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Angeles Educados por hanasaki aiko

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Notas del capitulo: No quieren mi fic por que me tardo en actualizar T.T

Tal vez fuera cierto que su vida no era más que un inconstante revoltijo de desgracias, más de 3 veces intentó sin éxito deshacerse de las visiones del sádico que atormentaba sin descanso sus sueños. Llevaba dos días seguidos sin dormir, con el celular apagado y los nervios a flor de piel. Todo se reducía al intento de no regresar, de hacer como que su tío no estaba exigiendo su presencia en ese lugar, mas la culpa lo carcomía, los muchachos que dejaba allá pagarían por sus acciones.

Pero simplemente después de haber hecho el amor con Draco, de haber probado lo que era delicadeza y no golpes, palabras suaves y no insultos, supo que algo andaba mal con él mismo ¿Por qué lo permitía? Cualquiera en el mundo mágico haría lo que fuera por librarlo de ellos, si alguien se enteraba…

Un escalofrío lo recorrió por completo, estaba sentado en la oscuridad de su habitación completamente inmóvil, no podía asimilar el por que él no le dijo nada cuando vio todas las marcas en su cuerpo, se había abandonado a sus brazos sin decir nada, ahora mismo él se sentía sucio, como cada noche que regresaba al castillo después de haber dejado que su tío lo penetrara hasta sangrar, le rompiera las costillas o algo peor.

-¿Harry? ¿Puedo pasar?

-Adelante-murmuró

La viva imagen de Bellatrix Lestrange entró por la puerta de su habitación, la túnica azul marino que llevaba puesta le permitió notar el cambio, sus ojos eran diferentes y su cabello castaño, aventó la varita descuidadamente a un lado y permitió que se acercara. No había querido verla precisamente por aquella mirada.

-Has estado evitándome-Le soltó la mujer nada más al sentarse sobre la cama

-Si

-¿Por qué?-pregunto seriamente

-Por que no quiero que me veas de la manera en que lo haces, no necesito tu compasión

-Si te tuviera compasión te diría que lo que haces está bien, que no lastimarás a mi sobrino haciendo lo que haces y que tienes razón

-¡Tú no sabes nada!-gritó furioso

-¿No?-pregunto tranquilamente-Explícame entonces

-¿Qué necesitas que te explique? ¡Me viste salir de ahí! Apenas podía mantenerme en pie, solo tenía 14 años y tenía miedo. He pasado toda mi vida aguantando sus abusos

-¿Y por que no lo detienes?

-Debes estar bromeando

No volteó a verla ni siquiera cuando se levantó, de pronto los recuerdos lo abrumaban, quería huir, escapar de la intensa soledad que parecía estar carcomiéndolo por dentro mientras ella lo observaba ir y venir por la habitación sin decir una sola palabra, quiso gritar, exigirle que se fuera, que lo dejara en paz, mas ella no lo hizo ni siquiera cuando se dejó caer en medio de la habitación.

-Debes detenerlo-el susurro de su voz acaricio su piel-Si no lo haces un día te matará

-No puedo-sollozó-No puedo detenerlo, sé que va a matarme directa o indirectamente pero… no puedo

-¿Por qué Harry? ¿Por qué no puedes?

Ella se hincó a su lado sin hacer nada por intentar sostenerlo. Su magia descontrolada lenta y poderosa, enviaba suaves ondas de casi electricidad. Él no se daba cuenta, ella… sabía lo que estaba pasando. Solamente esperaba que su grado de desesperación no lo llevara a destruir el castillo o matarse a sí mismo. No lo permitiría.

-Me tiene amenazado… si huyo el muy maldito violará a todos los pequeños que ha estado reclutando-Se quedó callado un momento y prendió su celular para mostrarle las fotos-No tienen más de 11 años, son unos niños

-¿Has hablado con la policía muggle?

-Ellos no me creerán.-Esbozó una triste sonrisa-Allá no soy el salvador del mundo, ni mucho menos el niño que vivió, únicamente soy el desgraciado sobrino, el desagradecido. Si tú no me hubieras visto…

Detuvo sus palabras de golpe y se levantó de un salto. El teléfono comenzaba a vibrar de nueva cuenta. Esta vez no era él, era uno de los mayores que estaban en el lugar. Desconsolado y aterrado contestó el teléfono. Ni siquiera él mismo fue capaz de encontrar la similitud en su voz cuando respondió la llamada. Sus palabras sonaban vacías, secas, muertas al igual que sus ojos.

