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Angeles Educados por hanasaki aiko

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Notas del capitulo: Estoy harta. Furiosa. Más que enojada hasta un punto en el que quiero gritar, deshacer todo y mandar esto al demonio. Estuve a punto de poner fin en el capitulo anterior pero esa maldita perfección que me exige hacer las cosas bien, me lo impide. Tiene 4 míseras hojas de word por que estuve a nada de poner una bomba y matarlos a todos.

CAP 10 Cicatrices

Nunca esperó que cuando despertaría, el hecho de ver a Sirius Black en la silla al lado de su cama, dormido con la cabeza apoyada en el colchón, lo haría sonreír casi sin darse cuenta. Estaba pálido y llevaba sobre la bata que le puso Madame Pomfrey, una cobija cualquiera que alguien había puesto sobre él. Sin moverse ni un centímetro recorrió con la mirada la habitación, al lado de la puerta estaba Rodolphus Lestrange, aquél extraño personaje que mantenía los ojos cerrados aún cuando estaba recargado en la pared.

No creía que estuviera durmiendo, mas sí bastante molesto, cuando abrió los ojos supo que no era molestia. Él ni se alarmó cuando lo vio despertar, simplemente regresó la vista hacia Sirius y tras el suave movimiento que le dio Harry para que no avisara a nadie se acercó para levantar a Sirius de su lugar y recostarlo entre sus piernas. En sus ojos el reflejo de la culpa y el amor que sentía, únicamente fueron opacados con la suave sonrisa en los ojos de su padrino cuando despertó y él fue lo primero que vio.

-Ha despertado tu ahijado-Le dijo con su varonil voz

Él mismo tampoco se movió demasiado, Harry todavía no decía nada. Simplemente observaba su forma de actuar y esperaba a que él mismo llevara la iniciativa en ello. No tenía nada que decir para bien o para mal. Su padrino se acomodó entre los brazos del sujeto que tenía su cabeza recostada contra su hombro y volteó a verlo.

-Estás pálido-Murmuró Harry

Sentía la voz rasposa, como si hubiera pasado más de 2 días sin hablar. Tras echarle un rápido vistazo a la ventana que tenía detrás suyo, se pregunto cuantos días habían pasado y lo que había hecho Voldemort en todo ese tiempo. No había tenido pesadillas más de las habituales, diversos recuerdos de su tío a lo largo de su infancia por lo que no les tomó importancia. Su padrino lo miraba fijamente esperando a que recuperara el aliento para hablar ¿Por qué demonios le había puesto esa cosa?

-Es una mascarilla para que puedas respirar-Respondió a su silenciosa pregunta cuando lo vio con la intención de quitársela

-Deberías estar descansando-Fue lo único que Harry alcanzó a decir

-Es lo que llevo diciéndole desde que se escapó de su cama-La voz de Rodolphus le llegó amortiguada por su posición

-¿Por qué te has escapado?-Su voz fue apenas un susurro agitado

-Quería verte-Agachó la cabeza avergonzado-Yo... no tengo derecho pero...

-Para

Su intento no fue callarlo para que dejara de hablar, quería incorporarse para que al verlo a los ojos viera la sinceridad en ellos, para que creyera lo que iba a decirle, intentó moverse cuando vio las lágrimas empañar los ojos de su padrino. Suspiró adolorido y tras sentarse en la cama bajo la aterrada mirada de los adultos, tomó entre sus manos la helada mano de Sirius.

-No te odio-Fue lo único que pudo murmurar antes de que un sordo dolor atenazara sus pulmones-No te odio por que tú.... Tú lo has pasado peor que yo

-D-De ninguna manera-Sirius sollozaba aún sobre Rodolphus, con la mirada oscurecida, con los recuerdos casi a flor de piel, tanto así que Harry creyó poder tocarlos

-Yo sabía lo que hacía... tú no

Tras sus palabras y un escandaloso grito de Sirius por haber tosido sangre sobre las sábanas, entró la sanadora exigiendo privacidad. Apenas logró distinguir la cabellera rubia de Draco, un fugaz vistazo antes de que tuviera que hacer uso de su magia para que ella no lo durmiera. No volvería a hacerlo, tenía que ir con ellos, tenía que asegurarse de que estuvieran bien. De que Voldemort no había matado gente, de que el mundo...

-Quédese quieto Potter-Gritó la exasperada sanadora

-Draco-murmuró cerrando los ojos

-Escúcheme bien-Ella estuvo en su campo de visión tan repentinamente que ni tiempo tuvo de asustarse-Tiene un pulmón perforado y el otro seriamente dañado, no me pregunte como lo hizo por que no tengo ni idea, las fracturas de las costillas y del brazo están sanando recién

-¿Cuánto...?

-¡Además! Si se mueve un solo centímetro fuera de esta cama, hay una parte de su cuerpo que no lo resistirá

Ella guardó silencio y él bajó la mirada. En ese momento la vibración de una magia que conocía a la perfección hizo que ella se apartara casi de un salto. Draco entraba a la enfermería con toda la elegancia y seguridad que era capaz de transmitir debajo de aquella aparente frialdad, sus ojos preocupados lo repasaron de arriba abajo antes de acercarse y tomar su mano sana con delicadeza.

