Escuché unas voces detrás de la puerta.
Mi cabeza aún dolía.
Mi voz luchaba para salir en un grito.
Mi corazón...
...casi no lo sentía.
“¿Hola?”
Me reí al ver la reacción de Kira, la misma que la mía al abrir la puerta. Como hacia un rato, solo que no era una visita de un amigo, si no ella.
“...” me quedé mirando a Kira, vaya, estaba totalmente empapado, normal, ni había cogido la moto, me fui corriendo bajo de la lluvia, hasta que me cansé y empecé a andar sin rumbo, pensando dónde ir.
“¡Lay, que sorpresa!” sonriendo como siempre se inclinó un poco mirándome. “¿Lay? ¿Qué ocurre?” dándome un golpecito en el hombro me llamó la atención, haciendo que le mirara. “...¿estas bien?”
¿Si estoy bien?
“No...déjame pasar por favor...” me agarré a su brazo dejando apoyada mi cabeza en su hombro. Tenía suerte que me acordaba de dónde vivía Kira, o sino...no sé donde habría ido.
Me dejó pasar, sin decir nada. Por eso me gustaba Kira, nunca me preguntaba mucho, escuché otros pasos más pesados y vi a Jason desde el umbral de la habitación con unos pantalones y la camisa medio abierta.
“¡Jason vístete!” Kira lo empujó y él se quedó quieto.
“Siento si interrumpí...” mi voz casi no se escuchaba.
“No, no pasa nada...espera...te traeré algo seco...” Kira desapareció por el pasillo y vi como Jason se acercaba a mi, y yo quieto, ahí, como un idiota, aún pensando en toda esa mierda.
“¿Qué ocurrió pequeñajo? No tienes la cara de siempre.”
Y noté como una gran furia recorría mi cuerpo, le agarré del cuello de la camisa y le miré a los ojos.
“¡¿Por qué mierda no me explicaste nada de una tal Lisa?!”
…l se quedó atónito y yo sonreí con amargura.
Lo estaba pagando con él sin razón.
“¿Volvió?”
“Si...o no lo sé...me fui antes de que les matara a ambos...” soltándole me quité la ropa y me quedé con la ropa interior, ya era la segunda vez al día que me cambiaba de ropa por culpa de la lluvia. Vi a Kira que volvía con un pijama y me lo puse con desgana, sentándome en el sofá.
“No te conté nada porque pensé que Dick te pondría al día de una de sus ex novias más importantes...” sentándose delante de mi vi como Kira le imitaba y nos miraba sin entender nada. “...aún te veo bastante tranquilo...”
“¿Tranquilo?” me puse a reír con sorna y ellos dos se quedaron mirándome sorprendidos. “¡¿Tu crees que estoy tranquilo?! ¡Tantos años sufriendo por él y tenía a esa tipeja escondida que esperaba por volver! ¡Maldito Dick! ¡Maldito él y sus promesas!” dejando escapar toda mi rabia empecé a llorar.
Como siempre, actuando como un niño, sin escuchar antes lo que Dick me quería decir.
Aún me acordaba, ella llorando y gritando por volver con él, yo yéndome a la habitación en silencio y cambiándome de ropa, Dick cogiéndome del brazo diciéndome que me esperara y yo echándole una mirada de odio, de traición...de decepción.
Yo le conté todo, le conté todos con quién estuve y que quizá podrían ocasionar algún problema, y él poniéndose celoso.
¿Y él me contó algo?
Nada y eso me dolía.
Luego simplemente me fui, sin escuchar nada, sin voltearme a ver a Dick.
“Tranquilo...” Kira se levantó y se sentó a mi lado, abrazándome, escondiendo mi rostro en su delicado pecho, sintiendo sus brazos, llorando, llorando como hacía tiempo que no lo hacía. “...Jason prepárale algo para comer...”
“Kira...”
“Hazlo...por favor...solo te pido eso.” Acariciando mis cabellos escuché como Jason chasqueaba la lengua y nos dejaba solos. “...Jason no tiene mucho tacto ya lo sabes.” Intentando suavizar la situación me separé un poco de él y me sorbí la nariz. “...yo estoy tan perdido como tu...no sé quién es esa tal Lisa...pero...”
“¿Pero? No hay nada que se me ocurra para justificar que me lo haya ocultado...”
“¿Cuando ha entrado que ha dicho Lisa? ¿Un hola cariño?”
“No...dijo algo que volvió y que fue una tontería haberle dejado.” Cogiendo un cigarro de Kira me lo encendí y vi como mis propias manos temblaban como nunca, dándole una calada e intentando calmarme.
