Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

MAL ENTENDIDOS por kazeyue

[Reviews - 102]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:  

Kaze: ohayo....T_T gracias por todos aquellos que dejaron comentarios me dieron tantas ganas y como agradecimiento escribí lo más rápido que pude este capitulo

Yue: me sorprendió verla trabajar demasiado

Kaze: este ha sido el capitulo mas largo, si esta medio raro culpen a Shakira por su canción "No"

Yue: como sea, las cosas entre algunos se ponen mejor pero otras no

Kaze: disfruten el fic y no me maten jejeje

 

 

*_* PON KAZE/YUE *_*

 

 

Toda la familia reunida esperaba la noticia, cualquiera que fuese, por la cara que tenían Itachi y Naruto era una noticia muy buena.

 

-Yo...Itachi...nosotros...vamos a ser padres- dijo por fin. Nadie dijo nada. Sus caras lo decían todo. Mikoto y Kushina casi lloraban de la felicidad. Fugaku parecía serio y mantenía los ojos cerrados, Minato, tenia las manos cruzadas a la altura del pecho. Deidara se hacia el valiente para contener las lagrimas que se asomaban por sus ojos. Sasuke apretaba los puños lo quería disimular pero era una furia muy grande. Se levantó estrepitosamente de la mesa.

 

-Sasuke- le llamo su padre pero este no le hizo caso. Salió de la habitación tan rápido como sus piernas le permitían. La chica de cabello rosa, pidió disculpas y fue tras el azabache. No lo encontró en casa, un criado le dijo que había salido y se había llevado su auto.

 

La chica salio también, ya no tenia caso seguir en esa casa, no ahora, ya después arreglaría las cosas con Sasuke, después de todo, solo le había pedido un favor.

 

"Sakura, quiero que te hagas pasar por mi novia"


" ¿Yo? Y que me darás a cambio"

 

"Lo que quieras"

 

"Esta bien"

 

Naruto apretaba fuertemente su puño, lo había vuelto hacer, había hecho sentir mal a Sasuke y esta vez él lo demostró. Cuanto hubiera deseado que esta noticia la hubiera dado junto a Sasuke, todo seria diferente, pero un maldito mal entendido había hecho que su pequeño bebe no tuviera a su lado a su padre, maldito destino, maldita circunstancias, maldito orgullo Uchiha.

 

-No me siento bien- hablo el rubio.

 

-Naru, lo siento, Sasuke jamás había tenido ese comportamiento- hablo Mikoto algo preocupada.

 

-No, no es eso solo que el embarazo...-

 

-Te entiendo- hablo con dulzura.

 

Itachi se levantó y ayudó al rubio a llegar a su habitación. En cuanto llegaron el pobre ojiazul se hecho a llorar. Itachi trato de consolarlo pero naruto no quería hablar con nadie.

 

-Por favor, Ita-chan déjame solo, sólo por esta vez, te prometo que no haré nada tonto, de veras, te lo prometo- hablo con los ojos mojados. El Uchiha mayor hizo lo que le pidió.

 

En cuanto se fue el rubio se acostó en su cama y entre lamentos y lágrimas el sueño lo venció y quedo profundamente dormido.

 

Mientras tanto Sasuke manejaba como loco, quería alejarse de ese lugar. Su cabeza era una maraña de sentimientos. ¿Por qué diablos hizo eso? Se supone que Naruto ya no le interesaba, pero cuando escuchó de los mismos labios del rubio esas palabras su corazón se hizo añicos.

 

¿Era así como se sentían aquellos que habían sido traicionados? Cuando rompió con Naruto pensó que podían regresar, una idea tonta se había planteado, haría sufrir un poco al rubio después de todo había dañado su orgullo. Pero eso se fue al caño cuando supo que se había casado, pero como todo un Uchiha no se iba a dar por vencido, lucharía por que el pervertido de su aniki dejara al rubio. Sin embargo esta ultima noticia lo hacia sentir que había perdido algo muy valioso, había perdido aquello que lo hacia sentirse vivo, había perdido a Naruto.

 

Quiso pensar que esta vez no seria diferente que podría recuperar a Naruto, aunque el bebe no fuera de el lo trataría como si lo fuera, pero ahora el pequeño Uzumaki se veía tan feliz alado de su hermano, tal vez después de todo el amor que había entre ellos no era mas que deseo, un lujurioso deseo carnal. Ahora quizá, por una vez en su vida dejaría de ser egoísta y permitiría de una vez por todas que Naruto fuera feliz.

