Los siguientes días simplemente nos dedicamos a disfrutar del descanso y de los pequeños momentos que podíamos tener a solas. Descubrí que Rachel era una mujer que adoraba a Dick aunque no fuera su madre y en cierto modo, entendí como mamá, la verdadera madre de Dick me cogió tanto afecto, claro esta, igual que yo a ella que la quería muchísimo.
“Hola niños...” al escuchar la voz de mamá me volteé, encontrándome con su rostro risueño, seguido por papá que estaba hablando con Dick en la entrada del piso. Después de volver habíamos decidido invitarlos a cenar, hacía tiempo que no les veíamos y les echaba de menos.
“Hola mamá...” besando su mejilla me levanté y apagué el cigarro que tenía entre las manos, a mamá le molestaba mucho el humo del tabaco, notando su mirada severa en mi. “...lo sé mamá, fumar es malo y puede llegar a matar...¡Pero que te lo diga Dick, últimamente no fumo mucho!”
“Es verdad mamá...ya sabes que a mi tampoco me gusta mucho que fume...” riéndose suavemente me revolvió el cabello.
“Pero tu también fumas de tanto en tanto...” papá se rió ligeramente y dejó el abrigo encima del sofá. “...cambiando el tema...¿cómo fue en el viaje con tu padre Dick?”
“Muy bien...esta algo ocupado pero saca tiempo para darse un descanso con Rachel.”
“Llamé hace tiempo a Vincent...pero siempre esta en la oficina.” Mamá suspiró ligeramente y vi que Dick se reía ligeramente. “...¿la pequeña ya debe estar muy grande, no?”
“Si...pasa el tiempo muy rápido...aunque se encariñó muy rápido con Lay.” Guiñándome un ojo sonreí tímidamente.
“No me extraña...a Lay se le dan muy bien los niños...” papá se sentó en la mesa al lado de mamá.
“Por eso me llevo tan bien con Dick.” Riéndome cerré los ojos al ver como Dick se acercaba dispuesto a revolverme el cabello con fuerza. “¡Ni se te ocurra o luego lo pagarás caro!”
“Ya me gustaría saber como...” sonriendo picaramente me tiró de la mejilla, viendo que yo ponía morros.
“Lay...deberías dejar un poco más de espacio a tu hermano...o sino al final dormirás en su cama tan apegado como estas.” Mamá se rió suavemente y yo sonreí forzadamente, de echo, yo ya dormía en su cama.
La cena transcurrió tranquila y sin ningún problema. Papá y mamá estaban contentos al ver que ambos estábamos bien y que yo, al ser el mimado por Dick, no ocasionaba problemas. Me costaba no mostrarme cariñoso con Dick, al estar viviendo con él y estar constantemente actuando como una pareja, ahora debía reprimirme para que papá y mamá no supieran o sospecharan nada, cosa que hacía que me dieran ganas de contarles toda la verdad.
Mamá cogió el abrigo y fue a buscar el coche, no habían encontrado aparcamiento muy cerca y prefirió ir a buscar el coche para que así papá no tuviera que caminar mucho, últimamente le dolía la pierna y el médico le recomendó no caminar demasiado y no hacer esfuerzos.
“Voy al baño antes de que tu madre vuelva con el coche...” riéndose suavemente se levantó encerrándose en el baño.
“Creo que papá ha bebido dos o tres copas de más...” mirando a Dick me apoyé en la encimera, viendo como se acercaba a mi. “...y creo que tu también.”
“Yo estoy perfectamente.” Riéndose de forma provocativa me agarró por la cintura poniéndome nervioso. “...me gustaría decirles a papá y mamá que estamos juntos.”
“Y a mi...pero tengo miedo de su reacción.” Acariciando su rostro agudicé mis sentidos para escuchar la puerta del baño, aún nos engancharía papá con las manos en la masa. “...”
“Yo creo que si se lo contamos debidamente no se lo tomarán a mal...de echo, no tenemos ningún lazo sanguíneo, somos hermanos de ‘palabra’ y nada más...” acariciando mi cabello cerré los ojos, me encantaba cuando Dick hacía eso. “...llevas el collar que te regalé...”
“Claro bobo...me encanta.”
“¿El collar o yo?” acercándose a mis labios sonreí.
