los cuerpos,  que a pesar de no estar en la pista,  se movían al ritmo de la contagiosa música,  pese a lo amplio del lugar parecía misión imposible,  un grupo que pasaba junto a ellos  empujo al rubio separándolo de Gaara en dirección desconocida.

 

- ¡demonios! ¡Naruto! - mirando en torno a el y solo pudiendo ver sombras que ondulaban frenéticas como simulando un ritual.

 

- ¡no empujen! - Gritaba el ojiazul tratando de abrirse paso entre los cuerpos danzantes - esto parece una jungla, por fin... - resoplaba al salir del atolladero a unos metros de la barra de bebidas,  lugar algo mas despejado ya que las personas se concentraban en las mesas dispuestas alrededor de la pista.

 

- dos sodas,  por favor - pensando que Gaara lo encontraría tarde o temprano,  lo que sucedió diez minutos después.

 

- por fin encontré la x del mapa del tesoro,  te dije que no te separaras de mi - sentándose en la butaca junto al rubio.

 

- ni que halla sido mi culpa - arrastrando el vaso con soda sobre la barra hasta ponerlo delante de Gaara.

 

- debí haberte atado una soga a la cintura - bebiendo algo de soda.

 

- que gracioso - haciendo una mueca.

 

- por eso no me gustan los lugares con demasiada gente,  hace que todo parezca un caos -  paseando su vista por el lugar.

 

- ¿entonces que me dices del cine? Por ejemplo - pidiéndole dos rodajas de limón al cantinero.

 

- es diferente,  la gente no se anda tropezando contigo a dos por tres - viendo al rubio exprimir las rodajas de limón en la soda y luego echarlas dentro del vaso - ¿Qué haces? Es una extraña mezcla - mientras Naruto removía el contenido del vaso con el pitillo.

 

- es deliciosa,  deberías probarla alguna vez - con el vaso en los labios.

 

- lo haré - agarrando el baso por la mano del ojiazul y llevándoselo a su propia boca,  bebió despacio y sin apartar sus ojos de los azules,  Naruto se sintió incomodo pero de buena forma - tienes razón... es deliciosa - relamiéndose los labios,  el rubio miro hacia otro lado recordando la ocasión en que Gaara había chupado sus dedos.

 

Naruto giro la butaca hacia la pista y apoyo su espalda en la barra,  observó por un momento y luego se levanto decidido a salir a bailar cuando...

 

- ¡ahora comenzara nuestra hora romántica,  disfrútenla!! - se anunciaba por los altavoces.

 

- ¡rayos!  ¡Justo ahora que quería bailar! - Decía decepcionado Naruto,  el pelirrojo se alegro por eso hasta que vio a dos sujetos acercarse hacia el ojiazul - ven,  bailemos - agarrándolo por la mano y conduciéndolo hacia la pista.

 

- ¡no voy a bailar música romántica contigo! - gritaba mientras era arrastrado por el pelirrojo.

 

Ya en la pista donde habían parejas de ambos sexos y del mismo, agarro por la cintura al rubio y lo pego a el - ¿Por qué? - mirándolo a los ojos.

 

- pues porque... ¡es música romántica,  por dios santo! Música para... parejas - bajando su mirada.

 

- entonces actuare como una... abrázame - hablándole con su cara muy cerca de la de Naruto.

 

- ¿Qué... que? ¿Es un chiste? Prefiero marcharme - haciendo el intento.

 

- aun no,  no hasta que bailes conmigo - agarrando los brazos del ojiazul y pasándolos por su cuello.

 

-  pero solo una - comenzando a moverse al ritmo de la música.

 

- veremos - soltando una de sus manos de la cintura del rubio y poniéndola en su espalda a fin de que estuviera pegado completamente a el.

 

- nada de veremos y... ¡me abrazas demasiado fuerte! - exagerando un poco.

 

- es para impedir que salgas corriendo - acariciando inconcientemente la espalda del rubio haciéndole sentir escalofríos a este.

 

- no lo haces tan mal - elogiaba el ojiazul.

 

- ¿Por qué lo dices? - quiso saber Gaara.

 

-  comparándote con Kiba... hasta podría decir que eres mejor que el - volteando su cara.

 

- ¿has bailado con el... de esta forma? - sintiendo los celos recorrer su cuerpo.

 

- fue mi maestro,  en realidad... practicamos mucho - recordando esos días.

 

- entiendo,  ¿y que mas has practicado con el? - haciéndose imágenes mentales nada santas diría yo,  al menos ahora estaba entre sus brazos.

 

- nada más... por ahora,  quiso enseñarme a besar pero... aun no me decido - el pelirrojo se mordió los labios pensando que eso jamás dejaría que pasara.

 

Pasaron unos minutos y  la primera melodía no terminaba aun,  poco a poco el rubio apoyo su cabeza en el hombro del pelirrojo serrando sus ojos y pasando sus manos del cuello a un poco mas arriba de la cintura de Gaara en un abrazo,  lo que sorprendió a este al tiempo que también le complacía,  pero recordando a Kiba no pudo dejar de preguntar.

 

- ¿en que piensas... o en quien? - apoyando su cabeza en la de Naruto.

 

- en nada ni en nadie... solo escucho,  a diferencia de ti que seguramente estarás pensando en la fotografía que no quisiste mostrarme ¿cierto? - con algo de resquemor que no entendía.

 

- cierto - contesto el pelirrojo,  en realidad no mentía solo que Naruto no sabia que se trataba de el.

 

El ojiazul se soltó del pelirrojo - quiero irme - saliendo de la pista rumbo a la salida con el ojiverde tras el.

 

- ¿Por qué tan de repente? - sujetándolo por un brazo ya en la calle.

 

- estropeaste el momento,  al menos hubieras mentido para darme gusto,  insensible - soltándose del agarre.

 

- ¿mentiste tu? - parándose a espaldas del rubio.

 

- ¡si! - Ahora era cuando mentía - ¡a nadie le agrada estar bailando con una persona mientras piensa en otra! - caminando a paso acelerado - "¿pero porque me molesto? Parezco idiota. A mí no me interesan sus asuntos,  punto" - se reprehendían mentalmente.

 

Gaara tuvo que acelerar el paso para poderlo alcanzar - ¿A dónde vas? Pareces un zorro huyendo de un cazador... eres rubio,   rápido,  y bueno para escabullirte de todo... ¡eso es,  de ahora en adelante te llamare gitsune! - (es la forma correcta para zorro en japonés) Naruto se paro de repente haciendo que Gaara casi chocara con el.

 

- ¡solo si quieres ser cadáver! - con voz de ultratumba.

 

- me gustan los retos - pasando junto al rubio con sus manos en los bolsillos - ¿y bien,  a donde vamos ahora? Aun es temprano - en realidad el tiempo dentro de la discoteca había sido de mas o menos una hora.

 

- yo me regreso al auto,  tu has lo que quieras - siguiendo su camino.

 

- regresare contigo,  no puedo dejarte solo... eres demasiado llamativo - puntualizo.

 

- "dios mío,  ayúdame a no cometer un asesinato... o mejor dicho un hermanicidio" - sentándose en un banco antes de llegar al estacionamiento donde estaba el auto.

 

- ¡enseguida vuelvo,  no te muevas de ahí! - señalando al rubio con el dedo.

 

- ¡no me des ordenes! ¡No soy tu mascota! ¿Sabes? - protestaba el rubio.

 

- tienes razón,  ¡eres un gitsune! -  Gaara salio corriendo antes de que  Naruto explotara.

 

- ¡AAAAH! ¡Te firmare el rostro con mi puño,  baka!! ¡Definitivamente me quedare huérfano de hermano!!! - Gritaba pateando el suelo mientras resoplaba fuertemente - ¡no lo soporto! - dejándose caer el la banca con pesadez y apoyando sus codos en sus rodillas dejando colgar su cabeza.

 

Diez minutos después sus ojos fijos en el suelo pudieron observar un par de zapatos color vino tinto y una mano sosteniendo un helado frente a el.

 

- ¿un helado por la paz? - se escucho la voz del pelirrojo.

 

El gitsune subió lentamente sus ojos azules hasta toparse con los verdes de Gaara para luego devolver su mirada al helado - ¿vainilla? - se le ilumino la cara.

 

- con chispas de chocolate y bañado con caramelo - paseaba Gaara el helado frente a los ojos de Naruto,  este carraspeó haciéndose el desinteresado - ¿me lo vas a despreciar? - de sobra sabia que no lo haría,  según la información suministrada por Kakashi,  Naruto era todo un goloso.

 

- solo porque no me gusta botar la comida,  que quede claro - tomando el helado y haciendo una pose de superioridad.

 

- por supuesto,  no hay que desperdiciar ¿cierto? - sentándose al lado del rubio.

 

- ¿y el tuyo? - viendo las manos vacías del pelirrojo.

 

- no me agradan mucho las cosas dulces - el ojiazul giro su cabeza al lado contrario de Gaara.

 

- con razón eres un amargado,  al igual que el de la foto... seguramente - murmurando por lo bajo.

 

- ¿Qué murmuras? Si tienes algo que decirme,  solo dilo - acercándosele un poco.

 

- me preguntaba si tu querida imagen en la fotografía,  tiene el mismo carácter y los mismos gustos que tu - dándole de lengüetazos a su helado.

 

El pelirrojo sonrió mirándolo de reojo - al parecer estas muy interesado - la curiosidad de Naruto le daba esperanzas.

 

- para nada,  tan solo quiero saber que clase de persona es,  después de ti creo que no podría aguantar a otro personaje igual de extraño como tu - terminando de devorar su helado.

 

Gaara se rodó otro poco en la banca hasta quedar codo con codo con el rubio - ¿Qué es lo extraño para ti? - Naruto puso cara de "y todavía lo pregunta".

 

- un sujeto que no le importa quitarse la ropa frente a cualquiera... - dijo como primer punto.

 

- error,  solo frente a la familia - se defendió el pelirrojo.

 

- siente fobia por las multitudes y... - siguió el rubio enumerando con sus dedos.

 

- solo si significa ser empujado, atropellado o manoseado - siguiendo Gaara con su defensa.

 

- le gusta dormir desnudo... - llegando a su tercer dedo.

 

- ¿que tiene eso de extraño? Mucha gente lo hace - encogiéndose de hombros.

 

- y por ultimo,  es antisocial y no le gusta lo dulce - mostrando su mano sin mas dedos para contar.

 

- ¿eso es todo? - Naruto lo miro sorprendido.

 

- ¿te parece poco? ¡Yo diría que es mucho para el tiempo que nos conocemos! - Gaara se levanto.

 

- no te fijes en pequeños detalles. La noche aun es joven,  se suele decir. Ven,  demos un paseo - tomándolo de la mano,  el rubio no se resistió.

 

- no debería caminar así contigo,  parecemos  pareja - sin ánimos de soltarse,  extrañamente se sentía muy bien con el calor de la mano del pelirrojo unido a la suya.

 

- ¿no es esto mejor a que te anden acosando? Ya te lo dije antes,  eres demasiado llamativo y sexy - apretando un poco más su mano.

 

- por esta vez,  estoy de acuerdo contigo y... ¿dijiste sexy? - sonrojándose sin querer.

 

- ¿Por qué ocultar lo obvio? No culpo a los que quieran acercarse a ti. Eres como un imán,  imposible resistirse - mirándolo de reojo.

 

- ¿en serio crees que soy... sexy? - pregunto Naruto en voz baja.

 

- ¿Qué el tal Kiba,  nunca te lo ha dicho? - jalando un poco  la mano del gitsune para acortar la distancia entre ellos.

 

- en realidad... nunca,  pero eso no quiere decir que no lo piense - levantando de nuevo la barrera que Gaara había creído resquebrajar tras el consentimiento de Naruto de tomar su mano.

 

El silencio se hizo entre ambos por unos minutos,  aun así seguían tomados de la mano,  al parecer ninguno de los dos tenía intenciones de soltarse,  uno por amor y el otro por estar confundido entre la conveniencia y la sensación de bienestar que el pelirrojo le transmitía,  unas gotas de lluvia comenzaron a caer suaves para convertirse de un momento a otro en un completo diluvio,  los transeúntes corrían a refugiarse en las entradas de edificios y establecimientos a fin de evitar empaparse con el aguacero,   el centro comercial fue el destino de Gaara y Naruto ya que era lo que tenían mas cerca,  pero eso no impidió  que se calaran hasta los huesos,  se detuvieron en la puerta de la cafetería.

