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La diferencia entre el sexo y el amor por LoveShonenai

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Notas del capitulo: Y después de la luna de miel...¡se vienen los problemas de la convivencia!
A Gravitation Fanfic

La Diferencia entre el sexo y el amor

Capítulo 24: Una calurosa bienvenida

El joven pelirosa salió del avión privado junto a su no muy alegre esposo. La gran reprimenda que recibió este último por haber puesto en práctica su “Patadón Yuki” con el pobre inocente de Kitazawa Rikku, lo dejó más que enfadado por el solo hecho de que SU Shu-chan defendiera a capa y espada al engendro del demonio, como Eiri le llamaba a su hijo.

Las cámaras no tardaron en grabar tal momento en que la pareja feliz de recién casados arribaran a su país después de casi un mes disfrutando su luna de miel en New York.

- ¿Podemos pasar de largo, Shuichi? Me molesta que estén aquí.

- No podemos hacer nada, solo enfrentarlos.

- Disculpe, Shindou-san, ¿es acaso este niño hijo suyo? ¿Han adoptado uno tan pronto? –pregunta emocionada una reportera del tumulto.

- ¿Eh? ¿Adoptado? –Se sorprende el pelirosa ante tal comentario.- Bueno, la verdad es que…

- Shuichi-san es mi mamá y Eiri-san es mi papá –afirma el pequeño rubio, alarmando a la pareja y provocando que el cuchicheo sea mayor.

- Este niño no es hijo nuestro. Solo lo trajimos porque su padre nos lo pidió por algunos meses. –dice secamente el escritor.

- Y, dígannos ¿cómo les fue en su luna de miel?

- Digamos que bien, visitamos muchos lugares y nos relajamos un poco. –les contesta Shuichi, al ver la indisposición de su esposo. –la pareja, en compañía de un inmutado Rikku, avanzan mientras los reporteros los siguen a pesar de la seguridad que protegía a los famosos.

- Díganos, Eiri-san, ¿hay alguna novedad que nos pueda comentar? ¿En verdad la pasaron bien en su luna de miel? ¿No hubo alguna complicación? Usted-

- Claro que no hubo ninguna complicación –Shuichi le quita la palabra de la boca al reportero y la oportunidad a Eiri de hablar.- Si nos disculpan, tenemos mucho que organizar en casa para seguir con nuestras rutinas de trabajo.

Prácticamente, Shuichi se los llevó huyendo del lugar, nunca le habían gustado aquellos tipos de intimidaciones que provocaba a prensa, no era capaz de soportarlo aún ahora. Rápidamente salieron del aeropuerto cuando las voces de una pareja de personas los detuvieron de su camino.

- ¡Eiri! ¡Shuichi-kun!

- Mika, Touma. ¿Qué están haciendo aquí?

- Pues que más, vinimos a recogerlos. ¿Acaso pensaban irse así sin más? –Touma sonrió y les entregó a cada uno un ramillete de flores.- ¿Y este niño, Eiri-san?

- Pues, verá, Seguchi-san…este niño es el hijo de Kitazawa-san…

- ¿Rikku-kun? Vaya, cuanto has crecido, niño.

- Mamá, tengo miedo. ¿Quiénes son estas personas? –pregunta Rikku después de ocultarse tras Shuichi, aferrándose a sus piernas.

- Shuichi-kun, creo haber escuchado mal. ¿Acaso este niño te ha llamado “mamá”?

- No has escuchado mal, hermana. Este mocoso cree que Shuichi es una chica.

- ¿Es eso cierto, Shindou-san?

- Bueno, pues, ¿qué puedo decirles? Es verdad.

Las risas no tardaron en invadir el lugar junto al sonrojo evidente en el rostro del cantante. La gente los miraba extrañados por tal escándalo. Eiri y Rikku se proporcionaban unas miradas poco amistosas y Shuichi ya estaba más que apenado por tal situación.

- Bueno, bueno, ¿podemos irnos? La gente nos está mirando mal, señores –propone Eiri.

- Tienes razón, Eiri-san, será mejor que nos vayamos marchando. Chofer, llévenos a la nueva casa, por favor.

- Como ordene, señor –responde el empleado.

- ¿Nueva casa, dijo usted? –Pregunta Shuichi.- ¿A qué se refiere?

- Ya lo verán. Suban, por favor.

