Ángeles Educados
Cap V. El concurso y la promesa
Detrás del gran comedor había una sala completamente lisa, vacía y sin adornos, había sido adaptada para contener a todos los participantes para el famoso concurso de talentos. Todos en ese lugar afinaban sus voces, sus guitarras, violines mientras que él estaba recargado en una de las esquinas de la habitación, en cualquier otro momento le hubiera encantado ser el centro de atención, mas no en ese, el dolor que sufrió ayer al alejarse de él aún perduraba en su pecho, ese extraño dolor de sentirse rechazado, de sentir que puso su corazón en esas vanas y estúpidas esperanzas. Todavía se seguía preguntando por que lo había hecho, por que deseaba tanto esos cálidos brazos.
-¿Es Draco Malfoy?
Todas las casas hablaban de él, si bien no lo encaraban directamente era obvio que era el tema de conversación de los participantes, odiaba captar la atención de todos cuando no tenía ánimos para hacerles frente, tal vez su aspecto no era el mejor, mas seguía siendo un Malfoy, uno de corazón pese a todas las cosas que habían sucedido. Súbitamente la puerta principal se abrió con un sonoro ruido lo que atrajo todas las miradas, por ella entraba un Harry Potter como tal vez solo él lo había visto, iba vestido con un pantalón de mezclilla oscuro, una camisa negra ceñida al cuerpo y en su cara una sonrisa sarcástica.
-¿De nuevo salió?-se preguntó preocupado, su mirada era completamente opaca
-Draco-murmuró a modo de saludo, actuaba extraño
-¿Estás molesto?-Ignoró a todos los presentes dándoles la espalda-¿Te sucedió algo?
Detrás de la bruma de sus recuerdos de la noche anterior, regresó la imagen de un Harry Potter consumido por el dolor, sus ojos completamente vacíos mientras intentaba detenerlo a él de seguir haciéndose daño, levantó la cabeza de golpe y vio en su cara la misma expresión de la noche anterior, una mirada que daba miedo y una sonrisa nada sincera, no ingenua si no llena de malicia y dolor. Lo tomó de la mano angustiado y lo jaló suavemente para atraer su atención, no había notado que llevaba consigo una guitarra.
-No te preocupes Draco-su voz era ronca y demasiado grave, parecía lastimada
-¿Qué no me preocupe? Parece como si estuvieras muriendo en vida-susurró-¿Por qué no me dejas ayudarte? ¿Por qué me rechazas?
-No es el lugar-dijo claramente incómodo, hablaban en murmullos y estaban demasiado cerca-Estamos apunto de cantar enfrente de todo el gran comedor, no he tomado nada y no voy a hacer algo extraño
-Maldita sea, no es por eso-Lo tomó con fuerza de la barbilla y lo obligó a verlo a los ojos-Es la primera y última vez que lo repetiré así que escúchame bien, sea quien sea, no importando lo que te hayan hecho, juro que les haré pagar todas y cada una de las lágrimas y gritos de dolor que te han sacado los malditos que te hacen daño
-¿Cómo sabes que he gritado?-pregunto realmente asustado
-Tu voz está demasiado ronca-murmuró agachando la cabeza, su problema era peor de lo que pensaba-Harry no importa si no me quieres contar, tú seguirás siendo la misma persona no importando el pasado que lleves, he comprendido eso ayer en la noche y te juro que quien te haya lastimado lo pagará, no importa lo que tenga que hacer
Por la cara que puso supo que no esperaba algo así de su parte, le acarició una mejilla con dulzura por el simple hecho de que quería hacerlo, al instante como una reacción en cadena sus ojos se ablandaron, lo tomó de la mano y aunque muchos estaban pendientes de lo que sucedía entre ellos le dio un rápido y fugaz beso que hizo vibrar sus cimientos. Sin duda le gustaba más la faceta tranquila de Potter que la atormentada.
