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La diferencia entre el sexo y el amor por LoveShonenai

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Notas del capitulo: Bueno, aquí comienzan más problemas, el pasado regresa y tienen que superarlo. En este episodio, ambos enfrentarán a la prensa y dirán todas sus verdades!

La diferencia entre el sexo y el amor

Capítulo 14: Enfrentando juntos la cruda realidad

¿Él está vivo?

La llovizna se hacía mas profunda conforme pasaba la noche de aquel día. Eiri se encontraba ayudando a Shuichi a comer, ya que este último se hallaba algo débil después de haber sido sometido a unas cuantas pruebas para comprobar el estado de su cerebro por causa de la brusca caída que había provocado que volviera a ver.

- Ya no quiero comer más, Eiri, por favor…

- ¿Por qué estás tan inapetente? Come, te digo.

- Necesito hablar contigo y quiero que respondas con sinceridad a mis preguntas.

- Está bien, si es que prometes comer después de nuestra charla –le propone el escritor de ojos dorados.- ¿Y bien?

- Está bien, comeré después.

- ¿Bueno, qué sucede?

- Has vuelto a ser el mismo de antes…

- ¿A qué te refieres?

- Tan corto de palabras, con esa mirada fría y calculadora, cargando esa aura de insatisfacción y de soledad. ¿Acaso soy yo el responsable de tal cambio, Eiri?

- Lo siento, sabes que soy muy vulnerable cuando te encuentras mal, pero creo que no puedo cambiar mi manera de comportarme. No es culpa tuya, Shuichi.

- Eso no me afecta porque me atrevo a decir que te conozco a la perfección y se que no eres una persona que demuestre su amor con palabras, pero quiero saber qué es lo que te está atormentando tanto, amor.

- Rechazaron la novela que escribí.

- Lo lamento tanto, todo es culpa mía.

- Ya te dije que no tiene nada que ver contigo.

- Seguchi-san me dijo todo. Tal vez yo soy un obstáculo en tu exitosa carrera.

- Deja de decir tonterías, baka. No quise decirte nada porque sabía que te pondrías muy mal al enterarte, considerando el estado emocional en el que te encontrabas.

- Lamento ser tan inmaduro con este tipo de situaciones, Eiri. Te prometo que me esforzaré por madurar.

- ¿Sabes? No se si quiera que hicieras eso. Solo quiero que seas tú mismo y me ayudes solo siendo el pequeño y molesto Shuichi.

- ¿Qué harás ahora?

- No creo que pueda hacer mucho. Además, la prensa ya se enteró de que la editorial rechazó mi novela.

- Eiri, eso será muy malo para ti.

- No te preocupes, diré todo lo que tengo que decir, sin mentiras ni más máscaras. Por primera vez, ante las cámaras, seré solo Uesugi Eiri y quiero que el pequeño niño de cabellos rosados venga conmigo y me ayude con esta situación.

- ¿En serio quieres que yo vaya contigo, Eiri?

- ¿Qué no escuchaste lo que dije, pequeño tonto?

- ¡Está bien, iré!

Por otro lado, el doctor caminaba preocupado por los pasillos, esperando por los resultados del examen físico del pequeño Shuichi, cuando de repente, una enfermera se le acerca a comunicarle algo.

- Disculpe, doctor, acaban de salir los resultados del examen de Shindou-san y del joven que vino hace unos minutos por emergencia.

- Ah, está bien. Lleva los resultados a mi oficina junto con los de Shindou-san.

- Como diga, doctor. –la enfermera se retira en presencia del médico, dejándolo solo y algo nervioso.

- Ojala que todo esté bien en ese niño, confío en eso.

- Doctor, ¿pasa algo?

- ¡Oh, Shindou-san, ¿qué hace fuera de la cama?!

- Iba al baño, señor. Le pedí a Eiri que me dejara ir solo ahora que podía ver, fue realmente difícil convencerlo.

- ¿Y cómo pudo convencer a alguien de tan difícil carácter?

- Bueno…-el pequeño enrojece, haciendo reir al adulto.- Digamos que tengo mis tácticas para hacerlo…

- Claro, ya entiendo.

- Con su permiso, voy a los servicios…-menciona Shuichi, con una clara expresión de: “Ya no puedo aguantar”.

- Vaya tranquilo –el doctor lo ve marchar a paso rápido.- Con sinceridad ruego a Dios que ese pequeño no tenga nada grave, lo deseo mucho…

Horas más tarde, Eiri veía un rato la televisión mientras Shuichi se tomaba un merecido descanso después de tantas dificultades en aquel día. Todo iba bien hasta que el rubio comenzó a cambiar los canales y paró su tarea cuando vio al padre de Shuichi en una cadena de televisión.