Los anfitriones y los recién llegados entraron al auto y este arrancó apenas las puertas del automóvil se cerraron. Ya dentro, la discusión seguía mientras Rikku comenzaba a quedarse dormido en los brazos de Shuichi.

- Así que eso sucedió. Ya entiendo, por eso decidieron cuidar de Rikku-kun. ¿Pero estuviste de acuerdo con eso, Eiri-san? No te veo muy contento que digamos.

- ¿Pues qué esperabas? Prácticamente fui obligado por Shuichi a aceptar la petición de Yuki.

- Rikku-kun es muy pequeño aún y necesita un calor familiar para no sentirse solo. Además, él me ve como su madre y yo no pienso rechazarlo, es un buen niño.

- Si, si, para ti todas las personas del mundo siempre son buenas. Odio que seas tan gentil con todo el mundo.

- Eso no es problema tuyo, a ti no debería afectarte –dice por último Shuichi para dejar de mirarlo, lleno de molestia, cosa que afecto a Eiri.

- Ya, chicos, calma. No parece que hubiesen regresado de una luna de miel. Shindou-san, entiende que Eiri-san se pone así porque él quiere que tú seas bueno solo con él, entiende como es.

- ¡¿Quién ha dicho eso?! ¡Eso no es cierto! –Grita Eiri.- Paren el carro, me quiero bajar.

- ¡Compórtate! –Le demanda Shuichi, haciéndole callar.- Recuerda que estoy bastante molesto contigo por como trataste al niño. Y cállate que Rikku-kun está dormido, lo despertarás.

- ¡¿Tú crees que puedes darme órdenes?!

- Soy tu esposo, tengo el derecho.

- Chicos, cálmense, por favor. ¿En serio pretenden seguir juntos hasta la muerte peleando así?

- Shuichi tiene la culpa, por ser tan blando.

- Y tú por ser tan rudo. Si vuelves a poner en práctica esa patada famosa tuya en el niño, vas a conocerme, Eiri.

- Si, claro.

- Bueno, bueno. Dime, Shuichi-kun, ¿Eiri te ha tratado bien después de ese día, verdad?

- Si, Mika-san, no se preocupe.

- Si, todo estaba bien hasta que ese chiquillo decidió quedarse con nosotros. ¿Pueden creer que no dejaba que Shuichi y yo estuviéramos solos?

- Suenas decepcionado, entiendo. Para ti, nuestra luna de miel no fue hermosa como lo fue para mí.

- Yo no he querido decir eso.

- Pero lo has insinuado. Todo para ti fue un fracaso. ¿Acaso no soy lo suficientemente bueno para ti?

- Jamás dije yo que no fueras bueno. Eres mi esposo, ¿cómo crees eso? Si no fueras bueno, no me habría casado contigo.

- Gracias…

Ambos se miraban tiernamente mientras la pareja anfitriona sonreía complacida. Iban a besarse cuando Rikku despertó y separó a Eiri de Shuichi.

- Mamá ¿acaso papá Eiri estaba haciéndote algo malo?

- No, claro que no, hijo.

- Pero estaba acercándose mucho a ti, mamá. Rikku solo puede hacer eso.

- ¿Lo ven? ¿Ven por qué digo que este niño me detesta? Siempre se interpone cuando no lo llaman. Es una verdadera molestia.

- Mamá, ¿Rikku es una molestia?

- Claro que no, pequeño, papá Eiri solo está alterado.

- Ya estoy harto del discursito ese para proteger a ese mocoso.

- No discutiremos de eso aquí, Eiri.

- Vamos, niños, pero si ya habían quedado en buenos términos. –suplica Touma.

- Siempre es lo mismo, tienes que defender a otra gente en vez de mí que soy tu esposo.

- Si no te gustaba desde un principio mi manera de ser y hacer las cosas, hubiera preferido que no nos casáramos.

- Eh, chicos, ya hemos llegado.

Ambos dejaron su larga charla para después ya que lo que se encontraba frente a sus ojos era algo precioso, un lugar que, obviamente, no era su departamento.

- Touma, Mika, este no es mi departamento. ¿Dónde estamos?

- Desde ahora esta será su nueva casa. ¿No te gusta, Shuichi-kun?

- B-bueno, no se que decir. ¿Quién la ha comprado? Debimos causarle muchas molestias.

- De hecho es un regalo de tu mamá y de mi papá.

- No puedo creer que hayan hecho esto…

- Pero no se queden aquí. Pasen, por favor.