-Muy bien alumnos, comencemos con el espectáculo, por favor los que ya estén listos pasen al frente-Dijo Mc Gonagall entrando al aula
-Hemos decidido que por esta ocasión pasen por su voluntad, ya después elegiremos el orden-anunció el director al que no le pasó desapercibida su cercanía
El primero en pasar fue un Hufflepuff pequeño y ruidoso, el típico niño hiperactivo de primer grado que parecía ser un bueno para nada, cosa sorprendente que supiera tocar el piano de manera tan sencilla y espectacular, se llevó muchos de los aplausos, el siguiente fue un Ravenclaw que cantó algo similar a la ópera, su voz encandiló a todos los alumnos, la voz aguda que tenía acompañada por el anterior piano hicieron que a más de una persona se le salieran las lágrimas, tal parecía que el sombrero seleccionador sí sabía lo que hacía.
-Ya casi no hay alumnos-musitó Draco rato después
Realmente se estaba preocupando, Potter desapareció por casi media hora dejándolo solo, había dejado que casi la mayoría de los alumnos pasaran pero aún con todos sus nervios a flor de piel se sentía preparado, estaba más preocupado por pensar en él que en la canción que sabía lo iba a hacer sufrir demasiado, no debió de haberla escrito, sabía que no era una de las mejores letras que había hecho, eso sin duda pero lo que ellos no sabían era la verdadera historia que intentó en vano de ocultar tras palabras, sus sentimientos y todas aquellas cosas que anhelaba de una persona en particular y que jamás tendría, el amor de su padre.
-Señor Malfoy es hora de que pase-No supo si fue Mc Gonagall la que lo tomó por el hombro pero sintió derrumbarse ahí mismo ¡No estaba listo!-Le prometo que no pasará nada, solo pase, cante y ya está
El último intento, buscar a Potter con la mirada, ese maldito gryffindor que le prometió que estaría ahí para él, vaya que si seguía siendo ingenuo, con el rechazo que le dio la noche anterior todavía esperaba que se quedara a su lado en una de las pruebas más difíciles de su vida como intérprete. Le dio un vistazo a la sala y suspirando tomó entre sus manos a su inseparable amiga para acto seguido encaminarse a pasos lentos y elegantes hacia el frente del escenario, se sentía demasiado nervioso, demasiado fuera de lugar ¿Por qué razón había accedido?
-No quiero salir-murmuró para sí mismo-Me verán y entonces no sabré que hacer, estarán todos observando mis debilidades y yo... querré huir, no quiero salir
Mientras murmuraba se obligaba a caminar hacia la puerta, estaba detrás de las cortinas que separaban ambas habitaciones hecho un completo manojo de nervios, las manos le sudaban y un ligero temblor sacudía su cuerpo, solo por que el director se hallaba detrás de él era que no salía corriendo, ya había comenzado a sudar frío, volteó a verlo un instante y se encontró con una mirada seria y preocupada ¿Se veía tan mal? Intentó seguir con la mirada el objeto de su preocupación pero dado que él no tenía su altura únicamente alcanzó a notar que el estúpido Gryffindor estaba sentado en primera fila, ya no llevaba la chamarra y al parecer se había cambiado de camiseta ¿Se había vuelto a bañar? Su sonrisa fue más que suficiente para hacerlo salir al escenario
-Yo estaré aquí-susurro
-Gracias
Justamente en medio del escenario había una pequeña silla blanca, sin ver a nadie se sentó en ella con la mirada puesta en la guitarra, cerró los ojos tomando aire y después de quedarse unos segundos en silencio para callar las lágrimas y el nerviosismo que lo embargaba. Sus manos automáticamente tocaron las notas, una melodía triste llenó el ambiente mientras que sus recuerdos afloraban lentamente, muy a su pesar cada una de las palabras que decía iba acompañada por un no muy grato recuerdo, sus ojos se fijaron en Potter por mucho tiempo antes de comenzar a cantar.