- Shuichi es mi hijo, pero no puedo dejar que me culpe por algo que él hizo. No es una buena persona.

- ¿Quiere decir que Shindou Shuichi-san no es la persona que nosotros creemos que es? Explíquese, por favor.

- Destruyó a su propia familia y escapó a los brazos de ese escritor, que se ha convertido en su cómplice para evitar que su nombre sea manchado. Es un criminal, un asesino…que es capaz de cualquier cosa mala. Él mató a su madre, a su hermano y destruyó nuestro sagrado hogar.

- ¡Maldito anciano! ¡¿Cómo se atreve a acusar a Shuichi?!

- Eiri…

El nombrado escritor voltea a ver a la persona que lo ha llamado, encontrando a un lloroso Shuichi quien, atentamente, veía la televisión y no despegaba su vista de ella.

- S-Shuichi…¿lo has visto?

- ¿Por qué mi padre está culpándome de algo que no hice? ¡¿Por qué está mintiéndoles a las personas sobre mí?! –En ese mismo momento, Shuichi se descontroló por completo, rompiendo cada cosa que encontraban sus ojos, las lágrimas comenzaron a hacer acto de presencia en sus amatistas, dando a conocer lo molesto y ofendido que se encontraba.-

- ¡Shuichi, cálmate! –Le grita a su amado, mientras trataba, en vano, de calmarlo, completamente asustado por tal reacción tan poco propia de Shuichi.- ¡No te desquites con las cosas, puedes lastimarte!-

- ¡Maldita sea mi vida! ¡Maldita sea la hora en la que decidí manejar ese auto!

- ¡Amor, cálmate! –Eiri lo abrazó fuertemente, rompiendo en llanto junto con él, mientras que Shuichi arrugaba la camisa del escritor con sus manos, debido a la furia que lo invadía.-

- ¡Uesugi-san! –El doctor viene deprisa junto a las dos enfermeras encargadas de Shuichi, al oir tal ruido proveniente de la habitación del cantante.- ¡Enfermera, traiga inmediatamente un calmante!

- ¡Traigo uno, doctor!

- ¡Uesugi-san, ayúdeme a controlarlo!

- ¡No me toquen, no me toquen!

- ¡Tienes que calmarte, Shuichi!

Aún con mucho forcejeo, el doctor logró tranquilizar a Shuichi con el calmante, dejándolo completamente débil e imposibilitado de moverse. Al verlo en tal estado, Eiri golpea el borde de la pequeña mesa del costado, haciéndose una pequeña herida.

- ¡Maldito hombre!

- Sus nervios son muy inestables ahora, tendremos que dejarlo descansar hasta mañana. Es un problema todo esto, no se como reaccionará ante los resultados del examen.

- ¿Ya los ha visto, doctor?

- Aún no, los veré mañana porque aún tengo mucho trabajo que hacer como encargado del hospital por hoy. Avíseme ante cualquier inconveniente, Uesugi-san.

- De acuerdo.

El doctor se retira en compañía de las enfermeras de turno, dejando a Shuichi a solas con Eiri, quien no dejaba de mirar al pequeño que se encontraba inmóvil acostado en la cama.

- ¿Por qué? –musita a duras penas, Shuichi.- ¿Por qué me está haciendo esto?

- Shuichi…

- Él sabe que no puedo defenderme de él, por eso se aprovecha de mi debilidad.

- ¿Por qué no puedes enfrentarlo y hablar con la verdad de una vez por todas?

- No puedo hacerlo. Si me atrevo, va a hacerle mucho daño a la persona que más amo en el mundo.

El hombre mayor de los Uesugi lo mira con timidez, esperando que Shuichi mencionara el comentario como una broma, pero abandonó la idea al comprobar que el pequeño cantante hablaba en serio.

- ¿Quieres decir que tu debilidad…?

- Eres tú, Eiri. Todo lo que hacía a favor de él era por tu bienestar, porque no quería que manchasen tu nombre.

- Entonces ya no lo hagas más, dile a la gente lo que tienes que decir sin miedo a que yo sea atacado. ¿Además, qué podría decir ese hombre de mí? Ni siquiera me conoce.

- Estás equivocado, mi padre te conoce perfectamente bien. No te imaginas cuanto sabe de ti.

- ¿A qué te refieres?

- Él sabe todo…-le comenta el cantante, derramando pequeñas lágrimas.- Sabe todo acerca de tu pasado –el rostro del escritor empalidece.- Absolutamente todo.