“Quizá lo dejaron...ella se fue y ahora quiere volver...pero no quiere decir que Dick también quiera volver con ella...¿entiendes?”
“Eso no es lo que me duele...” viendo la expresión confundida de Kira me pasé la mano nervioso por el rostro. “...es complicado...si que me duele la llegada de esa tipeja, pero lo que además me duele es que yo le he contado muchas cosas, hace poco me encontré con Gerard un ex novio mío que me estuvo ayudando muchísimo a intentar olvidar a Dick...y él se enoja cuando me lo encuentro...yo le quito importancia le hago sentir seguro...y él...él no me contó nada.”
“Tampoco surgió la ocasión Lay...”
“No lo sé...estoy dolido...sé que actué quizá como un crío...pero solo con ver a esa mujer...” me pasé las manos por el rostro, quitándome las lágrimas que estaban cayendo.
“...” suspirando Kira me miró. “...creo que deberías aclararlo todo con él.”
“...ahora mismo no tengo ganas...” defendiéndome me levanté y apagué el cigarro. “¿Puedo darme un baño? Estoy helado...”
“Claro...” levantándose me enseñó dónde estaba el baño y me dio ropa interior limpia. “...no hay seguro en la puerta...lo quité hace un tiempo...ya le diré a Jason que no entre.” Riéndose me dejó dentro del baño. “...¿si viniera Dick que hago?”
“Dile que no estoy...” quitándome el pijama que me dejó Kira me volteé y él simplemente asintió sin decir nada cerrando la puerta.
No tenía ganas de hablar con él.
Necesitaba calmarme o le soltaría cualquier tontería.
“Lay...” Jason me llamó la atención, estaba intentando comer algo de lo que me había preparado, no tenía mucho apetito, desde siempre, los nervios hacían que perdiera totalmente las ganas de comer.
“Dime...”
“Dick llamó...me preguntó si sabía algo...o más bien si te habías pasado por aquí...” pasándose las manos por el cabello rodó los ojos.
“¿Qué le dijiste?” dejando el plato en la encimera miré al mejor amigo de mi novio.
“Que estabas aquí...¿Que querías que le dijera? …l es mi mejor amigo Lay...” suspirando se encendió un cigarro y se quedó mirándome, esperando una respuesta.
“Lo sé...” mirando por la ventana intenté calmarme. “...¿vendrá?”
“Eso creo...lleva buscándote desde que te fuiste por la mañana...” acercándose me acarició los cabellos, supongo, que intentaba consolarme o reconfortarme.
“¿Me puedes decir una cosa?” vi que me miraba y asentía. “...¿Lisa estuvo mucho tiempo con Dick?”
“Eso mejor que te lo explique él...”
Y como si fuera una escena de película en ese momento sonó el timbre.
“Jason...es Dick.” Kira asomó la cabeza por la cocina, vi que se ponía la chaqueta y que Jason hacia lo mismo. Les miré interrogativamente. “...no nos mires así...creo que es mejor que estemos fuera mientras vosotros dos habláis...”
“¿Dónde iréis?”
“A casa de Jason...cuando os vayáis cierra con la llave que hay en la entrada...luego ponla en el buzón.” Guiñándome un ojo agarró el brazo de Jason y lo arrastró.
Yo me quedé ahí parado esperando ver el rostro de Dick.
Escuché como se cerraba la puerta y unos pasos acercarse.
Encontrándome con mi novio, con mi hermano, con quién quise estar todos estos años.
“Hola...” Dick se quitó la chaqueta mirándome.
“...¿Y Lisa?”
Lo sé, siempre tendía a atacar primero.
“No lo sé...cuando te fuiste discutimos y me fui a buscarte.” Suspirando fuertemente se pasó la mano por la nuca, sonreí amargamente, ese tic siempre lo tenía cuando estaba nervioso o tenía que contar algo incómodo. “¿Por qué te fuiste tan de repente?”
“No me digas que no lo adivinas...” irónico le miré, encontrándome con unos ojos enojados que hicieron que me callara las palabras.
“Mira Lay...no quiero enojarme...a mi también me ha sentado mal que no me dejaras explicarte nada...”
“Ah...¿Y lo ibas a hacer delante de Lisa? ¿Decirle: ah, ahora que has vuelto que puedo hacer, dejar a mi novio que encima es mi hermanastro para irme contigo o darte dos patadas en el trasero? Yo elegiría la segunda claro...” cruzándome de brazos me quedé mirándole, distanciados.
“Me lo estas poniendo verdaderamente difícil Lay...”
“¿El que? ¿Dejarme o explicarte?”
