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La diferencia entre el sexo y el amor por LoveShonenai

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Notas del capitulo: NO ME LINCHEN PLISS LES PROMETO UN BUEN FINAL!

La Diferencia entre el sexo y el amor 

Capítulo 8: Mi pequeño anti nostalgia 

“La Partida del ángel”    

Eiri, no quiero morir…-decía entre susurros el jovencito, malherido.- 

Baka, no vas a morir, claro que no. No te preocupes por eso…-Eiri le daba ánimos mientras su pareja lloraba de miedo ante la muerte.- 

Tengo miedo… 

No tengas miedo, tú siempre has sido el pequeño anti nostalgia, saldrás de ésta… 

¿Entonces, por qué estás llorando, Eiri? 

Porque te amo, Shuichi…Te prometo que, cuando salgamos de ésta, te daré una sorpresa… 

Lo ansío… 

“Desde que era muy pequeño, siempre supe que mi nombre no estaba en la lista de las personas bendecidas por Dios, eso lo sabía muy bien, sabía que jamás podría salir de aquel infierno en el que me vi envuelto desde que mi padre perdió su empleo. Mis amigos en la escuela siempre se burlaban de mí, porque mi cabello era rosa, el color de los rizos de mi hermosa madre. La única persona que realmente me quería aparte de mi madre y mi pequeño hermanito, era mi amigo Hiro-chan. El siempre me ayudó en los momentos más difíciles, a pesar de lo que dijera la gente. Era feliz estando en la escuela, solo a su lado, pero al llegar a casa, mi vida era el infierno en vida.” 

¡Shuichi, dame de comer! 

Padre, no grite, por favor. Mamá está muy enferma…¿Otra vez ha bebido alcohol? 

¿Y eso qué? Esa mujer siempre anda enferma todos los días. Maldita la hora en que cometí la estupidez de casarme con ella… 

Padre, no diga eso… 

¿Por qué te quedas ahí parado, Shuichi? ¡Tráeme la comida! 

Si, padre…-poco después de salir, el pequeño niño de 8 años regresó.- Ten… 

¿Otra vez lo de ayer? 

Lo que pasa es que no es suficiente con lo que le das a mamá. ¿Padre ya ha conseguido un empleo? Usted ya se ha retrasado en la pensión de la escuela… 

¡Cállate, mocoso insolente! ¡Yo hago lo que quiero! 

¡Ya basta, maldito! –se levanta la madre del pequeño.- Kyo está durmiendo… 

¡Tú cierra la boca, maldita enferma! ¡¿por qué no te mueres de una vez?! 

¡Hoy llamó uno de esos prestamistas! ¡Dice que perdiste la hipoteca de la casa en una de tus asquerosas apuestas! 

Padre… ¿eso es cierto? 

¡Maldita mujer, cállate! –El hombre, furioso, oprime el cuello de su esposa con las manos.- 

¡Padre, déjela! 

¡Shu…Shuichi, hu…! ¡Huye, rápido! –el niño, tembloroso, tomó a su pequeño hermano, quien se despertó adormilado.- ¡Kyo-nii, corre! 

¿Qué pasa, Onii-chan?  

¡Sólo corre! –los pequeños salieron corriendo a toda velocidad.  El hombre, dándose cuenta, suelta a su mujer para ir detrás de sus hijos. La mujer, desesperada, atrapa un jarrón en sus manos y lo impacta contra la cabeza de su atacante, dejándolo adolorido. Antes de salir, toma unas llaves de su bolsillo. 

¡Shuichi, Kyo, suban a la camioneta! 

Los pequeños obedecen y se dirigen a la camioneta, entrando en ella en compañía de su adolorida madre, quien comienza a arrancar a toda velocidad. 

¡Madre, padre viene por atrás! 

¡Agárrense fuerte, chicos…! 

La camioneta, manejada por la madre de los pequeños, salió a toda velocidad hacia la carretera, siendo aún perseguida por un auto negro en donde se encontraba aquel individuo tan despreciable que les había hecho sufrir. Afortunadamente, la camioneta tenía mucha ventaja. 

¿Madre? ¡Madre! –Repetía angustiado Shuichi al ver como su madre dejaba el volante, cansada, provocando que el auto se detuviera.- 

Acto seguido, el pequeño Shuichi salió rápidamente del auto, indicándole a su pequeño hermanito que no se moviera de su sitio. Se dirigió hacia la parte delantera rápidamente, abriendo la puerta y acomodando a su madre en el asiento del costado. Con una insuperable valentía, el jovencito tomó el volante y comenzó a manejar.  Manejó a la velocidad que sus pequeñas piernas le permitían. A pesar de no saber manejar, corría lo más que podía, hasta que la vista de la carretera lo asustó. Trató de ver que había debajo y lo que encontró fue solo un extenso mar. 

¡Onii-chan, rápido, papá viene! –Decía asustado su pequeño hermano Kyo.- 

¡No te preocupes, Kyo-nii, yo los protegeré! 

