Primera Noche: TRAIDOR
El cuartel central ya se había instalado en su nueva localización, y todos seguía igual, el grupo científico se hallaba con un terrible desorden en su área de trabajo, unos exorcistas en misiones y otros más todavía estaban en la orden, todo estaba muy tranquilo después de los pasados incidentes solo algo no podía ser igual que antes, porque cada vez que veía su reflejo, ya fuera en un espejo, vidrio o en la misma agua siempre lo acompañaba esa sombra que cuando estaba en el arca se podía comunicar mejor.
Un día de camino al comedor Allen Walker iba tranquilo a paso lento hacia su destino y uno de los lugares que más le gustaba puesto que hay satisfacía su gran apetito. Cuando entro lo primero que hizo fue dirigirse hacia la fila donde se encontraba Jerry, y en cuanto lo vio lo saludo alegremente el cual el moreno contesto de igual manera, como siempre pidió una grandísima cantidad de comida, cuando se le fue entregada y se iba marchar algo lo detuvo tomándolo del brazo y haciéndolo voltear, fue en ese instante que vio la cara de Jerry mas seria que nunca que le decía
-Allen, escuches lo que escuches tu mantente firme y no creas nada de lo que se dice por ahí, solo ignóralos, no saben nada mas que inventar rumores, recuerda que tienes amigos aquí y eso es lo único que debes escuchar-termino de explicar el chef
-Gracias Jerry, descuida estoy bien no me importa lo que los demás piensen la única opinión que cuenta es la de mis amigos-le respondió con una de sus mas grandes y tranquilas sonrisas- ahora si me disculpas creo que tengo mucha hambre y debo de comer.
Empujo su carrito de comida pasando por los estrechos espacios entre mesas, hasta que vio una en la cual estaba casi sola y tranquila, llego hasta ese lugar donde dirigió su mirada al joven que estaba sentado.
-Disculpa Kanda puedo sentarme aquí- pidió el albino
-Che- fu la única respuesta aprobatoria que tendría de su amigo y compañero Kanda.
Se sentó e ingirió todos sus alimentos de una forma voraz y muy rápida, no parecía ni masticarlos, el japonés seguía tranquilo comiendo de a poco a poco su Soba. Cuando el samurái termino su alimentos se levanto y salió del salón comedor dejando solo al albino.
:_:- :_:- :_:- :_:- :_:- :_:- :_:- :_:-:_:- :_:- :_:- :_:-:_:- :_:- :_:- :_:-:_:- :_:- :_:- :_:-
Mas tarde el chico de cabellera plateada se encontraba paseando por los pasillos de la orden, en cada lugar donde pasaba y cuando alguien notaba su presencia podía escuchar los murmullos en los cuales el era protagonista, entre todas las palabras había una que siempre resonaba en su cabeza TRAIDOR, pero había seguido el consejo de sus superiores dejando de lado lo que los demás murmuraran, aunque fuera doloroso por eso prefería ignorarlos y alegrarse el día, y quien seria mas perfecto en esa situación que su gran amigo Lavi, el siempre lograba calmarlo y sacarle una sonrisa, por eso mismo se dirigía a su dormitorio para poder platicar un rato y olvidarse de los chismes que circulaban por la orden.
Ya había llegado a su destino iba a tocar, pero la puerta estaba solamente emparejada, dejando escuchar la plática que había en su interior, iba a tocar y luego entrar pero en ese instante escucho su nombre e inmediatamente se detuvo para escuchar que decían de el
-Es un traidor, es ilógico que un exorcista de verdad pueda controlar el arca- resonó la voz de Lenalee.
-Es ilógico que un chaval de tan solo 15 años allá superado el punto crítico, por algo no lo han ascendido a general-Ahora fue la vos de Lavi que se coló por la pequeña apertura de la puerta.
-Puede que no sea inocencia lo que lleva él, tal vez es materia oscura y tiene la habilidad de parecer inocencia, ya que una inocencia destruida no puede reconstruirse- Ese frio tono de voz era inconfundiblemente el de Kanda.
Y así resonaron en su cabeza las voces de sus amigos, creyendo cada uno de los horribles rumores que circulaban sobre él, mas que traidor se sentía traicionado, estaba realmente triste y a la vez se sentía ofendido, como se decían sus amigos y hablaban así de él, sus ojos ya se habían llenado de lagrimas, pero el no se permitiría llorar porque a pesar de ser una buena persona también era humano y tenia orgullo, el cual cada vez se hacía más fuerte, decidió darse media vuelta para tomar un paseo, quería despejar su mente, quería olvidar lo que le causaba dolor.