 

No se sentiría tan mal si hacia eso, no se amaban de verdad o ¿Si?, si era eso, entonces ahora conocía la razón de la opresión que sentía en su pecho, era parecida a la ultima vez, pero esta vez, esta vez era diferente; sin saber como o cuando sus ojos empezaron a cristalizarse y lagrimas recorrieron su blanquecinas mejillas. No pudo soportar más y en cuanto divisó un bar se estaciono; se metió de prisa, pido al barman una botella de tequila y empezó a beber. El alcohol no le quitaría el dolor pero al menos lo haría olvidar por un momento.

 

 

 

La cena con los Uchiha y Uzumaki se dio por terminada a eso de la media noche. Itachi salio al cuarto de Naruto, pero lo encontró dormido, lo arropo y lo dejo dormir.

 

Al día siguiente, perezosamente se levanto de su cama, estaba cobijado, probablemente sintió frió en la noche y tomo una cobija medio dormido. Salio algo dormitado y bajo al comedor. Los recuerdos del día anterior lo atormentaban.

 

-Ohayo-Naru- hablo Hinata

 

-Ohayo Hina-chan...ehhh??... ¿En dónde están todos?-

 

-Lo siento Naru, pero hace más de seis horas que todos desayunaron-

 

-¿Qué? Si apenas son las... - ve el reloj de la sala- Jejejeje ya son las dos de la tarde-

 

-¿Le sirvo algo de comer?-

 

-Por favor-

 

-El señor Itachi pido que no le molestaran-

 

-Mmm... ¿Hina-chan?

 

-¿Si?-

 

-¿Sasuke, ya regreso?- pregunto algo cohibido.

 

-No, nadie sabe anda de él desde anoche, no ha llamado-

 

-Fue mi culpa- hablo medio dolido

 

-No lo creo, es cierto que el señor Sasuke es muy posesivo y de que cuando alguien le quita algo que le pertenecía y le importaba se enoja pero de allí no pasa nada-

 

-Entonces ¿Por qué me dijo que ya no me quería?- hablo triste

 

 

-En realidad el señor Sasuke esta aun enamorado de usted, pues con la actitud que tomo ayer lo dio a demostrar. Nunca lo había visto así y por lo mismo no creo que vuelva durante un largo tiempo-

 

-¿Tú crees?-

 

-Si. Los Uchiha les importa más su orgullo que otra cosa-

 

-De eso me he dado cuenta-

 

-Pero no debes preocuparte, Itachi-san me ha pedido que no te pongas así-

 

-Lo se, es arriesgado para mi bebe- acaricia su vientre- No me gustaría perderte, me gustaría que algún día vieras a tu verdadero padre, aunque no le digas papá-

 

-Ahora, debes comer bien y cuidarte, no debes dejar que cosas como esta perjudiquen tu salud y la de ese lindo pequeño- sirvió algo de fruta, jugo, café, leche, unos panes y chocolate, por petición del rubio.

 

-Por cierto ¿En dónde esta Iruka?- preguntó el rubio algo preocupado, n lo había visto después de la cena.

 

-Se ha tomado el día libre a petición de la Señora Uchiha- desapareció de la vista del rubio

 

- Pequeño, no te gustaría dar un paseo después de comer, te apetece un helado- hablaba mientras con una mano acariciaba su vientre y con la otra tomaba un tenedor para comer.

 

 

 

Ya habían pasado un mes y tal como pronostico Hinata, Sasuke no se había aparecido por la mansión y Deidara tampoco.

 

El cumpleaños de Naru había sido hace dos semanas, trató de pasársela bien pero recuerdos de los cumpleaños pasados le llegaban a la mente, Sasuke y él en una cama, sus caricias, sus palabras...sus besos, no disfrutó como deseaba su cumpleaños pero de todas maneras trató de que los demás no se dieran cuenta.

 

Ahora era tiempo de que hablara con su hermano para decirle su secreto. Tomó una chaqueta y se encamino hacia la casa de sus padres.

 

-Caminar es bueno para nuestra salud ¿Verdad pequeño?- hablaba con su pequeña pansita mientas caminaba, las personas que lo veían de forma extraña, pensaban que estaba loco por hablar solo.

 

El camino por primera vez se le hizo largo. Toco a la puerta y un de los empleados lo dejo pasar al reconocerlo.