Ya nada es igual desde que llegaste a mí
A mi vida no le falta nada es como un sueño
Contigo soy feliz me siento como un niño
Con un beso tuyo
La primer estrofa y sentía que el corazón se le partía en dos, el recuerdo de la primer sonrisa sincera que había registrado en su padre le trajo inmediatamente a su madre, hermosa como era sentada junto al jardín, sencilla y sin aquella pose que tantas veces lo había confundido, su madre... la persona que en el mundo entero quería más que a nadie, a la que quisiera ver de nueva cuenta y entonces, su padre, su mueca de desprecio y sus palabras crueles y desgarradoras que aún ahora le hacían preguntarse si de verdad lo amaba.
Parece mentira que todo el mundo
De vueltas a tu alrededor
Pero tú siempre me dejas
Yo se que sientes algo más....
No quiso que su voz sonara tan rota, ni que sus manos por poco y equivocaran la nota al creer que la persona rubia que había al fondo era él, su padre, sería demasiado pedir, desvió la mirada hacia Potter de nueva cuenta y se perdió en sus ojos verdes, opacados, estaba cantando y debía concentrarse aunque la mayoría de las veces fuera su propia mente la que lo desviaba del verdadero intento. Levantó la vista hacia el techo encantado, el cielo gris más que ayudarlo a distraerse, lo devolvió a sus recuerdos de la infancia. Suspiró entrecortadamente mientras en su memoria un pequeño Draco Malfoy corría detrás de su padre, se plantaba frente a él y le suplicaba que lo tomara en sus brazos, sonrió ante el recuerdo y la primera lágrima solitaria cayó por su mejilla.
Otra vez (otra vez) bésame otra vez
Siénteme, enséñame a vivir
Otra vez (otra vez) dímelo otra vez
Te quiero aquí, soy todo tuyo
Pero orgulloso como era cerró los ojos al público mientras que discretamente se limpiaba la furtiva lágrima que se le había escapado y siguió cantando todo lo mejor que podía, al abrirlos se dio cuenta de que más de la mitad de los alumnos se habían levantado, tenían en sus rostros marcada la sorpresa y la expectativa, así que volvió a buscar a Potter con la mirada y se enfrascó de nuevo en sus recuerdos, en los momentos más dolorosos de su vida, él junto a su padre en su despacho luchando desesperadamente por no hacer nada que lo molestara, obligándose a ser un témpano de hielo pese a que en su interior sentía gritar, gritar desgarradoramente por las miradas llenas de frialdad y asco que le dedicaba su propio padre. No quería seguir haciendo eso, deseaba huir mas era un Malfoy y como tal hizo añicos su corazón al mismo tiempo en que su madre regresaba a su memoria junto a la vez que ella lo consoló desesperada por hacerle entender que muy dentro de su corazón su padre los amaba y se preocupaba por ellos, vaya mentira.
Yo se que sientes algo más
Perdóname, no me resisto a perderte otra vez
Perdóname...
Es que no puedo verte lejos de mí
Yo se que sientes algo más por mi
A ese punto todas las lágrimas reprimidas por tanto tiempo salieron de sus ojos sin control, agachó la mirada completamente avergonzado por el espectáculo que estaba dando y fue entonces que lo vio, detrás de todos los alumnos parados se encontraba la alta figura de Lucius Malfoy con el mismo semblante de prepotencia y asco que tan bien conocía, a lo mejor había ido para hacerlo desistir de que tocara, era ilógico y aunque por unos momentos se sintió feliz por verlo ahí el dolor que había estado opacando su existencia últimamente regresó con más fuerza, el asesino de su madre había tenido el descaro de ir a exigirle cosas, de ir a verlo aún cuando sabía de todo el daño que le había hecho. Supo que estaba pálido cuando Potter se levantó de golpe, cerró los ojos en un intento por serenarse y al abrirlos encontró con que Potter ya estaba junto a su padre, a su lado estaba Blaise y no muy lejos el director siendo retenido por su padrino, él se sumó a las personas que lo acompañaban, maldito.