Ante la declaración de su hermano mayor, el pequeño de 4 años le dedicó una sonrisa esperanzada a su hermano, cuando una irregularidad alarmó a ambos niños. 

¡Onii-chan, papá le disparó a las llantas!  

¡Oh no, estamos perdiendo el rumbo! Caeremos… 

¡Onii-chan, tengo miedo! –Lloraba asustado el pequeño Kyo.- 

¡Calma, Kyo, no pasará…! 

Antes de que pudiera terminar la frase, el auto ya estaba cayendo de la carretera en dirección al mar. Todo pasó tan rápidamente para él, que sólo pudo recordar la cara de su pequeño hermano llorando de extremo pánico. 

“Todo estaba oscuro después de eso, todo era negro. Solo pude sentir una cálida mano tocar mi rostro y al abrir mis ojos, vi a mi amigo Hiro observándome angustiado…” 

¡Por Dios, Shuichi, que bueno que estás a salvo! 

¿Dónde está mamá? ¿Kyo? 

Shuichi, lo siento…ellos no… 

¿Qué pasa? ¿dónde están? 

¡Están muertos, maldito mocoso! ¡los mataste! –repetía con maldad el hombre que se hacía llamar su padre.- 

¡No, no es cierto!  

Si, es cierto. Los mataste y ahora tendrás que pagar caro… 

Amamiya-san, deje a Shuichi, por favor… 

Tú no te metas, niño. Este criminal tendrá que rectificar su error… 

“Todo lo que podía recordar era el rostro lloroso de mi pequeño hermano, quien había confiado ciegamente en mí y que gracias a esa fe, recibió la muerte como paga.” 

Kyo…Kyo…-repetía sin cesar, mientras que las incesantes lágrimas se hacían presentes en sus ojos.- 

¿A quién está llamando? –preguntaba algo lloroso un joven de cabellos rubios.- 

Yuki-san, Kyo era el nombre del pequeño hermano de Shuichi… 

¿Hermano? 

Si. Él y su madre murieron el mismo día del accidente cuando Shuichi conducía… 

Me siento tan miserable…no sabía que en realidad había sucedido eso. Yo…desconfíe de él, lo dejé solo con su dolor… 

No debe culparse, Yuki-san… Lo importante ahora es que Shuichi salga del coma…-diciendo esto, Hiro sale de la habitación, dejando a Eiri a solas con su pequeño.-

Shuichi… 

Su hermoso rostro tan vivaz de color moreno ahora estaba tan pálido, sin vida, ofreciéndose lentamente a la cruel muerte. Sus ojos violeta como dos preciosas y resplandecientes gemas, se encontraban cerrados. Su cuerpo tan deseable para su pareja, con facciones tan delicadas, ahora estaba completamente inmovilizado, todo gracias a esa súbita trampa que le venía en camino. 

Escucha, Shu-chan, tienes que recuperarte. Si no lo haces…-las lágrimas se hacían presentes en los hermosos ojos color miel del escritor.- Si no lo haces, no tendré la fuerza para seguir viviendo…  

Eiri… ¿cómo te sientes? –preguntaba su hermana preocupada por él.- 

¿Cómo me siento? Me siento miserable como no tienes idea… 

Él se recuperará…confío en este niño… 

Me sorprende que lo quieras tanto. Pensé que odiabas a Shuichi al igual que Seguchi… No pienso despegarme de él hasta que se recupere…

Escucha bien, Eiri, si Shuichi muere, todo estará perdido para ambos… 

¿Por qué lo dices? 

¡Porque tu jamás encontrarás a alguien tan maravilloso como éste idiota y si se te ocurre rehacer tu vida con otra persona, la aceptaré a menos que sea Shuichi! –le dice Mika a su joven hermano, derramando lágrimas de desesperación.- 

Mi-Mika…-susurra sorprendido Eiri al verla tan deprimida.-

Eiri-san… ¿cómo está mi hijo? 

Aún no sale del coma, señora, lo siento mucho…Se que yo tengo toda la culpa de esto, así que no espero que usted me perdone por lo que he causado… 

No te preocupes…todo está bien, Eiri-san… 

Pero, yo…desconfié de él. ¡Tuve que escuchar la verdad de los labios de Hiroshi para creer en él…! 

Yo se que amas a mi pequeño, pero también debes entender que cualquiera habría actuado como tu al oír tales palabras de su propia boca, Eiri-san… 

Me siento tan desesperado. A pesar de haber salido bien de la operación, ha vuelto a caer en coma…tengo tanto miedo… 

Ante los oídos de todos los presentes en aquella fría habitación de hospital, el pequeño monitor que detectaba los latidos del corazón del paciente, comenzó a sonar apresuradamente, dando a conocer que Shuichi estaba en medio de un paro cardíaco. 

El rostro asustado de todos no se hizo esperar. La madre de Shuichi y Mika entraron en pánico, Eiri reaccionó rápidamente y llamó al doctor con prisa.  

