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La diferencia entre el sexo y el amor por LoveShonenai

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Notas del capitulo: Un buen episodio, ya se viene el lemon!
La Diferencia entre el sexo y el amor

Capítulo 18: ¡Felicidades al novio y ¿a la novia?!

Colgaba el auricular del teléfono cuando el bello pequeño de cabellos rosados se lanzó “amorosamente” encima de su regazo. Sumamente enojado, se separó del cantante y miró fijamente al joven de los 20 abriles para después lamentar lo que había hecho (Shuichi lo miraba como si de un perrito herido se tratase).

- Shuichi, ya te dije que no te me lanzaras así. ¡Y ya deja de mirarme así, me da pena!

- Lo siento, Eiri. Es que estoy muy nervioso.

- ¡Solo es una boda!

- Lo se, pero…jamás me he casado y quiero que nuestra boda sea hermosa y perfecta.

- Pero, Shu-chan…

- Siento ser tan inquietante, pero es que no puedo evitarlo. Yo…pretendo que esta sea la única vez que me case ¿tú no piensas lo mismo?

- Bueno, no sabemos qué es lo que sucederá en el futuro.

- Si, tienes razón. Quizás algún día nos separaremos.

- Claro que algún día nos separaremos, es algo natural.

- ¡¿Algo natural?! ¡Entonces para qué nos estamos casando mañana!

- Niño tonto, a lo de separarnos me refería a que algún día tendremos que morir.

- ¿Entonces, no pensarás jamás en separarte de mí?

- ¿Cómo podría? Pero es triste saber que la muerte llegará algún día.

- Aunque llegue, si yo muero, te esperaré…

- ¿Pero qué dices, Shuichi? Aún estamos vivos ¿por qué deberíamos pensar en la muerte?

- Lo siento.

- Ay, pequeño –le dice mientras acaricia su suave rostro.- Espero que, cuando ese día llegue, yo pueda ir al cielo, donde irás tú.

- ¡Claro que irás! –Eiri lo mira atentamente.- Irás allí, estoy muy seguro.

- ¿Cómo lo sabes?

- Porque amas, porque eres la personas más hermosa del mundo. Porque si cometes un error muy grave, lloras por ello; porque si dices cosas que lastiman, después te arrepientes y te disculpas; porque si pierdes algo, lo buscas hasta encontrarlo; porque si me haces daño, me dices que me amas y me lo demuestras hasta convencerme.

- ¿Y…qué se supone que significa eso?

- Irás porque tu amor hacia la vida y a los que viven en ella te salvará. Irás porque Dios no olvida a las personas que aman su creación.

- Hay algo que no comprendo.

- ¿Pasa algo malo?

- Siempre me pregunto por qué tus hermosas palabras siempre me convencen de cualquier duda.

- Si yo lo digo, no puedo equivocarme.

- ¿Ah si? Que bien, entonces tengo que confiar en sus palabras, pequeño niño sabio.

El jovencito solo atinó a sonreírle a su prometido, dándole total confianza en sí mismo y en el camino que estaba a punto de tomar al lado del cantante más famoso de Japón.

- Oye, Eiri…

- ¿Dime?

- ¿Con quién estabas hablando por el teléfono?

- Con mi hermana. Le pedí que le avisara a mi familia que nos casaremos mañana mismo.

- ¿Pero, cómo vamos a hacer los preparativos?

- Déjaselo todo a mi padre, él sabrá qué hacer.

- Pero no podrá hacerlo todo en un día.

- Te contaré una cosa muy curiosa. Cuando Mika se casó, él arregló la iglesia y la fiesta en solo tres horas, el mismo día de la boda.

- ¡¿Qué?! ¡Eso no puede ser posible!

- No te preocupes, mañana mismo en la mañana nos traerán los trajes. Apuesto a que te verás muy bien con tu traje de “Novia”-dice para después sonreír lujuriosamente.

- Eh, Eiri…-comenta nervioso el pelirosa.- No me gusta esa risita tuya. Me hace pensar que tienes algo extremadamente malévolo entre manos.

- ¿Pero qué dices, Shuichi? Creo que imaginas las cosas.

- Eso deseo, que solo sean imaginaciones mías.

- Bueno, bueno. ¿Qué te parece si celebramos la víspera de nuestro matrimonio?

- ¿Víspera? –Eiri lo carga.- ¡Espera, acabamos de comer!

- Una segunda ronda no estaría nada mal ¿no?

- E-Es cierto ¿no tienes que avanzar con tu novela?