La pareja, en compañía del niño, entró a la gran mansión, encontrando todo correctamente en su lugar. La amplia sala, dos hermosas habitaciones perfectamente ambientadas, una blanca cocina llena de utensilios nuevos, era un verdadero sueño.

- Acomódense como gusten, dentro de poco vendrán los demás.

- ¿Los demás? ¿A quiénes te refieres, Mika? –le pregunta Eiri a su hermana mayor.

- Me refiero a todos los amigos de la familia.

- ¡Konnichiwa! ¡Bienvenido, Shu-chan!

Era Sakuma-san quien le saludaba cordialmente y en completa felicidad, siempre acompañado de su leal amigo Kumagoro. Junto a él se encontraba Tatsuha, Ayaka, Hiro, Noriko, Sakano-san y Mr. K.

- Hola muchachos, me gusto verlos de nuevo… ¡Hiro, te extrañé mucho! –el pelirosa se dirige a abrazar a Hiro quien le da unas ligeras palmadas en la espalda.- Que bueno que todos estén aquí. Gracias por venir.

- Y eso no es todo, cuñadito. Trajimos bastante comida para celebrar. ¿Verdad, Ryuichi-san?

- Cierto, cierto Tatsu-chan… ¡Vamos a celebrar!

- Pero, antes de eso… ¿Eiri-san? –pregunta curioso Hiro.

- ¿Qué quieres?

- ¿Y ese niño que está a su costado?

- Rikku-kun es nuestro hijo –responde Shuichi, sorprendiendo a todos los recién llegados.- Salúdales, Rikku-kun.

- Si, mami. Encantado de conocerlos, me llamo Kitazawa Rikku y vine con mi mamá Shuichi y mi papá Eiri por un tiempo a Japón.

- ¿Kitazawa? –Pregunta Mr.K.- ¿Qué no es ese el apellido de tu maestro, Uesugi-san?

- Yuki está en New York llevando un tratamiento y nos pidió que cuidáramos de su hijo mientras él se encontraba ausente.

- Ah, ya entiendo. Por un momento nos asustaron, pensamos que ya se habían dispuesto a adoptar un niño –suspira tranquilo Hiro.

Todos se reunieron en casa de la pareja para celebrar su regreso. No faltaba uno que otro flash de las cámaras de los reporteros fuera de la casa, tratando de grabar hasta el último detalle de la fiesta. Pero eso no era de preocupación, ya que Mr. K les hacía una visita afuera de la casa de vez en cuando, pidiéndoles “gentilmente” que dejaran a la pareja en paz.

Ya concluida la fiesta y encontrándose los tres solos, Shuichi ayudaba a Rikku a instalarse en su habitación mientras Eiri arreglaba la habitación que sería para él y su esposo. Ambos no han hablado ni se han mirado desde su pelea en el auto y Rikku se sentía mal por lo que había hecho así que miró a su madre y le dijo:

- Mamá, Rikku puede hacerlo solo. Ve con papá.

- Pero aún te faltan sacar algunas cosas de la maleta, Rikku-kun.

- Pero, papá está solito y creo que te necesita. Anda, ve con él y ayúdalo, debe sentirse triste. Te prometo que no los voy a molestar.

- Ay, pequeño, nunca pienses que eres una molestia. Al contrario, eres un niño muy bueno. Si Eiri dice esas cosas es porque está molesto pero ya se le pasará, ya verás.

- De acuerdo, mamá.

- Bien, entonces ya vuelvo, tienes que arreglar a tiempo lo que te falta ¿de acuerdo?

- Así lo haré, mamá.

Shuichi le dio el acostumbrado beso en la frente al sonrojado niño y salió de la habitación para dirigirse a la suya en donde se encontraba su inmutado esposo. …l entró más Eiri no volteó a mirarle. Sin decir nada, Shuichi cogió su maleta y comenzó a ordenar la ropa en los cajones de la misma manera, sin mirar a su esposo.

- Debimos rechazar esa petición de Yuki-san ¿eso piensas, verdad?

- Eso ya no importa, total, tú decides todo solo.

- ¿Por qué no puedes entenderme? Yo solo quiero ayudarlo, quiero evitar que se sienta solo.

- ¡Si, claro! ¡Pero no lo haces por ese chiquillo, sino por tu hermano!

- ¡¿Y qué si es asi?! ¿Tanto te molesta mi manera de ser? ¡Dímelo!

