Fue muy difícil para mí acercarme a ti en ese entonces.
Dime ¿Qué podría hacer yo? Llenar tu vida de un momento a otro con mi presencia, yo te amaba, haría lo que fuera por ti pero, el ya ocupaba el lugar que me correspondía, él que yo deseaba llenar.
Fue una noche del año pasado cuando comenzó tu sufrimiento, fue devastador para mi verte en ese estado cuando nos avisaron de la tragedia, era imposible que fueses tu el que berreaba histérico gritando que no era cierto , que no podría estar pasando.
Pero los hechos eran tan reales como las lagrimas que escapaba de tus ojos, tan ciertos y dolorosos como las frías palabras de aquel galeno tres días después del fatal suceso.
"Ha Muerto" No pudimos hacer nada mas por favor comuníquenles a sus familiares.
Te busque con la mirada, hallándote justamente en el momento exacto en el que te desmoronabas, los brazos de KangIn parecieron no poder sostenerte y te escurriste entre ellos, llegando al suelo. De tus labios no escapaba ningún sollozo, ya ni siquiera lágrimas escurrían por tus mejillas, estabas en shock. Me acerque a ti y me aferre a tu espalda, podía escuchar los sollozos lejanos de los demás, pero de tu preciosa boca no salía nada.
Y así pasaron los días, luego llegaron los meses hasta convertirse en años. Tu luto seguía presente y ya no eras el mismo de antes, tu mirada estaba opaca y era imposible pensar que alguna vez fue la que nos iluminaba a todos, tu dulce voz se había vuelto triste, y tu forma de ser parecía haber sido enterrada tres metros bajo tierra ese día del funeral, el parecía haberse llevado todo ti pero yo no estaba dispuesto a perderte.
No sabes como dolieron, como me lastimaron tus rechazos y calaron hondo en mi corazón tus palabras, pero si por amor se sufría, yo estaba dispuesto a derramar hasta la última gota de mi sangre por ti, demostrarte que su ausencia no era ningún impedimento en tu vida y que tal vez, algún día pudieras amarme.
Primero comencé a sacarte de casa, ocupar tu mente en otras cosas y tratar de que su recuerdo se desvaneciera con el tiempo.
Dos años Sungmin dos largos y eternos años tuvieron que pasar para verte sonreír de nuevo, dos años de momentos difíciles, de tristeza contenida, lagrimas derramadas y corazones rotos.
Lentamente regresaste a la vida, poco a poco volvías a ser el de antes, el chico que tanto me gustaba, el niño al que cuide durante todo este tiempo y del que me sentía incluso, más enamorado que antes.
Cada determinado tiempo nos reuníamos con los chicos, la última vez que lo hicimos todos estaban realmente sorprendidos con tu cambio. LeeTeuk lloro y RyeoWook te abrazo fuerte, nuestro Sungmin había vuelto.
El tiempo y el esfuerzo habían valido la pena.
Un año más que se iba y se acercaba la fecha de su aniversario, yo odiaba esos días por que había una regresión en tu cuerpo y volvías a ser el de antes, el chico que tanto me costo sacar de abismo oscuro y solitario. Estaba decidido a que esta vez no fuera así, mi corazón había permanecido mucho tiempo callado y era hora de que se dejase escuchar.
Ese día, exactamente el día de su muerte entre en tu habitación y te robe un beso, un gesto suave y torpe pues no era experto en esa área, tus ojos se abrieron grandes pero en ningún momento intentaste separarte, eso me dio ánimos para continuar, ¿Por que era una aprobación silenciosa verdad?, por que tu también lo querías.
Las prendas fueron cayendo una a una, revelando cada parte de nuestros cuerpo, bese tu blanca piel con pasión, acaricie tu labios, abrí tus piernas, me enterré en ti, disfrutamos ambos, gemimos, pedimos mas, y lo repetimos hasta quedar exhaustos, me convertiste en él hombre mas feliz de la tierra.