- Eso puede esperar.

- ¡No, mejor termínala ahora para que después tengas tiempo libre, Eiri!

- Ninguna de tus excusas te servirá. ¡Bien, a la cama!

- ¡No, ayuda!

POV SHUICHI

De nada me sirvió darle estúpidas excusas para evitar que me llevara a la cama. …l no entendía nada acerca de los nervios que invadían mi cuerpo. Nadie lo sabe, pero cuando me encuentro muy ansioso, tiendo a…bueno, ya saben (Me da vergüenza decirlo, pero…) verán, cuando estoy muy emocionado, suelo ser bastante complaciente y “desesperado” en todo sentido, ya que descargo toda mi excitación en la cama y Eiri se aprovecha de eso para pasarla bien (¿no les parece injusto?)

POV EIRI

Nada de lo que mi pequeño dijera evitó que mi cometido se hiciera realidad. Le hice el amor como nunca, lo hice mío como nunca, me aproveché de su “situación” para hacerlo mío todo la maldita tarde. (¿Y qué tiene de malo? Pronto seré su esposo.)

- ¿Shuichi, te sientes bien? –le preguntaba ya restablecido Eiri a su “víctima” con arrogancia.

- Cállate, estoy muy cansado…-susurra apenas el pelirosa.

- ¿Cansado? Pero si fuiste tú quien comenzó a devorarme por completo, yo solo respondí a tu enorme e inquietante deseo. Por cierto, hoy has estado excelente.

- ¡Baka! Me duele todo el cuerpo. Te juro que si mañana sigo con el dolor, no vivirás para la noche de bodas.

- De acuerdo, de acuerdo, calma. No creí ser tan brusco en la cama. Además tú tuviste la culpa, enano.

- ¡No tenías por qué aprovecharte de mi debilidad! Que cruel eres.

- Ya para, amor. ¿Vamos a seguir discutiendo?

- Pero si tú comenzaste. ¡Ya estás advertido, Uesugi Eiri!

- Pequeñito, corazón…dejemos de pelear y durmamos ¿si?

- Buenas noches. –Shuichi le dio la espalda al escritor, dispuesto a dormir sin tener que verle la cara.

- Buenas noches, mi Shu-chan…-dice él para después rodear la delgada cintura de Shuichi.-

Al día siguiente, Mika y el padre de Eiri terminaban apresuradamente todos los preparativos para la tan esperada boda en donde las dos vidas más importantes de Japón se unirían en sagrado matrimonio. Claro que los paparazzis no podían perderse de ningún detalle por lo que estuvieron esperando por los novios fuera de la hermosa iglesia, quienes seguían sumidos en un profundo sueño dentro del gran apartamento.

La alarma comenzó a sonar desesperadamente como si poseyera vida, tratando de levantar a los jóvenes que se encontraban durmiendo despreocupadamente de cualquier responsabilidad.

- ¡Shuichi-kun, Eiri!

- Ah… ¡¿qué es todo ese maldito alboroto allá afuera?! –refunfuñaba Eiri, sobándose los ojos.

- Eiri ¿qué sucede? –Shuichi se levanta del regazo de la gran cama para mirar luego a su prometido, quien se colocaba las pantuflas para salir a atender la puerta.- ¿Eiri?

- No salgas, da la posibilidad de que sea un periodista. Quédate aquí.

- Está bien.

El rubio se dirigió a la puerta con mucho sigilo. Al ver a través del orificio de la puerta, dio un pesado suspiro y se dispuso a abrirle la puerta al “intruso”.

- Mika ¿no puedes tocar aún más fuerte? Que imprudente eres.

- ¡¿Qué haces así vestido?! ¡Hoy te casas, Eiri!

- A mí también me da mucho gusto verte, hermana, buenos días. –dice sarcásticamente el escritor.

- Acabo de traerles los trajes. Tienen que vestirse rápido porque la boda es en dos horas.

- ¡¿Dos horas?! ¡Lo hubieras dicho antes!

- ¿Dónde está Shuichi-kun?

- Está en la recámara.

- Bien, quiero que salgas antes que él porque ya sabes que no puedes ver a la novia con su vestido puesto antes de la boda, es de mala suerte.

- Ya te había dicho por teléfono que lo del “traje” es una mala idea. Shuichi se va a molestar mucho.

- Pero para eso ya estará muy retrasado. ¡Ahora, vístete de una vez y arréglate para que te vayas rápido!

- ¿Cómo piensas siquiera que voy a dejar a Shuichi contigo a solas?