-Perdona-musitó la voz en la otra línea-He hecho todo lo que he podido pero… él te sigue buscando

-¿Ellos…?

-Ha violado a uno de los más pequeños-susurró con un hilo de voz cansada y desgastada-Estuvo a punto de matarlo… dijo que si no venías en 20 minutos… él…

-¿Cuándo dijiste “todo lo que he podido…”?-Lo interrumpió lívido-¿Te referías a…?

-Si Harry, Marck y yo pero… yo me llevé la peor parte-Su risa amarga le erizó todos los vellos del cuerpo-Lo lamento, no fue suficiente-Su amigo sollozó en la otra línea y a él terminó por rompérsele el corazón-Tengo las costillas rotas, un brazo fracturado y me ha descalabrado, no puedo protegerlos a menos que logre levantarme de aquí

-Dylan…

-No quiero que vengas-Resolvió firme-No quiero que vengas pero… ya no puedo hacer nada, ha mandado a John por los más pequeños, está intentando hallar la forma de sacarlos él solo pero… Harry va a matarlos, son apenas unos bebes, esta vez no tienen ni 10 años, tienes que hacer algo

-Voy para allá

-P-pero

-Te veo en 5 minutos, ¿Estás en tu habitación?

-En la tuya, era la más cercana

Ni siquiera se detuvo a mirarla, recogió sus cosas lo más rápido que pudo, un par de mudas limpias, un trozo de comida que tenía guardada. Todas las vendas y viales que cupieron en su improvisada bolsa de mano y su inseparable botiquín de primeros auxilios. No podía negar que estaba aterrado. Dylan nunca antes había suplicado.

-¿Vas a ir?

-Si, tengo como plazo únicamente 20 minutos, 10 de los cuales usaré para salvarle la vida mis amigos y a los pequeños, espero llegar a tiempo

-Va a matarte

-Y si no voy matará a todos los demás-Dijo convencido-A más tardar regreso en 3 días, dile a Dumbledore que salí a buscar lo que él ya sabe, no me da tiempo de escribirla

Tomó su bolsa y para mayor sorpresa de ella, se desapareció tan discretamente que si no hubiera estado segura de que aquél era un mago, bien hubiera jurado que había sido una ilusión. Ni siquiera se tomó la molestia de avisarle al director, salió corriendo donde Severus sin importarle interrumpirlo en una de sus clases, corrió como hace años que no lo hacía. Tal vez si se daba prisa en menos de 1 hora todos los aurores lograran rescatarlo.

-Tenemos un problema-Dijo nada más entrar al aula

-¿Pero qué estás…?-Se levantó de su asiento el hombre completamente pasmado

-Él está en peligro, vamos ¡Vamos!

En el camino hallaron a Draco, Blaise y Hermione, a la última la mandaron a avisar a la orden del fénix mientras ellos 4 se aparecieron, una vez lejos de la barrera del castillo, exactamente delante de las puertas del ministerio. Esto llevaría su tiempo, tiempo que no tenían. Si se tardaran demasiado… ni siquiera podía pensar en la posibilidad.

-¿Dónde está?-Le preguntó Harry a John nada más aparecer a su lado

-No debiste haber venido-Rugió furioso

-Eso no importa, si te descubre te matará, sácalos a todos, no dejes a absolutamente nadie ¿Me has entendido? Cuando termines quiero que regreses por Dylan y Marck, estarán ambos en mi habitación con las cosas listas

-¿Los llevo donde siempre?-El tono asustado y pálido de su amigo le indicaron qué tan graves estaban las cosas

-Si, espero no tardar, he dejado comida pero si no es suficiente…-Le dio un fajo de billetes y salió corriendo-No me esperes y vete inmediatamente, no se detengan por mí, yo los alcanzaré después, ya veré la forma

-Cuídate por favor-Lo abrazó

-Lo haré, hazte cargo de esos niños

Por una vez en la vida agradeció su nivel de magia, sin hacer ruido se apareció directamente en la puerta de la que llamaba su habitación, un cuarto sin ventanas ni luz, solamente iluminado por un pequeño foco que yacía al lado de un camastro viejo y desvencijado. Abrió la puerta y ante la horrorizada imagen de Marck intentando detener la hemorragia del vientre de Dylan, no pudo más que soltar las cosas y correr a su lado.

