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Un colette y un secreto por chibi_hagane

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Notas del capitulo:

Ña~

Hace caleta de tiempo que no pasaba por esta sección, Dios me siento como en casa ;O; -respira hondo y se ambienta- Bieeen, he regresado. Esta vez con un fic de dos capítulos sobre los hermanos Uchiha.

Disclaimer: Los hermanos Uchiha no me pertenecen, Naruto tampoco, todavía todo es de Kishimoto Masashi y esto es sin animos de lucro.

Espero que les guste.

Un Colette y un Secreto

Capitulo Uno: Un Colette

Estaba realmente cansado.

El entrenamiento de su primera semana en la academia ninja realmente fue extenuante, y lo único que quería era tirarse sobre su cama y dormir tranquilamente hasta la eternidad. Pero por desgracia los molestos rayos del Sol en su cara y los pasos apresurados de Mikoto que se acercaban a su dormitorio impedían su vano intento en volver a dormir, después de vagar en su cama varias veces sin resultados favorables; fastidiado, un pequeño Uchiha Sasuke de escasos siete años se sentó en su cama restregando sus ojos al momento que su madre abría la puerta con rapidez, algo más despierto la miró a ella y al reloj de la pared que tenía forma de Shuriken varias veces antes de formar un mohín de disgusto.

— ¿Hay algún tipo de ataque, Madre? —Preguntó con ironía al verla despeinada (algo bastante extraño en una persona como su madre) y con la ropa arrebolada. Su madre sonrió con ironía.

—Si Sasuke-chan, los criminales dijeron que te están esperando para matarnos —comentó sin borrar su sonrisa, lo que provocó que Sasuke se cruzara de brazos amurrado.

Mikoto se acerco y le revolvió el cabello con gesto maternal, Sasuke se dejo hacer y se lanzo sobre ella para besarle la frente.

— ¿Por qué tanta prisa? —Preguntó curioso, levantándose al ver que ya no podría seguir durmiendo (Mikoto abría las cortinas, una clara señal de que la hora de sueño acababa); buscó su cajonera y sacó ropa limpia, al voltearse descubrió a su madre parada frente suyo con los brazos en jarras. Tragó saliva—. “¿Habrá sido por lo del bote de pintura?” —Mikoto le miraba con seriedad, una terrible seriedad—. ¡Eso fue culpa de ese idiota niño rubio, yo solo estaba en el momento y lugar equivocado! —Exclamó en un intento de defensa personal. Total, era verdad.

— ¿Hiciste algo en la Academia que no le contaste a tu madre querida, Sasuke-chan? Me has dado un buen motivo para ir a hacerle una visita a Iruka-sensei…

Ahora si estaba seguro de que la saliva que pasaba temblorosa por su garganta fue audible para toda Konoha. No podía creer que fue tan tonto como para haber caído bajo sus impulsos infantiles… ¡Era un Uchiha por Dios!

—Eso es para otro momento Sasuke-chan —anunció sin cambiar su posición ni un milímetro—. Ahora necesito de tu ayuda, para algo que deberías de saber desde siempre —le miró con dureza, regañando con su oscura mirada la falta de conocimiento de algo importante. Comenzó a desesperarse al no encontrar la respuesta después de un minuto; Mikoto suspiro entre divertida y enfadada—. Sé que estas exhausto por tu primer día en la Academia Ninja y que la emoción te impide pensar correctamente y todo eso; solo por eso te daré una sola pista. Si no aciertas harás deberes extras con Shisui —vió divertida (sin demostrarlo naturalmente) la cara de Sasuke empalidecer, sabía que las exigencias extrañas de Shisui eran terribles, no por nada era el mejor amigo de su hijo mayo; los gustos extraños hacían amistades aún más extrañas—. Allí va, hermano…

Casi podía sentir como el cerebro de su hijo se movía pensando la respuesta acertada. Espero unos instantes hasta que la cara de Sasuke pasó por varias etapas: primero sus ojos se abrieron con gran sorpresa y después su piel palideció aún más –sí, eso era posible- para terminar con un gesto de preocupación enorme.

— ¿Y bien, Sasuke-chan?

