Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La diferencia entre el sexo y el amor por LoveShonenai

[Reviews - 91]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Bueno, como ven, no todo en éste FF es flores y amor...pero les prometo que ésta pareja tendrá un fnal feliz!

A Gravitation FF

La diferencia entre el sexo y el amor

Capítulo 7: Mentirte para protegerte

El amor de Shuichi 

No sabía cuanto tiempo había corrido, cuanto se había alejado de su inmensa felicidad, de su adorado Eiri. Ahora lo veía todo claro, ahora sabía que no estaba hecho para ser feliz. Tanto tiempo tratando de aferrarse a la gente que lo apreciaba, para evitar sentirse repudiado, y ahora toda su felicidad se estaba derrumbando.

Eiri…perdóname…-las lágrimas no dejaban tranquilo al joven de ojos violeta, quien veía con pena el hermoso anillo que llevaba puesto en su dedo.- perdóname…

Con estas pocas palabras en su mente, el muchacho siguió vagando a pesar de la espesa lluvia que le caía encima. Un hombre le empujó y cayó al suelo, hiriendo su rodilla, pero no le importó; una piedra en su camino y no se esforzó por esquivarla, simplemente volvió a caer y su pierna estaba totalmente inerte. Aún con la escasa fuerza que le quedaba, el chiquillo continuó caminando, llegando finalmente a un callejón vacío.

Supongo que éste debería ser mi lugar si no me hubieran adoptado…-el chico sonríe con pesadez y nostalgia.- Que irónico, a pesar de tener una familia, finalmente terminé aquí. Creo que, después de todo, éste es mi lugar...

Así que aquí estabas, pequeño asesino…-le dice un hombre mayor al joven perdido en el callejón.-  

¿Qué es lo que quieres? Acabas de destruir mi vida y te apareces frente a mí como si nada…

No tienes siquiera el derecho de reprocharme nada, Shuichi…

¡Yo…tengo que decirle a Eiri la verdad! ¡Yo no soy un asesino!

¡Tú no vas a ningún lado, mocoso! –el hombre sujeta a Shuichi del brazo, impidiéndole avanzar.-

¡Déjame ir! ¡Tengo que hablarle!

¡Te advierto que si vas, hundiré a tu querido Eiri hasta lo más profundo!

¡No te atreverías!

¡Sabes de lo que soy capaz, Shuichi, no me desafíes! ¡Tienes que dejarlo y venir conmigo!

Shuichi sabía lo que tenía que hacer, sabía que no podía arriesgar a la persona que más amaba en el mundo, pero tampoco podía lastimar más a Eiri de lo que ya le había lastimado. Sin embargo, sabía que tenía que salvar a Eiri de la manera que fuese.

Yo…me despediré de él…

No confío en ti…

No haré nada en tu contra.

Sin pedirle más, el hombre viejo le dejó ir. El muchacho corrió lo más que pudo, con el alma hecha pedazos al tener que destruir el corazón de Eiri nuevamente.

Recuperando algo de fortaleza, el muchacho abrió la puerta del apartamento con la llave que aún poseía, entrando sigilosamente para después ver a Eiri sentado tomando algo de cerveza.

E-Eiri…-dijo sin más.-

El dolido personaje no volteó a verle, por lo que a Shuichi se le hizo más fácil tener que mentirle y decirle adiós definitivamente. Ahora, por fin podía sacar el valor para alejarse y salvarlo de un destino poco dichoso.

Eiri, yo me tengo que ir…

Vete, eso no es problema mío…

Está bien…-diciendo esto, el jovencito comenzó a dirigir su camino hacia la puerta de la habitación. De ahí, sacó sus maletas para después guardar sus cosas.-

No pasaron más de quince minutos para que Eiri sintiera a Shuichi caminar hacia la puerta con sus maletas en las manos. En vista de que su querido escritor no decía absolutamente nada, el joven de cabello rosa siguió avanzando hasta la salida, cuando la voz de Eiri hizo que se detuviera.

Solo dime una cosa…-diciendo esto, Eiri se pone de pié, viendo fijamente a Shuichi.- Solo una cosa…

¿Qué quieres? –preguntó Shuichi de la manera más fría que pudiera aparentar.-

¿Es cierto? ¿Tú fuiste capaz de hacerle eso a tu propia familia?

Ah, eso…-el muchacho tomó aire y trató de sacar aquella máscara que tanto temía usar.- si, es verdad. Yo maté a mi madre y a mi hermano… ¿estás satisfecho?

¡¿Cómo puedes ser tan frío, Shuichi?! ¡se trata de tu familia!