-Idiota, ¿Por qué demonios no me dijiste que estabas tan grave?

-Por que no quería que vinieras-Fue su débil respuesta

Colocó una mano en su sudorosa frente y otra directamente en su vientre, no tenía otra opción si quería de verdad salvarle la vida. Su magia actuó lentamente sanando su cuerpo, cada fractura fue reparada al instante, cada golpe y para cuando llegó el momento de sanar su apuñalada, tanto Marck como Dylan estaban tan acostumbrados a verlo hacer eso que únicamente esperaron pacientemente a que terminara de curarlo lo necesario para llevarlo con vida a un hospital.

-He sacado a todo mundo de aquí, hoy termina esto, conmigo o con él-Se acercó a Marck y sin preguntarle nada comenzó a sanar las leves heridas que tenía.

-Harry…

-No me discutan-ordenó-Ha violado a uno de ellos… ¿Dónde está?

-John logró llevarlo al hospital sin que nadie se diera cuenta-respondió Dylan

-Bien, él regresará por ustedes nada más asegure a los niños, creí que sería mejor que los viera a ustedes para que no sospechara

-Esta bien-aseguró Marck

-Mientras está conmigo quiero que se vayan, no hagan ruido y sigan lo que le he dicho a John al pie de la letra, no quiero fallas y no acepto ningún tipo de heroísmos, me sirven más ayudando a los mayores

-Harry-Dylan lo abrazó antes de que saliera de la habitación, volteó su rostro y lo besó en los labios de una forma tan dulce que no pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas-Gracias, John, Marck y yo te estaremos esperando luego de regresar a los niños a sus familias, no importa cuanto tardes, tienes que regresar

-Si-Sin decir nada más, salió de la habitación totalmente derrotado

Solamente quería despertar de esa terrible pesadilla, abrir los ojos y estar envuelto por la calidez del cuerpo de Draco, mas eso era imposible, estaba seguro. Apretó los labios con fuerza mientras su piel era maltratada sin misericordia ¿Qué había hecho para esto? La sádica mirada de su tío fue únicamente un aviso para que apretara el agarre sobre los barrotes de la cama y mordiera sus labios para no gritar. Sentía como su magia se alborotaba a su alrededor, reuniéndose en respuesta a sus instintivos pensamientos.

No necesitaba nada de eso, con el nivel de magia que tenía bien podría librarse de ese malnacido que lo desgarraba por dentro, aventarlo lejos y desaparecerse en un lugar donde no pudieran hacerle daño. Mas la clara advertencia en su mirada le quito todas las ganas de pensar, solamente necesitaba escaparse de sus pensamientos, imaginar una y mil cosas que nunca llegarían a cumplirse para así no sentir el dolor de saber que había vuelto a hacerlo, se había dejado intimidar por su tío.

-¿Tienes la mente en otra parte de nuevo?

-No-susurró cerrando los ojos con fuerza-Nunca

-“Simplemente deseas que desaparezca ¿No es así?-La escalofriante voz de Voldemort lo distrajo de nueva cuenta”

-“Nada me haría mas feliz”

-“Mátalo entonces ¿Qué te detiene?”

-“Si… ¿Qué me detiene?”

Sería tan sencillo arrebatarle la vida, intercambiar las posiciones y violarlo hasta que el desgraciado se quede así como a él lo dejaron tantas veces, tembloroso y lleno de heridas, su sangre se escaparía entre sus dedos así como su vida se apagaría lentamente en su mirada, en aquellos asquerosos ojos que nunca le habían regalado cariño, amor, comprensión y que tantas desgracias le habían traído. Fingió un escandaloso gemido cuando su cuerpo se bañó por la simiente de aquél parásito.

-Me encanta follarte así-resoplo contra su oído-Como la putita que eres

No dijo absolutamente nada más, era consciente de que lo único que saldría por sus labios sería una maldición imperdonable, sentía tan pesadas las manos que las dejó caer descuidadamente a sus costados, ¿De que servía que intentara limpiarse? ¿Qué hiciera el esfuerzo por cubrirse? De cualquier forma la sangre seguía saliendo sin control y él no se iría hasta haberlo dejado inconsciente del dolor.

Cuántas ganas tenía de terminar con todo.