—Es…es…el cumpleaños de Nii-san —murmuró sin quitar su gesto de preocupación y culpabilidad de su rostro, incluso sus manos estaban comenzando a sudar por esas sensaciones—. “Lo olvide por completo…”

Irónicamente ayer en la mañana camino a la Academia se acordó de que su querido y adorado hermano mayor cumpliría años, y por, ende tenía que buscarle un regalo decente para que recordara que su querido y amado Ototo-kun estaba presente también en ese día tan especial. Después de todo, no solo el hecho de tan importante fiesta era relevante, sino que ¡Itachi cumpliría trece años! Edad que en el clan Uchiha lo convertía en una especie de adulto en miniatura, aún no estaba muy seguro de cómo era eso, pero sabía que los trece años eran muy importantes en el Clan; y fuera de eso ¡Era su hermano por el amor de Dios!...

—Sasuke-chan, si quieres comprarle algo a Itachi-chan deberías darte prisa —comentó su madre mirando por la ventana—. Tu hermano debe de llegar en una hora. Aún tienes tiempo.

Saber cómo diablos Mikoto se las arreglaba para saber cada cosa que pensaba y/o necesitara aún era un misterio para él, pero ahora lo importante era el regalo de su hermano. Salto a su cómoda y tomo un chanchito alcancía para salir disparado por la puerta de su habitación, sin antes despedirse fugazmente de su madre.

—Niños…nunca aprenderán.

--

Tenía cincuenta y ocho minutos con tres segundos para comprar algo. Y no sabía que regalarle. Vamos, Itachi era una persona complicada, y por muy hermano suyo que fuera era alguien que no podía entender completamente, y escasamente conocía sus gustos.

¿Armas? No, su padre le regalaría algo así, ¿Comida? Seguramente su madre se encargaría de hacerle sus dulces favoritos así que también quedaba descartado, ¿Ropa? No tenía tanto dinero para eso, y además Shisui siempre le regalaba ropa…

Corrió lo más rápido que sus piernas le permitían calle abajo hasta salir del distrito Uchiha, si pretendía darle algo original y que le gustase tenía que ser afuera, en la aldea.

--

Sasuke caminaba frustrado por una calle desconocida de la aldea con las manos en los bolsillos; le quedaba menos de media hora y aún tenía su escaso dinero aferrado a su mano. Era el primer año en el que no sabía que darle a su hermano; antes podría improvisar con un dibujo o con una Shuriken enchulada, pero ahora que estaba grande y tenía que darle algo decente.

— ¿Qué le gustaría a Nii-san? —se preguntó en voz alta mirando el cielo.

Dio vuelta en una esquina y camino entre unos pequeños y aislados locales comerciales, nunca había andado por esos lares y miraba curioso las estanterías que exhibían todo tipo de chucherías; desde peluches hasta cosas muy raras y puntiagudas que le daban asco y no tenía intención de averiguar su contenido, por lo menos por ahora. Miro para la calle donde puestos ilegales ofrecían productos similares a lo de las tiendas pero de calidad más dudosa. Tan ensimismado estaba que no escucho a una persona gritar su nombre.

— ¡Sasuke! ¡Sasukeeeeeeeeeee!

A la tercera llamada reacciono, giró un poco su cabeza y vió una mancha naranja acercársele a gran velocidad agitando una mano con felicidad. “Hump. El idiota de Naruto…vaya”, le ignoró y siguió su camino; más Naruto logró alcanzarle y comenzó a caminar a su lado preguntándole que hacía allí, desanimado le contesto que no le interesaba saber sus pasatiempos a lo que Naruto le respondió susurrándole despacio que ese era el barrio más marginal de la aldea y que no era bueno andar solo a esa hora, especialmente si no frecuentaba ese tipo de zonas. Luego de un rato de insistencias por parte del rubio, a Sasuke no le quedo más opción que decirle que buscaba un regalo para su hermano mayor; no sabía si fue una ilusión, pero cuando lo dijo una mueca de tristeza recorrió los rasgos zorrunos, pero desapareció casi al instante, más no le tomo real importancia a eso.

— ¿No has encontrado nada? —Preguntó curioso mirando los bolsillos de Sasuke por si encontraba algún regalo escondido. Sasuke le miro con cara de circunstancias.

—Si lo hubiera encontrado, no estaría aquí contigo en este momento. Dobe…

—Amargado.