 

- espera aquí un momento - le pidió el pelirrojo.

 

- ¿de nuevo? - pregunto el ojiazul temblando de pies a cabeza debido al aire acondicionado del lugar,  pues eso,  y el hecho de estar empapado hacia que el frío se  sintiera el doble.

 

Cinco minutos después Gaara aparecía ante el con una toalla y se dispuso a secar  un poco el cabello y ropa del ojiazul y la suya propia,  se sentaron en una de las mesas dispuestas afuera del local con dos humeantes tazas de café que el pelirrojo había pedido.

 

- será mejor que regresemos a casa - sacando su teléfono celular del  bolsillo de su pantalón.

 

- siempre tienes soluciones para todo... ¿cierto? - refiriéndose a la toalla en su cuello.

 

- no siempre... algunas cosas se me escapan - mirando fijamente al rubio.

 

- veo que eres del  tipo de personas que tienen todo bajo control - comentaba Naruto mientras soplaba su café.

 

- así me gusta,  a veces las sorpresas son desagradables - el nombre Kiba vino a su mente.

 

- ¿ya acabaste? Nos recogerán en diez minutos en la entrada dijo Gaara bebiendo de un trago su café.

 

El rubio lo miro sorprendido - ¿Qué tienes,  una lengua o una suela de zapato? ¡¿Oye,  que haces?! - el pelirrojo tomo la taza del rubio y entro a la cafetería.

 

 - listo,  ahora podremos irnos - entregándole el café al ojiazul pero en un baso desechable.

 

- lo dicho,  buscas solución para todo... eres bastante practico - dirigiéndose a la salida a la espera de sus padres.

 

- aun llueve,  es una suerte que la entrada al centro comercial sea techada - al terminar la frase el auto de Kakashi se estaciono al lado de ellos.

 

- ¡cielos,  están empapados! -  dijo Itachi abriendo la puerta trasera.

 

- al contrario de ustedes - comento el pelirrojo.

 

- al comenzar la lluvia ya estábamos en el auto,  tuvimos suerte... y al parecer ustedes no - bromeaba el peligris mientras conducía de vuelta a la casa.

 

- estábamos tan bien y... ¡aaah,  Achisss... rayos! - estornudaba el rubio tapándose la boca,  Gaara solo puso atención a la primera parte de la frase.

 

- siempre has sido un imán para los resfriados - comentaba su padre casi llegando a la casa.

 

- para eso... y otras cosas mas - decía con ironía Gaara mirando al ojiazul.

 

- ¡ya llegamos,  abriré la reja! - se ofreció el moreno pero Gaara lo interrumpió.

 

- yo lo haré - bajando del auto  volviéndose a empapar con la lluvia.

 

Nada mas entrar en la casa ambos chicos se dirigieron a la habitación a darse un baño caliente juntos pero no revueltos,  si saben a lo que quiero decir,  Gaara dejo que el rubio entrara primero a la ducha ya que temblaba como gelatina y no era conveniente que estuviera con esa ropa mojada por mas tiempo,  aunque ya parecía que el resfriado se había instalado en el,  Gaara  observaba a Naruto intentar sacarse la ropa pero sus manos temblorosas le hacían muy difícil la tarea.

 

- ¿quieres que te ayude? - se acerco a Naruto.

 

- te lo pagare - respuesta extraña pensó el pelirrojo.

 

- ¿pagarme? ¿En que modo y porque? - desatando las cintas de los brazos de Naruto.

 

- bueno,  hoy has hecho muchas cosas por mi y... en fin,  quería agradecértelo con algo... es todo - dejando que el pelirrojo le quitara la ropa húmeda.

 

- ¿cualquier cosa? - desabrochando el pantalón del rubio.

 

- tu solo piénsalo mientras me baño y... ya veremos ¡hasta ahí esta bien! - sujetando la mano de Gaara que se disponía a bajar los pantalones junto con la ropa interior.

 

- lo pensare... y lo haré muy bien - susurro el pelirrojo cuando Naruto se encerró en el baño - y para eso... - corrió escaleras abajo como un bólido chocando con el peligris en el camino.

 

- ¡Hey! ¿Dónde es el incendio? - haciendo equilibrio con la taza que llevaba en la mano para no derramársela encima.

 

- ¡necesito bañarme,  Naruto tarda demasiado! - perdiéndose por el pasillo hacia un pequeño baño cerca de la cocina.

 

- no cabe duda de que se esta esforzando al máximo... aunque todavía no he visto ningún cambio significativo en Naruto - murmuraba mientras degustaba su café.

 

- aun le queda tiempo... yo que tu no lo subestimaría - le hablo el moreno a su espalda.

 

- tienes razón,  se me olvidaba de quien es hijo - dándole un gran beso a su esposo y subiendo a la habitación.

 

Lo cierto es que el pelirrojo planeaba estar listo y de vuelta en la habitación antes de que Naruto saliera del baño,  Gaara subió las escaleras como huyendo de un cobrador y tan solo cubierto con una toalla,  de la que se deshizo rápidamente para ponerse unos pantaloncillos hasta la hora de dormir,  recuerden que lo hace desnudo,  rebusco en uno de los cajones hasta encontrar lo que buscaba y se acerco al equipo de sonido,  lo encendió y coloco el CD que tenia en sus manos,  una música suave y relajante se escucho por toda la habitación,  al oir el sonido de la puerta del baño corrió a su cama y se acostó tomando el libro que tenia en la mesita de noche e hizo como que leía,  el ojiazul salio con una toalla enrollada en su cabeza y con el pijama ya puesto.

 

- es tu turno de... ¿en que momento...? - fijándose en el cabello húmedo del mayor.

 

- tuve que improvisar... me hubiera dado tiempo de ir a la ciudad y volver antes de que salieras de ahí  ¿te sientes mejor? - poniendo el libro,  que no leía,  a un lado y sentándose en la cama.

 

- la cabeza me pesa,  me zumban los oídos y tengo la nariz algo tapada ¿podría estar mejor? - dando un par de estornudos - ¿y esa música? Parece canción de cuna,  te invita a... - los golpes en la puerta lo interrumpieron.

 

- ¿muchachos? - Se oyó la voz de Itachi al otro lado de la puerta,  el pelirrojo fue hasta ella y abrió - ¿Qué tal un poco de chocolate caliente? -  entregándole la bandeja a su hijo guiñándole un ojo.

 

- gracias,  papa - sonriéndole a su padre por el gesto.

 

- me vendría de maravilla... gracias papa-Itachi - sacando un pañuelo de uno de los cajones del armario y soplándose la nariz.

 

- no es nada,  y dime papa a secas ¿por favor? - El rubio sonrió y asintió con su cabeza - que pasen buena noche - serrando la puerta.

 

- eso lo dudo - tomando la taza que el pelirrojo le ofrecía.

 

- tómalo,  te calentara el cuerpo,  "aunque hay maneras mas agradables de hacerlo"- pensaba el pelirrojo mientras lo veía enfriar el chocolate - ¡espera un poco! - saliendo de la habitación.

 

- ¿A dónde...? Ya parezco tareas escolares de las que uno deja a un lado a cada rato - se quejaba el rubio por las constantes desapariciones del pelirrojo.

 

Un par de minutos después - toma dos de estas con el chocolate - entregándole dos píldoras de color azul al rubio.

 

- ¿para que son? - pregunto algo mosqueado.

 

- ¿y todavía lo preguntas? Son para el resfriado,  tonto - sentándose frente a el.

 

- lo de tonto sale sobrando... gracias - tragándoselas con el liquido.

 

Terminado el chocolate,  el ojiazul puso la taza en la bandeja y corrió la ropa de la cama para acostarse,  pero Gaara lo tomo del brazo deteniéndolo y atrayéndolo hacia el sorpresivamente.

 

- ¿pero que...? - con los brazos del ojiverde alrededor de su cuerpo.

 

- aun no,  recuerda que dijiste que pidiera lo que quisiera - apretándolo un poco mas a el - quiero que terminemos de bailar esta melodía - mirando los ojos azules.

 

- es la misma de... - poniendo atención,  no lo había notado antes pero era la misma melodía de la discoteca,  la cual no habían concluido en ese momento - esta bien,  te lo debo - pasando sus manos por la cintura de Gaara.

 

En un vaivén lento y apenas perceptible ambos se movían como si estuvieran bailando en un ladrillo,  Naruto se sentía como si flotara y su mente quedara en blanco tan solo siendo capaz de percibir el sonido de la melodía y el latir del corazón del pelirrojo el cual iba en aumento,  sin darse cuenta esta vez fue el,  el que se apretó al cuerpo del otro como no queriendo dejarlo escapar,  como reteniendo algo que era suyo y que no pensaba compartir,  el cuerpo de Gaara empezó a exigir mas contacto piel a piel,  haciendo que el pelirrojo llevara la peor parte,  ya que no podía satisfacerse como deseaba,  el rubio bajo de su nube al sentir una dureza chocar su entrepierna.

 

- t-terminaremos en otro momento,  no me siento bien - soltando sus manos y metiéndose rápidamente en la cama dándole la espalda al mayor - lo siento - se disculpo mientras suspiraba y rodaba sus ojos.

 

- no tienes porque - entrando al baño y apoyándose en la puerta serrada por primera vez por el mismo. 

 

Respiro hondo varias veces hasta conseguir calmar la ansiedad de su cuerpo por el cuerpo de Naruto,  refresco un poco su cara sintiendo que la próxima vez que lo tuviera en sus brazos no podría retroceder,  y eso era un grave problema para el,  poco después,  un poco mas calmado,  se sentó en su cama con sus codos apoyados en sus rodillas,  sus dedos entrelazados y su vista clavada en la espalda del rubio,  aunque solo duro un momento,  el timbre del teléfono celular del ojiazul empezó a sonar,  Gaara paseo su vista para encontrar el dichoso aparato.

 

- ¿podrías pasármelo? Esta encima del tocador - dándose vuelta en la cama.

 

- claro - hiendo hasta allí y tomando el aparato para entregárselo al rubio pero deteniéndose a medio camino al ver el nombre Kiba titilando en la pantalla.

 

- ¿Qué sucede? - extrañado al ver a Gaara observar el aparato sin hacer ningún movimiento.

 

- problemas - susurro bajito.

 

- ¿Qué dices? - sentándose en la cama.

 

- nada - entregándole el teléfono al tiempo que su expresión cambiaba a una de total desagrado,  lanzo el teléfono sobre la cama del ojiazul.

 

- ¿pero que mosca le pico? ¡Kiba! - Al mirar la pantalla - ¡que bueno que llamaste! ¿Tu correo? - Dirigiendo su vista a la computadora - no recibí ninguno... ¿ayer? ¡Te digo que no recibí nada! - Gaara lo veía por el rabillo del ojo - ¿en serio? ¡Eso es genial! - Desviando su mirada de vez en cuando hacia el pelirrojo - de acuerdo,  iré a recogerte,  ¡espérame! - terminando la llamada.

 

- ¿a que viene tanto alboroto? - aunque por las frases dichas por Naruto,  ya sabia de que se trataba.

 

- Kiba vendrá a pasar unos días con nosotros - notificando al pelirrojo.

 

- grandioso... buenas noches - quitándose el pantaloncillo y tendiéndose en la cama dándole la espalda al rubio,  que esta vez,  se quedo mirando el magnifico cuerpo del mayor como hipnotizado.

 

- ¿estas molesto? - mirando al piso.

 

- ¿Por qué habría de estarlo? ¿Es tu amigo,  no? - mentía,  verdaderamente estaba furioso,  no solo no había avanzado nada con Naruto sino que encima ahora tenia que lidiar con un posible rival por el afecto del rubio.

 

- ¡como digas... buenas noches! - metiéndose de nuevo en la cama decepcionado por la contestación del mayor.