¿Acaso tu no mataste a tu maestro? Pues yo hice algo parecido, pero con mi familia…

Shuichi, no te reconozco… ¿En serio eres tu?

Siempre he sido yo. Si tú te enamoraste de mí, es tu problema, porque yo nunca te quise…

¿Cómo pudiste, Shuichi? Tú no eras así…

Matar a alguien es muy fácil. Aún lo recuerdo, mi hermano me disgustaba, no lo quería, así que decidí vengarme de mi madre por quererlo más que a mí. Un día que mi padre salió, llevé a mi madre cerca de un peñasco y la tiré así de fácil, luego siguió mi hermano. Tan pequeño e inocente, pero eso no me impidió ahorcarlo hasta que muriera…-mientras relataba esto, Eiri no podía dejar de ocultar su gesto de horror y de miedo ante la persona que tenía en frente.- Ten cuidado conmigo, que puedo tomarte desprevenido, querido Eiri…

Shuichi…no creí que fueras así…

¿Sabes? Me importa poco lo que pienses…-al terminar su relato, Shuichi deja las llaves del departamento y el anillo de compromiso en la pequeña mesa del living.- Adiós, Yuki Eiri-san…

Diciendo aquello, el chico salió de su vida, quizás para siempre. Eiri solo pudo escuchar el sonido de la gran puerta al cerrarse duramente. No podía creer que todo lo que vivieron juntos, sólo fue un simple juego para Shuichi, su aún amado Shuichi.

Lágrimas, lágrimas y más lágrimas. Era su única manera de descargarse de si mismo. ¿Por qué había nacido? ¡¿Por qué tuvo que conocer a ese escritor?! Ahora el gran amor que sentía Eiri por él, de hecho se convertiría en un profundo odio que no tendrá fin. El joven de ojos violeta llegó al lugar de encuentro con su padre y éste, sin mucho esfuerzo, se lo llevó.

696969 

Ya habían pasado exactamente dos semanas después de su rompimiento. A causa de él, Eiri se había cerrado completamente en un mundo lleno de tenebrosa oscuridad, al igual de que Shuichi.

¡¿Cómo?! ¡¿Shindou-san y tú rompieron el compromiso?! –gritaba emocionado Seguchi.-

¿Qué buscas aquí? Lárgate, Seguchi…

Te lo dije, Eiri-san. Shindou-san no era la persona correcta…

¿Y tu si, verdad? Te dije que te vayas… ¿acaso no me oíste?

Si Shindou-san fue quien te hizo daño, no te desquites conmigo…

Por favor, vete, o nada bueno saldrá de mi boca…

Después de su rápida ruptura, Eiri y Shuichi aparecieron en todo diario del país, en revistas y también en televisión. Todo el mundo decía lo mismo…”La aclamada pareja de oro de Japón se había separado”

Shuichi… ¿estás bien?

Si, Hiro, no te preocupes por mi…

Estás pálido, Shuichi. Será mejor que descanses…-Ryuichi hace acto de aparición abalanzándose sobre Shuichi.- ¡Hazme caso!

En serio, no lo necesito…

¿Shuichi, y esas heridas en tu cuello?

Es cierto, son moretones…-afirma Hiro.-

¡Ah! es cierto, Mika-san está esperándote en la oficina de Seguchi, Shuichi…

¿Mi-Mika-san? –Esto sorprendió a Shuichi enormemente.- Está bien, iré enseguida. Chicos, tomemos un receso…-diciendo esto, el muchacho sale en dirección a ver a la hermana de su ex pareja.-

Esas marcas…no me digas que…-susurra preocupado Hiro al recordar un detalle del pasado de Shuichi.-

Oye, Hiroshi… ¿tú sabes por qué Shindou-kun rompió con Yuki-san? Se veían muy felices con su boda…

Es cierto, quizás Yuki-san ya lo sabe, pero… ¿cómo se enteró? No creo que Shuichi se lo haya dicho…-pensaba preocupado Hiro.-

Mientras tanto, Shuichi ya estaba de pie frente a la puerta que le conduciría dentro de la oficina del presidente de la compañía, así que tomó aire y se dispuso a pedir permiso para entrar.

Con permiso…-diciendo esto, el joven entra a la sala.- Mika-san, buenos días…

Siéntate, Shuichi…

El muchacho, sorprendido de que le haya llamado por su nombre, tomó asiento y esperó a que la joven mujer le dirigiera la palabra.

He sabido por mi marido que ibas a casarte con Eiri… ¿no es así?

Eso ya terminó, Mika-san. Eiri y yo…

¡Solo limítate a responder mi pregunta, niño!