“Ambos...” agarrando su rostro junté mis labios con los suyos, levemente, notando su respiración contra la mía.
Arriesgándome.
Ambos.
“¡Dick, Lay!”
Separándonos bruscamente al escuchar la voz severa de papá.
Mirando a mi padre con tristeza y a la vez con miedo.
Ahora tocaba dar explicaciones.
“Si...ve yendo hacia casa cariño...estoy algo mareado y cogeré un taxi, quiero hablar de un asunto con Dick y Lay y tu mañana madrugas...si...de acuerdo, hasta ahora cariño.”
Me quedé mirando a papá que tras vernos llamó a mamá para decirle que tardaría en volver.
“Esto...papá...”
“¡No digáis nada!” pasándose las manos por el rostro suspiró fuertemente. “...decidme que era una de vuestras muchas bromas pesadas...que esas copas de vino de más me han hecho ver algo que no es...”
“No papá...es verdad...” Dick apretó mi mano fuertemente, viéndome verdaderamente nervioso.
“Pero...pero...¿Estáis locos? ¿Os habéis dado cuenta de la locura que es todo esto?”
“Papá...quiero a Lay.”
“¡Cállate! ¡Lay es tu hermano por el amor de Dios Dick!” suspirando por segunda vez se sentó en el sofá rendido, mirándonos a ambos como si fuéramos unos completos extraños o unos locos.
“Papá...no tenemos ningún lazo se sangre...somos como dos personas que han crecido juntas...pero...yo...yo nunca he visto a Dick como a un hermano papá.” Haciendo de tripas corazón miré a los ojos a mi padre que atónito escuchaba.
“¿Qué e echo mal Lay?” esa pregunta hizo que me sintiera verdaderamente mal y tuviera que desviar su mirada. “...cuando...cuando me dijiste que eras homosexual...te acepté, ¿recuerdas? Aunque no acababa de entenderlo acepté tu condición porque dentro de todo soy un hombre de mente abierta y no quería perderte...pero...¿con tu hermano Lay? Eso esta mal...no es...normal.”
Eso último acabó por rematarme.
“Papá...lo siento de verdad...no quería que lo supieras de este modo...quería contártelo cuando estuviera preparado...pero...” aguantando las lágrimas solté la mano de Dick y me las llevé al rostro, intentando calmarme entre sollozos.
“Josh...” al escuchar como Dick le llamaba de ese modo le miré confundido. “...hace tiempo, me di cuenta de mis sentimientos por Lay, incluso años, pero quise esconderlos y convencerme a mi mismo que no podía ser...pero durante todo este tiempo que he convivido con Lay a solas y que he visto que le quiero y que no es un sentimiento de afecto como el que se tiene por un hermano he pasado verdaderos quebraderos de cabeza para prepararme para el día en que tu lo supieras, el padre de Lay...su padre. Sé que también eres el mío...pero debes entender que es diferente nuestra relación y por eso...te pido que en cierto modo lo entiendas.”
“Mira Dick...Lay es mi hijo...y tu, también. No me pidas que entienda esto...al menos, por ahora...no veo nada más que esto una locura...y algo, de lo que os arrepentiréis toda vuestra vida...” levantándose cogió la chaqueta. “...no le diré nada a mamá, creo, que ya que es tu madre Dick...deberías contárselo tu...porque yo no me veo con fuerzas de darle un disgusto de tal calibre...”
“Papá...lo siento...lo siento...” llorando me levanté intentando alcanzar a mi padre, que me esquivó fríamente, sorprendiéndome, teniendo la sensación de que algo muy dentro de mi acababa de romperse. “...papá...”
“De momento Lay...no quiero verte, ni a ti, ni a Dick...necesito tiempo para asimilar toda esta locura...y pensar si verdaderamente hace falta, seguir viéndoos.”
Y la puerta se cerró.
Y yo no pude hacer nada más que llorar, que maldecir en el maldito momento que tuvo que suceder todo.
Sintiéndome por primera vez, incapaz de defender lo que sentía por Dick.
“Lay...”
“Déjame...creo que ahora diría cosas de las que me arrepentiría...” zafándome de sus brazos que intentaron rodearme vi su mirada desamparada. “...y no quiero perderte a ti tampoco...”
Por una vez, quise no haberme enamorado de Dick.
Me sentía vacío.