 

-¿Se encuentra mi hermano?- pregunto con una linda sonrisa

 

-Si esta en su taller, esculpiendo su nueva obra- hablo una sirvienta

 

-Gracias- y fue hacia el lugar indicado. Una casita fuera de la mansión. Pequeña pero acogedora, lugar en donde su aniki pasó muchas cosas con Itachi y si mal no suponía su hermano no estaría esculpiendo, estaría... llorando.

 

El rubio mayor sintió que unos calidos brazos le abrazaban, abrió los ojos al instante y observo como su pequeño hermano lo abrazaba con una ternura inigualable.

 

-Lo lamento Aniki- hablo en voz baja. El rubio mayor se abrazo a su hermanito y los sollozos llegaron ahora a ser audibles. Tardaron un tiempo hasta que su hermano calmó sus lágrimas y se pudo sentir mejor.

 

-¿A qué has venido? No es necesario que vengas a casa si quieres que te vaya a visitar solo tienes que pedírmelo, prometo que ya no llorare, que no veré mal a tu esposo y tratare...de dejarlo de amar- lo ultimo lo con un profundo dolor.

 

-No puedo hablar de eso en la casa de los Uchiha, además es algo privado- hablo algo serio,

 

-¿Y qué es?-

 

-Quiero que vuelvas a establecer tu relación con Itachi-

 

-¿Nani?, tu estas loco, ¿Cómo voy a volver a estar con Itachi cuando tu estas en cinta? Es entupido lo que me pides, es tu esposo y yo no podría hacer eso -

 

-Ita-chan te ama y yo quiero él sea feliz y lo será a tu lado-

 

-¿Pero que cosa dices? No lo haré-

 

-Onegai aniki, yo no quiero verlo triste, si estoy en cinta pero...-

 

-¿Pero qué?-

 

-Mi bebe no es de Itachi, el padre es Sasuke- confeso por fin, sus ojos azules veían al suelo, sus manos temblaban. Su hermano no respondía, levanto la vista y miro como su hermano empezaba otra vez a llorar.

 

-¿Entonces por qué se casaron?-

 

-Ya conoces a Oto-san y Oka-san seguramente no me lo perdonarían, tener un hijo embarazado que no se ha casado seria una deshonra para ellos. Ita-chan pensó que seria lo mejor, Sasuke no creo que me creyera que es el padre-

 

-Naruto, ¿Por qué no me dijiste nada? Yo pude haberte ayudado-

 

-Quise decírtelo pero tú siempre me evadías, no tenia a quien acudir, la única persona que estuvo conmigo durante eso tiempo fue Itachi, él fue mi único apoyo en esto- sus ojos querían romper en llanto

 

-Lo siento- se abrazo a su hermano - Pero no puedo hacer lo que me pides, tu estas casado con Itachi, tu bebe tendrá un padre, tu podrás ser feliz-

 

-Te equivocas, quizás mi pequeño tenga un padre pero... yo ser feliz no lo creo, siento ese dolor que ahora sientes ahora en le pecho, he atado mi vida a Itachi pero él sabe que no lo amo y no me obliga a hacerlo pero yo deseo que él sea feliz y la única forma de que lo sea es a tu lado. Yo le he pedido que te vuelva a conquistar-

 

-Así que es eso- el pequeño lo vio interrogante- Me ha enviado flores, chocolates, notitas, e-mails, de todo, diciéndome cosa entupidas, no creí que quisiera enamorarme de nuevo, es un baka, sabe que aun lo aun lo amo - rió secándose las lagrimas.

 

-Vuelve con él onegai-

 

-Lo haré - dejó su delantal en las manos de su hermano y salió corriendo a encontrarse con el baka de Itachi-hentai.

 

El rubio menor se quedo mirando la pintura que había a su derecha, se encontraba Itachi y Deidara abrazándose, ambos con una linda sonrisa de enamorados bobos, rió para si, si tan solo existiera una oportunidad como la que tenían su hermano e Itachi quizá el dolor que sentía en su pecho desaparecería, pero con el pasar de los días ese dolor se profundizaba mas, cada día mas intenso, mas doloroso, mas penetrante y atormentador. Cada momento que pensaba en el teme su corazón era estrujado fuertemente.

 

Salio de casa algo tarde, su madre no estaba en casa, había salido de compras con Mikoto-san.

 

 

Como nadie lo esperaba en casa fue a un parquecillo que se encontraba no muy lejos. Desde un columpio veía a los niños jugar, se imaginaba que dentro de algunos meses podría disfrutar ver su lindo retoño.