 

- "¿crees que te dejare ir solo a buscar a ese entrometido? ¿Crees que le daré la oportunidad de estar a solas contigo? ¡Ni lo sueñes! Nunca antes desee que alguien empeorara  su enfermedad... como ahora - escuchando estornudar al rubio repetidamente - pero en el amor... todo se vale" - sonriendo de medio lado.

 

- "parece que no le importa para nada que Kiba este aquí... tonto,  ¿pero que estoy pensando? ¿Por qué habría de importarle? el tiene a alguien especial... y no soy yo - sacudiendo su cabeza - ¡aquí vamos de nuevo! Serénate Naruto,  analicemos esto con calma,  el me mira... me sonrojo, me toca y tiemblo,  que tenga alguien especial me pone celoso y que no le importe que otro se me acerque,  me pone furioso- analizando todas las sensaciones que el ojiverde le hacia sentir - ¡rayos,  estoy enamorado de ese cabeza de fósforo!" ¡No puede ser! - grito sobresaltando al pelirrojo.

 

- ¿Qué pasa? - girando su cuerpo desnudo hacia la cama del rubio.

 

- n-nada,  solo pensaba en voz alta y... ¡Achisss,  Achisss, Achisss! ¡Demonios! - estrujándose la nariz con el pañuelo hasta casi borrarla.

 

- parece que empeoras - comento el pelirrojo sintiendo un fresquito por dentro,  no pensando darle ninguna medicina esta vez.

 

- mi nariz parece las Cataratas del Niagara - botando el pañuelo a un lado totalmente mojado.

 

- toma - dándole la caja de pañuelos desechables al tiempo que se sentaba a su lado en la cama.

 

- gracias... "¡aléjate,  aléjate o te morderé... de buena manera claro!" - Al contrario Gaara se le pegaba mas - ¡lo hace a propósito! ¿Qué anda buscando,  que pierda la cabeza? El tiene a alguien... ¡recuérdalo!... no boy a ser el sustituto de nadie - ¿quieres que te pegue el resfriado? Pues... ¡Aquí tienes! - lanzándosele encima.

 

Besandolo por impulso,  y por impulso,  también salio corriendo de la habitación escaleras abajo,  Gaara reacciono de la sorpresa poniéndose el pantalón,  solamente,  para ir tras el,  Naruto miraba hacia atrás mientras corría descalzo por la arena con el pelirrojo pisándole los talones, la carrera del ojiazul se hacia mas lenta debido a la falta de aire agravada por el resfriado.

 

- ¡eres mío! - alcanzándolo sin dificultad y tumbándolo en la arena.

 

- "eso quisiera,  pero..." ¡d-déjame r-respirar cof, cof! - trataba de decir agitadamente pero la tos casi no lo dejaba hablar.

 

- ¿Por qué? ¿Por qué me besaste? - deseoso por la respuesta mantenía al rubio prisionero debajo de su cuerpo y su rostro pegado al de el - dímelo,  dímelo Naruto - demandaba ansioso.

 

- no me parece justo que sea yo el único que sufra - jadeando por el cansancio y otras cosas.

 

- te lo devuelvo - apretando un poco la cara del rubio haciendo que este abriera la boca e introdujo su lengua enredándola con la del menor en un beso bastante fogoso.

 

- Mnnp... - aparto a Gaara para poder respirar ya que su nariz  tapada no dejaba pasar el aire.

 

- eso es un beso - jadeando también pero por la excitación y el deseo creciente.

 

- mi primer... beso... -  dijo el rubio tocando sus labios,  música para los oídos de Gaara.

 

- ¿Qué hay del que me diste? - poniendo ambas manos en las mejillas del rubio.

 

- ese no cuenta,  solo trataba de pasarte mis microbios - el pelirrojo sonrió.

 

- creo que acabas de hacer un buen trabajo - sacudiendo algo de arena del cabello rubio.

 

- ¿Gaara... como es el? - debido a lo que había comenzado a sentir por el pelirrojo su curiosidad era aun mayor.

 

- ¿quieres la verdad? - Naruto asintió - no me gusta... me enloquece,  he tratado de acercármele  de muchas formas pero el... - Naruto serró sus ojos por un momento sintiendo que lo habían golpeado con un martillo.

 

- ¿algo mas que agregar? - echando al pelirrojo a un lado y sacudiéndose la arena regreso a la casa.

 

- Naruto... - regresando también - ¿Naruto? - Al no verlo en la habitación, también  miro en el baño y nada - ¿Dónde estas? - Después de recorrer la casa por entero y no encontrarlo empezó a preocuparse - ¿Dónde, donde? - regreso a la habitación.

 

Entre una cosa y la otra eran casi las cinco de la mañana cuando Gaara entro en la habitación y vio a Naruto totalmente vestido para salir.

 

- ¿Dónde estabas? Te busque por todas partes y... ¿A dónde vas? - agarrándolo por el brazo.

 

- donde estaba no importa... en cuanto a lo otro,  voy a buscar a Kiba a la estación de autobuses - tomando su celular y metiéndolo en su bolsillo.

 

- iré contigo - un sonido de claxon se escucho en la entrada.

 

- es tarde,  el taxi esta aquí  - saliendo del cuarto.

 

- ¡maldición! ¿Qué fue lo que hice esta vez? - golpeando el marco de la puerta con el puño.

 

- ¿Cuál es la tragedia? - se escucho la voz del peligris en el pasillo.

 

- eso quisiera saber,  pero al parecer hice o dije algo que no debía y ahora Naruto... - bajando su cabeza.

 

- ¿Qué sucede con el? - entrando en la habitación.

 

- no esta aquí,  fue a la estación a recoger al tal Kiba - apretando sus puños con rabia contenida.

 

- ¿Kiba? - el pelirrojo entro y se sentó en la cama.

 

- lo llamo diciendo que pasaría unos días aquí - Kakashi sonrió con malicia.

 

- parece que se te avecina un gran problema - sentándose frente a el en la cama de Naruto.

 

 - ¿Qué quieres decir? - pensando que no le iba a gustar lo que venia a continuación.

 

- veras... Naruto y Kiba crecieron prácticamente juntos,  y este siempre ha mostrado un interés particular por mi hijo... ¿me entiendes verdad? - prosiguió el peligris - es extremadamente difícil lidiar con personas que se entienden solo con una mirada,  que han creado vínculos que solo ellos entienden y te dejan fuera de su mundo particular... pero se que no te rendirás ¿cierto? Me vuelvo a la cama,  tu padre me esta esperando - apretando el hombro de Gaara antes de salir para darle ánimos.

 

- primero muerto,  no me importa que clase de lazos tengan... Naruto será mío - con la cabeza entre sus manos.

 

Imposible regresar a la cama,  no podría dormir aunque quisiera hasta que el gitsune volviera a la casa,  se acerco a la ventana con intenciones de no abandonarla hasta que su hermoso ojiazul apareciera en la reja de entrada, entretanto en el taxi Naruto repasaba en su mente los últimos acontecimientos entre el y Gaara,  comenzaba a sentirse algo mareado y sus mejillas se tornaron rojas.

 

- "todo esto es una estupidez... ¿Cómo pude pensar que...? - recostando su cabeza en el respaldo del asiento.

 

- ¿se siente bien joven? - pregunto el conductor viéndolo por el espejo retrovisor.

 

- solo es un resfriado sin importancia... gracias por preguntar - con los ojos serrados.

 

- ¿seguro? No tiene buena cara - llegando a la estación,  en realidad no era tan lejos,  apenas un par de kilómetros de la casa.

 

- estaré bien,  ¿podría esperar? Le pagare,  solo vine a recoger a alguien - saliendo del auto.

 

 - no hace falta muchacho,  espero no tardes... no te ves bien - Naruto levanto su mano en señal de acuerdo.

 

Verdaderamente los síntomas del resfriado comenzaban a agravarse con la subida de temperatura de su cuerpo,  en ocasiones su vista se tornaba borrosa debido a la fiebre presente,  dándole la sensación que en cualquier momento se desmayaría.

 

- ¡Oe,  Naruto! ¡Aquí estoy! - corriendo hacia el,  Naruto solo levanto su mano en señal de que lo había visto - ¡que poco entusiasta,  parece que no te alegraras de...! ¿y esa cara? - El moreno puso su mano sobre la mejilla del ojiazul - ¡tienes fiebre! ¿No me digas que te resfriaste... de nuevo? - agarrándolo por los hombros.

 

- lo notaste... tengo un taxi esperando ¿vamos? - subiendo al auto y regresando a la casa donde una impaciente figura en la ventana los esperaba,  a Naruto mas bien.

 

El ruido de la reja al abrirse llamo la atención de Gaara que rápidamente se coloco una camiseta y corrió escaleras abajo como un desquiciado,  al abrir la puerta se encontró con un cuadro nada agradable para el,  Kiba sujetaba al kisune por la cintura y la cabeza de este se apoyaba en el pecho del moreno mientras jadeaba y sudaba por la fiebre.

 

- Naruto... - en un pestañeo tomo al rubio entre sus brazos y lo cargo hasta la habitación seguido por Kiba.

 

- ¿tu eres...? - soltando el bolso en el suelo al lado de la cama del rubio.

 

El pelirrojo apretó sus dientes al contestar - Gaara,  su hermano mayor - mientras cubría al gitsune con la manta y corría al baño a buscar la medicina para bajar la fiebre de Naruto.

 

- Kiba,  su mejor amigo,  y tal vez... - sentándose en la cama del ojiazul y a punto de tocar su rostro pero...

 

- ¿me permites? - agarrando la mano del moreno antes de que llegara a su objetivo,  el pelirrojo se sentó delante de Kiba negándole todo acceso al ojiazul - Naruto... ¿me escuchas? Debes tomar esto - el rubio abrió un poco los ojos y la boca para tomar la capsula que Gaara le ofrecía,  este sujetaba su cabeza y le dio de beber del baso en su mano.

 

- gracias... Gaara - mirando los ojos verdes.

 

- ahora duerme,  estarás mejor cuando despiertes - pasando su mano por la mejilla del rubio.

 

- esto no es nuevo para mi,  desde que éramos pequeños y debido al trabajo de su padre... yo siempre me encargaba de cuidarlo cuando enfermaba - comento el moreno acercándose a la puerta de la habitación.

 

- ahora me tiene a mi - observando al gitsune desde la puerta de la habitación.

 

- ¿Kiba? - el peligris se acerco a ellos seguido de Itachi.

 

- ¡señor Uzumaki! - saludándolo de mano.

 

- Gaara,  ¿y Naruto? - asomándose a la habitación de los chicos.

 

- tiene un poco de fiebre pero ahora duerme tranquilamente - el padre del ojiazul respiro aliviado.

 

- de seguro después  despertara gritando que se muere de hambre... como siempre - dijo Kiba guiñándole un ojo al padre de Naruto.

 

El pelirrojo sentía que no era parte de esa situación - lo conoces bien... ¿cierto? - los celos comenzaban ha hacer estragos en el.

 

- mas de lo que te imaginas... y deseo conocerlo aun mas - dijo en forma retadora,  no le había agradado mucho la forma en que el pelirrojo miraba a Naruto.

 

- ya, ya... dejémosle descansar,  vamos... les preparare el desayuno - dijo Itachi sacando a todos de la habitación  y dejando la puerta entreabierta.

 

- ¿tuviste buen viaje,  Kiba? - hablaba Kakashi bajando las escaleras.

 

- en realidad estoy molido,  en cuanto recibí el correo de Naruto quise venir lo mas rápido posible y por lo tanto no conseguí boleto de avión,  así que tuve que hacer todo el camino en autobús... demasiadas horas - estirando sus brazos y doblando su cintura - le mande un correo advirtiéndoselo pero nunca me contesto - el pelirrojo reía por dentro.

 

- lo importante es que ya estas aquí,  ¿tus padres,  todo bien? - entrando todos a la cocina.

 

- descansando,  al igual que ustedes - bostezando por el cansancio.

 

- si quieres puedes darte un baño mientras esta el desayuno... soy Itachi,  el... - Kakashi lo interrumpió.

 

- ¡Oh! Lo siento,  el es mi esposo,  y este es Gaara,  su hijo... y ahora también mío - hizo las presentaciones el peligris.