Ya nada es igual cuando te fuiste de mí
Me vez llorando otro año en tu recuerdo
Y el día siempre es gris
Ya no me dejas reír como antes, ya no siento
Sin que hiciera nada por evitarlo la última frase le salió completamente del alma, las lágrimas bajando desesperadas por sus ojos y todo el rencor en su voz, odiaba tanto saber que él era su padre, que él mismo lo había rechazado para dejarlo completamente solo, no comprendía como había sido capaz de darle la espalda a su propio hijo, a la persona que en algún momento de su existencia prometió proteger de todos los daños ¿Qué había pasado con su padre? ¿Con su ídolo? Su modelo a seguir se había convertido en un asesino que le exigía seguir el mismo camino que él, ser despiadado no estaba en su naturaleza y era odiado por eso, mas sin embargo, pese a todas las cosas que le había hecho continuaba siendo su padre y él, el mismo niño pequeño que solo quería una buena palabra, un gracias o un felicidades, era la misma persona que en otro tiempo le había suplicado que le dijera si lo amaba, si lo odiaba, si le era indiferente, el mismo que aún suplicaba un sentimiento que no iba a ser correspondido.
Otro mas dame otro día mas
Quédate no te vayas mas
Mírame voy a caer por ti
Yo se que sientes algo más... por mi
Yo se que sientes algo más por mi
Perdóname, no me resisto a perderte otra vez
Perdóname...
Es que no puedo verte lejos de mí
Yo se que sientes algo más por mi
Yo se que sientes algo más por mi
Por mi...
Se levantó de su asiento y fijó la mirada en su progenitor, sabía que todos lo estaban viendo, que Potter estaba reteniendo a su padre con un hechizo lo bastante poderoso para que no se moviera o hablara insensateces que únicamente lograrían lastimarlo más, su propio padre, el que le había arrebatado una vez más las ganas de vivir lo miraba con tal odio que por un momento se quedó quieto, no fueron necesarias las palabras, lo odiaba y solo había ido a recordarle lo inútil e insensato que era al creer que la música lograría darle la satisfacción que deseaba, la misma que él jamás le había dado, respiró hondo y dejó a un lado a su amada guitarra, era un Malfoy, un Black y nunca más se iba a dejar pisotear por ese hombre.
-Si no era para otra cosa ¿Por qué has venido padre?-pregunto fríamente-Si no es para rechazarme en frente de todos ¿Para qué has venido?
-Para recordarte muchas cosas que al parecer has olvidado
-Jamás podría olvidar ninguna de tus enseñanzas, ni una sola.... No es necesario que vengas a interrumpirme en mis interpretaciones
-¿A esto le llamas música? Por favor-la mueca burlona le rompió el corazón-Debes estar bromeando
-Me encantaría hacerlo pero... no lo es, esto son mis sentimientos, lo único que dejaste en mí después de lo que hiciste con ella
No se detuvo a verlo más, se dio la vuelta y se encaminó solitariamente hacia el aula en la que ya lo estaba esperando él con los brazos abiertos, era consciente de que podía pasarse la vida entera rechazando la calidez que calmaba sus penas y aún así nunca lograrlo, se le quedó viendo por unos segundos antes de darle la espalda y comenzar a dar vueltas en la habitación, quería llorar, sufría y solo eso le daría un mínimo alivio sin embargo las lágrimas no salían más, ya no había algo al que llorarle, su padre lo odiaba y no había vuelta de hoja.
-Estuviste grandioso y nada de lo que él dijera es cierto ¿Lo sabes?
