Han pasado tres meses desde aquella pelea de hermanos que Bill y Tom mantuvieron, como ellos la llamaban. Pero la realidad es más fuerte.
Tom había pegado a su hermano por rabia, por no querer dejarle salir de la cocina sin haber aclarado las cosas antes.
Pero Bill no atendía a razones, no quería decirle la causa de su enfado porque para su hermano sería una estupidez que se hubiera sentido celoso por el modo en que cuidaba de su guitarra, pero ese gesto a Bill le pareció muy importante, como si a él no le quisiera tanto.
Y por eso ocurrió el trágico desenlace que les llevó al hospital donde Bill salió con tres puntos en sus labios.
Pero esto también valió para que Tom se diera cuenta de que su hermano existía, que era la persona que más quería en el mundo. Que eran algo más que hermanos.
A partir de entonces decidieron llevar su relación a un nivel superior. Se veían a escondidas y eso lo hacía más interesante, más excitante como decía Bill. El hecho de que los pudieran pillar les hacía desear más esos encuentros prohibidos.
Por la noche cuando Georg y Gustav ya estaban dormidos, Bill se colaba en la habitación de su hermano y se metía en la cama, sin poder evitar reírse por los nervios de lo que iba a venir a continuación. A Tom no le quedaba más remedio que hacerle callar con un beso, pero eso solo hacía que Bill riera con más ganas, así que cada noche el beso se alargaba más hasta que las fuerzas de Bill se relucieran y se quedaba dormido entre sus brazos.
Luego también tenía que despertarle con otro beso para que se volviera a su cama antes de que se levantaran los demás. Cada vez le costaba más. Sabía que se hacía el dormido y eso le excitaba mucho, tener que esforzarse para despertarle.
Primero posaba sus labios sobre los de él y le daba un beso muy dulce. Pero nada, su hermano seguía con los ojos cerrados. Entonces no le quedaba más remedio que cogerle entre sus brazos y hacer el beso más profundo, separándole los labios y jugueteando con su lengua hasta que despertaba un poco. No abría los ojos, pero su lengua comenzaba a frotarse contra la suya hasta que Tom le besaba con más violencia, haciendo que se agarrara con fuerza a su cuello, clavándole las uñas de paso por esa pasión salvaje.
-¿Ya te has despertado?-le pregunta Tom cuando da por finalizado el beso de los buenos días.
-Todavía estoy medio dormido-le contesta frotándose los ojos.
-Como sigas así nos van a pillar y luego llorarás.
-La próxima vez vienes a mi cama. Así me puedo quedar más tiempo dormido sin que se resista mi voz luego por haber dormido poco-le dice mientras empieza levantarse con pereza.
Pero Tom le coge por la cintura y le obliga a volver a la cama, poniéndose encima de él y agarrándole las muñecas con una mano por encima de su cabeza. Con la otra mano le recorre la cara con un dedo, haciéndole cosquillas y viendo como le sonríe con odio en los ojos.
-Eres muy malo, te gusta hacerme sufrir-le dice tratando de no reír.
-Sólo te hago lo que más te gusta. Y me encanta verte reír. Adoro esa boca por donde sale tanta felicidad.
Vuelve a poner sus labios sobre los de él y a besarle con más pasión que antes. Bill se revuelve debajo de él. Quiere cogerle el cuello para atraerle hacia él. Además, lleva el pelo suelto y le caía sobre la cara, haciéndole más cosquillas que con su dedo, y eso no le deja concentrarse en el beso.
Tom lo nota y mueve la cabeza para que sus rastas le acariciaran más la cara. Bill comienza a reírse contra su boca mientras que con su lengua intenta echarle fuera de él. Cuando no lo puede resistir más, Tom le deja respirar mientras saca lentamente la lengua de su boca.
-Con esto tu voz no se resentirá-le dice dándole un beso en la nariz y soltándoles las manos.
En cuanto se ve libre, Bill le coge del pelo y comienza a tirar con fuerza de él.
-Te voy a cortar las rastras cuando estés dormido-le dice sonriendo.
Tom le coge una mano y se la lleva a la boca mordisqueándole las puntas de los dedos.
-Y yo te comeré las uñas, para que no me vuelvas a dejar marcas en el cuello-le amenaza.
Bill grita de miedo y Tom le hace callar con otro beso más breve esta vez. Se quita de encima suyo para que pueda levantarse y su hermano lo hace muy deprisa por si cumple su amenaza.
Corre hacia la puerta y cuando esta a punto de abrirla se da media vuelta y le lanza un beso con la mano. Sale de la habitación y se dirigió a la suya sin dejar de reírse por el camino.
Tom le oye desde su habitación y no puede evitar reír también.
Nada le hacía presagiar que esa podía ser la última vez que le oiría reír.
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