No podía dar crédito a lo que oía, ¿acaso era de verdad lo que decía Shuichi?- ¿A qué te refieres con todo?

- Sabe lo que sucedió con Kitazawa-san en el pasado, sabe de tu crimen y de tu familia.

- ¿Cómo podría saber tal cosa?

- No lo sé, simplemente dijo que lo sabía. Ese hombre…es un completo monstruo. Es por eso que no puedo dignarme a hablar.

La habitación estaba completamente en silencio, no se oía ni el pequeño ruido de ambas respiraciones tan descompasadas. Eiri no podía creer que todo el tiempo, fue él quien estaba dañando la vida de Shuichi, nunca pasó siquiera por su cabeza, que él era el causante de su súbito silencio.

- ¿Eiri, qué te sucede?

- Shuichi, te pido que hables con la verdad de buenas a primeras, de lo contrario, tu carrera llegará a su fin.

- No puedo hacerlo, de lo contrario tú…

- Yo también hablaré contigo, ya es hora de que el mundo sepa quien es realmente Yuki Eiri.

- Pero, Eiri…

- Sabía que, tarde o temprano, este día llegaría. Shuichi, enfrentemos juntos esta situación.

- Pero con esto, tu carrera también podría terminar, Eiri.

- Algún día tenían que saber quien soy yo en realidad y ahora estoy dispuesto a que sepan mi pasado, así como también sabrán del tuyo, Shuichi.

- ¿Estás seguro de esto?

- Hagamos juntos esto y verás que todo saldrá bien, confiemos en eso.

- Está bien…-el escritor abraza a su amado, dándole fuerzas para seguir adelante.- Te amo, Eiri. Te amo tanto.

- Y yo a ti, mi pequeño.

Al día siguiente, todo era un muy notorio silencio. Eran las ocho de la madrugada del gran día para Eiri y Shuichi, ignorando la terrible noticia que éste último recibiría.

- Lo lamentamos, Shindou-san. El doctor nos ha pedido que no salga de la habitación hasta que el lo disponga.

- Pero usted no entiende, tengo que estar al lado de Eiri hoy en esa conferencia.

- Shindou-san…-le llama el doctor, con preocupación.- será mejor que haga caso a mis indicaciones.

- Lo siento, doctor, pero no puedo abandonar a Eiri ahora. Además, dentro de poco, él vendrá a verme.

- Entonces permítame hablar con usted a solas, Shindou-san. –la enfermera sale de la habitación, dejando a Shuichi a solas con el doctor, quien lucía muy inquieto.

- ¿Qué sucede, doctor?

- Tengo que hablarle de los resultados de su examen, Shindou-san.

- Luce tan pálido y angustiado. ¿Acaso tengo algo grave?

- Dios mío, no me siento preparado para hablarle de esto, pero tengo que hacerlo.

- Si estoy muriendo, dígamelo, por favor. No me oculte nada, quiero saberlo todo.

- Usted tiene un tumor maligno en el cerebro, Shindou-san.

Esta noticia fue un fortísimo impacto para el estado emocional de Shuichi quien intentó retener sus pesadas y amargas lágrimas con éxito. Con la voz temblorosa, el pequeño cantante continuó hablándole al doctor.

- ¿Cuándo dice “Maligno”, quiere usted decir que…?

- Así es, Shindou-san, quiero decir que ya no tiene cura alguna.

- Y-Ya veo…

- Para mí…es muy difícil decírselo…-dice el anciano con la voz quebrada, cosa que hizo a Shuichi liberar sus lágrimas.

- Usted no tiene que ponerse así por mi, señor. No tiene la culpa de lo que está pasándome…

- Yo he visto lo mucho que usted ha sufrido en este hospital. Deseé mucho que nada saliera mal, pero Dios no me escuchó.

- Dios me odia, doctor. Él no ha querido que yo sea feliz en esta vida.

- Shindou-san…

- A-Aún así, quiero ir con Eiri a esa conferencia. Si voy a morir, al menos quiero ayudar a Eiri a enfrentar su pasado, para que, de ese modo, sea feliz sin cargas ni resentimientos. Si voy a morir, quiero que él encuentre la felicidad sin remordimientos. Además, yo también quiero estar en paz conmigo mismo.

- Entonces, le daré permiso de salir. Pero no quiero que se esfuerce demasiado.

- No regresaré al hospital, doctor.

- ¡Pero, Shindou-san…!

- Quiero vivir al máximo el poco tiempo que me queda en este mundo, doctor. Quiero grabar muchos discos, quiero cantar y bailar, quiero…casarme y vivir al lado del amor de mi vida, aunque sea por poco tiempo.