¡Yuki-san, ¿qué está pasando?! –dice Suguru poniéndose rápidamente de pie al ver tanto ajetreo en la habitación de Shuichi.- 

¡Yuki-san! –grita Hiroshi.- 

Shuichi…se nos va…-sin decir más, el joven de cabellos dorados entra nuevamente en la sala, dejando estupefactos a sus amigos. Los reporteros ya estaban anunciando el posible deceso del vocalista de Bad Luck.-

Dentro de la habitación, el médico trataba de regular el estado de Shuichi, quien parecía estar luchando incansablemente por su vida. Eiri veía como el cuerpo de su pequeño temblaba a más no poder. El doctor hacía hasta lo imposible para salvarle la vida, la señora Shindou estaba desesperada abrazando a su hija y Mika se aferraba más y más a su hermano. 

¡Vamos, Shindou-san, no se rinda! –gritaba eufórico el doctor, tratando de salvarle la vida a Shuichi.- ¡No se rinda, Shindou-san! 

 La transparencia tiñe el cielo nocturno, y
Camino solo por el sendero
que siempre lleva a casa.  

“Todos rogamos porque el joven Shindou Shuichi de la famosa banda Bad Luck pueda salir con vida de éste terrible obstáculo. Estaremos pendientes de cualquier noticia desde el hospital central de Tokio…” 

¡Vamos, Shu-chan, no puedes morir! ¡tienes que vivir! –le gritaba angustiado Eiri, tratando de que su amado reaccione.- 

¡Shuichi, no te rindas!   

Cantándome a mi mismo,quiero enviar todos estos sentimientos
A ti en tus sueños.

Todas las emisoras estaban infestadas de canciones de Bad Luck, en todos los canales de televisión sólo pasaban videoclips y conciertos de ésta banda que podría quedarse sin vocalista. Todas las admiradoras de Shindou Shuichi rezaban y lloraban por él, por su éxito.  

Me enredo en algo, Me estoy poniendo un poco enfermo de mí
Enredado en los sentimientos que me transmiten esos días que
había dejado atrás...
El corazón que me ha olvidado en alguna parte esta empezando
a doler un poco.
Sigo buscado una noche iluminada por las estrellas que están
vinculadas a este momento.

¡Vamos, Shu-chan, tienes que vivir! ¡por favor, no te mueras! 

¡Shuichi, hijo, no debes irte!  

Puse mis sentimientos en el retroceso de las nubes
En el camino a casa, donde me detengo a estar.

Eres una parte de mi continuo sueño,
Yo se que (estos sentimientos) posiblemente no puedan alcanzarte
desde aquí.

¡Una vez más, enfermera! 

¡Doctor, ya casi no tiene pulso!  

Fíjate en las palpitaciones… ¡rápido! 

Las lágrimas siguen cayendo, solo por poder estar cerca de ti,
Estoy empezando a querer una sonrisa, solo un poco...
Alguien hace preguntas, estoy empezando a querer que esto
tenga más sentido.
Echaste todos esos días demasiado brillantes en una descolorante
sombra.
 

¡Se hacen más apresuradas las palpitaciones, doctor! 

¡Una vez más! ¡Vamos, Shindou-san! 

¡Doctor, ya no tiene pulso! ¡Está completamente en cero! –decía alterada la enfermera.- 

¡No, no es posible!  

Me enredo en algo, Me estoy poniendo un poco enfermo de mí
Enredado en los sentimientos que me transmiten esos días
que había dejado atrás...
   

Frente a todos los presentes, aquel aparato dio el sonido más temido por cualquier persona, aquel sonido tan monótono y unísono, el cual indicaba que Shuichi…había muerto.  

El corazón que me ha olvidado en alguna parte esta empezando
a doler un poco.
Sigo buscado una noche iluminada por las estrellas que
están vinculadas a este momento.
  

No, no puede ser…-susurraba paralizado el joven escritor.- ¡Shuichi, despierta, baka, tu no puedes morir! 

¡Eiri-san, cálmese, por favor! 

¡No se puede morir! ¡no puede irse! 

Todo parece indicar que el vocalista de la famosa banda Bad Luck, Shindou Shuichi acaba de fallecer en el hospital central de Tokio a las 18 Hrs con 56 minutos. Nuestras condolencias a sus conocidos y familiares” 

Todo estaba perdido, mi felicidad se había ido, mi hermosa felicidad se me escapó súbitamente de las manos, mi preciada joya ya no estaba a mi alcance. Mi pequeño anti nostalgia, había emprendido su vuelo hacia el cielo, dejándome solo… Eiri susurraba esto hacia el frío cielo que ahora se había cubrido de enormes nubes, provocando una despiadada lluvia que daba la dolora señal de la partida de un ángel, el cielo lloraba su partida del mundo terrenal. 

Te amo, Eiri…       

Notas finales:

La canción que se presenta en éste capítulo se llama "Anti Nostalgic" y es de la banda de Bad Luck (traducido claro).

Reviews plizzz!!!


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