-Si, lo se aunque... bueno, no importa, lo que quería decirle ya lo hice, ahora él ya no es mi padre, solo es un asesino que tuvo la desgracia de tenerme, nada más. No volveré a llorar
-¿Podrías dejar de tratarme como si fuera alguien más?-pregunto Harry de repente-No tienes que fingir conmigo
¿Por qué él no tenía que ser como todos los demás? ¿Por qué no lo abandonaba de una buena vez? Había intentado no caer de nueva cuenta, no caer en la paz y serenidad que esos brazos no eran capaces de brindarse a sí mismos, su perdición llegó cuando cometió la locura de verlo a los ojos, esas gemas verdes que lo traspasaban y lo hacían aferrarse a él como si se tratara de un niño pequeño, no quería pensar en la ironía de todo ello, en que se estuviera refugiando en su enemigo para salir adelante, para lograr llegar vivo al día siguiente, lo único que quería es que él desapareciera todo el dolor, que lo hiciera humo para que le viento se lo llevara, se aferró con fuerza a su camisa manchándola con sus lágrimas y en el momento en que el primer espasmo del interminable llanto llegó Harry únicamente acarició su cabello y le dio la espalda a la puerta para quien fuera que entró no lo viera, internamente agradeció el gesto.
-¿Es tonto preguntar si está bien?-murmuró Blaise, se sentía terriblemente mal al escucharlo llorar de esa manera
-Demasiado tal vez-respondió Harry sin dejar que viera ni el cabello de Draco-¿Ya se ha ido?
-No-de reojo vio si Draco reaccionaba de otra manera mas este no se movió ni un ápice-El director está con él ahora y Snape está tratando de hacer que se vaya
En ese momento intentó preguntar la razón, quería salir a gritarles a los dos que eran un par de hipócritas, mas sus manos no quisieron soltar a su tabla de salvación, intentó gritar y la voz se le murió en un murmullo doloroso. Levantó la vista para preguntárselo aunque fuera moviendo los labios, Harry lo vio y únicamente le sonrió antes de darle un rápido beso en la frente, el segundo del día que hizo que la sangre se detuviera en su pecho, Harry había leído su mente con tanta facilidad que le quitó el habla, ni un rastro de su magia.
-Draco pregunta ¿Qué quiere Snape con él?-dijo mientras le limpiaba las lágrimas con dulzura-Como si no fuera suficiente con lo que hizo todavía quiere venir a "salvarme" de mi padre
-No se que sea lo que pretende, se ve furioso
Blaise estaba confundido mas no lo demostró, ya después tendría todo el tiempo del mundo para andar investigando las reacciones de esos dos, Mc Gonagall iba en camino desde el otro lado del gran comedor era el turno del gryffindor de hacer su interpretación, mas por alguna razón ellos no se separaban. Se estaba desesperando, la gente comenzaba a hablar y ellos no parecían tener para cuando separarse.
-Te pondré un hechizo para disimular tu aspecto-sugirió Harry-Viene Mc Gonagall a sacarnos, es mí turno, siéntate donde estaba yo ¿De acuerdo?
-Si-su voz sonó apagada y obediente-Estaré enfrente para verte ¿Qué cantarás?
-Todavía no decido, las canciones más decentes que encontré, las escribí hace mucho
Aunque solo fue un minuto le desvió la mirada para que no viera la intensidad del dolor que lo llenaba, que lo llevaban irremediablemente hacia esa época en la que él aún conservaba algo de inocencia, en la que todavía podía llamarse un niño, las letras que escribió cuando comenzó a ver en su tío intenciones que no eran para nada filiales, extrañaba a sus padres, a su padrino que había desaparecido un día sin dejar rastro, no sabía si estaba muerto, si lo había abandonado, ya no recordaba... hace tanto tiempo y se sentía tan solo... tan abandonado que en el momento en que su tío se metió a su cama por primera vez no hizo absolutamente nada, solo soñaba con tener algún día toda la felicidad que la vida le estaba arrebatando mientras su tío le arrancaba a base de sangre su inocencia.
