Tu pecho sube y baja lentamente, tu piel ha perdido color y ahora luces prácticamente como un muerto, un ser humano sin vida.
Tus ojos llevan cerrados más de dos meses y cada segundo que pasa se reduce la posibilidad de que se vuelvan a abrir, poco a poco se apaga la llama de la esperanza y segundo a segundo crece el sentimiento de culpabilidad, mi amarga eterna condena.
¿Por qué hyung? ¿Por qué no pude protegerte? ¿Por qué tuviste que ser tu cuando éramos cinco los que viajábamos en el auto? ¿Por qué tuve que obligarte a beber aún cuando no lo deseabas? ¿Por qué mis ojos se entrecerraron por leves segundos y de repente ese camión estaba ahí, o era yo el que estaba en el carril equivocado?
¿Por qué lo ultimo que vi antes de que todo se volviese un completo caos, fueron tus brazos rodeando mi cuerpo mientras el auto rodaba por ese empinado barranco?
El olor de la sangre, la visión de esta manando por tus heridas, la desesperación de Heechul, el miedo plasmado en los ojos de Donghae, tu lánguido cuerpo apagado, inmóvil, tanto que parecía carecer de vida. Aún puedo recordarlo, sigue tan fresco el recuerdo, arraigado en mi memoria, repitiéndose día tras día, noche tras noche, segundo tras segundo.
Cerré mis ojos con fuerza esperando a que pasara, el sonido del metal torciéndose, los gritos de HeeChul y DongHae en la parte trasera, y la voz de Siwon siendo la unica que no se escuchaba. Tu cuerpo aferrado al mió, tu rostro escondido en mi cuello y yo solo ahí, refugiándome entre tus brazos dentro de esa horrible situación, la muerte rondándonos, socarrona, altiva.
Te amo KangIn...Te amo
Repetías sin parar cerca de mi oído, estabas aterrado quizás mucho más que yo, tu voz temblaba y mi cuello era humedecido por tus lagrimas, estabas intentando ser fuerte hyung, algo que yo ni siquiera hice porque el alcohol me dominada.
Me protegiste. No tuve lesiones severas debido a lo que hiciste, acción que te costo muy cara pues desde hace 60 días, el día que todo esto se desato, no abres los ojos, solo estas ahí, recostado sobre ese mullido colchón con cientos de aparatos complicados alargando tu existencia.
Mi mano se estira y toca sutilmente tu mejilla, se supone que en este momento tienes que abrir los ojos hyung, se supone que debes mirarme, pronunciar mi nombre y sonreír ligeramente.
Nada de eso sucede.
Y no se que hacer, realmente no hay nada que pueda hacer para ayudarte. ¿Hyung este es el fin? ¿Es así como después de todo vamos a terminar? No quiero perderte, me niego a hacerlo, aférrate a la vida, aférrate a ella como lo hiciste a mi cuando rodábamos estrepitosamente por aquella colina.
Hazlo hyung, por favor, no me dejes solo, no me dejes, porque sin ti no creo poder continuar.
Fin