Eiri se quedó en silencio, su peor arma. Había cavado solo su propia tumba. Shuichi entendió el mensaje, no hacían falta las palabras para entender.

- Comprendo, lo entiendo perfectamente. Lo que no comprendo es por qué decidiste casarte conmigo si realmente no me amas como yo a ti.

- ¿Cómo puedes decirme eso? ¡Yo te amo, eso jamás deberías dudarlo! Es solo que…que…

- ¿Es solo que? ¿Qué quieres decirme?

El escritor no resistió más, se volteó y miró cara a cara a su esposo y le robó un muy apasionado beso que fue gustosamente correspondido. Shuichi comenzó a llorar mientras no dejaba que Eiri se separase de él, se aferraba más y más a su esposo. De pronto, Eiri paró el beso.

- Entiéndeme tú a mí, por favor –le suplica Eiri.- No me molesta como tratas al niño, eso es cosa aparte. Yo quiero que entiendas que…si eres así de bueno con todo el mundo, todo ese mundo puede encontrarte encantador, cosa que no dudo y gracias a eso pueden alejarme de ti y eso es lo que no quiero. Solo quiero que seas así de bueno conmigo para que nadie te aparte de mí.

- No tienes que preocuparte por eso, mi amor es tuyo, siempre ha sido tuyo y eso jamás cambiará, Eiri. –Acto seguido, el pelirosa acaricia el pálido rostro de su antes amante.- Todo de mí es solo tuyo, seré eternamente tuyo ¿me entiendes? No permitiré que nada ni nadie nos separe. No tengas miedo.

- Te amo, Shuichi. No soportaría perderte.

- Yo tampoco, Eiri…yo tampoco.

Ambos se reconciliaron con un cálido beso que emocionó aún más a un pequeño niño pilluelo espiando desde la puerta de la habitación. Sin resistir más las ganas, Rikku entró a la habitación, alarmando a sus padres.

- ¡Que bonito, que bonito! ¡A Rikku le gustó mucho!

- Rikku-kun ¿has estado aquí todo el tiempo?

- Solo un ratito pegado a la puerta. Que romántico ver a tu mamá y a tu papá besándose. Vamos, háganlo otra vez, Rikku quiere verlo de cerca.

- Pero que cosas pides, Rikku-kun…-dice Shuichi mientras se pone más que colorado.

- Bueno, si el niño quiere no tengo por qué fallarle.

- Pero, Eiri-

Tarde. Eiri ya le había besado y Rikku estaba más que encantado. El escritor paró el beso dejando petrificado de cierta forma a Shuichi, quien para nada esperaba el beso de su esposo. El pequeño rió fuertemente al ver la expresión de su mamá.

- Mami se ha quedado encantada, papá.

- Es que…no lo esperaba…

- ¡Mami, papi, los quiero mucho! –el niño se abalanzó hacia ambos, haciéndoles caer. Eiri pensó que, quizás, Rikku no era tan malo después de todo.

POV SHUICHI

Ambos, en conjunto con Rikku, parecíamos una feliz familia. Espero de todo corazón que siempre sea así aunque Rikku nos falte en el futuro. Deseo siempre estar unido a este maravilloso hombre que me ha dado su vida, su amor y su corazón. Te amo, mi orgulloso escritor.

Continuará!
Notas finales: Gracias por la espera, aquí les dejo el cap-

Yuki: Oye, espera! Eso es demasiado vergonzoso!

Shu: Ay, Eiri, pero si tú mismo me dijiste después que el niño no era tan malo.

Yuki: Si, pero fue algo que pensé descuidadamente.

Dayito: Niños, estoy mandando un mensaje a mis lectores.

Yuki: Bah! Gran mensaje, ni siquiera escribes como yo, así de bien.

Dayito: Ya vas a empezar con tus groserías, recuerda que el curso de la historia es causa mía, puedo hacer muchas cosas contra ti.

SILENCIO DEL ESCRITOR!

Shu: Ya se calló…

Dayito: Ya lo ves, Shuichi-kun? Yo también tengo mis tácticas.

Shu: Será mejor no meterme con esta mujer…

Dayito: Dijiste algo?

Shu: No, nada –dice mientras traga algo de saliva.

Dayito: Bueno, como decía, gracias por la espera, he aquí el Cap 24. Nos vemos en el próximo episodio! Bye Bye!

AVISO: Me pueden conocer como LoveShonenai o como Dayito-chan, no hay problema.

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