-¿Cómo se llama la que quieres cantar?-pregunto leyendo perfectamente su mirada
-Puro-sus mejillas se sonrojaron levemente-Por eso traje la guitarra pero... prefiero cantar la otra aunque me hace falta el piano
-¿Qué va a cantar Señor Potter?-pregunto Mc Gonagall en ese momento
-Endless Rain (Lluvia sin fin) necesito un piano ¿Puedo traerlo?-pregunto sin ninguna emoción en la voz
-El colegio...-Ella se veía ofuscada, no estaba acostumbrada a su faceta fría
-Puedo hacerlo, la magia no es problema, solo pregunto ni no es contra las reglas
-No, claro que no-La sorpresa que ella tenía en la mirada no tenía comparación, Harry se volteó para llevar a Draco hasta el lugar en el que estaba antes
Al subirse al escenario todos se quedaron callados instantáneamente, buscó con la mirada a sus amigos, al padre de Draco y por último a Snape, al Profesor Snape que de pronto parecía demasiado callado, serio, eso no importaba. Tenía en la mano la guitarra que había comprado con la herencia que le dejó su padrino pero no sabía qué hacer, piano o guitarra. La expectativa crecía mientras que él cada vez se sumergía más en sus recuerdos, su mirada se elevó al techo mientras que nuevamente recordaba lo que había pasado la noche anterior. Su tío poseyendo su cuerpo nuevamente, marcando como suyo algo que en otras ocasiones ya había sido, estaba demasiado dolido, confundido. Sacó su varita de la bolsa derecha del pantalón y conjuró un hechizo no verbal que le trajo al instante el mismo piano que tenía en casa de su padrino. Un piano de cola negro, elegante e imponente.
-Creo que esto nadie lo sabía, canto desde que era muy pequeño, compongo desde que tengo uso de razón y esta canción que voy a interpretar se llama Endless Rain, la compuse hace demasiado tiempo-murmuró observando a Draco y a sus amigos alternadamente-Es la primera vez que la canto, por favor no interrumpan
Sin decir nada más se sentó frente al piano, las partituras que trajo de su habitación con un movimiento de su mano fueron acomodadas debidamente, sus manos estaban frías y sus ojos cerrados. A la vista de todos los demás era una imagen hermosa, Harry vestido informal, el cielo oscuro y sus ojos que de pronto parecían más expresivos de lo que habían sido en mucho tiempo. Al cantar, el tono de su voz asombró a Draco el moreno poseía una voz grave completamente hermosa, fuerte mas él de verdad parecía estar sufriendo terriblemente.
Caminando en la lluvia
Mi cuerpo queda empapado por el dolor
Allí me encuentro en la soledad
Solamente mátame...
O déjame vagar hasta que pueda olvidar tu amor
La primer noche que su tío estuvo en su cama fue la más terrible de todas las que había pasado, siempre creció con la esperanza de que un día ellos lo amaran, al menos que respetaran una parte de su intimidad, sus sueños destrozados para ellos únicamente eran situaciones de las cuales burlarse, su pasado un tema trágico y de diversión a la hora de la comida, esa noche, la primera de su pesadilla salió de su casa incapaz de permanecer en el mismo lugar que él, incapaz de saber que en cualquier momento podía volver a repetirse lo mismo. ¿Por qué no había nadie que lo protegiera? Todas las personas que habían asegurado quererlo desaparecieron....
Para mi dormir es una confusión
Donde mi corazón se desploma suavemente
El amor fluye sacudiendo mi cuerpo
Como las rosas de mis recuerdos
Guardo el amor de ti dentro de mí
Todavía era capaz de recordar el aroma de su padrino abrazándolo, la sonrisa que le dio completamente embelesado por saber que pronto estaría en libertad, que tal vez lograrían formar una familia, en ese tiempo había sido feliz ¿Por qué esos tiempos lo atormentaban ahora? ¿Por qué no podía cerrar los ojos sin tener pesadillas? El anhelado sueño del que también le habían privado, el único lugar en donde se reunía con las personas que lo amaban, que lo alejaban de la tristeza, eso había sido hace tanto tiempo....