Si, esa era la palabra.
Y un cobarde.
Huí de Dick, de sus palabras, de sus ruegos y me fui, cerrando la puerta y escapando, yendo a parar al último sitio donde acudí cuando tuve una discusión con él, a casa de Kira que sin entender muy bien el por que de todo me había dejado pasar unas noches sin preguntarme nada.
Me costaba dormir y llevaba las noches levantándome con pesadillas.
Viendo a papá mirándome con desprecio y diciéndome las palabras enfermizas de Lisa, encontrándome con todo de miradas acechándome.
“¿Lay? ¿Quieres algo de café?” tendiéndome una taza humeante asentía agarrándola con mis manos, hundido en mis pensamientos. “...sé, que no tengo nada que hacer de tus asuntos...pero...¿qué ha ocurrido? Dick no ha llamado y creo que sabe muy bien que habrás venido aquí.”
“Porque le e echo daño...es por eso que no llama...esta demasiado...dolido.” mi voz se escapaba de mis labios en un hilo casi inaudible. “...y todo...por mi maldito egoísmo...por ser un imbécil cobarde...”
“Lay...si no me cuentas...no puedo ayudarte...¿lo entiendes, no?” retirándome el cabello de la frente me sonrió, intentando reconfortarme. “...¿te peleaste con él?”
“Papá...papá se enteró de lo nuestro...nos vio besándonos en la cocina hace unos días cuando vino a cenar...mamá por suerte había ido a buscar el coche y no lo vió...pero papá...él no entendió el porque estábamos juntos...dijo que era una locura y que nos arrepentiríamos toda nuestra vida...que no...que no podía aceptarlo...y que no quería verme...”
“Lay...ahora debe pasar un proceso...debe asimilarlo todo...para él, aunque sepa que no tenéis ningún lazo sanguíneo y que vuestra relación dentro de todo es posible...le cuesta ver que su hijo y un niño a quién ha querido como si fuera suyo están juntos...”
“¡Pero no lo entiendes! ¡Me miraba como si fuera un bicho raro! ¡Como un padre jamás miraría a un hijo! ¡Y quise acallar mis palabras, pero cuando Dick quiso hablar conmigo le grité! ¡Le dije que...! Le dije que ojalá no me hubiera enamorado de él...que todo era una locura y que por que me había enamorado de él y no de otro...que todo hubiera sido más fácil...si...si me hubiera quedado con Gerard...”
Viendo la mirada atónita de Kira intenté parar mis lágrimas que desde hacía tiempo estaban brotando de mis ojos, sintiendo mi pecho presionado y como la respiración me faltaba.
“Dios mío...” pasándose la mano por el rostro me rodeó con sus brazos, intentando calmarme.
“¿Qué...que he hecho Kira? He perdido a Dick...le he dañado con mis palabras...vi su mirada destrozada y como me observaba como si todo lo que yo estaba soltando fuera mentira...intentando abrazarme entre ruegos y yo deshaciéndome de él para huir...”
“Tranquilo Lay...todo se arreglará...”
“Fui un niño caprichoso que hasta que no consiguió tenerle no paró...sintiéndome feliz por ser correspondido y por haber conseguido que me quisiera como yo le quería... dejando su vida perfecta patas arriba...y ahora...en el peor momento...le he abandonado...le he tirado sus sentimientos por la cara y le e reprochado todo...me siento una completa basura...”
“Es bueno...que te hayas dado cuenta de todo...” al notar la voz temblorosa de Kira le observé, viendo que él también lloraba. “...es bueno ver los errores...aún estás a tiempo de arreglar las cosas Lay...pero no dejes perder algo por lo que estás luchando todo...o lo perderás todo.”
“Kira...” abrazándome a él lloré tan fuerte como pude, intentando quitarme ese sentimiento tan doloroso de dentro de mi.
Escuchando las palabras de consuelo de mi amigo y como sus brazos me estrechaban con fuerza.
“Ahora Lay...debes serenarte...y sobretodo...ir a hablar con Dick, creo que él lo debe estar pasando igual de mal que tu...ya que de echo, también es su familia y tu ahora...eres su todo...”
Y él también lo era para mi.
Y le había despreciado y arrojado sus sentimientos.
Y tenía miedo de que ahora no quisiera perdonarme.