 

A lo lejos pudo ver como Sakura platicaba con un hombre, que a su parecer le parecía extraño pero divertido, ojos como de un bicho, corte de tazón y unas cejas súper pobladas. Quizás Sakura ya no estaba con Sasuke. Una felicidad le invadió. Camino hacia esa mujer.

 

-Hola Sakura- con una sonrisa el saludo

 

-Naruto-Kun - la chica se lanzo al pobre rubio - Cuanto tiempo sin verte, el es mi amigo Lee- hablo señalando al tipo raro.

 

-Konichiwa, Naruto-Kun, explota la flor de tu juventud al máximo-

 

-Jeje creo que ya no podré hacerlo-

 

-¿Cómo?-

 

-Dentro de poco seré padre-

 

-Entonces explota la flor de la juventud de tu hijo-

 

-jejeje, gomenne Naruto-kun, Lee siempre es así, por cierto ¿Le podrías decir a Itachi que Sasuke-kun se esta quedando en mi casa?- el rubio le vio incrédulo, ¿Sasuke ya estaba viviendo con Sakura? Su respiración pareció desaparecer. Sus pies quisieron salir de allí, camino lo mas rápido que pudo hasta llegar a casa, se metió en su habitación y no quiso salir, aun cuando Itachi, le toco a la puerta infinidad de veces. Sentía un ligero frió en todo el cuerpo. ¿La razón? La desconocía. Olvidarse de lo que pensaba, olvidarse de lo que sentía, olvidar al teme, olvidar a todos. Morfeo hizo su aparición y como si fuera un regalo, le permitió que el rubio soñara con su pequeño a su lado.

 

 

EN OTRO LUGAR

 

Llego al hospital algo cansado; lo vio quiso calmar las ganas de abalanzarse sobre ese azabache. Caminó como si nada, hasta llegar tras él.

 

-Buenos tardes doctor, ¿Podría atenderme por favor?- habló como otro paciente mas. El mayor sonrió victorioso, los frutos de todos esos regalos habían dado frutos.

 

-Por supuesto, por favor sígame. Clara por favor, que nadie me interrumpa, tengo una cita muy importante con el señor. Estaré en el cuarto de abajo- habló a una enfermera.

 

El, con su bata blanca camino pacientemente, el rubio sudaba de los nervios, bajaron por una escalera, algo prolonga da para el gusto de ambos. Por fin el azabache detuvo su caminar, enfrente de el había una gran puerta.

 

-Siempre vengo aquí cuando quiero olvidarme que arriba hay todo un caos- le explico. Abrió la puerta encontrándose con una camilla adentro, una pequeña mesita.

 

-Bien en que puedo ayudarte- hablo serio. El rubio no dijo nada, la habitación quedo en silencio.

 

-Doctor, viene a verle porque estoy enfermo- dijo simulando enfermedad

 

-Ooohhh, dígame y ¿Qué tipo de enfermedad?- hablo haciéndose el preocupado

 

-Bueno, es una enfermedad extraña-

 

-¿Por qué?-

 

-Pues porque mi cuerpo me exige entregarme a un hombre casado- sonrieron

 

-Déjeme decirle que ese tipo de enfermedad yo no la curo, debe ir con un psicólogo-

 

-Pero lo que pasa es que mi cuerpo ya ha escogido por quien quiere ser poseído-

 

-¿No me diga?-

 

El rubio abrazo por detrás al pelinegro. -Así es doctor U-chi-ha- dijo delineando el pecho del otro.

 

-Entonces... Tendrá que pagar mi consulta-

 

-¿Cuál es el precio?-

 

-Usted que cree-. El moreno viro, quedando su cara una enfrente de la otra. Sus respiraciones chocaban, se sentía en la piel del otro. La distancia se acortaba, era mínima.

 

-Dígame... ¿Le gustaría una receta?-hablo lamiéndose los labios.

 

-Cla-ro- la distancia desapareció y ambos labios se unieron en un beso anhelado, con necesidad de sentir mas. Las manos subían, bajaban, venían, iban y con ellas la ropa que cubría la piel exquisita de los cuerpos era quitada. Pronto ambos yacían desnudos, los besos, la caricias, todo había aumentado de nivel. Unas mordiditas traviesitas, unas caricias medias deseosa en zonas poco decentes. El rubio apretaba con deseo el gran paquete del azabache quien daba roncos intentos de gemidos, ya que como su orgullo lo dictaba no debía ser una gritón.