- ¿Desconfías de tu hermosa hermana? Me conoces bien, ¿cómo puedes mirarme con dudas?

- Precisamente porque te conozco lo digo.

- Bueno, no puedo negar que Shuichi-kun es un niño muy lindo y también apuesto… ¡Ay, que suerte tienes! ¡Si él hubiera aparecido antes que Tohma, lo habría atrapado!

- Dedícate a ayudarlo a arreglarse, Mika. ¡No lo cambies tú!

- Lo sé, lo sé. Déjamelo a mí y ya cámbiate o se te hará tarde.

- De acuerdo. –Eiri recibe el traje de manos de su hermana y se dirige a arreglarse al baño.

- Mika-san, es usted. –Aparece Shuichi mirándola fijamente.- ¿Dónde está Eiri?

- Hola, Shuichi-kun. Mi hermano ya se está alistando en el baño. Tu traje lo tengo justo aquí. Vamos a la habitación, te ayudaré con el cambio de ropa.

- No se preocupe, no es difícil ponerse un simple traje.

- Créeme, necesitarás mucha ayuda femenina para este caso tan especial.

Mika se llevó a Shuichi y se encerró con él en la habitación mientras que Eiri se terminaba de arreglar para la boda. Dentro del cuarto, todo era un verdadero caos para el pobre Shuichi, que ya había descubierto “el traje”.

- ¡Jamás me pondré esto! –exclama el pelirosa.

- ¡No te muevas demasiado, Shuichi-kun!

- ¡Déjeme, Mika-san! ¡Jamás saldré con esta ropa!

- ¡Pues será mejor que lo hagas porque ya no hay tiempo!

Una media hora después, todos los invitados ya se encontraban ordenados y reunidos en la hermosa iglesia, incluyendo a Eiri quien se encontraba sumamente ansioso esperando a su “novia”. La marcha nupcial comenzó a resonar por toda la espaciosa iglesia, dándole la bienvenida a Shuichi: La novia.

Todos los presentes no pudieron dar crédito a lo que sus ojos estaban mirando… ¡era una mujer la que iba caminando hacia el altar! Una mujer delgada con un largo y hermoso vestido de novia. Entonces, ¿dónde estaba Shuichi?... ¡UN MOMENTO! –Pensaron los presentes- La extraña novia llevaba un hermoso y largo velo transparente, lo que facilitaba ver sus… ¡cabellos rosados!

- No puedo creerlo…-susurra la madre de Shuichi, a punto de marearse.-

- ¡Madre, calma! No se le ve tan mal…-le alienta Maiko a su madre.

- No puedo creer que sea Shuichi. ¿Cómo lo convencieron para que vistiera eso? –le pregunta Hiro a su novia Ayaka.

- Pues si me dejas opinar, se le ve precioso…

- Bueno, en eso tienes razón.

- ¿No se le ve hermoso, Tohma?

- Hiciste un gran trabajo, Mika-san. Ha quedado espectacular.

La prensa no dejaba de tomar fotos ante tal situación. Las y los admiradores de ambos estaban atónitos, pero no para mal. Shuichi seguía su camino, acompañado del brazo por el padre de Eiri, quien sonreía al llevarlo al altar al lado de su querido hijo. Unos segundos después, ambos llegaron a su destino.

- Eiri, cuida muy bien de ambos ¿si?

- Sabes que lo haré.

El padre del escritor le entregó la mano de Shuichi a su hijo para que la ceremonia continuara. Eiri miraba a su, prontamente, esposo mientras que el pequeño ni siquiera se había dignado a responder a sus atenciones.

La ceremonia continuó sin imprevisto alguno, cada movimiento de la pareja no pasaban desapercibidos para la prensa, quien no se vería complacida hasta que ambos dieran el “Sí”.

- Uesugi Eiri, ¿Aceptas a Shindou Shuichi como tu legal esposo para amarlo, respetarlo y serle fiel hasta que la muerte los separe?

- Si, acepto.

- Shindou Shuichi, ¿Aceptas a Uesugi Eiri como tu legal esposo para amarlo, respetarlo y serle fiel hasta que la muerte los separe?

Silencio incómodo. Un Eiri asustado y un público ansioso.

- Shindou Shuichi, ¿Aceptas a Uesugi Eiri como tu legal esposo para amarlo, respetarlo y serle fiel hasta que la muerte los separe?

- ¿Shuichi, qué te sucede? –le susurra Eiri.