Lluvia sin fin...
Cae en mi corazón...
En este corazón herido
Déjame olvidar todo el odio...
Toda la tristeza
Draco tenía lágrimas en los ojos, Hermione también mas sin embargo él ya no podía llorar, odiaba hacerlo, frunció el ceño preocupado por lo que pudieran haber visto detrás de sus letras, por favor, no llevaba ni la mitad de la canción, dejó de tocar y se levantó del asiento, había perdido el hilo de la canción por andarse perdiendo en sus recuerdos, solo necesitaba tomar un respiro para que todo volviera a su mente, no podía arruinarlo, no con esta canción que tantos recuerdos le traía. Suspiró y al ver a Ginny siendo sujetada por Ron recordó a su madre, por alguna razón ella se parecía demasiado.
Días de alegría, días de tristeza pasan lentamente
Mientras intento retenerte te desvaneces ante mí
Eres como una ilusión
Cuando despierto mis lágrimas se han secado en las arenas de los sueños
Soy una rosa floreciendo en el desierto
Sin que pudiera hacer algo para remediarlo muchas de las mujeres ya estaban soltando las primeras lágrimas, odiaba ver llorar a la gente por esa misma razón se le quedó viendo a Draco, suplicándole con la mirada que todo eso terminara pronto, que él no llorara, el salvador del mundo mágico no tenía que hacer llorar a la gente si no hacerla feliz, hacer que se sintieran seguras a su lado no deprimidas. En sus pensamientos recordó la última vez que soñó con su madre, con la alegría de verla y de saber que estaba ahí aunque ya no estuvieran juntos.
En un sueño estoy junto a ti
Sujétame cálidamente en tus brazos
Lluvia sin fin...
Cae en mi corazón...
En este corazón herido
Déjame olvidar todo el odio...
Toda la tristeza
Despierto de mi sueño
No puedo encontrar mi camino sin ti
Se había sumergido a tal grado en la canción que en el instante en que cantó la última línea una pequeña chispa se encendió en su interior, un pequeño destello que hace tanto había reprimido, su anhelo de tener una familia, una persona a quien amar, aquello que lo había llevado al alcohol, a la destrucción misma de la cual ya parecía no poder salir ¿Por qué no podía simplemente quedarse en sus recuerdos? Dejar al mundo entero a la deriva así como tantas veces lo habían hecho con él, así como sus tíos le arrebataron todo rastro de felicidad de su vida haciéndola miserable, oscura, sucia....
El sueño ha terminado
No puedo oír más tus palabras gentiles
Cuando despierto en la mañana
Mis recuerdos reproducen mis sueños
Hasta que pueda olvidar tu amor
Lluvia sin fin...
Cae en mi corazón...
En este corazón herido
Déjame olvidar todo el odio...
Toda la tristeza
Lluvia sin fin...
Déjame estar una vez más en tu corazón
Deja mi corazón meterse en tus lagrimas meterse en tus recuerdos...
Inconscientemente sus ojos buscaron los de Draco, a última hora vino a su mente la forma en que lo abrazó cuando recién regresaba, la manera en que ellos dos parecían complementarse extrañamente, terminó la canción y él se quedó en la misma posición, con la cabeza agachada y las manos sobre las teclas, no tenía palabras para decir absolutamente en nada, se levantó con lentitud, sintiendo todas las miradas puestas en él y de un solo movimiento desapareció el piano junto con las partituras y su guitarra, solo se quedó él parado enfrente del escenario sin decir nada. El gran comedor estalló en aplausos, todos estaban llorando mientras que Draco solo lo observaba con las lágrimas sin derramar, no había llorado por él, por que se lo pidió, sonrió ante el gesto e hizo una reverencia.
fin