De obligarlo a ponerse de rodillas del terror, más no era posible ¿Por qué demonios lo seguía permitiendo? Un grito de furia quiso escapar de su garganta 10 minutos después, el muy maldito de su tío lo estaba penetrando de nueva cuenta, al menos la gran hemorragia que tenía servía para aligerar un poco el escozor, mas no pudo volver a pensar en nada. El primer latigazo de dolor vino cuando él puso la mano sobre la costilla rota, apretó los dientes de nueva cuenta y lucho contra su impulso de quitárselo de encima ¿Por qué dejaba que él siguiera haciendo esto? Humillándolo de esta manera, obligando a los más pequeños a ver como era violado una y otra vez. Al menos en esta ocasión nadie estaba mirando. No cuando estaba siendo más sádico que otras veces.

-“Dios… Termina con esto”

-“Mátalo Potter-el siseo lleno de furia de Voldemort casi le nubla los sentidos-Eres más idiota de lo que pareces”

-“Te conviene que me mate-reconoció-Así tendrás paso libre por todos lados”

-“No es la manera más agradable de morir-respondió demasiado molesto-Simplemente usa tu magia, quémalo vivo o simplemente sal de ahí, ya me encargaré yo de enseñarle unas cuantas cosillas”

-“Estás intentando protegerme, vaya…”

-“Eres uno de los mejores magos que he conocido y además bastante idiota, no diré nada más”

Antes de lo previsto, él terminó y salió de la habitación sin decir una palabra. Su cuerpo temblaba levemente mas Harry lo dio por loco, se levantó furioso de la cama y para cuando lo vio regresar con un bate él ya sabía qué era lo que había pasado así que únicamente cerró los ojos, apretó los dientes y espero los sordos golpes que terminarían por masacrarlo.

-“Dominando mi cuerpo no me ayudas a permanecer vivo”

-Te he dicho miles de veces que no uses tu magia

-Lo lamento

No tenía permitido perder la conciencia ni siquiera cuando estaba cerca de morir, la cama estaba empapada con su sangre, su garganta completamente afónica por los gemidos que ocultaban sus gritos. Sus piernas fueron colocadas sobre su cabeza y al instante en que él entró en su cuerpo de forma brusca y despiadada. Harry ya estaba comenzando a desvanecerse.

-Maldito seas-lo golpeó con el puño cerrado en el pecho-No te atrevas a desmayarte

-N-No

-Te atreviste a desaparecerte por tanto tiempo…-jadeó en su oído-Ni creas que te dejaré ir tan fácil

-Lo se…

-Y ese pequeño-Se relamió los labios-Fue la cosa más deliciosa después de ti ¿Sabes por qué lo hice? ¿Eh? ¡Por que no regresabas!

-P-Perdon-susurró

Después de la tercer golpiza perdió la cuenta de las veces que lo había violado en esa noche, era consciente de que su magia no podría hacer demasiado por él en el estado en que se encontraba, si acaso mantenerlo con vida unos cuantos minutos 5 cuando mucho. Cerró los ojos completamente absorbido por la idea de dejar a su mente desvanecerse en la inconsciencia. Más cuando la ya conocida sensación de la vela quemando su cuerpo, lo despertó de golpe. La imagen que le mostraba el reflejo del espejo lo asqueó. Ése que estaba lleno de sangre mientras era brutalmente sodomizado era él, el cuerpo que Draco había acariciado con tanto cariño, las manos que lo habían tocado. Sin poder soportarlo más. Cayó inconsciente.

>>Maldita sea<<

Gritos. Demasiados gritos. Gente corriendo y unos brazos que lo sostenían con demasiado cuidado. Instintivamente su magia actuó para ocultar sus heridas, no estaba plenamente consciente, casi no veía nada y estaba seguro de que su magia podía llegar a hacer muy poco esta vez, muy probablemente moriría. Se levantó tambaleante y aunque no comprendía demasiado, solo sabía que tenía que ocultarse de los que lo observaban. Tal vez fueran los niños.

-Harry por piedad

-¿Draco?

Entreabrió los ojos y lo vio frente a él, sus ropas llenas de sangre, sus ojos brillantes por la ira y en una esquina de la habitación roja por su propio líquido vital, encontró lo que hasta hace un rato había sido su tío, la sorprendente golpiza que había recibido ni siquiera lo dejó hablar, no podía de todas maneras. Se fue haciendo lentamente hacia atrás, asustado, nervioso, aterrorizado. Si él se levantaba ahora no habría poder divino que lograra salvar su vida, vida que en ese instante se le iba de las manos.

