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CIERRA LOS OJOS por lyra

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El día siguiente llega y Simone puede respirar aliviada. Se había pasado toda la noche levantándose cada hora para comprobar que su hijo pequeño estaba bien. Entraba con sigilo en la habitación y se acercaba a la cama para poner la mano en su cada vez menos caliente frente. También le arropaba mejor si se lo encontraba destapado y le acercó un vaso de agua cuando se lo pidió.

Incluso una de las veces se sorprendió al ver a su hijo mayor saliendo de la habitación, sonriendo al pensar en lo mucho que se querían y cuidaba de su hermano pequeño.

Tras preparar el desayuno y despedirse de su marido, sube una bandeja a su hijo pequeño, casi chocándose con el mayor, que salía en esos momentos de la habitación en la que había dormido.

-Lo siento-se disculpa Tom cogiendo la bandeja a su madre.

-¿Has podido dormir?-le pregunta Simone preocupada.

-Igual que tú-le contesta con una sonrisa.

Entran en la habitación donde el enfermo descansa y mientras su madre sube la persiana, Tom deja la bandeja en la mesilla y se siente en la cama.

Protestando en sueños por la luz que de repente inunda la habitación, se da la vuelta en la cama, enterrando la cabeza bajo la almohada, no pudiendo evitar sonreír cuando su hermano le acaricia la espalda y le hace cosquillas.

-¡Estoy malito!-protesta entre risas.

-Eso ahora lo comprobamos-dice Simone sonriendo.

Suspira dándose por vencido y se incorpora en la cama mientras se frota los ojos con las dos manos. Con ellos medio cerrados todavía, separa los labios cuando siente cerca el termómetro y resopla apoyándose en el cabecero.

-Tienes mejor aspecto-dice Tom estudiando su cara.

Simone asiente estando de acuerdo y tras 5 minutos retira el termómetro de los labios de su hijo.

-Casi 37º-dice arrugando la frente.

-Eso no es fiebre, y hay me encuentro mejor, incluso tengo hambre-dice Bill señalando su suculento desayuno.

-Veremos que tal pasas el día-dice Simone no muy convencida.

Pasando por alto las palabras de su madre, Tom pone la bandeja del desayuno sobre las rodillas de su hermano y mira con una sonrisa como devora el desayuno.

-Comes como Georg-dice rompiendo a reír.

Eso hace que su hermano se atragante con la leche que estaba bebiendo en esos momentos y comenzar a toser fuerte.

-¡Tom!-riñe Simone a su hijo mayor dándole una colleja.

-Lo siento-se disculpa entre risas al ver como su hermano le dirige una mirada asesina.

Tras calmarse y asegurar a su madre que se encontraba bien, termina su desayuno y se trata de levantar de la cama.

-¿A dónde vas? Tienes que descansar-dice Simone impidiéndole levantarse.

-Tengo que ir al baño-le comunica resoplando-Y me quiero dar una ducha. Estoy bien, en serio mamá.

Simone se da por vencida y le ayuda a levantarse, comprobando que no se mareaba y podía andar sin ayuda.

-Ve a la habitación de tu hermano y tráele ropa limpia mientras cambio las sábanas de tu cama-ordena Simone a su hijo mayor.

Tom asiente y al momento regresa con un pijama para su hermano y una muda limpia. Llama a la puerta del baño y entra cuando su hermano le da permiso.

-Te dejo la ropa en el lavabo-grita para hacerse oír por encima del ruido del agua.

-Vale-le contesta de la misma manera.

Se gira y continúa duchándose, cerrando los ojos y gimiendo cuando la caliente agua le recorre el cuerpo. Se pasa las manos por el húmedo pelo y cogiendo el champú de su hermano se lo lava frotando con cuidado.

Se lo aclara y tras lavarse el cuerpo, corta el agua y se envuelve en una toalla, cogiendo otra para secarse el pelo todo lo que puede antes de que su madre le dijera algo. Siempre pendiente de él, de lo que hacía o dejaba de hacer… a veces se sentía agobiado…

Se viste suspirando, su madre tenía que aceptar que su hijo pequeño había crecido, que ya era un adulto…con los mismos miedos de un niño…no era feliz, no tenía a nadie al lado, no se veía con fuerzas de buscarlo…

-¿Bill?-llama Simone a la puerta con suavidad.

-Voy-dice tratando de que su voz sonara normal.

Recoge las toallas usadas y sale con ellas de la mano, dejando que su madre se las cogiera nada más verle.

-Vuelve a la cama, no cojas frío-le sugiere Simone.

-Llevo desde ayer en ella, me apetece estar un rato levantado-protesta.

-Vamos al salón, veremos una peli de las que a ti te gustan-dice Tom con una sonrisa.