Me revolví en las sabanas horas después buscando tu dulce cuerpo pero no encontré nada. Abrí mis ojos buscando un indicio de tu presencia en casa pero parecías haber desaparecido, volví a la habitación dispuesto a salir a buscarte encontrando una nota muy rara bajo la almohada, del aún calido lecho.
"Gracias por haber cuidado de mi y haberme devuelto la vida Dongie... eres mi mejor amigo te quiero compañero".
Una sensación rara recorrió mi pecho y corrí a buscarte, no sabía donde y estaba desesperado. Fui al cementerio, al parque que frecuentabas y nada, no te encontraba. Aquellas palabras escritas con mano temblorosa retumbando una y otra vez en mi cabeza.
¿Y si eso era una despedida?
Corrí como loco, mis piernas dolían por el esfuerzo, me negaba a perderte, a dejarte ir nuevo. Mi instinto me llevo a la estación de trenes, nada mas llegue comencé a buscar tus cabellos color oro entre todo ese mar de gente, creí divisarte a lo lejos y me acerque como loco tomándote el brazo, me había equivocado esa era una chica.
Me deje caer en el piso llamando la atención de la gente
No te vayas Sungmin, No te vayas
Susurraba y como si me estuvieran concediendo un deseo te vi, no estabas lejos y no pude evitar gritar tu nombre. Te giraste hacía mi y pude ver tu rostro humedecido por las lagrimas, alzaste tu vista mirando el enorme reloj que estaba sobre tu cabeza, dos minutos para las siete y el sonido del tren escuchándose cada vez con mas fuerza.
Tus labios se movieron y mi rostro adquirió una expresión tétrica, me levante, me acerque lo mas rápido que pude pero no pude salvarte, en mis manos quedo esa bufanda rosa que tanto amabas y mi cuerpo fue salpicado con tu sangre.
Todo pareció silenciarse y el crujir de tus huesos así como el seco golpe de tu cuerpo contra aquel gusano metálico se repetían una y otra vez en mi mente. De un momento a otro los gritos de la gente se dejaron escuchar y los opaque completamente gritando histérico tu nombre, mi garganta se desgarraba y mis puños apretaban con fuerza aquel pedazo de tela rosa.
Comencé a golpear con fuerza la puerta de aquel tren con destino desconocido, rompiendo uno de los vidrios dañando mi brazo.
" ¡QUE SE MUEVA! ¡QUE SE MUEVA!"
Gritaba con la esperanza de que aún estuvieras debajo, sano y salvo, vivo, la sangre escapando por la honda herida y las lágrimas saliendo sin control alguno. Alguien me sostuvo y me alejo de ahí evitando que siguiera haciendo mas daño, de ahí en mas no recuerdo nada.
El tiempo volvió a hacer de las suyas corriendo rápido como siempre, mañana entro a juicio Sungmin, mañana me juzgan, me culpan de tu muerte, las cámaras de seguridad del subterráneo apuntan a mi como tu asesino, muestras que yo te empuje aunque tu y yo sabemos que no es cierto.
Repiten una y otra vez el momento exacto en que estiro mi mano hacía a ti y luego todo se distorsiona debido al ajetreado movimiento de la placa donde esta sujeta.
"Culpable"
La firme voz del juez se deja escuchar pero sinceramente no me importa, los guardias me cogen de los brazos y me llevan bajo la vista de todos, giro un momento mi cabeza y puedo ver a algunos de nuestros compañeros, sus caras pintadas de incredulidad, dé dolor.
El uniforme naranja cubre ahora mi cuerpo y en la soledad de mi celda me pregunto que fue lo que tus labios susurraron antes de acabar con tu vida, si realmente yo te asesine indirectamente, o si nunca gane y el te llevo consigo ese día hace cuatro años, dejando para mi las sobras, lo poco de ti que quedaba.
Porque no fui suficiente, porque mi esfuerzo no lo fue, porque me acusan de algo que nunca hubiera hecho, porque nunca me perteneciste y porque al final de cuentas, a pesar de todo te perdí.
Fin