AMIGO DEL ALMA
Yo, que había pensado que el amor en mi vida
nunca a mi puerta tocaría
yo que nunca pensé
que el amor a mí vendría
Nunca hubiera imaginado que esto iba a pasar. Mi vida siempre fue monótona, siempre igual, sin sobresaltos. Tan concentrado estaba en hacer mi trabajo que no me percataba de nada a mi alrededor… excepto de ti. Tú eras el único que podía hacerme sonreír cuando me encontraba preocupado, el único que podía crear un universo alterno en donde mis problemas desaparecían. Eras mi mejor amigo, mi confidente, mi consejero, y no había nada que yo pudiera ocultarte.
Lo sabías y por eso te sorprendías de que nunca me hubiese involucrado con nadie. Solía responderte que el amor no era para mí mientras sonreía tranquilo, no era algo que me preocupara, Atenea era todo lo que importaba.
Yo, en el amor siempre fui un incrédulo
no lo estaba esperando
Solía reírme de ti, siempre tan romántico, eternamente enamorado del amor, soñando encontrar alguna vez a tu persona ideal, alguien a quien amar y que te amara como nadie. Me regañabas, y yo entre risas te decía que eras un iluso, que un amor como el que deseabas jamás existiría. Me divertía tu inocencia, tus sueños infantiles, pero también me preocupaba que pudieras lastimarte con tu propia candidez. Y de pronto un día te vi, hablando como siempre del amor, y fue como si por primera vez abriera los ojos.
y me sorprendió
doblemente porque nunca pensé
que a mí llegaría el amor
y doblemente porque me enamore
de mi mejor amiga
De repente todo era distinto, tú eras distinto; ante mí aparecía una innegable realidad. El amor se había cansado de mis burlas y me había convertido en su esclavo. Y me sorprendí aún más al darme cuenta que eras tú el altar de mis deseos, objeto y protagonista de mis más absurdas fantasías. Empecé a verte diferente, y tu sola sonrisa desataba en mí reacciones insospechadas, mi corazón se aceleraba; no quería estar con tigo y no quería estar sin ti; tenía la cabeza hecha un lío. Y sin querer descubrí que el mal que me atormentaba era aquel amor apasionado que tú deseabas.
Amiga del alma
te pido perdón
pero no soy yo
es mi corazón
que siente una alegría al verte
y en complicidad con mi mente
ya no pueden estar
ni un minuto sin verte
Ya no podía escapar, no había forma de evitarlo. Me hice dependiente de tu presencia, de tu voz, te buscaba con la mirada constantemente, y tú sin sospechar lo que yo sentía. Tu nombre se hizo sagrado para mí, tus palabras, el canto de los dioses. Solía perderme en tus ojos verdes, naufragar en ellos eternamente, hasta que tu voz me devolvía sano y salvo a la realidad. Caí rendido a tus pies como un tonto enamorado, y sin poder decirte que aquel amor que tú esperabas se había adueñado de mi alma. Cuánto hubiese deseado no enamorarme de ti, pero no pude controlarlo, y ahora, arrepentido, te amo en silencio.
Amiga del alma
si acaso decides no volver a hablarme
perdona pues soy de carne y hueso
no pude controlar mis sentimientos
la vida es así
no puedo estar sin ti
Y decidí que no podía continuar así, tenía que confesar, decirte que tu anhelo se había cumplido e mí, tu mejor amigo, el estúpido Saga de Géminis, que ahora enamorado, no podía vivir sin tu presencia. Sé que quizás te pierda, que por miedo te alejes de mí, pero ya no puedo seguir ocultándolo, qué más da si de todos modos va a dolerme, más me duele ahora tenerte cerca sin poder decirte a la cara cuánto te amo.
Y no se como tú lo puedas tomar
Y no se como tu puedas reaccionar
Quizás te asustes, te escapes y no quieras volver a verme. Tal vez te pierda, no vuelva a verte a mi lado riendo y hablando del amor, y me asusta un poco que eso suceda, que no vuelva a tenerte con migo, que por culpa de mi corazón te pierda irremediablemente. Pero lo he decidido, y sé que voy a decírtelo, aún a riesgo de alejarte de mi lado.
Entras en mi Templo sin anunciarte y yo me río de tu descarada inocencia. Voy a tu encuentro presuroso, aunque nervioso del resultado de mis palabras. Tú me sonríes como cada tarde, y aquel gesto es para mí una caricia divina que colorea mis mejillas de suave carmesí. Te miro a los ojos, y en ellos puedo ver que no entiendes lo que estoy haciendo. Respiro profundo y cierro los ojos, puedo sentir un nudo en mi garganta, pero no puedo postergarlo.
Vuelvo a mirarte, y reuniendo el poco coraje que me queda, ese que tú anulas cuando me miras, te doy un montón de explicaciones sin sentido, de cómo tenías razón sobre el amor. No entiendes y yo me siento como un estúpido parado en frente tuyo sin poderte decir lo que en estos momentos me atormenta. Me pides que me explique, que no entiendes lo que quiero decirte, y yo te abrazo, y al oído te susurro cuánto te amo, que no sé cómo sucedió, ni cuándo empecé a amarte, que lo único que sé es que estoy totalmente enamorado de ti.
Te separas de mí y me miras sonriendo, y ahora soy yo el que no entiende, quien no comprende esa luz que baila en tus ojos alegremente. Rodeas mi cuello con tus brazos y unes tus labios con los míos en una suerte de respuesta a mi improvisada declaración.
Sonrío y respondo a ese maravilloso beso, ya sin miedo de perderte, abriéndote mi corazón para que veas, Aioros, lo que me has hecho, que tan desesperadamente enamorado estoy de ti.
y yo que tanto decía
que en el amor no creía
y hoy me enamoro de ti
mi mejor amiga