- A-Auxilio…

- ¿Amor?

- ¿Shindou-san, qué sucede? –pregunta el cura de la iglesia, al joven que no sabía como explicar su situación.

Eiri le tomó de la mano para presionarlo un poco a hablar, pero este más bien se aferró más a Eiri, gesto que su amado escritor fue incapaz de entender.

- ¿Shuichi, qué te pasa?

- El corsé…me está apretando…Ayúdame, Eiri, me estoy quedando sin aire que respirar.

- Disculpen, tenemos que retirarnos por un momento. –Eiri jala a Shuichi y se lo lleva fuera de la iglesia, ante la mirada de todos los presentes, claro que la prensa deseaba seguirlos (de no ser por las armas de K. que apuntaban en la cabeza de algunos)

Mientras, fuera de la iglesia.

- ¿Ya está mejor? –El escritor termina de arreglar el corsé.

- Si, muchas gracias, Eiri.

- ¿No te molesta el velo? –dice mientras trata de quitárselo.

- No me lo quites, me da un poco de vergüenza.

- Está bien.

La ceremonia continuó una vez que los novios regresaron a la iglesia dispuestos a continuar. Caminaron con tranquilidad hacia el altar para continuar con su ya increíble boda (¿qué mas interesante que ver a nuestro querida bolita rosada vestida de novia?)

- Uesugi Eiri…

- Señor, déjenos esa parte a nosotros. –le pide Eiri al anciano.

- Bueno, está bien.

Ahora empezaría la parte más hermosa de la boda.

- Yo, Uesugi Eiri, te acepto a ti Shindou Shuichi como mi esposo para respetarte, serte fiel y amarte eternamente. –Dice para después poner el anillo de bodas en el dedo del pequeño.- Es mi juramento de amor, mi pequeño baka.

- Yo, Shindou Shuichi, te acepto a ti Uesugi Eiri como mi esposo para respetarte, serte fiel y amarte eternamente –Shuichi le coloca el anillo a Eiri.- Es mi juramento de amor, amado mío.

- Bueno, por la ley de Dios que me permite unirlos en matrimonio, los declaro…

Ya no podían aguantarlo más. Antes de que el padre pudiera seguir con su declaración, Eiri le quitó el velo a su pequeño y lo arrojó al suelo para después besarlo con desesperación.

- …esposos –termina de completar su discurso el anciano.- Y bueno, ya puede besar a la novia, Uesugi-san.

Todos aplaudieron y ovacionaron a la pareja desde sus asientos. La prensa comenzó con las tomas más importantes de la ceremonia. El beso seguía su curso y todos estaban bastante impresionados por la resistencia de la pareja.

- Te amo, Eiri.

- Y yo a usted, señor Uesugi.

- Oh, que bien suena. Me gusta.

- A mí también.

Y sin más, volvieron a besarse. Sin duda, había sido el paso más importante que ambos habían dado en su vida. A partir de ahora todo sería excelente, perfecto.


Bueno, querido público lector (antes de que me maten xD…) Esto no ha sido todo, claro está. La historia loca de amor de estos niños aún no acaba así que no lloren.

Shuichi: ¿Qué, eso no era todo?

D-chan: Claro que no, Shuichi-kun.

Shuichi: Dayito-sama, no es justo. ¿Por qué tuvo que sacar a la luz lo del vestido?

Yuki: ¿Por qué te quejas? Además, te veías muy lindo.

Shuichi (sonrojado): ¿En serio?

Yuki: Ya te dije que no miento.

Shuichi: Eiri, tú también te veías hermoso ese día.

Yuki: Pero lo mejor fue en nuestra fiesta ¿verdad?

Shuichi: Si, tienes razón.

D-chan: Bueno, en realidad se veían muy bien.

Yuki: Al fin haces algo productivo, mujer tonta.

D-chan: Yuki-kun, me molestaré en serio ¿entiendes? Ya deja de llamarme así.

Shuichi: No se preocupe, Dayito-sama. Me lo llevaré para que no la moleste.

D-chan: Arigatou Shuichi-kun!

Yuki: Oye, yo no quiero irme.

Shuichi: Te conviene…-mirada lujuriosa.

Yuki: ¡Espera, voy contigo!

D-chan: Vaya par, son igualitos. En fin, espero que les haya gustado mi (grandiosa?) idea y si no… (Me suicido! Lo juro!), esperen por la continuación, ya que falta poco para que mi historia llegue a su fin.
Notas finales: ¿Gracioso, nee? espero sus coments!

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