Recuerdo esa cálida mañana. Sí, y digo cálida, aunque fuese uno de esos horribles días de Invierno. Tenía la impresión de que algo pasaría, Kuro siempre me dice que tengo un extraño poder para presentir. Caminaba lentamente entre aquella Alameda, dulces árboles que más de una historia contarían.
La brisa me provocaba deseos de volver a casa. Escuché la voz de Yu susurrándome que no me arrepintiese. Oh, mi amor. Si me lo pedías así... ¿Cómo podía arrepentirme?
Sé que nuestra relación iba de mal en peor, pero seguías siendo mía; y algo me hacía sentir que yo seguía siendo tuya.
Yu... Tus mejillas eran tan lindas cuando te sonrojabas... Tu cabello era tan perfecto...
Pero eran aspectos que no podía desear más. No podía ver. No. Te sigo amando como el primer día, pero no sé si tú tambien. Prefiero no comprobarlo. Adoraría estar contigo otro día más, pero no podemos. Nuestros corazones estarán siempre juntos. Lo sé.
Sólo pensar en Yu me hizo querer salir de esa melancolía. Y de qué manera...
Con cuidado saqué de mi bolsillo la carta que Yu me había escrito el último día que hablamos. El día en que nuestro último beso selló el eterno amor que compartíamos, pero que no podíamos continuar.
Ritsu...
Tú mejor que nadie sabe quién eres para mi. Eres mi todo. Eres mi universo. Mi vida.
Pero ambas sabemos lo que nos pasa. Años de compromiso, toda una vida juntas. Mientras las lágrimas caen al escribir esta carta, te recuerdo como alguien que nunca saldrá de mi mente. ¿Acaso no crees que te quiero?
Yo te amo.
Si fuera por mi, dedicaría cada noche de mi vida a ti, cada día a desear tus ojos, tu cabello, todo de ti...
¿Por qué siento que no te merezco?
Eres la persona que más amo, en esta vida tan solitaria.
Si sólo me pusiese a contar las veces que te haz escapado de tu casa, y enfrentado el regaño de tu madre, sólo para procurarte de que yo estuviese felíz? ¿Cuántas noches estuviste en mi departamento, llendote por la madrugada, sólo para acompañarme en noches de tormenta?
Si supieras...
A pesar de todos estos encantadores sentimientos, los únicos que llenan mi vida, he de decir adios.
Cada vez que mire la luna, cada vez que pise el pasto, cada vez que respire, cada vez que mi corazón lata... tú estarás ahí.
Te amo.
Yu.
Imposible era no derramar lágrimas al releer lo que hace unos días mi amada Yu había escrito para mi.
Me hacía pensar, que jamás tube que dejar que esto pasara. Pero pasó, para mi desgracia y sufrimiento.
Ahora, Kuro era el único que me quedaba. Mi mejor amigo. Tenía preparado una "sorpresa" para mi. "Camino al bosque, por la calle de los álamos, al final, nos encontraremos"
Él siempre había estado conmigo. Kuro, Kuro. Amigo. Lo adoro.
La arboleda estaba por llegar a su fin, de seguro en segundos ya estaría con él. Necesitaba saber que pasaría. Estuve apunto de rendirme, alejarme y correr lejos. Necesitaba estar con Yu. Pero nunca más la vería… Comencé a correr cuando noté que unas lágrimas caían copiosamente por mi cara. ¿Estaría alguna vez con ella? Ahora, lo único que necesitaba era a mi Yu.
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