- Shindou-san, no sabe cuanto lamento esto.

- No se preocupe por mi, porque viviré lo que me resta con mucho fervor –con un inhumano intento, Shuichi le sonríe, tratando de animar al doctor y también a él mismo.

- ¿Shuichi? –Eiri toca la puerta de la habitación.- ¿puedo entrar?

- Claro, Eiri, pasa…

El joven escritor entra a la habitación y mira directamente al doctor.- ¿Estaba dándole los resultados de los exámenes?

- Ah, si, así es.

- ¿Y cuál es el resultado?

El doctor iba a hablar, pero Shuichi lo interrumpió y, con una gran sonrisa en los labios, el cantante le habló a su pareja, quien lo mira ansioso.

- No tengo nada malo, excepto por una ligera anemia, ¿no es genial?

- ¿Ah, si? Me alegro mucho, ya estaba preocupándome.

El doctor miró atentamente a Shuichi quien le negó que hablara con tan solo un pequeño gesto que el médico entendió perfectamente, siendo prohibido de decirle la verdad a Eiri.

- Bueno, yo me retiro –anuncia el doctor.- Shindou-san ya puede irse del hospital. Que tengan buena suerte con su rueda de prensa, les estaré apoyando desde aquí. –el anciano sale rápidamente de la habitación, sorprendiendo a Eiri.

- ¿Le pasó algo al doctor, Shuichi? Parecía muy nervioso.

- Lo que pasa es que me dijo que…antes de que salieran los resultados, estaba muy preocupado por ellos, rogando que yo no tuviera nada. Es una muy buena persona.

- Me alegro que estés completamente sano. Esperaré a que te cambies para ir a casa a prepararnos para esta tarde.

- Está bien. ¿Me ayudas a mudar de ropa?

- Por supuesto.

“Se que muchas personas como yo, en mi lugar, habrían pensado en separarse de la persona que aman para evitar sufrimientos. Lo sé, soy despreciable y egoísta, pero lo único que quiero ahora es amarlo y recibir su amor antes de que parta de este mundo, ya que, cuando yo muera, él encontrará a otra persona a quien le dará el amor que queda dentro de él.”

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La conferencia de prensa entró en sesión conjuntamente con los crudos comentarios de los periodistas, los cuales hirieron profundamente a Shuichi. Unos le preguntaban por qué lo había hecho, mientras que otros, más crueles, le culpaban directamente diciéndole: “Usted es un asesino, entréguese a las autoridades.”

Eiri posó su brazo derecho por los hombros del lloroso Shuichi, quien se tranquilizó mientras le veía a los ojos.

- Tranquilo, todos estamos a tu lado.

Y, ciertamente, todos se encontraban al lado de la pareja. Por un lado, la madre de Shuichi y Maiko, junto a Hiroshi, Suguru, Sakano-san y Mr. K, quien asistió completamente armado hasta la cabeza y por otro lado se hallaba Tatsuha en compañía de Ryuichi, Tohma, Mika y el padre de Eiri.

- Buenas tardes a todos. El día de hoy los he convocado para hablar con la verdad. Me senté aquí, frente a ustedes, para contarles los verdaderos hechos acerca de la muerte de mi madre y de mi hermano.

- ¿Shindou-san, el señor que habló en el canal de televisión, estaba mintiendo?

- Mi padre siempre mintió, desde que apareció nuevamente en mi vida para hacerme sufrir. Él provocó la muerte de mi madre y de mi pequeño hermano Kyo, enviando el auto en el que escapábamos a lo más profundo del mar. –diciendo esto, el joven de ojos amatista no pudo evitar empezar a llorar.

- ¿Quiere decir que él es el verdadero asesino?

- Él mató a mi madre y a mi hermano y me culpó de todo a mí, aprovechando que yo era un pequeño niño de ocho años en ese entonces. Me usó a su conveniencia e intentó prostituirme para pagar sus deudas.

Todos los presentes se estremecieron ante tal confesión del popular, cantante, quien no podía mirarles por la vergüenza. Todos, excepto Mika, Hiro, Eiri y su familia, quedaron muy sorprendidos.

- Él regresó después de once años amenazándome para que dejara a Eiri y a mi familia, o de lo contrario les haría daño. Cuando estuve en el hospital, abusó de mí a pesar de mi lastimero estado y estaba realmente convencido de que yo no diría nada.

- No tenemos palabras para disculparnos ante usted, Shindou-san.

- Shindou-san, ¿por qué su padre se hallaba tan confiado de que usted no diría nada?

Shuichi miró a Eiri fijamente, quien le devolvió la mirada con una sonrisa, llena de confianza. Era hora de hablar y de buscar la salvación de ambos.