Salió de la orden y camino por un bosque que estaba cerca, ya internado en el llego hasta un claro de luz, en el se hallaba un pequeño lago, se sentó a la orilla de este callado, simplemente contemplando su reflejo, ¿en verdad lo creían un traidor? ¿Qué había hecho mal? Había dedicado su vida a matar akumas para que pudieran descansar en paz y proteger a los humanos, pero aun asi lo seguían llamando traidor.
Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escucho cuando alguien se acercaba, solo se dio cuenta que estaba acompañado cuando escucho una voz, terriblemente conocida con un tono un tanto burlón.
-Buenas Noches Allen Walker- Esas palabras esa voz combinados con la gorda silueta que reflejaba el agua.
-Buenas Noches Conde-respondió lo mas tranquilo que se pudo- que viene a hacer aquí, jamás creí recibir esta espantosa visita.
-No fue mi intención hacerte una visita a ti, sinceramente lo que me atrajo a ti fue tu dolor, un dolor tan grande como el de haber perdido un ser querido, solo venia a hacer mi trabajo y mira lo que me encuentro un exorcista, uno de los que mas odio.
Allen se encontraba en Shock, tanto era su dolor que lo había traicionado sus amigos como para atraer al conde a donde él, estaba inmóvil, desprotegido como para ver que la espada del conde estaba alzándose sobre su cabeza y la risa en canto de victoria se hacia mas fuerte.
Entonces dejo caer su espada dispuesto a matar al joven que le había causado tantos problemas, sin embargo el sentimiento de atravesar la piel nunca llego abrió sus ojos para ver que había impedido su tan aclamada victoria, y lo que vio no le gusto nada, ahí estaba Road deteniendo con sus manos la gran espada.
-Road-chan que crees que estas haciendo- Pregunto meloso el conde
-Conde-sama, pues vera no quiero que mate a Allen, ya que el nos puede servir de mucho, ya que controla la otra arca, ¿imagínese el poder que tendríamos si tuviéramos dos arca?- interrogo la mayor de los noe.
-Road-chan este engendro crees que nos ayudaría, todavía esta al servicio del catorceavo- reclamo el conde con un tono mas molesto
-Por eso mismo que tiene el poder del catorceavo que nos puede ayudar, el es indirectamente un noe- pidió la niña, después se dio vuelta y se dirigió a Allen, sacándolo del shock al tomar su cara entre sus manos- Allen, no te unirías a nosotros, estas solo no es cierto, te he visto, he estado al pendiente de ti y no quiero que sufras mas, ven con nosotros ayúdanos Allen- Rogo la noe
-Por favor crees que yo los ayudaría, eso jamás ¡yo no soy un traidor!- Grito ya exasperado el joven, sintiendo como las lagrimas corrían por sus mejillas, momentos antes lo habían traicionado y ahora su orgullo se acababa de quebrar.
-Allen, nosotros no somos los malos, nosotros solo queremos ayudar a las humanos, para que no sufran mas
-Entonces por que los atan a maquinas para que sigan sufriendo-la interrumpió abruptamente antes que terminara su explicación.
El conde se había quedado de lado confiaba mucho en su querida Road
-Mira Allen, en tu patética orden de traidor no te van a bajar nunca, y nosotros queremos ayudarte entiendes eso, por que te gusta que te maltraten esos sinvergüenzas- dicto con voz clara y retadora la primogénita de los noe.
-Si te hiciera caso estaría inmediatamente muerto, mi inocencia es de tipo parasito, por lo tanto si les ayudara aunque sea con información caería y la inocencia me mataría poco a poco-Respondió retando al su enemiga, recordando a un compañero Suman
-Tu cuando estábamos jugando en la primera arca le dijiste a Tikky algo así como el brazo derecho por los humanos y el izquierdo por los akumas, no es cierto Allen?-Como vio que el joven asintió siguió- Supongo que ese es una especie de pacto que tienes con tu inocencia, piénsalo de este modo, una vez destruido el mundo junto a los humanos, estos podrán descansar en paz y ya tienes tu brazo derecho, y también con todos los humanos muertos no pueden crearse mas akumas, y como tu tienes un pedazo de inocencia acabarías con todos ellos liberando sus almas y también dejándolas descansar en paz-Concluyo alegremente Road.
Hubo un silencio, nadie se atrevía a hablar, como era posible que hubiera un camino así, ayudar al enemigo para que él te ayude a ti, en si sus metas se cumplirían traería la salvación tanto a akumas como a humanos, no se escuchaba nada mal. Fue entonces que la miro estaba parada en frente de él extendiéndole una mano, con una cálida sonrisa en su Rostro.
-¿Qué dices Allen, aceptas unirte a nosotros y despertar al Noe que llevas dentro?