 

Las manos del azabache se colaban por la espalda hasta llegar al suculento trasero del rubio. Apretaba las nalgas con lujuria.

 

 En un instante el azabache estaba de rodillas, lamiendo el miembro del otro, lamiditas cortas y placenteras, en circulitos, ese pedazo de músculo que deseaba otra vez probar era suyo nuevamente. Su lengua maestra hacia que el rubio se aferrara a la pared, aruñándola como gato en celo, sus dedos se crispaban en cada lamida que daba el azabache. Esa sensación lo embriagaba.

 

Itachi metió de golpe el pene en su boca, haciendo que el rubio gimiera. Un trabajo digno de un maestro pensaba Deidara. Un sube y baja mas y termino por correrse el la boca del otro. No pudo avisar pues aunque quería no podía, de su boca solo salían gemidos y mas gemidos.

 

La erección del mayor crecía y dolía en extremo, ver a Deidara en esa posición, apoyándose en la pared, su cara de ladeada con un sonrojo digno de retratar, sus ojos cerrados, con pequeñas lagrimitas queriendo salir de tanto placer dado, su cuerpo torneado y apetitoso, su cintura pequeña pero hermosa. Sus piernas torneadas y bronceaditas, esa piel bronceada lo llamaba. Aun de rodillas; su lengua aun traviesa por querré explorar mas caminos, llegó hasta la entra de del otro, rió para si cuando el cuerpo de Deidara se sacudió por ese contacto.

 

La lengua aun insatisfecha, lamía, y se profundizaba en esa abertura. Pronto estuvo cubierta de saliva. El azabache rió y paró en seco. El rubio seguía en su mundo, disfrutando de todo pero un repentino sentir en sus labios lo llevo de regreso a la realidad. Itachi lo besaba, y metía su lengua por su boca buscando su lengua, que aunque un poco lenta reacciono. Las lenguas se unían dando círculos, tocándose, peleando por la supremacía.

 

El rubio de un salto colocó sus piernas alrededor de la cadera del otro, pronto su entrada se encontraba chocando con el miembro del pelinegro. Con una mano en el trasero de Deidara y la otra en su miembro Itachi busco la entrada del rubio. La encontró y de una estocada profunda se adentro en esa cavidad caliente y tentadora. El rubio ni chisto, el dolor no existía en ese momento. Las embestidas comenzaban y se repetían una y otra vez, tocando el punto G, H y todo el abecedario del rubio, quien gemía descontroladamente.

 

-Dios I...I...ta...chi...dame...destrózame...párteme...rómpeme el culo...no...importa-

 

-Si...lo...hago...ya no... podré... disfrutarlo... mas....-

 

-NO...ME...IMPORTA...HAZLO...-

 

Y como lo ordeno le daba hasta que meterse completamente. Dios quien los viera diría que parecían que estaban demasiado urgidísimos por practicar sexo.

 

La entrada de Deidara estrujaba el miembro de Itachi haciendo que este a soltara sus gemidos roncos y excitantes.

 

El rubio fue el primero en correrse con un gemido que llego a las habitaciones de arriba. E Itachi le siguió dando y dando hasta que la entrada lo estrujo demasiado y también termino corriéndose. Mordió el hombro del rubio par calma su gemido pero aun así se pudo escuchar. Sus pechos subían y bajaban.

 

-¿Pre...ca...len...ta...mien...to?- dijo el rubio interrumpido

 

-Pues claro- aseguro el otro. Una pequeña parte de su sesión de sexo había comenzado, ahora tenían que soportar hasta que uno u otro se cansara o alguien llegara.

 

 

Notas finales:  

Sasu. Yo y esa plasta jamás

Naru: si claro, al menos me alegra que mi niisan e Ita-chan se reconciliaran

Sasu: kukuku así que ahora estas solito ¿No es así?

Naru: pues solo, así que digamos solo si. ¿Qué planeas? ¬¬

Sasu: yo, nada

Naru: no te creo tienes una cara de pervertido

Kaze: el final lo dude por un minutos, me disculpo con aquellos que querían que Ita-chan e quedara con Naru-chan, pero el fic no termina o al menos no planeo aun terminarlo

Yue: ¬¬ te odio, Ja ne dejen rv y nos leemos en el próximo capitulo, que por cierto la torpe ya tiene el titulo "Pérdida y lamentos"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).