S-si…-responde tembloroso por la actitud de la mujer.- pero él y yo ya no…

¿Así que le dijiste a mi hermano que mataste a tu familia, no es así?

Si…

¡¿Y lo dices así?! ¡Shuichi, por culpa tuya, Eiri está muy afectado!

Yo solo le dije la verdad…

¡Mentiroso! –Gritándole fuertemente, Mika lastima la mejilla de Shuichi con una gran bofetada.-

Mi-Mika-san… ¿por qué?

¡¿Cómo te atreves a mentirle a mi hermano?! ¡¿Por qué has hecho algo así?!

No comprendo, Mika-san…

Se muy bien que estás viviendo ahora con un hombre algo anciano… ¿quién es?

Le ruego que no se meta en mi vida, por favor, Mika-san…

Está bien, dejemos eso de lado. Quiero que me digas la verdad, Shuichi…

No entiendo. ¿A qué se refiere?

Quiero que me digas lo que pasó con tu familia… pero quiero tu versión, Shuichi, no la de ese hombre…

Mi-Mika-san, usted ya…

Si, recuerda que no soy tonta, niño. Estoy más informada de lo que crees. ¿Ese hombre es tu padre, no es verdad?

No puedo decirle nada…

Si no me dices la verdad, te lastimarás tú mismo, Shuichi…

A mi no me importa mi vida, solo quiero que Eiri esté a salvo…

¿Qué tiene que ver eso con mi hermano?

Es que…si se lo digo, todos comenzarán a sufrir…

Dímelo y te prometo que no ocurrirá nada. Solo quiero ayudarte, Shuichi…

Pues verá…mi padre me amenazó. Si yo digo lo que en verdad pasó con mi familia, él le hará daño a Eiri y tengo mucho miedo…

¿Fue por eso que le mentiste a mi hermano, verdad?

Si…

Bueno… ¿entonces piensas contarme?

Asintiendo confiado, Shuichi comenzó a contarle los verdaderos hechos a Mika, quien comenzó a sentirse más tranquila al comprobar que realmente Shuichi no era culpable de nada.

Shuichi, entonces tú fuiste…

Si…y también es por eso que no pude sentirme totalmente a gusto estando con Eiri…Yo lo amo, Mika-san, pero tampoco puedo dignarme a hacerle daño…yo… -al tratar de volver a hablar, el muchacho se cubrió los labios con las manos, gesto que Mika no entendió.-

¿Shuichi? ¡Shuichi!

La mujer se alarmó al ver como el pequeño comenzaba a vomitar sangre pura. Shuichi, tratando de contenerse, cayó débil al suelo cubriéndose nuevamente los labios.

¡Oh Dios mío! ¡Tengo que llamar a una ambulancia!

Shuichi, la hora del receso ya…-al entrar, Hiro ve horrorizado a su amigo en el suelo, por lo que intenta auxiliarlo.-

Hiroshi-san, acabo de llamar a una ambulancia. Auxilia a Shuichi…

¿Dónde irá usted, Mika-san?

Tengo que avisarle a Eiri. No voy a permitir que ese idiota se haga una idea equivocada…

Sin decir más, Mika se dirigió al departamento de Eiri para avisarle sobre el estado de Shuichi. Sólo demoró media hora para llegar a su destino, aunque con un neumático dañado, por lo que se maldijo a si misma, ya no podía usar el automóvil. Rápidamente salió del auto y tocó la puerta del hogar de su hermano, pero éste se negó rotundamente a atenderla.

¡Eiri, abre la puerta!

Lárgate, Mika. No quiero saber nada de nadie…

¡Tengo que hablarte de Shuichi!

¡No quiero saber nada de él!

¡Escúchame, Eiri, por favor!

Ya te dije que no quiero saber nada de ese sujeto… ¿qué acaso no me entiendes?

¡Shuichi está muy mal!

¿Había escuchado bien? ¿Shuichi se encontraba mal? El viejo dolor de amarlo nuevamente hizo acto de presencia en su adolorido corazón. Lo amaba, aún lo amaba, muy a pesar de lo que había hecho, Uesugi Eiri todavía seguía amando a Shindou Shuichi.

Por otro lado, Hiroshi se encontraba muy preocupado por el estado de su amigo Shuichi. A él se sumaban la angustiada señora Shindou y su hija, Maiko.

Eiri-san ya sabe la verdad… ¿o me equivoco?

No se equivoca, obaa-sama. Shuichi y Yuki-san están separados…

En verdad creí que Eiri-san comprendería la situación de mi hijo…Entonces mi hijo debió haber estado viviendo contigo…

No, él no ha estado viviendo conmigo. Cuando le pregunté en donde viviría, me dijo que había rentado un departamento cerca de la compañía…

No puede ser. Mi Shuichi no me avisó nada. Entonces, está con él…

Obaa-sama, ¿acaso usted cree que…?