 

- encantado de conocerlos,  Inuzuka Kiba... para servirles - haciendo lo propio el moreno - bien,  creo que aceptare ese baño... o creo que me quedare dormido aquí mismo - levantándose y dirigiéndose a la habitación de los chicos en donde  había dejado su bolso.

 

La inquietud se apoderaba del cuerpo de Gaara - regreso enseguida - los mayores se miraron sabiendo a donde se dirigía.

 

- creo que las cosas se pondrán algo tensas por aquí - agarrando la taza con café que Itachi le ofrecía.

 

- así parece... pero no podemos involucrarnos en eso... es algo que ellos deben decidir ¿no crees? - opino el moreno mientras continuaba con su labor de preparar el desayuno,  el peligris lo abrazo por la espalda y beso su cuello,  estaba de acuerdo.

 

Kiba abrió la puerta de la habitación mientras Gaara lo observaba desde el pasillo sin que el otro lo viera,  cruzó la habitación hasta la cama de Naruto para tocar su rostro...

 

- ¿no y que te ibas a bañar? - cruzando la puerta el pelirrojo.

 

- no deberías asustar así a las personas - tomando su bolso y dirigiéndose al baño.

 

- me disculpo por eso - hablando en voz baja para no molestar al rubio.

 

- saldré enseguida - serrando la puerta del baño.

 

- puedes tardarte todo lo que quieras... y si es para siempre, mejor - susurro Gaara.

 

Esta vez fue el ojiverde el que se acerco al rubio y se sentó a su lado,  lo miro por un momento y acercando su rostro al del rubio pego su frente a la de el serrando sus ojos,  sus respiraciones se mezclaban en una sola.

 

- ¿Qué haces? - murmuro el rubio abriendo sus ojos,  pero ni así Gaara se separo de el.

 

- ya no tienes fiebre... me da gusto,  ¿Cómo te sientes? - poniendo su mano en la mejilla del ojiazul.

 

- para eso existe algo llamado termómetro ¿sabes? - reflejándose en los ojos verdes.

 

- pero no son muy confiables,  créeme - viéndose así mismo en los azules.

 

- ¿Dónde esta Kiba? - recorriendo la habitación con la mirada.

 

- ¿ya lo echas de menos? Esta bañándose - levantándose molesto por la pregunta del rubio.

 

- tan solo preguntaba... ¿Por qué te molesta? - sentándose en la cama.

 

- ¿Quién dijo que estoy molesto? - tomando su preciado libro y tumbándose en la suya.

 

- tu cara,  en el corto tiempo que hemos pasado juntos he empezado a conocer cuando algo te agrada o te molesta - levantándose e hiendo al armario a buscar ropa que ponerse.

 

- el baño esta ocupado ¿piensas vestirte delante de mi? - poniendo el libro sobre su pecho.

 

-  es eso,  o meterme en el baño con Kiba...  no seria la primera vez  - del tiro Gaara quedo sentado en la cama.

 

- ¿te ha visto desnudo? - echando fuego por los ojos.

 

- muchas veces... cuando éramos niños - bajándose el pantalón junto con su ropa interior y mostrando su cuerpo desnudo por la espalda,  el pelirrojo trago duro.

 

- y pensar que te hacías el inocente conmigo - tomando la almohada y colocándola en su regazo a fin de ocultar la rigidez que comenzaba a formarse en su entrepierna.

 

- no compares,  tu eras un desconocido,  el y yo crecimos juntos - agachándose  mientras se colocaba la ropa interior y le mostraba al pelirrojo el paraíso terrenal.

 

- Oooh... mi dios  - murmuro el pelirrojo.

 

- ¡despertaste,  mi lindo cachorro! - Grito Kiba en la puerta del baño con tan solo una toalla alrededor de su cadera,  al ojiverde se le bajo la lívido de tan solo escucharlo - ¿listo para la acción? - lanzándose sobre el ojiazul y haciéndolo caer en la cama con el encima,  recuerden que están medio desnudos... o medio vestidos,  como ustedes prefieran.

 

- ¡no,  por favor,  Kiba! - grito Naruto al ver los dedos del moreno agitarse frente a su cara,  sabia lo que venia a continuación - ¡jajaja... ya basta,  jaja K-Kiba - se revolvía bajo el cuerpo del Inuzuka por las cosquillas,  era una costumbre que tenían desde niños - ¡detente,  baka! - apretando la nariz del moreno,  surtiendo efecto.

 

- así me justa... vuelves a ser tu - sentándose en el borde de la cama - cuando fuiste a por mi,  parecías un vampiro a dieta de verduras y pálido como la mismísima muerte - sacando ropa de su bolso.

 

El pelirrojo se acerco a ellos - ¿Quién diría que hace unas horas estabas como pidiendo boleto para el mas allá? - agarrando al ojiazul por la mano y tirando de el para que se levantara - termina de vestirte,  el desayuno debe estar listo - mirando intensamente al rubio a modo de reclamo.

 

- me muero de hambre... - apretando la mano del pelirrojo en contestación a su mirada,  como en una guerra silenciosa - Kiba... ¿A dónde te gustaría ir en la tarde? - preguntaba sin apartar su mirada de la de Gaara.

 

- tú dime - terminando de vestirse.

 

- apenas acaba de bajársete la fiebre ¿y ya piensas salir por ahí? - razonaba el pelirrojo con la cara muy seria.

 

- ya estoy bien... siempre pasa igual,  me resfrió a medio morir pero me recupero rápidamente - sacándole la lengua al ojiverde.

 

- y después dices que yo soy el extraño - le contesto Gaara dándole un coscorrón el la cabeza a su hermano.

 

- eres cruel... - masajeando su cabeza - ... Kiba,  eres nuestro invitado... tu eliges - soltando la mano del mayor y terminando de  vestirse.

 

- déjame ver... ¿terminaron la discoteca? - poniendo su brazo sobre los hombros de Naruto,  el pelirrojo lo miro feo.

 

- ya estuve allí... es alucinante - mirando al pelirrojo - pero no me siento con ánimos de estar rodeado de gente echándoseme encima... no hoy al menos  - Kiba lo apretó un poco contra de el.

 

- ¿Qué tal el cine? Hay una película que he querido ver hace tiempo - sonriendo con malicia.

 

- ¿te refieres a...? - poniendo cara de desagrado.

 

- ¡Grrrrr... esta bien! ¡Tú ganas! - Gaara los miraba sin entender de que hablaban - ¡a desayunar! - Naruto agarro la mano del pelirrojo arrastrándolo con el,  Gaara sonrió complacido.

 

Bajaron la escalera con el kisune a la cabeza y todavía agarrado de la mano del ojiverde,  Gaara lo detuvo antes de entrar a la cocina dejando que el moreno se adelantara a ellos.

 

- ¿a que viene tanta efusividad de tu parte? - mirando las manos agarradas.

 

- quiero que nos acompañes al cine... por favor - con suplica en sus ojos.

 

- ¿Por qué? creí que querías estar a solas con tu... "amigo" - el gitsune arrugo sus ojos.

 

- ¡olvida lo que te dije! - Soltando la mano del pelirrojo bruscamente - ¡entonces será a el a quien me abrase! - entrando en la cocina.

 

- ¿Qué cosa... abrasarse a el? - cansándose de los acertijos entro en la cocina con intención de pedirle una explicación al rubio.

 

- ¡Naruto,  veo que ya te recuperaste! - dijo el peligris abrazando a su hijo.

 

- ya sabes como es esto,  me resfrió y al minuto siguiente ya estoy bien - sentándose a la mesa - y muerto de hambre además - tomando una manzana del frutero.

 

- siéntense y disfruten el desayuno,  que por la hora yo diría,  mas bien,  almuerzo - comento Itachi sentándose junto al peligris.

 

- ¡muy bien,  nenes! Les notifico que esta noche estarán por su cuenta - mirándolos a los tres - nosotros saldremos a cenar y luego... de cualquier manera,  pórtense bien y cualquier cosa me llaman al celular - guiñándole un ojo a Itachi.

 

- ¡vamos,  papa... no nos trates como si fuéramos bebes,  aquí  todos somos adultos! - se quejaba el rubio.

 

- ¿en serio? - decía Gaara mirando al menor,   este le saco la lengua.

 

- ¡nos veremos chicos,  no hagan nada que yo no haría! - dijo el peligris tomando del brazo a Itachi y saliendo de la cocina.

 

- ¿Kiba,  estas bien? - viéndolo con la cabeza apoyada en su mano y sus ojos serrados.

 

- me muero del sueño - bostezando.

 

- sube y descansa un rato,  puedes usar mi cama... también dormiré un rato después de terminar aquí - recogiendo los platos de la mesa.

 

- te haré un lugar,  no tardes - guiñándole un ojo, al pelirrojo se le revolvió la sangre.

 

- ¡lado izquierdo! - dijeron ambos a la vez,  el moreno alzo su dedo y desapareció de la cocina.

 

- ¡ven aquí! - Gaara jalo al ojiazul del brazo y lo acorralo entre su cuerpo y el fregadero - ¿Qué significa eso de tener que abrazarte a el? - con sus brazos a los lados del cuerpo del rubio.

 

- las películas de terror,  el las adora,  yo las detesto y lo sabe... pero le gusta que las vea con el porque sabe que lo abrazare por el miedo... es algo tonto pero... ya que te llenas la boca diciendo que eres mi hermano mayor... asume tu papel - haciendo a un lado al pelirrojo - ya termine aquí - marchándose.

 

- "¿Qué es lo que estoy haciendo? ¿Tendría que rendirme? ¡No,  no puedo! Estoy confundido,  a veces pareciera que quiere acercarse a mi pero... después me aleja y no termino de comprender que es lo que realmente piensa o... siente" - Gaara sacudió su cabeza con frustración - sea como sea,  no te dejare escapar de entre mis dedos así como si nada,  Naruto - poniendo en marcha el lavaplatos y saliendo de la cocina.

 

El pelirrojo entro a la habitación y parándose en medio de ella observo al kisune acostado en su cama,  del otro lado Kiba dormía a pierna suelta con los brazos abiertos no dejando lugar para nadie mas,  ¿seria esa la razón de que el ojiazul estuviera en su cama? Pensaba el ojiverde,  fuera como fuera, tendría la oportunidad de dormir junto a su adoración y tormento aunque no fuera por el motivo que el deseaba,  muy despacio se acerco hasta el lecho y se acostó apoyando su codo en la almohada para contemplar al bello durmiente en su cama,  con la punta de sus dedos separo un mechón de cabello de la frente del rubio y deposito un tierno beso en ella para después colocarse lo mas cerca posible del cuerpo de Naruto si llegar a tocarlo,  lo que suponía un esfuerzo titánico  para el pelirrojo, ya que tenia que contener las ansias de abrazarlo y unirlo a el por completo,  aunque pensaba que era mejor no precipitarse y que las cosas se dieran por si solas era algo que no estaba asegurado y eso lo ponía entre la espada y la pared,  Naruto se movió un poco como quien va a despertar pero por el contrario se pego al cuerpo de Gaara como buscando su calor,  lo que desconcertó algo al pelirrojo,  pero no queriendo pensar mas lo abrazo atrayéndolo hacia el  suspirando largamente.

 

- Mmm... yo te... - susurro Naruto entre el sueño y la vigilia.

 

- ¿Qué, Naruto? - le susurro a la vez el pelirrojo, aunque sabia que tal vez no lo escucharía,  pero quería saber que trataba de decir en sueños el ojiazul.

 

- ... te amo... - dijo el gitsune dándole la espalda al ojiverde.

 

- ¿Q-Qué... d-dijiste? - A Gaara casi se le sale el corazón por la boca al escucharlo - Naruto... - abrazándolo por la espalda - "¡espera! ¿Habla de mi o de...? - apretando sus dientes.

 

Un nuevo problema para el pelirrojo,  la duda que se había instalado en su mente era un punto mas que agregarle a su ya atormentado corazón,  ¿Cuál de los dos? ¿A quien amaba el ojiazul? ¿Seria a el o al estorbo moreno?,  no quería pensar en ello o sentía que se volvería loco,  ya cruzaría ese puente cuando llegara a el,   con la serena respiración del rubio y los latidos de su propio corazón zumbando en sus oídos y abrazado a Naruto el ojiverde se quedo profundamente dormido,  dos horas mas tarde...