Bill se la devuelve agradecido. Siempre ponía paz cuando le veía a punto de explotar delante de su madre. Antes de que se lo impidiera, sigue a su hermano escaleras abajo.

Entran en el salón y se sientan bien juntos en el sofá, sonriendo cuando su hermano le echa una ligera manta por las piernas.

-Pon lo que quieras, no hace falta que sufras viendo una de mis pelis-le dice acomodándose contra él.

Tom asiente agradecido y cogiendo el mando comienza a hacer zapping hasta que da con el canal de videos musicales, riendo al ver uno de los suyos.

-“Der letzte tag”-dice Bill entre risas.

-Todavía recuerdo el día que grabamos el video, subidos a la azotea… ¡que vértigo te daba cuando tenías que cantar cerca del borde!-ríe Tom con ganas.

-Tú tampoco lo pasaste bien, el vértigo es cosa de los dos-se justifica.


Siguen viendo la tele hasta que llega la hora de almorzar, entonces la apagan y van a la cocina a ayudar a su madre, quien nada más ver a su hijo pequeño le manda a su habitación para ponerse una chaqueta.

-No le trates como a un niño, mañana hacemos 19 años-le dice Tom cuando su hermano no está.

-No puedo evitarlo, además, luego se pone peor y se resiente su voz. Lo hago por su bien-se justifica Simone.

Dejan de hablar cuando Bill aparece de nuevo en la cocina y cuando están casi terminando de comer su padrastro regresa de trabajar.

-¿Cómo te encuentras?-pregunta a su hijastro pequeño poniendo las manos en sus hombros.

-Mejor, gracias-contesta rápidamente antes de que su madre se le adelantara.

Gordon sonríe y saluda a su mujer antes de sentarse a la mesa y empezar a comer. Los hermanos se levantan y les dejan comer a solas mientras suben a sus habitaciones.

-¿Qué hacemos? ¿Te apetece jugar en el ordenador?-dice Tom entrando en la habitación de su hermano.

-Me duele un poco la cabeza, pero quédate y hazme compañía mientras juegas-le dice tumbándose en su cama.

-Vale, además hay que hacer planes. Ya he quedado con Georg y Gustav, vendrán a las 6 para ayudarnos y Andreas también vendrá antes-le explica sentándose en su escritorio.

Continua hablando mientras juega con el ordenador de su hermano, hasta que le oye respirar pesadamente, señal de que se había quedado dormido. Se gira y sonríe al verle a él hacerlo en sueños.

Cansado ya de jugar, se dedica a investigar lo que su hermano guarda en el ordenador, sabiendo que no le iba a sentar mal. Sonríe al dar con una carpeta llamada “fotos del mejor grupo del mundo” y la abre. Al momento aparecen ante sus ojos fotos suyas y de su hermano con sus dos amigos. Eran de entrevistas, conciertos, fiestas,…y algunas personales.

Se concentra en ellas, riendo al verse hacer travesuras cuando estaban aburridos viajando en el autobús que les llevaba de ciudad en ciudad.

Cierra la carpeta y abre otra en la que pone “MI HERMANO”, extrañado de que lo pusiera en mayúsculas y no hubiera puesto simplemente “Tom”.

Ahoga un gemido al ver como ante sus ojos aparecen unas cuantas fotos suyas en donde sale con una expresión relajada, al ser tomadas sin que él se diera cuenta. Incluso había una en que salía dormido en su litera del autobús…

Apaga el ordenador y se queda mirando la pantalla negra. No era raro que tuviera fotos suyas, él también tenía algunas de su hermano guardadas en su ordenador…claro que en ellas aparecía a su lado y no le había sacado una durmiendo….

Con un presentimiento, sale de la habitación de su hermano y entra en la suya, encendiendo el ordenador y buscando fotos de los dos. Las va pasando una a una, con el estómago encogido al ver como en un par de ellas su hermano le miraba con una expresión rara en la cara…

“Son imaginaciones mías”-piensa enfadado apagando de golpe el ordenador.




Tras una cena en la que terminan de planear la reunión del día siguiente, Bill descansaba esa noche en su propia cama. No podía dormir, daba vueltas en la cama sin poder cerrar los ojos, pensando que desde que se levantó de la siesta su hermano actuaba de una manera extraña.

No le miraba, casi ni le hablaba,…tal vez se había enfado por lo de la fiesta, dándose cuenta de que lo que realmente quería era celebrar su cumpleaños por lo alto, y no pasarse la noche recluido en casa con el soso de su hermano.

Suspira y tras dar otra vuelta más en la cama, cierra los ojos y al final cae rendido en un extraño sueño, en el que ve claramente como su hermano se le acerca muy despacio y separando los labios los posa ligeramente sobre los suyos mientras comienza a besarle suavemente….

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