Ya no puedo más.
Tu lengua se desliza por mi cuello mientras tus manos tantean desesperadas por sobre mis ropas.
Es la última vez.
Colocas tu cuerpo sobre el mió presionando con mi fiereza mis caderas, cierro mis ojos prefiero fingir dormir a sentirte dentro nuevamente.
.-Despierta Ryoewook.- Susurras sobre mi oído mientras jaloneas mi pijama y me dedicas toques indecentes.
Aprieto mis dientes, tensando ligeramente mi cuerpo cuando siento como mi pantalón desaparece mágicamente y tu mano se posa sobre mi sexo con brusquedad.
¿Qué sucedió? ¿Qué nos paso Yesung?
Un fuerte tirón de cabellos me hace mandar al trasto mi plan y mis ojos se abren, mostrándose vacíos, sin un deje de pasión.
Sonríes sardónicamente y tomas mi mentón con fuerza uniendo nuestras bocas en un violentó beso, sin ternura, sin amor, solo hambre.
¿Cuándo dejaste de sentir siquiera un poco de aprecio hacia a mi?
Me revuelvo inquieto intentando zafarme, no lo quiero mas Yesung, basta, duele.
Tus dientes se adueñan de mis labios mordiéndoles con fuerza, haciéndoles sangrar y tus uñas se entierran en mi carne, marcándome, dejando una vez mas tu huella en mi.
Cuando tú juego... nuestro juego... ¿Dejo de ser placentero?
¿Cuándo dejo de sentirse bien?
Cierro mis ojos intentando desvanecer la cruda realidad, intentando rememorar aquellos días donde solo gemíamos de placer, donde los sollozos eran solo un suspiro, irreal, efímero, distante y lejano, donde susurrábamos palabras de amor y no frases altisonantes como las que escupen ahora tus labios.
Lo siento Yesung. No puedo más.
Puedo percibirlo.
Como muerdes mi piel intentando obtener más de lo que ya te he ofrecido, como tus brazos se aferran a mi cuerpo en busca de mi calor, de más contacto.
Como entras en mí sin consideración alguna.
Como tu miembro se abre paso en mi interior lastimándome aún más de lo que ya lo haz hecho.
Aprieto con fuerza las sabana sobre la cual reposan momentáneamente nuestros cuerpos y me trago el dolor que carcome completamente mi alma cuando empiezas a moverte, intenso, sin cuidado, ansioso de más, desgarrándome tanto física como mentalmente.
Siento tu respiración sobre mi rostro y gotas saladas de tu sudor caen sobre el mió, mis orbes abiertas, las tuyas cerradas y aún después de todo conservas la misma expresión, los mismos gestos de antes.
Esos donde apretabas los labios frunciendo ligeramente el seño, entregándote al placer, escapándote a la realidad, viajando a otra dimensión al introducirte en mi cuerpo.
¿Cuándo la magia se acabo?
¿Cuándo el sexo desplazo al amor al último plano?
Porque ya no se siente igual. Porque ya no provocas lo mismo
Y a llegado la hora de decir adiós, de cerrar un ciclo.
El Yewook murió y no hice nada.....no hicimos nada por evitarlo.
Porque este juego se nos fue de las manos, no supimos actuar y ya me canse de asumir las consecuencias, de llorar intentando creer que te amo, de intentar ocultar al mundo que ya no me amas.
Se de la existencia de ese otro que ahora recibe las frases de amor que antes me pertenecían, y no sé si apiadarme de él o creerle un rotundo idiota. Porque yo también busque afecto cuando tu ya no me lo ofrecías, porque se que el no sabe que yo estoy con quien cree que le pertenece.
Te mueves hondo y certero una vez más, tu semilla esparciéndose lento, invadiendo mis entrañas.
Caes agotado sobre mi escuálido cuerpo y apenas sales de mi interior te incorporas como si de estar tendido sobre una peste se tratara, el sonido de la ducha llega hasta a mí y se que a llegado la hora.
Siempre eres el primero en marcharte.
Siempre eres el primero en cruzar la puerta sin decir adiós.
Hoy todo será muy distinto. Se vera desde otra perspectiva.
Porque hoy.
Tú juego.
Mi juego.
Se terminó.
Fin