“¡Por el amor de dios Lay!” pasándose las manos por el rostro suspiró por segunda vez, intentando calmarse, o eso deduje por sus gestos. “...no dejas nada de tiempo para poder hablar tranquilamente...siempre atacas de una manera mordaz.”
“Siento ser así.” Esquivándole me fui a la sala intentando calmarme yo también, escuchando como me llamaba. “...bien, te dejo explicarte...dime varias cosas, la primera: ¿Cómo tuviste las narices de esconderme que había una persona importante como Lisa?”
“¡Es que no es importante Lay!” exasperado se apoyó en el umbral de la puerta.
“¿Entonces porque viene a tu casa con una maleta diciendo que ahora quería volver? ¡Porque que yo sepa antes de que estuviéramos juntos nunca comentaste en casa de estar viviendo con alguien!”
“Iba a contarlo en casa...pero justo me dejó.”
“Que casualidad...” enarcando una ceja le miré.
“Lay...”
“Lay, Lay, Lay...¿Que? ¿Como esperas que reaccione Dick?”
“De una forma más adulta...eso seguro.” Cogiendo de mi paquete de tabaco un cigarro buscó un mechero.
Si Dick fumaba es que estaba realmente nervioso, lo había dejado y en pocas ocasiones se encendía un cigarro.
“Siento ser un niño.”
“En ese aspecto si.” Mordaz me miró.
“Perfecto...si no tienes nada más que decir...”
“¡Si, si que tengo que decir algo más maldita sea!” dando un golpe en la pared me sobresaltó. “¡No dejas que diga nada Lay! ¡Cállate por un maldito momento!”
Lo consiguió, me callé, aguantándome las lágrimas como podía.
“...”
“Bien...” suspirando se sentó en el sofá. “...Lisa estuvo conmigo hace un año...comenzamos a salir y la cosa iba perfecta, me daba la sensación de haberme quitado por una vez ese sentimiento hacia ti, mi propio hermano...” mirándome hizo que desviara la mirada. “...pero hubo algunos problemas...al cabo de medio año de estar juntos me di cuenta al verte un día que todo seguía allí...”
“¿Cuándo me viste?”
“No te acordarás...fue una vez que tu estabas con un grupo de amigos yendo hacia una discoteca, te vi de lejos riéndote con ellos y haciendo el tonto...no me acerqué porque tenía una mezcla de sentimientos impresionantes...” sonrió amargamente y cerró los ojos por un momento para volverlos a abrir.
“Creo que fue cuando celebré los dieciocho años...ya sabes que los cumplo a finales de año...” relajándome acorté la distancia y me senté en el sofá de enfrente, él asintió.
“Puede...no lo sé...intenté borrarte de dentro de mi mente...y aunque suene a frase de película no pude...sentí la necesidad de borrar todos esos sentimientos de una manera absurda...”
“¿Absurda?”
“Si...le pedí que se casara conmigo...pero ella, supongo, que vio que no lo hacía con mucho sentimiento, estaba muy irritante y siempre que me nombraba de ver a papá y a mamá y de conocerte a ti me negaba...decidió irse y yo viendo que perdía el único bote salvavidas para poder huir de los sentimientos hacía ti le rogué que no me dejara...y que si al tiempo se repensaba mi propuesta que volviera.”
“...¿Debo creerme todo esto?”
“No lo sé Lay...yo ya te conté la verdad...pero creo que no soy tan estúpido de estar esperando a una mujer cuando conseguí lo que realmente quería...” observándome vio que estaba llorando, sorprendiéndose. “...Lay...”
“Yo tampoco lo sé...esta mañana he pensado muchísimo...sé que no te arriesgarías a tener una relación con tu hermano...pero...¿te has dado cuenta que nunca podremos estar tranquilos? Papá, mamá...amigos...o incluso si tu tienes ganas de tener familia...acabarás sustituyéndome por una mujer...queriendo una vida más normal...”
“¿Eso es lo que piensas? ¿Tan poco valoras esto? ¿Tan poco valoras todo lo que hemos pasado tanto tu como yo para estar juntos?” Algo enojado me miró y yo aún lloré más.
“No seas idiota...claro...claro que sé que los dos hemos estado mucho tiempo negando lo que sentíamos...pero tengo mucho miedo Dick...y cuando hoy e visto a Lisa en la puerta diciendo eso...me he sentido como una mierda.” Me llevé las manos al rostro llorando, dejando escapar todo lo que tenía dentro.
“Lay...” levantándose se sentó a mi lado, abrazándome. “...por favor, te pido que confíes un poco más en todo...en mi, en lo nuestro...aunque ahora no sepamos muy bien como irá en un futuro...pero te lo pido por favor...”