 

- "siento como si tuviera una cadena alrededor de mi pecho, pero... no me oprime,  por el contrario,  la siento tibia, acogedora y..." - pasando su mano por el brazo del pelirrojo - "¿pero que es esto?" - Abriendo sus ojos de golpe - ¡¿Oye,  crees que soy tu oso de peluche,  o que?!  ¡¡Gaara!!! - el fuerte grito despertó al moreno de la cama contigua haciendo que casi se cayera de ella.

 

- ¿q-que paso? - Preguntaba Kiba aun con su cerebro medio dormido - ¿Qué haces ahí? - Refiriéndose a la cama del pelirrojo,  el ojiazul volteo su rostro hacia Gaara quien tenia una sonrisa de saber algo que el otro ignoraba - ¿Qué demonios haces en esa cama,  Naruto? - en voz gruesa y desafiante.

 

El rubio se levanto rápidamente de la cama y encaro al moreno - ¡la culpa es tuya,  no dejaste lugar en la cama para nadie mas!!! - gritaba furioso el gitsune.

 

- eso nunca te detuvo antes - le recordó el moreno cruzando sus brazos,  lo que no agrado para nada al pelirrojo al escucharlo.

 

- ¿salimos o que? - pregunto el pelirrojo para acabar con la conversación al tiempo que se levantaba.

 

- ¡claro que si! ¿Cierto, Kiba? - respondió el rubio acercándose al moreno.

 

- por supuesto,  no me lo perdería por nada del mundo - pasando su brazo por los hombros de Naruto,  Gaara los miraba de reojo mientras sacaba ropa del armario.

 

- apuesto a que no - murmuro el pelirrojo.

 

- por cierto... ¿Dónde dormiré esta noche? - pregunto el moreno como quien no quiere la cosa  poniendo su mano en la cintura del rubio.

 

Naruto miro por un momento a Gaara - pues... - como esperando una reacción del mayor.

 

- ¿Qué te parece el salón? El sofá es muy cómodo - opino el ojiverde sin siquiera mirarlo.

 

- creo... que la cama de Naruto es suficientemente grande para que quepamos los dos ¿cierto? - sonriéndole al rubio,  Gaara apretó sus puños en la camisa que tenia en sus manos.

 

- ¿tu crees? Por el modo como dormías...  lo dudo - comenzando a vestirse.

 

- tan solo fue... porque me faltaba el calor del cuerpo de Naruto a mi lado... el si sabe como hacerte sentir bien al dormir - dijo el moreno con voz sensual.

 

Cada palabra del moreno salía a conciencia para fastidiar al pelirrojo,  la guerra entre los dos estaba declarada y el premio mayor, parado en medio de ambos, miraba de uno a otro advirtiendo la atmósfera cortante que se había formado  entre ellos.

 

- ¡ya déjense de tanta cháchara y salgamos de una vez! - recrimino el rubio acabando con esa situación... al menos por ahora.

 

- como tú digas... cariño - dijo el moreno haciendo una reverencia al rubio,  un disparo al pelirrojo y no precisamente con una bala de salva.

 

- ya estoy listo,   ustedes son los lentos... los espero abajo - dijo Gaara saliendo de la habitación antes de tener que retorcerle el pescuezo al moreno,  Naruto se sintió decepcionado y triste.

 

- ¡ese idiota! - Pateando el sofá como si este tuviera la culpa de su frustración - ¡demonios! Pero no te dejare ni a sol ni a sombra,  Naruto... me pegare a ti como sello en un sobre - exhalando aire con fuerza se sentó en el sofá a esperar a los otros.

 

- ¡estamos listos! - anunciaba el moreno desde lo alto de la escalera y con su brazo alrededor de la cintura del rubio,  visión fatal para Gaara a la cual pondría remedio rápidamente.

 

- ¡dense prisa o llegaremos tarde a la película,  o lo que sea! - grito el pelirrojo subiendo los escalones y agarrando a Naruto por la mano para arrastrarlo con el hasta la puerta de salida.

 

- ¡esperen! - corrió el moreno tras ellos.

 

Esa prometía ser una salida bastante interesante y movida,  el pelirrojo se dirigió a la cochera,  Naruto lo seguía,  no le quedaba otro remedio, preguntándose  porque Gaara iba hacia allá,  al llegar soltó la mano de Naruto y fue hacia un rincón de la espaciosa cochera y quito una gruesa lona descubriendo lo que había debajo de ella,  los ojos de los menores se abrieron de par en par al contemplar dos estupendas motocicletas de ultimo modelo.

 

- ¡Wouuu! ¡Están increíbles! - dijo Kiba acercándose.

 

- no sabia que había motocicletas en la cochera ¿son tuyas? - mirando al pelirrojo.

 

- y tuyas... ¿sabes usarla? - mirando desafiantemente al moreno.

 

- ¿quieres ver? - respondiendo al desafío silencioso del pelirrojo.

 

- con estas iremos a la ciudad - dijo el pelirrojo agarrando una de ellas.

 

- no me agradan las motocicletas,  son... peligrosas - dijo Naruto agarrando sus brazos.

 

- ¿quieres ir caminando hasta allá? Jajajaja... - reía el moreno.

 

- ¿les tienes miedo acaso? - preguntaba el pelirrojo.

 

La cara del gitsune se puso roja y salía humo por sus orejas - ¡los dos son unos idiotas! - grito con todas sus fuerzas y salio corriendo de allí hacia la reja de salida a la calle.

 

- ¡Naruto! - grito Gaara encendiendo la motocicleta y precipitándose hacia la reja.

 

- ¡déjame en paz,  baka!!! - al sentir el brazo del pelirrojo sujetarlo por la cintura.

 

- déjame llevarte,  te prometo que no sucederá nada malo ¿de acuerdo? - haciendo que se sentara tras de el y pasando los brazos del rubio por su cintura - puedes sujetarte tan fuerte como quieras - guiñándole un ojo al rubio.

 

- si por tu culpa me caigo de esta cosa... te matare - le susurro al pelirrojo en el oído.

 

- si tu lo haces... moriría feliz - besando la mejilla del rubio.

 

- ¿Qué significa eso? - pregunto extrañado el ojiazul.

 

- solo lo que dije - arrancando la motocicleta tan rápido que hizo que Naruto lo estrechara con gran fuerza hasta casi hacerle crujir las costillas.

 

- ¡ese aprovechado! -  grito el moreno pegándose prácticamente de la parrilla del pelirrojo.

 

- ¡Gaara,  mas despacio... por favor! - pedía el rubio con su cabeza pegada a la espalda del pelirrojo y los ojos cerrados.

 

- lo siento,  creo que me emocione demasiado - bajando la velocidad y poniendo su brazo sobre los que sujetaban su cintura para tranquilidad del rubio.

 

Y en plan paseo llegaron a la ciudad y se adentraron en el centro comercial,  donde dejaron las motocicletas a buen recaudo y se dirigieron al piso donde estaban las salas de cine,  Kiba se entretenía mirando los carteles de las películas de cada sala hasta encontrar lo que buscaba.

 

- sala 3 - señalando con el dedo el cartel de la película de terror que quería ver.

 

- santo dios... - murmuro el gitsune rodando sus ojos.

 

- ¡vamos, vamos, vamos! - empujando a ambos hacia la sala.

 

- este... voy a comprar palomitas y sodas - escapándose hacia el puesto de golosinas.

 

- ¡voy contigo! - Kiba siguió al ojiazul - ¡resérvanos unos asientos! - dirigiéndose al pelirrojo.

 

- claro... no hay problema - contesto el ojiverde adentrándose hacia la oscura sala.

 

Parado en lo alto del largo pasillo que separaba ambas filas de butacas,  Gaara se decidió por una de las ultimas filas cercana a la entrada de la sala e inteligentemente se sentó en el segundo puesto dejando  vacio el primero,  todo eso con un simple propósito,  asegurarse de que el rubio tomara el asiento que daba al pasillo,  alejando la posibilidad de que quedara sentado junto al moreno,  la gran pantalla se ilumino mostrando las primeras escenas cuando Kiba y Naruto entraron a la sala,  esperando a que sus ojos se adaptaran a la tenue oscuridad del recinto miraban a ambos lados buscando una cabellera roja que les indicara a donde debían dirigirse,  Gaara levanto su mano solucionando el problema.

 

- esta a punto de empezar - dijo Gaara poniendo su mano en el asiento y mirando directamente a los ojos azules del rubio esperando que este entendiera el mensaje.

 

- no me digas - captando al vuelo la indirecta del ojiverde.

 

Kiba miro con disgusto al pelirrojo pues este había estropeado sus planes de tener a Naruto a su lado como había previsto,  Gaara lo miraba de reojo con una media sonrisa de satisfacción en su rostro.

 

- ¿te quedaras ahí? - aun parado en el pasillo con un gran vaso de soda en una mano y una caja de palomitas en la otra.

 

- es correcto... recuerda lo que pasa cuando bebo mucho liquido - contesto el ojiazul sin mirarlo.

 

- eso es una excusa,  no importa... me las cobrare después - refunfuño pasando al lado de ambos y sentándose junto a Gaara.

 

La susodicha película comenzó haciendo que el moreno no despegara sus ojos de la pantalla, al contrario del rubio,  que trataba en lo posible,  mirar a cualquier lado que no fuera al frente,  con respecto al pelirrojo,  su verde mirada solo se concentraba en su revoltoso rubio.

 

- ¿quieres? Es deliciosa - ofreciéndole el pitillo que antes había estado en sus propios labios.

 

Gaara agarro las manos que sostenían el vaso con las suyas acercándolas a su boca - al igual que tu - sorbiendo la soda.

 

- supongo que lo mismo le dirás a el... seguro - contesto el rubio no sabiendo por que,  o tal vez si,  celos y la impresión de que el pelirrojo jugaba con el,  lo que era la parte mas dolorosa - no quiero que vuelvas a decir cosas como esas,  no es correcto - fijando por primera vez su mirada en la pantalla justo en una de las escenas mas sangrientas de la película,  su rostro se torno pálido y las nauseas comenzaron a invadirlo, dejando el vaso en manos del ojiverde tapo su boca con las suyas y salió corriendo con destino al baño.

 

- ¿Naruto? - pasando el vaso de soda a Kiba y saliendo tras el rubio,  el moreno estaba tan concentrado en la película que ni cuenta se dio de lo que pasaba.

 

Naruto entro como una exhalación en el baño y se encerró en uno de los cubículos,  sin poder aguantar las nauseas vomitó hasta el alma junto con el refresco y las palomitas antes comidas,  el pelirrojo lo escuchaba desde afuera sintiendo ese malestar como si fuera suyo,  preocupado golpeo varias veces la puerta sin obtener respuesta.

 

- ¡Naruto! ¡Me estas asustando!  ¡Ábreme por favor! ¿Naruto? - gritaba desesperado el pelirrojo del otro lado de la puerta.

 

El ruido del pestillo al abrirse se escucho para luego dar paso a un sumamente pálido Naruto,  Gaara con sus manos a ambos lados de la puerta lo miraba con preocupación.

 

- ¡aaaah...  me voy a morir! - dejándose caer sobre el pecho del ojiverde.

 

- no sin mi, ¿escuchaste?- abrazando a su amado rubio.

 

Naruto se deshizo de los brazos del pelirrojo y camino tambaleándose hacia uno de los lavabos para enjuagar su boca y rostro,  Gaara intento poner su mano sobre el hombro del rubio pero este se aparto.

 

- quiero regresar a casa... ahora - caminando hacia la puerta del baño.

 

- pero... - caminando hacia el.

 

- si no quieres llevarme... - encarándolo - ... me iré solo - empujando la puerta del baño.

 

- no te dejare hacer eso... vamos - agarrándolo por el brazo,  lo cual Naruto rechazo.

 

- puedo solo - caminando delante de Gaara hacia el estacionamiento donde guardaban las motocicletas.

 

- ¡terco! - murmuro el ojiverde.

 

De vuelta a la carretera Gaara conducía lentamente a fin de no molestar al rubio,

Naruto dejaba que la brisa de la noche bañara su rostro y cabello que parecía brillar bajo la luz de la luna,  al pasar por un claro a la derecha de la carretera...