-Draco-Murmuró cerrando los ojos

-Han cerrado el lugar-Su voz firme aún con lo molesta que estaba sonaba suave y delicada-Los pequeños fueron obliviados y llevados con sus familias

-Me lo dijeron el otro día-Asintió

-Tus amigos... se rehusaron a irse más lejos del hospital en el que se encuentra Dylan, él ya está bien y los otros dos... bueno ellos están trabajando

-Siguen... esperando ¿Verdad?

-No dejarán el lugar hasta que puedas ir a verlos por ti mismo, tuve que convencerlos de que esperaran a que tú estuvieras listo para presentarte ante ellos

-Comprendo-susurró cerrando los ojos

-Harry... él ya ha recibido el beso del dementor, nadie quiso esperar a que estuvieras bien para presenciarlo

-¿Nadie?

-La comunidad mágica casi lo lincha cuando lo trasladaron a azkaban

La habitación entera guardó silencio, solo se escuchaba la agitada respiración de Harry y los apagados sollozos de Sirius. Era demasiado, aún así era demasiado. Draco lo abrazó cuando notó que sus hombros comenzaron a temblar. A él mismo no le importó el daño de sus costillas, el dolor de sus pulmones al estar llorando de aquella manera. Solo supo que estando recostado entre aquellos brazos, ambos ocultando la sangre de la sanadora, podía seguir adelante.

Un pequeño quejido de parte de Sirius hizo que Rodolphus intercambiara una mirada con la sanadora, aún cuando estaba entre sus brazos, podía sentir como su cuerpo temblaba, no quería que volviera a recaer, no con lo que le había costado que estuviera fuera de peligro, que lo perdonara, que viera sus recuerdos para que se asegurara que de verdad no había tenido nada que ver. Ya había perdido la cuenta de las veces en las que le había suplicado que lo perdonara. Sirius se había negado a ir a San Mungo aún cuando necesitaba a un sanador con más experiencia. Snape había preparado pociones especializadas para ayudarlo aún cuando casi lo golpeaba cada que entregaba cada una de ellas.

-Amor-susurró en su oído-Vamos a la cama

Sirius no dijo nada, solo asintió y enterró el rostro en su cuello. El proceso de rescatar a Harry, de mantenerlo con vida el tiempo que tardaron en llevar a Madame Pomfrey fue tortuoso, su propia salud se vio seriamente afectada cuando brindó su magia impulsivamente. Nada más le dijeron que Harry estaría bien, se derrumbó inconsciente en los brazos de Rodolphus. Había tomado una poción para poder mantenerse medianamente bien, poción que lo dañaría seriamente, mas todo carecía de importancia si se trataba de él. Todavía tenía que agradecerle a Draco por haber golpeado a aquél sujeto cuando él mismo no podía hacerlo.

Se habían puesto de acuerdo para no decirle a Harry lo que sucedió antes de que le fuera dado el beso del dementor. La forma en la que Draco se descontroló y todos voltearon la mirada hacia otro lado para que el rubio hiciera lo que ellos no habían podido hacer. Lo golpeó una y otra vez, con su magia, con las manos, lo pateó tan fuerte que lo descalabró y le rompió todas las costillas.

Verlo salir con la mirada desencajada y las manos temblorosas, fue suficiente para que Severus se acercara a él y lo envolviera en un abrazo que lo hizo cerrar los ojos ante los golpes y la descontrolada magia del rubio. Sin embargo fue el único capaz de calmarlo, de hacer que volviera en sí lo suficiente para estar en ese momento abrazando a Harry delicadamente. De sanar las heridas de su corazón, de ser fuerte para el moreno que se deshacía en llanto entre sus labios.

-No fue culpa tuya-Murmuró Rodolphus en su oído por enésima ocasión-Nada de esto es tu culpa

Y aunque tardaría años en creerlo, la simple idea de tenerlo ahí para convencerlo de ello. Fue suficiente para hacerlo sonreír levemente, fue suficiente para que se replanteara el volver a intentar embarazarse de él. Sabía que él no quería ni siquiera besarlo por la carga que cargaba sobre sus hombros, haberlo lastimado de esa manera, haber causado que el producto de su amor muriera frente a él. Era doloroso pero estaba seguro que de no haber sido por él, probablemente no estaría vivo.

-Quiero... Quiero otro bebe

El susurro que dejó justo a un lado de su oído hizo que se detuviera y lo observara, sin embargo Sirius ya estaba inconsciente cuando lo hizo. No podía creer que aún estuviera dispuesto a eso con él. No creía que aún quería intentarlo después de lo que había hecho. Tenía tanto miedo de lastimarlo que de no ser por Sirius probablemente no se atrevería ni a verlo a los ojos.

-Seré tío-sollozó Harry en los brazos de Draco y él solo pudo soltar una risita por su tono de felicidad y angustia

 

Notas finales:

El siguiente es el final.

He dicho.


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