Me temo que si…Entonces, Shuichi…

Mamá, iré a traer algo caliente de beber…-dice Maiko para luego dirigirse a la cafetería.-

¿Es familiar del joven Shindou Shuichi?

¡Si, doctor! Yo soy su madre…

Bueno, acaban de salir ya los resultados de los análisis que le hicimos al joven. Shindou-san muestra un grave cuadro de depresión y sufre de mucho estrés, será mejor que le haga descansar lo suficiente en casa…

Mientras, en una fría habitación del hospital se encontraba recostado en una pequeña cama un débil y notoriamente cansado Shuichi. Abrió pesadamente los ojos y encontró el rostro sonriente de su querida madre.

Eres tu, mamá… 

Que bueno que estás bien, hijo. El doctor me dijo que ya podías volver  a casa…

No te preocupes por mí. Puedo regresar al apartamento en el que me estoy quedando.

Pero, hijo…Al menos deja que te cuide mientras estás delicado…

Bueno, está bien…

Gracias…

¿Mamá, me ayudas con el cambio de ropa?

Eh, si, claro…

Amorosamente, su madre le ayudó a cambiarse de ropa, mientras que el pequeño Shuichi le miraba con algo de nostalgia ya que también tenía que alejar a su familia de él para evitar que su padre intentara hacerle daño a su hermana y a su madre.

Espérame aquí, pequeño, iré a llamar a tu hermana para que vayamos juntos a casa…

Si, claro…

Obedientemente, Shuichi se quedó sentado en la fría cama de la habitación, esperando tranquilamente por el regreso de su madre. De pronto, la silueta de un hombre, muy conocida para Shuichi, llegó a perturbar su tranquilidad.

¿Qué quieres? –Preguntó Shuichi, sin más.-

¿Le has dicho a alguien lo de tu pasado, verdad?

No he hablado con nadie de esto…

No finjas, mocoso…

¡No le dije a nadie!

Te crees muy valiente al tratar de desafiarme, pero tu jueguito ya se acabó. Mandé a unos hombres a seguir a ese maldito amorcito tuyo y si yo doy la orden, lo van a acabar…

¡No, por favor! ¡Él no tiene la culpa de nada!

Adiós, Shuichi…

¡Espera! –Al tratar de seguirlo, el pequeño cae al suelo, débil.- No, Eiri… ¡Tengo que…detenerlo o si no, matará a Eiri! –Con una fuerza desconocida, Shuichi salió corriendo detrás del hombre, quien estaba dispuesto a asesinar a su amado escritor.-

Shuichi, pequeño, ya estamos aquí…

¿Dónde está mi hermano, mamá?

¡No será que…! –Exclama Hiro, angustiado.-

Por otro lado, Eiri se encontraba corriendo junto con Mika hacia una parada cercana para tomar un taxi y dirigirse hacia el hospital en donde Shuichi estaba siendo atendido.

¡¿Por qué no vinimos en tu auto?! –le reclama su hermana a Eiri.-

¡Me olvidé de recogerlo!

La luz estaba en verde, ahora si podía cruzar la calle. Quería ver a Shuichi a pesar de lo que éste había hecho, quería pedirle explicaciones, no podía dejarlo todo así. Sin embargo, tan ansioso se encontraba que no divisó a un auto que se había pasado la luz y que iba directo hacia él.

¡Eiri, ten cuidado!

No, no tuvo ni tiempo de verlo, estaba en medio de la pista y, además la persona que más amaba en todo el mundo corría hacía él, gritándole desesperado que se hiciera a un lado. Todo pasó tan rápidamente que solo pudo percatarse de como Shuichi lo empujaba hacia la vereda, quedando él en su lugar, siendo arrollado por el auto.

¡Shu-chan! -gritó desgarradamente Eiri.-

¡Oh, por Dios, Shuichi! –grita horrorizada al ver a Shuichi tirado en el suelo.-

Rápidamente Eiri se acercó a él y, cargándolo, pidió auxilio a las personas que, asombradas, veían la trágica escena que se había suscitado. Poco después solo se pudo escuchar el sonido de las sirenas de la ambulancia, quien no tardó en socorrer a la valiosa vida que se perdía de a pocos.  A su costado, Mika se encontraba observándolo con detenimiento hecha un mar de lágrimas y Eiri, a su otro costado, tomaba fielmente su mano, la cual se encontraba súbitamente helada.

Notas finales: Gracias por el apoyo, les prometo no defraudarlos

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).