 

- ¿podrías detenerte un momento? - pidió el rubio.

 

El mayor obedeció sin siquiera preguntar el motivo y detuvo la motocicleta a orillas de la carretera,  el ojiazul se bajo y camino a lo largo del claro para luego acostarse en la hierva con su rostro dando a las estrellas,  en su mente se apilaron a la vez todos los momentos en que el pelirrojo había sido insinuante con el y la fotografía que este contemplaba con sumo anhelo,  las lagrimas rodaron por las mejillas del ojiazul siendo incapaz de retenerlas en la prisión de sus lagrimales,  al parecer había llegado a su limite de frustración y dolor,  el que jamás pensó sentir en su vida,  dolía,  dolía mucho no ser el receptor de todo esos sentimientos y deseos,  Gaara aparco la motocicleta y se acerco a el,  Naruto al darse cuenta de ello puso su brazo sobre sus ojos para cubrir sus lagrimas pensando que no podía ser mas patético que en ese momento.

 

- ¿te sientes mejor? - sentándose al lado del rubio,  este solo asintió con su cabeza - ¿sabes? Resulta muy interesante lo que las personas pueden llegar a decir en sueños - recordando lo acontecido en la tarde.

 

- ¿a que viene eso? - sin apartar su brazo de sus ojos.

 

- ¿a quien amas,  Naruto? - mirando al rostro del rubio,  o a su brazo mas bien.

 

- ¿Qué? - quedando sentado por la sorpresa de la pregunta.

 

- ¿estas... llorando? - al ver los ojos húmedos del gitsune.

 

- nada que tenga que ver contigo - queriendo levantarse.

 

- ¡todo lo que tenga que ver contigo tiene que ver conmigo!!! - sujetándolo para que no se levantara.

 

- ¿Por qué somos hermanos? - tratando de soltarse.

 

- ¡por que yo...! - acostándolo en la hierva y situándose sobre el.

 

- ¡desde que te vi por primera vez has estado coqueteando conmigo a pesar de que tienes pareja! ¡Haciéndome sentir como un idiota y sustituto de alguien mas! ¡Eres de lo peor! - Sacudiéndose por la rabia - ¡debería ser a Kiba a quien ame... al menos soy yo al que el quiere! ¡Estoy harto de este juego,  déjame solo,  basta! - gritaba el rubio con dolor en su corazón.

 

- ¿debería ser Kiba? ¿Fue eso lo que dijiste? ¿Eso significa lo que creo que significa? - Agarrando la cara del rubio con ambas manos - ¿tú me amas, Naruto? - con la esperanza pintada en sus ojos verdes.

 

- ¿amarte...  yo? ¡No digas tonterías! ¡Solo me desagrada el hecho de que me tomes por idiota! ¡Quiero irme! - empujando con fuerza al pelirrojo y caminando hacia la motocicleta.

 

- ¡bien,  pero me escucharas cuando lleguemos a casa!!! ¿Entendido? - perdiendo los estribos y pensando que no pasaría de esa noche en la cual   aclararía todo ese asunto.

 

Enfadado como estaba con el rubio acelero a fondo la motocicleta hasta hacer rechinar los neumáticos en el asfalto dejando claras marcas en el,  Naruto se sujeto tan fuerte como pudo para no caer al tiempo que unas cuantas maldiciones pasaban por su mente,  en un abrir y cerrar de ojos el pelirrojo ya estaba estacionando la moto en la cochera.

 

- ¿estas loco? ¡De tener alas hubiéramos salido volando! ¡Si quieres morir,  hazlo solo,  baka!! - gritaba mientras se dirigía a la entrada de la casa.

 

- ¡eres un histérico! ¡No venia tan rápido como dices!! - también enfadado pero por causa diferente.

 

- ¿me estas llamando nena? - arrugando su rostro.

 

- ¡pues si el zapato te queda...!!! - entrando en la casa y golpeando la puerta al cerrar.

 

- ¡Grrrr... vete al diablo!! - grito el rubio entrando al salón.

 

- ¡claro... así reaccionas cuando no sabes enfrentar la situación! ¿Cierto? - acusaba el pelirrojo sentándose en el sillón.

 

- ¡yo verdaderamente te...! - gritaba el rubio con la cara roja de la ira.

 

- ah-ah... no digas nada de lo que te puedas arrepentir después - enfatizaba el ojiverde.

 

- ¡eres un... necesito un trago! - Gaara lo miro extrañado - ¡por tu culpa ya no se ni lo que digo!! - agitando sus brazos al aire.

 

- ¿y el loco soy yo? - riendo al preguntar.

 

- ¡cállate,  idiota! - tirándole un cojín a la cara y dando en el blanco.

 

- ¡Oye!! ¿Quieres pelear? - Tomando el cojín antes arrojado por el rubio - vas a perder... - levantándose,  Naruto retrocedió agarrando otro cojín.

 

- no me subestimes,  torpe - siseo entre dientes mientras arrojaba su siguiente cojín-bala fallando el objetivo.

 

- mal, mal,  necesitas practica... "corazoncito" - poniendo énfasis en la ultima palabra,  sabia que eso lo molestaría grandemente.

 

-¡trágate esto,  imbécil!!! - arrojando con toda sus fuerzas el cojín en su mano al tiempo que el pelirrojo se agachaba,  Naruto tapo su boca con sus manos.

 

- ¡ja-ja...fallaste!! - grito victorioso el pelirrojo aunque eso no era del todo cierto,  solo que el blanco había cambiado.

 

- muy bonito... me dejan tirado en el cine sin decir una palabra y... helos aquí jugando al corre que te pillo y lanzándose cojines como chicas en fiesta de pijamas... tierno sin duda - puro sarcasmo mezclado con veneno.

 

- fue su culpa... prácticamente me obligo a que lo trajera de vuelta - pasándole el problema al rubio quien lo veía con mirada asesina.

 

- déjame que te explique,  veraz yo... - mientras reía nerviosamente.

 

- lo único que quiero saber es como vas a compensármelo,  Naruto - dijo el moreno afilando sus ojos negros.

 

- este... yo... - conociéndolo sabia que no se conformaría con cualquier cosa,  sin contar que debía admitir que había sido su culpa.

 

- esta noche me quedare en tu cama... - Naruto pensó que eso no era problema - ... y tu dormirás conmigo - eso si que era un "gran problema" - terminando la frase el moreno sabiendo de antemano que el rubio no se negaría a su petición,  lo conocía demasiado bien,  claro que el no contaba con cierto pelirrojo incapaz de admitir tal cosa.

 

- bien,  te la debo - dijo el rubio con apatía,  Kiba sonrió de oreja a oreja,  tal vez no le había resultado lo del cine,  pero al final había salido ganando con el cambio.

 

- ¿no tienen hambre? Prepare unos emparedados... solo esperen - mirando de reojo al moreno al dirigirse a la cocina - "solo espera... mi querido Kiba,  tendrás un agradable,  largo,  y pesado sueño... sobre todo largo y pesado" - preparando con esmero los emparedados y las sodas,  claro que la del moreno contenía un aditivo muy especial y con la bendición del botiquín de primeros auxilios de la cocina.

 

- ¡a comer! - entregando a cada quien su respectiva bandeja.

 

- ¡Wau,  te felicito... esta delicioso! - opinaba el moreno mientras engullía su emparedado y su soda hasta la ultima gota,  el ojiverde sonreía con malicia.

 

- me alegro que te halla gustado... es mi especialidad - mirando al moreno bostezar.

 

- de repente me siento muy cansado - bostezando de nuevo se recostó en el largo sillón.

 

- debe ser el estrés de la película,  al menos yo... me desmayaría - opino el rubio.

 

- ¿Qué no fue eso lo que casi hiciste? - se burlaba el pelirrojo,  el rubio le saco la lengua en respuesta.

 

- me voy a la habitación... ¿vienes? - de nuevo abriendo la boca mientras miraba al gitsune.

 

- es temprano todavía... apenas son las 10:30 - recogiendo su bandeja para dejarla en la cocina.

 

- bien,  pero recuerda que dormirás conmigo - subiendo la escalera.

 

- "¡si,  como no!! ¡Que tengas dulces sueños! - Decía Gaara mientras el moreno desaparecía por las escaleras - ¿seguimos con nuestra pequeña guerra? Aun no se ha declarado un ganador - tomando uno de los cojines del sillón.

 

Naruto con la bandeja de comida aun en sus manos lo miro por un momento - ¿de que serviría? Ya perdiste - caminando hacia la cocina.

 

Gaara apretó el cojín en sus manos con fuerza - no,  aun no - poniendo el cojín de vuelta en el sillón se adentro en la cocina,  el ojiazul no estaba por ningún lado - no de nuevo - saliendo de la casa.

 

Garra camino hacia la playa,  a medida que avanzaba podían verse piezas de ropa del rubio tiradas en la arena,  el pelirrojo las recogía en su andar hacia  la orilla,  un chapoteo llamo su atención y dirigiendo su mirada hacia allí pudo observar al rubio nadar de un lado al otro con movimientos sensuales, tal y como una sirena invitándote a hundirte con ella en las azules aguas,  sin pensarlo dos veces Gaara se despojo de su ropa y se metió al agua,  el ojiazul flotaba de espaldas dejándose llevar por el ritmo de las olas mientras mantenía sus ojos cerrados y tan solo escuchando el sonido del agua golpear sus oídos,  los brazos de Gaara lo rodearon dándole tal susto que hasta lo hizo tragar agua.

 

- coff, coff ¿tu otra vez? - hablando y tosiendo al mismo tiempo.

 

- ¿se puede saber que haces nadando a estas horas,  desnudo... y sin mi? - sonreía el pelirrojo.

 

- ¿desde cuando te convertiste en la sombra de mi sombra? Además de que no tengo que darte ninguna explicación de todo lo que hago... mejor ocúpate de tu novio que quien sabe lo que estará haciendo a tus espaldas,  de repente vas a tener que agacharte al cruzar la puerta... tu sabes... por los... - haciendo señas con sus manos encima de su frente - para los que no entendieron me refiero a los cuernos.

 

- jajaja... se donde esta y lo que hace a cada minuto del día - dijo el pelirrojo con seguridad.

 

- ¿Cómo? ¿Le tienes montado un detective o algo así? - pregunto sorprendido el rubio.

 

- Umm... digamos que algo así - queriendo acercarse.

 

- c-creo que ya estuvo bien por hoy... - saliendo del agua agarro su ropa y se dirigió de nuevo a la casa,  Gaara hizo lo mismo.

 

Ya en la habitación Naruto se metió directamente al baño a darse una ducha antes de dormir,  el pelirrojo apago todas las luces de la casa y luego subió a la habitación justo cuando el rubio salía del baño dando lugar a que el mayor pudiera utilizarlo,  la noche era algo calurosa pero decidió no encender el aire acondicionado por su resfriado de hacia poco,  se puso un pantalón de tela suave y ligera para dormir y abrió por completo las grandes ventanas,  la luz de la luna entraba iluminando por completo la penumbra del interior como si de un baño de plata se tratara.

 

- ¿otra vez? - Protestaba el rubio al ver a Kiba ocupar por completo su cama nuevamente - ¡Kiba,  hazte a un lado! - Completamente inútil,  el ojiazul trataba de empujarlo pero era como querer mover una pesada roca - ¡demonios! - dejándolo estar si es que no quería luxarse la espalda.

 

- ¿Qué sucede? - mirando al rubio apoyado en la pared al lado de la puerta de la habitación con sus brazos cruzados y cara de pocos amigos.

 

- me dejo fuera de la cama... de "mi" cama - señalando al moreno con su dedo.

 

- siempre tienes la mía - dijo el pelirrojo acercándosele.

 

- No importa,  iré a dormir al salón - no queriendo la alternativa, Gaara se lo impidió.

 

- no quiero que cuando vuelvan nuestros padres piensen que hemos peleado - con su mano apoyada en la puerta para impedir que el rubio saliera.

 

- dormiré en el piso entonces - acomodando los grandes cojines sobre la alfombra.

 

- mañana te levantaras quejándote de dolor de espalda ¡no seas necio, dormirás en mi cama... conmigo!! - levantándolo del suelo y arrojándolo en su cama tiro la toalla que tenia en su cintura a un lado y se acostó también,  desnudo naturalmente.

