-¡Cállate ya, mono estúpido!-le gritó Gojyo, más que harto de las quejas de Goku.
-¿A quién llamas mono estúpido, monstruo acuático pervertido?-le respondió el más pequeño muy cabreado.
El rubio se limitó a suspirar y cerrar los ojos. Le dolía demasiado la cabeza como para estar amenazándolos con la pistola como siempre.
Gojyo y Goku seguían peleándose ajenos a todo lo que había su alrededor.
-¿Sanzo, estás bien?-le preguntó Hakkai.
-Si, estoy bien-le contestó seco, sin abrir los ojos, ajeno a la pelea de esos dos.
Llevaban todo el día en el bosque y para colmo se estaba poniendo el sol, eso quería decir que dormirían a la intemperie.
-Chicos, por favor dejar de pelear de una vez-les replicó Hakkai.
-De acuerdo-dijeron los dos a la vez, parando por fin de pelear como dos niños pequeños.
Y siguieron con su camino en silencio, por una vez.
Hakkai, estaba un poco preocupado por Sanzo. Sabía que si al rubio le dolía algo no lo iba a decir por orgullo y por no preocupar a Goku.
Gojyo miraba el paisaje, sabía que algo andaba mal con respecto a Sanzo, ya que ese día no había soltado ni un solo grito, pero con el mal carácter del monje..., pensaba mientras se fuma un cigarro.
Goku, se quedó completamente dormido después de que terminase la pelea con Gojyo, ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor.
Y Sanzo, tenía los ojos entreabiertos y había encendido un cigarrillo, pero su dolor de cabeza se hacía cada vez más fuerte y los ronquidos de Goku no le ayudaban.
El cielo oscureció y un sin fin de estrellas aparecieron, mientras la luz de la luna daba un poco de luz a aquel sombrío bosque.
-Ya es de noche, será mejor que paremos aquí-informó Hakkai al resto parando el jeep.
-Vaya, es una noche muy bonita ¿no?-dijo Gojyo al ver el cielo lleno de estrellas acompañadas de la luz de la luna llena.
-Si-le respondió Hakkai, mientras ambos se bajaban del jeep y se disponían a hacer fuego.
Cogieron unas cuantas ramas e hicieron una pequeña hoguera.
Sanzo, seguía en el jeep, con su dolor de cabeza. Ni si quiera tenía ganas fumar, solo de dormir.
-¿Sanzo, seguro que estás bien?-le preguntó Gojyo, acercándose a él.
-Si- volvió a contestar en tono seco y cortante.
-Ven, vamos al fuego-le dijo.
Sanzo, no dijo nada sino se levantó despacio del jeep, pero cuando fue a dar un paso, todo se volvió borroso y la cabeza le daba vueltas.
Sintió como decían su nombre y luego unos fuertes brazos rodeándolo y dándole calor.
-¿Gojyo?-preguntó confundido, con su cabeza apoyada en el pecho del pelirrojo, abriendo un poco los ojos.
-Si soy yo. ¿Por qué no dijiste que te sentías mal?-le pregunto, aunque supiera la respuesta y la contestación del monje.
Sanzo no le contestó, solo miró un poco a su alrededor para ver que Goku seguía dormido y que Hakkai estaba a pocos pasos de ellos dos.
-Ven, vamos a sentarnos-le dijo Gojyo.
Sanzo no opuso resistencia y ambos se sentaron en la fina hierva al lado del fuego que les daba un poco de calor. Hakkai se sentó al otro lado del rubio.
Gojyo puso una mano en la frente de Sanzo, para comprobar que no tenía fiebre a lo que el rubio no opuso resistencia.
-No tienes fiebre, menos mal-le dijo el pelirrojo dedicándole una sonrisa rara en él.
Sanzo solo miraba el fuego, aún así no se había despegado de Gojyo.
-¿Qué tienes, Sanzo?-le preguntó Hakkai.
-Nada-contestó seco el monje.
-Está claro que bien no estás, porque no nos gritado ni pegado con tú abanico de papel a Goku y a mí-dijo Gojyo, sorprendiendo al monje por lo que había dicho.
-Me duele mucho la cabeza-dijo casi en un susurro Sanzo escondiendo su cara en el cuello de un muy sorprendido Gojyo.
-¿Desde cuándo?-le preguntó Hakkai, que se había sorprendido por el acto del rubio, pero seguía con su rostro impasible.
-Desde está mañana-volvió a susurrar el monje.
-¿Hakkai, no tienes unos calmantes?-le preguntó Gojyo, mientras ponía una mano sobre la cabeza de Sanzo, quién cerró los ojos.
-No y si queremos visitar a un médico tendríamos que esperar hasta mañana-respondió Hakkai.
-Solo hasta mañana, no te preocupes-le dijo Gojyo al rubio, mientras acariciaba su cabello.
Hakkai se quedó muy sorprendido por la actitud de sus compañeros, pero no dijo nada.
Mientras el monito seguía durmiendo en la parte trasera del jeep, el moreno cogió las mantas que llevaban en su equipaje y abrigo con una a Goku.
Luego se acercó a Gojyo y Sanzo y les puso otra por encima, para luego sentarse en jeep y abrigarse con su manta, cayendo presa del sueño y el cansancio.
Gojyo, seguía muy sorprendido por la actitud del monje, pero no le disgustaba.
El pelirrojo, sintió que algo mojaba su hombro y se separó un poco de Sanzo, quedando de piedra.
-Me duele, Gojyo, me duele-dijo el rubio en un susurro y abundantes lágrimas caían por su rostro.
Gojyo, no reacciono y solo atinó a abrazar aún más fuerte al monje, que seguía sollozando.
-Tranquilo, piensa en cosas bonitas-le dijo Gojyo, sorprendiéndose así mismo por lo que había dicho.
Sanzo, apretó más sus manos contra la ropa del pelirrojo, que lo abrazó con más fuerza.
-No puedo, Gojyo, me duele-dijo el rubio que seguía llorando.
-Si puedes, piensa en como Goku se pondrá cuando lleguemos a una ciudad-le dijo el pelirrojo.
-Se pondrá a comer como un cerdo-dijo Sanzo riendo un poco.
-Si, seguramente comerá como un cerdo-rió el pelirrojo también.
Sanzo no dijo nada más, solo volvió a esconder su rostro en el cuello de Gojyo, quién le empezó a acariciar el cabello.