“Y me duele que no me lo hubieras contado antes...yo te conté acerca de todas mis parejas, cuando Gerard me besó...cuando me lo encontré...y tu poniéndote celoso... ¿cómo me tendría que sentir yo ahora?” mirándole vi que se quedaba callado observándome. “...y te quiero maldita sea...te adoro...no quiero perderte...pero me da tanto miedo todo...”
“No te preocupes...yo estaré siempre contigo...siempre...como todos estos años...pero esta vez como pareja...” besándome la sien intentó hacer que parara de llorar. “...perdóname por no haberte contado lo de Lisa...”
Intentando calmar mis nervios me besaba, me abrazaba.
Y aunque sonara absurdo, estaba consiguiendo calmar un poco toda esa mezcla de emociones y pensamientos que estaban dentro de mi cabeza y corazón.
Sintiendo otra vez, que Dick era esa persona que tanto había esperado, que todos esos caprichos durante años de querer estar con él habían merecido la pena, que verdaderamente lo que sentía por el era amor.
Un amor quizá muy fuerte.
Con muchas inseguridades por todo lo que mi cabeza llegaba a pensar a veces.
“Te pido por favor que si hay otra como Lisa me lo cuentes para ahorrarme el disgusto...” haciendo reír a Dick intenté parar de llorar.
“No seas tonto...” acariciando mi rostro me miró fijamente a los ojos. “...deja de llorar Lay...”
“Es que no puedo parar...” riéndome entre lágrimas me sentí estúpido. “...necesitaba decirte todo esto...aunque sé que soy algo brusco...”
…l simplemente me abrazó, intentando calmarme, sonriéndome y reconfortándome.
“Me tuviste preocupado...llevaba buscándote horas...”
“¿Y Lisa?” cogiendo un pañuelo miré a Dick que se encogió de hombros.
“Solo sé que le dije que volviera a coger sus cosas y que ahora estaba contigo...en seguida paró de llorar para decirme enfermo e insultarme...” rascándose la cabeza suspiró. “...espero que no haya quemado el piso...”
“Saldríamos a las noticias...” subiéndome encima de él le abracé, sorprendiéndole.
“Eh...¿qué ocurre?” sintiendo sus brazos cogiéndome fuertemente noté que mi cuerpo se calmaba.
“Nada...necesitaba abrazarte...” escondiendo mi rostro en su pecho aspiré su aroma, relajándome completamente. “...te quiero demasiado...”
“¿Demasiado? ¿Eso es bueno no?” escuchando una suave risa hizo que sonriera ampliamente. “...todo va a salir bien...nunca me cansaré de ti Lay...nunca.”
Y por una vez, creí en esas palabras que durante tanto tiempo me habían parecido imposibles.
Después de que Dick comiera alguna cosa, llamamos a Kira para avisarle de que todo estaba bien y que no estuviera preocupado. Cerramos con llave su casa y como él me dijo las puse dentro de su buzón. Como Dick me había estado buscando por la calle no había cogido el coche, así que fuimos caminando hasta casa, él cogiéndome de la mano, dándome esa seguridad que tanto necesitaba.
Dándome cuenta que dependía completamente de él.
No me gustaba mucho ya que yo siempre había sido una persona muy independiente, pero cuando se trataba de Dick, me volvía un niño caprichoso e inseguro, que hacia todo por tener su atención y sus cuidados.
“Bien, llegamos...” subimos por el ascensor y cuando se abrieron las puertas nos encontramos algunas vecinas por el pasillo. “¿Qué ocurre ahora?”
“Señor Latener...” Jessica la vecina de al lado se acercó a nosotros, llevaba la ropa de estar por casa y tenía cara de preocupada. Era una señora mayor que vivía con su marido y un perro monísimo. “...no sabía su número si no le hubiera llamado...”
“¿Qué ocurre Jessica?” intentando saber que ocurría vi como ella nos hacia una señal para que la siguiéramos.
Y cuando miramos detrás de la puerta del apartamento de Dick nos quedamos ambos blancos como el papel.
Muebles tirados por todos lados, platos rotos por el suelo junto con ropa, cuadros rotos, fotos, todo lo que encontró a su paso lo destrozó.
Miré a Dick que furioso se paseaba por el interior.
“¡Me cago en...!” llevándose las manos a la cabeza miró todo ese desastre.
“¿Crees que habrá sido Lisa?” acercándome a él miré todo lo que había destrozado.
“¿Acaso lo dudas? Ese bruja resentida...”
Yo pensé lo mismo, pero cuando vi el rostro de Dick, temí por lo que le podría pasar a Lisa.
Esos ojos furiosos me daban miedo hasta a mi.
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