 

- de una manera u otra siempre te sales con la tuya - dándole la espalda.

 

El pelirrojo acerco su cuerpo al del rubio y comenzó a acariciar su pecho suavemente,  el rubio se sobresalto - y todavía me falta lo mejor - volteándolo y  posicionándose sobre el.

 

- ¿Qué haces? - tratando de quitarlo.

 

- escucha,  Naruto - agarrando las muñecas del rubio con sus manos y poniéndolas sobre su cabeza - hasta aquí llego mi paciencia,  quiero que me digas la verdad ¿me amas? - juntando las muñecas para sujetarlas con una sola mano y con la otra agarrar el rostro del rubio, pero sin dañarlo en lo mas mínimo, esperaba la respuesta.

 

- no, no... déjame o gritare - decía angustiado mas no asustado.

 

- el no te escuchara,  me ocupe de que así fuera - mirando hacia el moreno que dormía como tronco,  ni un cañonazo lo hubiera despertado.

 

- ¿Por qué me haces esto? ¿Quieres oírlo? ¡Te amo,  maldición! ¡Pero tu a mi no!!! - dejando caer sus lagrimas.

 

- gracias,  mi dios... pensé que jamás oiría esas palabras salir de tu boca,  captarla en mis oídos y grabarlas en mi mente por siempre - besando tiernamente los labios del rubio.

 

- Gaara,  por favor... déjame,  fue suficiente castigo con hacerme decírtelo... ahora tu ego esta a salvo... ¿no te parece? Eres un gran conquistador - sin dejar de llorar.

 

- ¿quieres ver la foto del que crees que es mi pareja? - agachándose un poco metió la mano bajo su colchón y saco la fotografía.

 

- no,  no quiero... hasta pueden reírse juntos de lo que me hiciste - serrando sus ojos a la foto frente a el.

 

- ¡mírala,  Naruto! - exigió el mayor.

 

Los ojos del rubio se abrieron como platos al verse a si mismo en la mentada fotografía - no p-puede ser... ¿Por qué? - no entendiendo del todo.

 

- eres tu,  siempre fuiste tu... te he amado desde mucho antes de conocerte,  te he deseado desde que tu padre me dio esta fotografía,  he soñado contigo dormido y despierto,  te amaba por una fotografía y al conocerte ese amor creció y creció aun mas ¿no lo entiendes? Siempre has sido tu... siempre tu - suspirando se hizo a un lado y se sentó en la cama con su espalda apoyada en el cabecero serró sus ojos. 

 

Estaba hecho,  finalmente le había confesado a Naruto sus verdaderos sentimientos hacia el y ahora solo faltaba esperar la reacción del ojiazul,  internamente rezaba a todos los santos conocidos y a los que no también para que Naruto no sintiera que había sido engañado,  aunque no maliciosamente, claro,  y rogar por que lo aceptara,  amara y le dejara amarlo.

 

- eres un infeliz bastardo, retorcido, mentiroso y... - Gaara apretaba sus ojos y  puños a cada insulto pronunciado por el ojiazul.

 

- creo... creo que me lo merezco después de todo - pensando que nada había salido bien desde el principio.

 

- ¿crees? ¿Solo eso? ¿Así de simple? - ironizo el rubio levantándose y arrojando la fotografía sobre la cama antes de salir de la habitación.

 

- no... te vallas - tomando la fotografía y pegándola a su pecho - no,  esto no puede quedarse así... gitsune - guardo la foto en la gaveta de la mesita de noche y se puso el pantalón del pijama para ir tras su terco rubio.

 

- "¡abrase visto,  ese baka inconsciente! ¡Todo por lo que me hizo pasar! ¿Qué no me tiene consideración? ¡Ahora le toca ser castigado! Me dejo cortar la cabeza que aparecerá antes de lo que canta un gallo" - se tiro sobre el sillón mientras reproches iban y venían por su mente - 5 4 3 2 1 ¡y aquí esta! - susurro el ojiazul.

 

- ¡gitsune! - parándose al lado del sillón.

 

-  Naruto,  mi nombre es Naruto ¿y ahora que? ¿Qué no ves que quiero dormir? - estirándose cuan largo era en el sillón y poniendo sus brazos bajo su cabeza.

 

- puede ser que halla una remota posibilidad que te lleve a pensar que... ¿puedes hacer lo que te plazca? - echándose encima del rubio.

 

- ¡estas equivocado si piensas que hare lo que tu digas,  baka!!! - moviéndose con violencia hasta que los dos fueron a dar al piso.

 

- ¡tu eres el equivocado! Desde el momento que admitiste que me amabas,  ya me perteneces - rodando para quedar sobre el ojiazul.

 

- ¡oblígame! - grito el rubio.

 

- Oooh si... ¡claro que lo hare!! - colocando las brazos del gitsune bajo sus rodillas.

 

- ¡espera! Hablemos civilizadamente y... - el cuerpo de Naruto comenzó a temblar.

 

- ¿Qué sucede? ¿Quieres gritar? Hazlo... nadie te escuchara,  nuestros padres no regresan hasta mañana y el inquilino indeseable no se despertaría aunque le pasara por encima una manada de elefantes,  no te preocupes,  lo hare... civilizadamente... en la medida de lo posible - pasando sus dedos por el pecho desnudo del ojiazul.

 

- así que... ¿así es como va ha ser?- poniendo todas sus fuerzas en voltear la situación quedando el encima del pelirrojo - ¿en donde esta escrito que yo tengo que ser el de abajo?- el pelirrojo sonrió con malicia en sus ojos al tiempo que rodaba para estar como al principio,  como debía ser.

 

- en el libro de reglas de Uchiha Gaara,  además... admítelo,  te gusta ser el dominado aunque tu carácter no lo muestre ¿cierto? Te hare mío y comprobarás que tengo razón - besando con lujuria la boca del rubio.

 

- ¡espemm... Gaarmp... nomm! - intentaba hablar el ojiazul.

 

- se que quieres decir... me dejare rebanar el cuello si llego a hacerte daño - de vuelta a la carga.

 

-dices eso porque tu no eres el que... - decía algo asustado el ojiazul.

 

- Shsssss... los reclamos déjalos para después - enterrando sus dedos en el cabello rubio y mordiéndole el lóbulo de la oreja - no sabes las veces que he deseado tocarte así... devorarte por entero - chupando el cuello para dejar su marca personal.

 

- Gaara... a-aguarda - pedía Naruto mientras mordía sus labios por lo que comenzaba a sentir.

 

- considérame... aaaah... un tren sin frenos... un tiburón que ha olido la sangre y ha perdido la cordura... Umm,  gitsune - dejando besos y marcas por todo el pecho del,  ahora,  perdido ojiazul.

 

- Umm... G-Gaara,  m-mañoso bastardo... aaaah... como K-Kiba - comento el rubio entre suspiros y jadeos para comprobar algo - ¡¡¡Wooouch,  me mordiste!!! - reclamaba con un grito el rubio.

 

- adiós a la amabilidad - dijo el pelirrojo tras haber mordido uno de los pezones del rubio por el comentario anterior del mismo,  seguidamente agarro el pene de este por encima del pantalón y lo apretó con algo de fuerza.

 

- ¡eso duele,  torpe!! ¿Qué intentas hacer? - respirando agitadamente por el dolor sufrido en su parte mas sensible.

 

- ¿quieres decir que aparte de las lecciones de baile... te enseño algo mas? ¡Respóndeme! No me pruebes, Naruto... ¿a que viene esa sonrisa? - pregunto algo enfadado el pelirrojo.

 

- acabo de comprobarlo... eres condenadamente celoso... lo de antes fue una broma,  jamás he estado con alguien en mi vida,  tu serás... el primero - pasando sus brazos por el cuello del pelirrojo.

 

- el primero,  el ultimo,  y el único que puede tocarte... no lo olvides,  eres como la miel que una vez probada no se puede dejar por mas que se quiera... incluso exponiéndose a ser picado una y otra vez por las abejas - pasando su lengua por el rostro y cuello del rubio.

 

- podría decir lo mismo de ti y el ramen,  mi celoso pelirrojo - agarrando las mejillas de Gaara con sus manos y besando sus labios.

 

- viniendo de ti,  es un cumplido - ya que el rubio era un fanático de ese platillo en especial.

 

- ¿te gusto? Tengo otros,  como... sensible, atractivo, tierno,  y el amor que he querido tener toda mi vida - susurrando las palabras en el oído del ojiverde.

 

- Naruto... dilo de nuevo - pidió con vehemencia el pelirrojo.

 

- te amo... Gaara - mirando a los ojos verdes.

 

- de nuevo... por favor,  para saber que no sueño esta vez... dilo - besando los labios del rubio.

 

- te amo, te amo, te amo... Gaara baka - juntando su frente con la del mayor.

 

- Naruto, Naruto, Naruto... mío, mío, mío - besando todo lo que tenia a su alcance.

 

En la mullida alfombra los dos cuerpos se movían frotándose uno contra el otro mientras el pelirrojo besaba al gitsune con incontrolado frenesí,  Gaara despojó al rubio de la estorbosa tela del pantalón mientras hacia lo propio con los suyos,  ya en traje de Adán no había obstáculo que impidiera la sentir piel con piel,  los jadeos de ambos podían escucharse por todo el salón,  el placer que Naruto sentía era tan arrollador que ha veces creía que perdería el sentido,  el pelirrojo sacaba al máximo las sensaciones en el cuerpo del rubio,  a medida que lo escuchaba jadear,  y gritar su nombre,  el ojiverde sentía que perdía la poca cordura que le quedaba desde que comenzara a acariciar el cuerpo del rubio para adentrarse en el mundo del placer nunca antes conocido,  al menos no así,  un camino que nunca abandonaría siempre y cuando Naruto lo recorriera con el,  Gaara llego a lo que creía era el centro del universo,  al menos para el,  lamio, chupo y mordió el pene del gitsune hasta hacerlo explotar con un grito que levantaría a un muerto,  Kiba seguía dormido.

 

- ¡por dios Naruto,  haces parecer como si te estuviera matando! - tragando parte del semen del rubio.

 

- l-lo s-siento... yo,   no pude evitarlo... sentí como si mi alma se fundiera con la tuya - jadeaba tratando de normalizar su respiración

 

- entonces lo que viene ahora... te llevara fuera de este mundo - pasando sus dedos por el pene del rubio y recogiendo lo que quedaba de su esencia para usarla en el próximo objetivo del pelirrojo.

 

- ¿Qué haces con...? ¡Aaaah!! - arqueando su cuerpo por la intrusión.

 

- relájate... pon tu mente en blanco... solo siente - trato de tranquilizar a su rubio al tiempo que comenzaba a mover sus dedos dentro de el.

 

Después de un par de minutos después y creyendo que su gitsune ya estaba listo tomo las piernas de este y las coloco en su cintura para luego penetrarlo de una sola vez,  esta vez el grito del rubio quedo ahogado en su garganta,  apretó sus ojos hasta hacerlos doler,  sus dientes rechinaron de tan fuerte que los apretaba,  el pelirrojo lo observaba pensando que había sido la mejor manera puesto que era menos doloroso que hacerlo despacio.

 

- al f-final si t-tendré que... rebanarte el cuello ¡dios santo!!! - se quejaba Naruto mientras un par de lagrimas escapaban de sus ojos azules.

 

- tranquilo... era la mejor forma... créeme,  la menos dolorosa - atrayéndolo hacia el beso sus húmedos ojos y lo abrazo con ternura.

 

- ¿la mejor? Entonces no quiero ni pensar como será la peor,  además... ¿Cómo  sabes tu todo eso en cualquier caso? - mirándolo con recelo.

 

- no imagines cosas... ¿nunca has leído sobre eso? ¿a pesar de que eres homosexual? No te creo - el pelirrojo lo distraía con la conversación dando tiempo a que el rubio se acostumbrara a su hombría dentro de el,  aunque le estaba costando bastante trabajo el permanecer quieto.