- Mi padre me mantuvo amenazado. Si hablaba, mancharía el nombre de Eiri con un aspecto muy triste de su pasado.

- ¿Uesugi-san, piensa contarnos ese secreto?

- Yo…cometí un crimen cuando tenía 16 años y vivía en Nueva York –la prensa se queda callada con tan comentario.- Intenté defenderme de unas personas que quisieron abusar de mi.

“Cerré los ojos con una gran vergüenza, esperando que alguien me criticara, pero nadie lo hizo. De pronto, escuché nuevamente a Shuichi quien empezó a hablar por mi.”

- Eiri era un niño entonces, tratando de defenderse. Por favor, pido que no nos juzguen por lo que hicimos en el pasado. Se que todos tratamos de rectificarnos de alguna forma después de tantas cosas difíciles que nos han pasado.

- Yo hablo con sinceridad, señores –vuelve a hablar Eiri.- Si la gente ya no me acepta por ser alguien que intenta enfrentar su pasado, dejaré de escribir.

Las personas se congelaron ante este último comentario del novelista. É era muy bueno y muy famoso, todas las personas lo adoraban como si fuese un Dios, ¿Y ahora qué pasaría con las personas que estaban viendo todo esto por televisión? ¿Qué pensarían de él ahora?

- También quiero comunicar que la editorial en la que trabajo ha aceptado finalmente la que puede ser mi última novela.

- ¿Puede decirnos de qué trata?

- Lo único que puedo decirles es que esta novela relata la historia de amor de una pareja que es criticada por muchas personas. Es la historia de un escritor llamado Uesugi Eiri y de un cantante llamado Shindou Shuichi.

La prensa se conmocionó por la noticia del escritor quien sonreía exitoso ante las cámaras. Sin embargo, Shuichi no podía sentirse muy contento, ya que sabía que esta novela podría ser la última que escribiera el amor de su vida.

- Volviendo al tema de su padre, Shindou-san. ¿Qué piensa hacer ahora que ha hablado al fin sobre su pasado?

- Haré una denuncia contra mi padre. Quiero que pague por todo lo que le hizo a mi familia y también a mí.

- ¡Eso jamás, niño! –el padre de Shuichi aparece por la gran puerta, amenazando a su hijo.- ¡No tienes las pruebas suficientes!

- Si las tiene…-dice Minato, acercándose a la pareja.- Yo seré su testigo.

Las cámaras grababan todo lo que sucedía en ese momento, las fotografías salían a mil por hora a causa de tal acontecimiento. Shuichi estaba salvado, pero aún quedaba el caso de Eiri.

- ¿Qué piensas hacer ahora? Eiri y yo ya hemos hablado con la verdad y ya no puedes hacer nada en contra nuestra.

- ¡Mocoso, te voy a…! –antes de que pudiera acercarse a su hijo, la policía, en compañía de Mr.K se lo llevaron de la sala.

- Con respecto a mi, ustedes ya saben todo acerca de mí –dice Eiri a la prensa.- Si por el delito que cometí, tengo que dejar de escribir novelas, lo haré.

Shuichi se hallaba muy preocupado por la actitud del rubio, quien esperaría la respuesta del público después de la inquietante y reveladora rueda de prensa. Entre los presentes, el joven cantante se fijó en un rostro, que creyó haber visto antes. Al reconocerlo, no puede evitar quedar sumamente sorprendido.

- Kita…zawa-san…

- ¿Qué sucede, Shuichi? –le pregunta el joven de ojos dorados quien, al ver en la misma dirección que su amado, se levantó de la silla bruscamente al ver a esa persona que creyó muerta durante más de seis años. Sin más que decir, el joven escritor intenta acercarse a él, dejando a Shuichi y a sus amigos con mucha sorpresa.

- Eiri…-el muchacho pelirosa se levanta con mucha tristeza y decepción, casi tambaleando, para después caer duramente al suelo, llamando la atención del escritor, quien lo socorrió olvidando completamente a la persona que estaba a punto de alcanzar.

Al día siguiente, todos los periódicos estaban infestados de las muchas noticias que consiguieron de la rueda de prensa: Shuichi había hablado su verdad, así también como Eiri, siendo limpiados de todo comentario malo a su persona. Pero también había una noticia en especial que llamó mucho la atención de los lectores: “La persona misteriosa que provocó el descontrol de Uesugi Eiri y el desmayo repentino de Shindou Shuichi. Las causas de ambos, aún son desconocidas para todo Japón.”

Continuará!!

Notas finales: Bueno, espero contar con su apoyo siempre. Muchas gracias!

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