Ambos chicos caminaron hasta salir de esa zona y llegaron a una plaza. Sasuke consultó un reloj y vio angustiado que le quedaban quince minutos.

— ¿Por qué no le regalas un abrazo? A mí me gustaría que me regalaran uno —comentó con nostalgia, disfrazándolo con una sonrisilla ausente.

—A Itachi no le gustan esas cosas, dice que no son de ninjas —contestó Sasuke con un suspiro. Quizás si no se presentara en casa Itachi olvidaría que tenía un hermano menor.

Aunque la sola idea le dolía el pecho.

Naruto se levanto del banco dando un brinco y se excusó diciendo que tenía que ver a Iruka-sensei para comer ramen, pero antes de irse le dio a Sasuke una gran idea: Regálarle algo que haga que su figura se vea bien.

Sasuke le miró desaparecer tras un árbol meditando esa respuesta; por más que intentara comprender a Naruto le era imposible, no sabía mucho sobre él, salvo que vivía solo y que no tenía familia. Pero siempre que le veía estaba feliz y haciendo travesuras como un niño normal; no era que le interesara demasiado, pero no sabía definir si le agradaba o no…Para Sasuke el rubio era un completo misterio, tanto como las extrañas ideas que daba de vez en cuando.

— ¿Algo con que se vea bien?

Meditó esa idea un rato, el problema era que Itachi con lo que sea se veía bien, una noche de tormenta cuando pequeño lo había comprobado al irse a dormir con él asustado. No sabía si estaba bien, pero cada vez que le veía un calorcito le hacía arder las plantas de los pies y un cosquilleo le revolvía su estómago; lo atribuía a admiración. Pero aún no era capaz de averiguar bien esas sensaciones que Itachi le producía. Siguió caminando pensando en que regalarle, concentrado en cada detalle del cuerpo de su hermano que era capaz de recordar; sus brazos, su pecho, su cuerpo, sus piernas…cada parte de su piel era pálida y extrañamente suave cuando las tocaba. Frustrado se paso una mano por el cabello al no tener la respuesta deseada.

Un momento…

Fugazmente recordó cuando vio a Itachi entrenar, con sus finos y elegantes movimientos, con su largo y sedoso cabello agitarse al son del viento…

¡Cabello, eso es!

La cara de Sasuke se iluminó con una gran sonrisa al encontrar el regalo perfecto para su hermano; comenzó a correr en dirección a una de las tantas tiendas que había visto con entusiasmo, y sujetando en todo momento el dinero para el regalo. Llegó agitado, pero no se detuvo a descansar, con rapidez y toda la educación que un Uchiha poseía compro un pequeño Colette de color rojo, recordando que a Itachi le gustaba ese color, algo de familia en verdad…Pidió que se lo envolvieran en una paquetito y lo más rápido que pudo salió de allí, le quedaban escasos cinco minutos para llegar a su casa.

Dio vuelta en una esquina, tres minutos…podía ver el negocio que solía frecuentar del barrio, corrió como nunca antes lo había hecho, dos minutos, una mancha grande y borrosa que era su casa se acercaba más y más, un minuto, salto para esquivar unas piedras y se subió a un tejado para esquivar a la gente que iba a saludad a Itachi, treinta segundos, esquivo a Shisui que intento atraparle, diez segundos. Conto cada segundo faltante en su cabeza desesperado por tocar la puerta de su casa en el tiempo justo. Un segundo…

— ¡Sasuke-chan! —Gritó su madre al verle tirado en el suelo en medio del polvo que provoco su caída afirmando como si su vida se fuera en ello un pequeño paquete de colores—. ¿Qué te paso hijo?

—Me caí madre —contestó con obviedad levantándose del piso y sacudiendo su ropa—. Tropecé con la subida de la entrada.

Mikoto sonrió con aire maternal y mando a Sasuke a lavarse y cambiarse para el cumpleaños de su hermano.

Sasuke subió a su cuarto por la parte trasera de su casa —solo para evitar a los molestos invitados— brincó de a dos las escaleras tarareando una vieja canción cuyo nombre no recordaba y llego al cuarto de baño con algo de calma. Total, ya estaba en su casa y aún los adultos tenían que recibir a los invitados. Con despreocupación tomo una toalla y cerró la puerta.

— ¿Por qué tan feliz Sasuke?

