Siempre ese brillo tan particular en tus ojos. Si no supiera reconocerlo diría que soy un gran idiota que no te merece en estos momentos. Eres como le dice la gente cuando encuentra su razón de vivir, ¿como era? Ah sí, mi otra parte, eres mi otra mitad, el amor de esta vida presente. Sinceramente no me interesa mucho todo esto, no soy el típico chico romántico enterado de todas esas cosas cursis, discúlpame, pero hoy haré el intento. De todas formas eres una criatura tan hermosa que a veces creo que no te merezco, tan perfecto, puro, dulce y protector, solo puedo observarte y tratar de llegar a ser aunque sea la mitad de bueno de lo que tú eres.
Me miras al despertar y me sonríes. Esa sonrisa que derretiría hasta la persona más dura y fría de este mundo, pero lo que me hace más feliz es saber que esa sonrisa me pertenece, como te pertenece mi persona, lo sabes, ¿verdad Hiroto? Espero que estés conciente de eso, mi amor es inexpresable. Una vez leí que el amor no puede decirse con palabras, solo con los sentimientos que hay en tu corazón y pequeñas cosas que realizas a lo largo de tu vida para con esa persona. Conocerte fue lo mejor de mi vida, fuiste como esa luz a lo largo del túnel el cual piensas que no tiene ningún final, mi salvación por así decirlo y no estoy arrepentido de nada de lo que hayamos hecho.
-Buenos días amor-
Es lo que escucho al salir de mis pensamientos mientras siento tus labios sobre los míos. Me pregunto cuantas veces ya te habré dicho lo bien que besas, estoy conciente que innumerables de estas. Tus manos se entrelazan con las mías mientras tu calor inunda mi cuerpo al sentir como te apegas a mí. ¿Acaso existe mejor sensación que esta? No lo creo, desearía que mi vida fuese una eterna escena como esta junto a ti.
-Te amo pon-
Estas palabras salen de mi boca sin consentimiento mientras mi mano posada en tu espalda comienza a acariciar esa tersa piel bajo la camiseta que utilizas como pijama, me miras extrañado mientras se dibuja una pequeña sonrisa en tu boca.
-¿Acaso te ha dado el día de novio meloso?- ríes divertido ante tu comentario, por mi parte yo también hago lo mismo, tengo que admitirlo, es contagioso.
Lentamente te acercas a mí y me vuelves a besar, un simple roce sin pasar a mayores, de ahí te diriges a mi cuello mientras lo recorres delicadamente con tus labios para luego dar un mordisco travieso.
-Iré a preparar el desayuno-
Me sonríes nuevamente, ¿eres tan feliz? no creo que sea el causante de eso, ¿o sí? Como he dicho antes, no soy una persona que entienda muy bien sobre estas cosas, mejor conocidas por otros como “amor”, o cualquier otro derivado de la misma. Es extraño, una sonrisa es dibujada ahora en mis labios. Si me pongo a pensar en lo feliz que me hace estar junto a ti, es razonable que sonrías todo el tiempo con respecto a mí.
Una simple sonrisa basta para hacernos feliz, eso es algo fuera de lo común, creo que soy el chico más afortunado de todo el mundo y el universo en su amplia extensión al tenerte.
Escucho tu grito desde la cocina, un dulce “Shou, el desayuno esta listo”, pensé que habías sido rápido en prepararlo o era que simplemente tenías razón en decirme que me había dado el día de novio meloso por el hecho de pensar en tantas cosas que involucrara a ambos.
Baje las escaleras hasta la cocina, como era costumbre todos los días.
-hey Pon...- te dije mientras me sentaba en una silla del lugar y tú te dabas vuelta
-mmm... ¿si?- me diste una de las más radiantes sonrisas mientras traías el café a la mesa, el de grano, como a mi me gusta.
-he pensado en que realmente soy la persona más afortunada de este mundo al tenerte junto a mí, ¿sabes? Me alegro por eso, eres mi razón de vivir Hiroto-
Bien, sí que era mi día de novio meloso y ni hablemos de la cara que pusiste al escuchar lo que dije, la cuchara que sostenías en tu dulce y delicada mano resbaló cayendo dentro de la taza frente a ti.
-nunca pensé que dirías algo así Shou- comentaste aún en shock mientras un tono carmesí asomaba en tus mejillas, muy tierno a mi parecer.
-yo tampoco, no eres el único sorprendido- ambos reímos
-me alegra saber eso, tú también eres mi razón de vivir, mi otra parte, con la cual no podría vivir si no la tuviera-
Tienes los mismos pensamientos que yo, sí, realmente estoy completo, no me falta nada.
-Te tengo a ti, dinero no me falta, estamos en una de las mejores épocas con respecto a la banda, ¿que más podría pedir?-
Dije devolviéndote una de las tantas sonrisas que me habías dedicado desde el comienzo del día.
-quizás una operación, ya sabes, para alegrarme a mi-
Dijiste sonriendo maliciosamente aguantando tu risa, era evidente.
-¡mi virilidad es de buen tamaño!-
Conteste en tono burlón con intención fallida de enojo.
-lo sé, no tienes porque decirlo, solo que enojado te ves muy sexy-
Siempre la misma excusa, todos los días era algo distinto para hacerme enfadar y decir lo mismo y, obviamente, yo como un idiota caía en tu trampa.
Los días junto a Hiroto eran espontáneos, frescos y felices. Todo lo que una persona desearía en esta vida con respecto a su pareja yo lo tenía. Nuestras mañanas eran básicamente lo acontecido, aunque cada una tenía ese pequeño detalle que la distinguía de las otras, y luego dirigirnos hacia la compañía juntos, encontrarnos con los demás, arreglar algunos temas, ensayar y después salir o volver a casa a hacer distintas cosas. Cuando podía en las giras, lo llevaba a conocer la cuidad en la que nos encontrábamos como visitantes, porque sabía que mientras estuviéramos en Alice Nine las giras no nos darían la libertad suficiente para salir a recorrer distintos lugares como quisiéramos. Después de todo, mientras que podía sacarle una hermosa sonrisa a Pon de sus labios en cada uno de estos, mi deuda estaba pagada.