 

- siempre me pregunte varias cosas al respecto pero...preferí esperar a que alguien me enseñara... no cualquiera,  por supuesto - al ver la expresión de desacuerdo del pelirrojo - yo siempre... Umm... Gaara - el ojiverde había comenzado a moverse dentro de el suavemente.

 

- Hm... Umm... dime,  ¿te duele? Dime lo que sientes - besando el cuello del ojiazul.

 

- no duele,  s-solo que es extraño... pero muy placentero - echando su cabeza hacia atrás con sus ojos serrados para acrecentar la sensación.

 

- no creo d-durar... ¡dios,  eres delicioso! Me volveré loco si algún día me dejaras,  ahora me perteneces por completo, todo tu ser,  tu esencia,  tu vida, tu cuerpo,  alma y corazón... me pertenecen al igual que yo te pertenezco a ti - decía recontando al rubio en la alfombra y daba sus ultimas embestidas para llegar al clímax junto con su adorado rubio. Ambos pronunciaron sus nombres al llegar a la cumbre y el pelirrojo se desplomo encima del rubio jadeando como un condenado, Naruto lo abrazo y se quedaron inmóviles por un par de minutos hasta volver a la normalidad.

 

- ¿Cómo estuvo? Di algo... - aunque estaba seguro de que su gitsune lo había disfrutado.

 

- te diré que... - intentando levantarse cuando  el dolor atravesó su abdomen,  pero lo consiguió.

 

- ¿A dónde vas? - mirando como el rubio se movía lentamente y con algo de dificultad.

 

- a la cocina a afilar un cuchillo... una promesa es una promesa - volteando a mirar al pelirrojo con cara de quererle degollar no precisamente el cuello.

 

- tonto,  lo que necesitas ahora es un relajante baño de tina... no me mires así,  no podía evitarse,  era tu primera vez... vamos - agarrándolo por la cintura y subiendo a la planta alta al baño de la habitación de sus padres,  era el único que tenia jacuzzi.

 

Ya dentro del agua del espacioso y práctico jacuzzi el pelirrojo lavaba el cuerpo de su amado con gran delicadeza y tratando de despejar su mente del deseo de volver a poseer a su rubio,  mas siendo su primera vez no quería abusar.

 

- deberíamos mandar poner uno de estos en nuestro baño ¿no te parece? - masajeando el cabello del menor.

 

- es buena idea... así podre ahogarte cuando vuelva a sentir el mismo dolor en mi trasero - apoyando su espalda en el pecho del ojiverde.

 

- ya deja el tema ¿quieres? Te dije que no había forma de evitarte el dolor... al menos al penetrarte de una sola vez lo sientes en menor intensidad que hacerlo por tramos - explicaba mientras pasaba la esponja por el pecho de su Naruto.

 

- dices eso porque tu lo disfrutaste todo el tiempo,  demonios - echando agua al rostro del pelirrojo.

 

- la próxima vez,  será mucho mejor para ti - sonriendo mientras enjuagaba el cabello rubio.

 

- ¿Qué,  algún otro método secreto? - preguntaba el ojiazul con ironía.

 

- no es eso,  simplemente estarás mas relajado... sin el temor de la primera vez ¿comprendes? - secando con la toalla el cuerpo de Naruto y luego el suyo - ¿tienes hambre? ¿Qué te parece uno de mis famosos emparedados? - abrazándolo por la espalda.

 

- no en realidad... pero no suena mal - acepto Naruto mientras caminaban por el pasillo hacia su habitación.

 

- dame diez minutos,  primero debo limpiar el desastre que hicimos en la alfombra - poniéndose un pantalón corto - no tardes - dándole un beso antes de salir de la habitación.

 

- ¿Qué será lo que le habrá dado? Después del escándalo que hicimos,  o mejor dicho hice,  y el como si nada - mirando al moreno que ni siquiera había cambiado de postura en la cama - me esta dando hambre - bajando la escalera - ahora que lo pienso,  fui demasiado ruidoso cuando... - su cara se torno roja como tomate.

 

- significa que lo disfrutaste... y a mi me encanto verte así - colocando las dos bandejas en la mesita del salón.

 

- es de mala educación meterse en los pensamientos de las personas ¿sabias? - sentándose, o casi,  al final solo la alternativa de ponerse de rodillas en la alfombra fue la única opción posible.

 

- hablabas en voz alta,  tontito - dando la primera mordida a su emparedado.

 

- Gaara,  ¿Qué fue lo que le diste a Kiba? No se ha movido para nada.  Me preocupa.

 

- no hay porque,  tan solo un par de pastillas para dormir en la soda - recogiendo la bandeja - yo las llevare - agarrando también la del rubio - estará bien,  te lo aseguro - al ver la cara de preocupación que tenia Naruto.

 

- y por el tuyo,  espero que así sea - echándole una mirada reprobatoria.

 

Después de dejar todo ordenado en la cocina tanto como en el salón Gaara tomo la mano del rubio y subieron la escalera,  ya en la habitación el pelirrojo se quito la prenda que llevaba y también la del gitsune.

 

- ¿dormimos o...? - guiñándole un ojo a su rubio y atrayéndolo a la cama.

 

- dormimos,  pervertido - metiéndose entre las sabanas.

 

- me pregunto si podre... ya me costaba antes cuando permanecías en tu cama y no podía tocarte,  imagínate ahora que estas al alcance de mis manos y mi cuerpo - metiéndose también bajo las sabanas y pegándose  a  espaldas del ojiazul.

 

Naruto sonreía halagado por lo que escuchaba de boca del pelirrojo - solo supéralo - ahogando una risita.

 

- y tu... ¿podrías si hago esto?- mordiendo el cuello cual lobo hambriento y pasando sus manos por el pecho,  muslos,  y terminando en su entrepierna.

 

- Gaara... q-quieto,  aaaah... ¡rayos! - exponiendo mas su cuello para que el pelirrojo hiciera lo que quisiera.

 

- ¿ves? Tú también lo deseas - metiendo sus dedos en el túnel caliente de nuevo tan solo unos instantes antes de levantar la pierna del rubio y penetrarlo por segunda vez esa noche - te amo, mi cachorro de zorro - abrazándolo con fuerza y mordisqueando su espalda mientras lo embestía.

 

- ¡dios,  e-eres insaciable... te a-amo,  G-Gaara - menos escandaloso esta vez,  pero mucho mas efusivo.

 

- solo de ti... aaaah... Naruto - mientras embestía con desespero y masturbaba el pene del rubio hasta correrse al mismo tiempo.

 

Hicieron el amor varias veces esa noche hasta quedar completamente agotados y vencidos por el cansancio,  varias horas después de un placido sueño abrazados el uno al otro y a casi media mañana del día siguiente,  un delicioso aroma y un hambre de no haber comido en una semana los despertó.

 

- buenos días mi cachorrito - saludo el pelirrojo besando la punta de la nariz del ojiazul.

 

- buenos días,  mi pervertido particular - sonriendo y devolviendo el beso.

 

- ven... tomemos una ducha... solo será la ducha,  lo prometo - al ver la cara de "no te creo" en el rubio.

 

- siento como si hubiera sido arroyado un tren ¿siempre será así? - dejándose enjabonar por el pelirrojo.

 

- hasta que te acostumbres,  supongo - terminando ambos de bañarse.

 

- Umm... - fue la respuesta del rubio mientras se vestía con pesadez.

 

Ya listos bajaron al salón donde Kakashi leía el periódico y tomaba su café.

 

- ¡buenos días chicos! ¿Durmieron bien? ¿Nada que reportar? - Acercándose a ellos - Naruto... ¿Qué tienes en el...? - Haciendo a un lado la barbilla de su hijo para ver mejor su cuello,  este se puso rojo de la vergüenza - veo que lo conseguiste después de todo - mirando al pelirrojo.

 

- ¿eh? ¿Qué pasa... de que h-hablan? No entiendo que... - Naruto miraba de uno a otro totalmente confundido.

 

- hablo de que...  finalmente fuiste suyo ¿no es cierto? - sonriendo pícaramente a su hijo.

 

- Gaara,  hijo - dijo Itachi saliendo de la cocina - me alegro tanto por ti,  y por ti también,  Naruto - pasando el brazo por los hombros de su hijo y guiñándole un ojo al rubio.

 

- al fin tu amor y esfuerzo dio sus frutos - comento el peligris mirándolos a ambos.

 

- ¡esperen un momento! ¿Qué es esto? ¿Ustedes lo sabían? - grito el ojiazul sintiéndose fuera de contexto.

 

- desde un principio,  Gaara me pidió que le diera la oportunidad de poder conquistarte... y vemos que lo logro - el rubio afilo sus ojos y arrugo su frente.

 

- ¡papa!! - apretando sus puños.

 

- lo se,  pero prometí que no interferiría,  además... solo lo permití por que se que el te ama de verdad y jamás te dañaría,  yo se lo que es amar con locura a alguien y no poder estar con ese alguien - mirando hacia el moreno - es doloroso,  créeme - abrazando a su amado esposo.

 

El rubio se acerco lentamente al ojiverde - si no estuviera tan cansado te golpearía...  ¡hasta dejarte inconsciente! - poniendo su puño delante de la cara del pelirrojo.

 

- así que le diste la sesión intensiva ¿no?... no te culpo,  yo hice lo mismo con tu padre - guiñándole un ojo a Itachi,  el pelirrojo rascaba su cabeza mientras desviaba la mirada a otro lado totalmente avergonzado.

 

- ¡Kakashi!! - reprehendía el moreno a su pareja.

 

- entiendo completamente a Gaara,  la espera mata - terminando de beber su ya frio café.

 

- en cuanto a ti,  ya que no puedo golpearte... - de repente cambio su cara de enfado por una sonrisa de oreja a oreja - ... pensándolo bien... tengo otros métodos mas eficaces de castigo... claro que si - sonriendo sarcásticamente.

 

- ¿Qué?... espera ¿No querrás decir que...? - Agarrando al rubio por los hombros - ¿verdad que no te refieres a...? - bajando sus manos hasta la cintura de este.

 

Naruto acerco su cara a la de Gaara - esta noche... dormirás solo - quitando las manos del pelirrojo de su cintura y dándole la espalda.

 

- ¡Wau,  eso si dolió! - Se burlaba el peligris - si no te impones como hice yo,  nos veríamos como perros babeando por su hueso - haciéndose el duro.

 

- ¡¿de lado de quien estas tu?! - gritaba Naruto reprochándole a su padre.

 

- Kakashi... ¿quieres que le diga a Naruto las veces que has dormido en la alfombra,  querido? - mirando de medio lado al peligris.

 

- solo es una broma,  amor... - se disculpaba el peligris por la cuenta que le tenia - ... sabes que yo caminaría sobre vidrio molido por ti - abrazando por la espalda al moreno y mordiéndole el cuello.

 

- dirías lo que fuera con tal de que te deje dormir a mi lado ¿no es cierto? - volteándose dentro de los brazos del peligris para besar sus labios.

 

- como sea... ¡tu dormirás solo y punto! - decía Naruto señalando con el dedo a Gaara,  aunque internamente no lo decía en serio.

 

- ¡por favor,  por favor,  no es justo... hare lo que quieras,  cualquier castigo... todo menos no poder dormir a tu lado... - suplicaba el pelirrojo con sus manos juntas y correteando al ojiazul por todo el salón - ¡Naruto!!! - el rubio seguía haciéndose el desentendido mientras sonreía internamente.

 

- ¿Por qué tanto alboroto? ¿De que hablan? - preguntaba el moreno mientras bostezaba en medio de la escalera.

 

- de algo que acaba de comenzar y que esperemos que dure para siempre - contesto el peligris mientras contemplaba a sus dos hijos corretear por todo el salón,  Kiba puso cara de interrogación.

 

- ¿quieres dejar de perseguirme? ¡Pareces perro buscando dueño! - vociferaba el rubio agitando sus brazos.

 

- ¡si dormirás conmigo,  si lo harás!!  ¡Narutooo!!

 

 

 

Fin

 

 

                                                          Nessa Yaoi

 

Notas finales:

¡aqui de nuevo! se que meresco que me insulten pero no he tenido tiempo para sentarme a escribir asi que aqui les dejo una historia que tenia guardada,  espero que la disfruten y escribanme su opinion,  gracias.

                                                     Nessa Yaoi


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