— ¡¿Nii-san?! —Exclamó soltando de golpe la ropa y con las mejillas encendidas. Miró en dirección a la ducha y vio a Itachi desnudo asomando la cabeza entre la cortina-. No-No me fije que estabas dentro… —murmuró cohibido recordando recién que también estaba desnudo, lo más sutil que pudo recogió su ropa e intento colocarla entre sus piernas cubriendo sus partes nobles.

—Me doy cuenta —dijo Itachi con gesto serio sin pasar el hecho de que Sasuke estaba intentando cubrirse. Sonrió.

—Te…, digo, esperare afuera a que termines —tartamudeó caminando hacia atrás para alcanzar la manilla.

No entendía porque ver a su hermano en la ducha desnudo le hacía actuar así, lo único que entendía era que estaba nervioso y rojo hasta las orejas, y que la imagen de Itachi en la ducha jamás la olvidaría. De hecho aún la tenía grabada en su retina.

Itachi aún seguía en la misma posición, taladrando a Sasuke con la mirada; era consciente de que era el causante de que su hermano estuviera hecho un manojo de nervios, sonrió al verlo tantear en busca de la puerta.

—Si sales desnudo de esa manera, madre te regañara —advirtió en el momento justo que Sasuke giraba la manilla para salir, cubriendo aún con su ropa sus partes bajas. A Itachi se le ocurrió una idea—. Si deseas bañarte, para ahorrar tiempo, metete aquí, conmigo.

Divertido vió de nueva cuenta a Sasuke enrojecer, era adorable verle comportarse como una quinceañera con cosas inocentes. Ahora que lo pensaba, la única razón para que Sasuke se comportara así era que realmente viera la doble intención de sus palabras. No tenía sentido ignorar lo que Itachi sentía por su hermano menor.

— ¿Seguro? —Preguntó dudativo, Itachi asintió abriendo la cortina, Sasuke enrojeció de vergüenza al tener mejor vista de su hermano—. Ésta bien… —murmuró despacio acercándose a la ducha.

Caliente. La primera sensación que recibió fue el calor del agua sobre su espalda. Ambos hermanos se acomodaron y por primera vez Sasuke se dio cuenta de lo estrecha que era ese lugar; estaba separado escasos centímetros de la piel humeante de Itachi y ya no sabía si el calor del agua o su propio cuerpo era lo que ardía. Y ni siquiera tenía conocimiento del porque se sentía así.

— ¿Por qué estás tan nervioso Ototo-kun? —Preguntó Itachi tomando una esponja y llenándola de jabón líquido, tomó a Sasuke por la espalda (su hermano casi salto de la impresión) para enjabonarle—. No muerdo, sabes.

—Yo… —titubeó pensando que estaba a punto de decir una estupidez, Itachi le dio vuelta y volvió a llenar la esponja con jabón—. No sé qué me pasa Aniki…cada vez que me acerco a ti siento una especie de escalofrió extraño y calor en el estómago. Quizás estoy enfermo de algo desconocido.

Bajo la mirada esperando a que su hermano le golpeara la frente, más se sorprendió al escuchar una risa algo monótona que se confundía por momentos con el ruido del agua. Temeroso levantó el rostro y vió a Itachi con una vaga sonrisa en la cara, se sonrojo mientras el travieso pensamiento de que “se veía hermoso” le cruzaba por la cabeza.

—No es una enfermedad Sasuke —dijo pasando la esponja por el pecho de su hermano, Sasuke tirito—. Es amor simplemente.

Sasuke le miró con una completa cara de incomprensión entre indeciso si salir corriendo tal como estaba y alejarse lo más posible de allí o quedarse calentito con su hermano y el agua en su espalda.

Continuará.

Notas finales:

Ña~ Hace mucho que no escribía algo tan largo, pero estoy conforme porque también hace mucho que quería hacer algo incestuoso con estos hermanos. Espero que no me haya quedado demasiado OoC...sobretodo Itachi, Dios, el tipo es demasiado complicado de usar ;O;.

Espero que les haya gustado. Estare cuanto antes con el segundo capítulo.

Recuerda: Si te ha gustado la historia hacerselo saber a la autora le dara un momento de felicidad enorme y no te tardaras nada :D

Saludos~

--Hagane~--


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