Detrás de Draco estaban Severus y Sirius, ambos pálidos a más no poder, con las varitas en la mano y en los ojos una mueca de tal sufrimiento que sin poder resistirlo más, se dejó caer de rodillas en medio de la habitación ¿Por qué habían tenido que ver todo eso?

-Vamos cariño, déjame llevarte a un hospital

-No-susurró-¿Cómo… me has… hallado?

-Deja eso para luego, amor te estás desangrando

-No me toques

-Harry…-suplicó

-No me veas, no me toques

Se tapó el rostro con las manos y rompió a llorar como hace demasiado tiempo no lo hacía, simplemente por orgullo, mas en esta ocasión 3 pares de brazos fueron a su encuentro para detener su sufrimiento. Esta vez la magia de 4 personas trabajaron sobre su cuerpo con el fin de hallarle un poco más de vida en su interior, tenía las costillas rotas, las piernas quemadas, un brazo roto y demasiadas heridas internas y externas como para contarlas, solo estaba seguro de que la hemorragia que le había causado podría hacer que muriera.

-Trae a Pomfrey-susurró Snape a Sirius-Si lo movemos de aquí…

Draco se separó de él y sorprendiendo a ambos, lo cargó hasta otra habitación en donde de manera improvisada comenzó a trabajar en sus heridas en lo que la sanadora llegaba, era casi un experto pero había cosas que no podía resolver. Solamente sus ojos denotaban todo el sufrimiento que estaba sintiendo. Harry cerró los ojos a punto de perder la conciencia por enésima ocasión y estiró una mano que inmediatamente fue tomada por Severus.

-Lo lamento-musitó-Lo lamento tanto

-No seas tonto, no te disculpes

-Diles… a los aurores que… revisen la casa a la que va el pasadizo de la cocina…. Ahí están escondidos todos los… niños, por favor

-¿Qué niños?-pregunto lívido

-Los que usaba…. Él cuando yo no estaba… esto es un… prostíbulo

Snape cerró los ojos y apretó su mano con fuerza, solamente brindándole un poco de la paz que estaba lejos de sentir.  Harry Potter cerró los ojos y el mundo entero dejó de existir para él.

-¿Qué ha pasado?

Se encontraba en la enfermería de Hogwarts, sus heridas estaban sanando y a su lado estaba ella. Andrómeda tenía la cabeza agachada, leyendo una revista que aventó hacia cualquier parte para ir a su encuentro. El lugar estaba tan vacío que no tuvo que hacer demasiado esfuerzo por hablar.

-Estás en la enfermería, llevas inconsciente casi 3 días

-¿Qué ha pasado con…?

-Está en la cárcel-murmuró quitando mechones de su frente-Los aurores esperan a que la policía lo entregue para darle el beso del dementor

-Draco…

-Está en el ministerio terminando de arreglar todo, debo reconocer que mi sobrino es un perfecto heredero Malfoy, nada más llegar se fue sobre él con toda su magia, nadie podía detenerlo

-Él está…

-Esta bien-sonrió-Es fuerte y hasta ahora se ha encargado de que nada te falte, fue él el que nos obligo a mantenerte en el colegio, solo tus amigos han entrado a verte y nadie de la escuela sabe que estás aquí, lamentablemente la comunidad mágica se enteró de lo que pasaba… tuvimos… un espía que ha sido castigado por la orden de fénix

-¿Quién…?

-Rita, la reporterucha esa

-¿Y los niños?

-En sus casas, se les ha obliviado a todos, menos a aquellos tres mayores, insistieron en que no los hiciéramos olvidar, no dirían nada y pidieron quedarse en esa casa en la que estaban, Draco se ha asegurado de que nada les falte, tienen trabajo y además estarán estudiando el mes que viene

Aliviado en sumo grado, Harry únicamente pudo sepultar el rostro en la mano que tenía medianamente sana. Se sentía tan aliviado, tan sucio, tan  incomprendido y tan amado que en el momento en que Snape entró en la habitación a saludarlo, no pudo menos que abrir los brazos pidiendo su consuelo. Se abrazó a él hasta quedar dormido, hasta haberle arrancado de los labios la promesa de que estaba perdonado y de que pronto vería a Draco, lo vería cuando el rubio bajara el elevado nivel de magia descontrolada.

-No se que hubiéramos hecho sin ti Andrómeda-murmuró Snape acariciando su cabello

-Seguramente lo mismo que yo

Fin

 


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