“¿Te vas ya?” mirándome con la taza de café en su mano asentí corriendo de un lado a otro, vistiéndome por el camino. “...siempre con prisas...”
“¿Y quién es al que le apeteció un memorable sexo matutino?” suspirando y con mi cabello totalmente mojado por la ducha agarré mis cosas.
“No lo sé...el que tienes escondido en el armario...” riéndose suavemente me miró y yo le saqué la lengua de modo totalmente infantil. “...¿a que hora volverás?”
“A las siete de la tarde querida esposa mía...espérame con la cena hecha.” Bromeando vi que él se cruzaba de brazos y se levantaba, dispuesto a agarrarme en cualquier momento, haciendo que me pusiera a la defensiva para poder escapar. “...oh, vamos, era una pequeña broma...”
“¿Una pequeña broma?” sonriendo torcidamente avanzó hacia mi, y aunque intenté esquivarlo fui demasiado lento para él que me agarró de la cintura, levantándome del suelo, haciéndome reír. “¡Ahora verás!”
“¡Dick que llegaré tarde!” dejándome tocar de pies al suelo abrió la puerta. “¿Me estas echando?”
“Lay no me provoques...” advirtiéndome me hizo sonreír con picardía. Le agarré de la camiseta y le di un beso corto.
“Ya te provocaré por la noche...” sonriendo entre sus labios me separé rápidamente antes de que pudiera volver a alcanzarme, bajando las escaleras corriendo. “¡Nos vemos esta noche!” gritando para que me escuchara y subiéndome a mi moto me dirigí hasta mi trabajo.
Llegué más o menos temprano, llevaba diez minutos de retardo.
“¡Aquí esta el señor tardón!” una voz severa hizo que me girara sonriendo angelicalmente. “...oh, no cariño...esta vez no te escapas.”
Era mi jefa, una mujer alta de unos treinta años, el pelo castaño lo llevaba recogido con una coleta alta y los ojos oscuros la hacían ver verdaderamente atractiva. Era muy buena persona, pero en el trabajo era muy estricta. Y verdaderamente temible.
“Te lo puedo explicar Rosalie...en serio...” haciendo un puchero vi que ella se cruzaba de brazos, esperando una respuesta. “...fue culpa de mi novio...esta con un resfriado muy fuerte...y hemos llegado del médico hace prácticamente poco...” mintiéndole vi que ella suspiró.
“Ok...ven conmigo, tengo que presentarte a tu nuevo compañero.”
“¿Compañero? Sabes que me gusta trabajar solo Rosalie...” suspirando fuertemente y sabiendo que ella no me daría ese gusto me puse las manos en los bolsillos de mis vaqueros ajustados y entramos en su despacho, encontrándome una mirada avellana que me analizó nada más cruzar la puerta.
En el sofá había un chico de piel ligeramente tostada por el sol, cabellos castaños oscuros cortos y sonrisa torcida. Debía ser mucho más alto que yo, solo sentado ya se le veían las piernas largas y estilizadas con ese pantalón de arreglar al más puro estilo ejecutivo.
“¿Es este?” él habló, tenía una voz bonita pero no sé porque tenía un mal presentimiento, me miraba como si fuera su mascota. Se levantó y tuve que alzar la mirada de lo alto que era.
“Exacto...este es Lay Adams...te enseñará como funciona la oficina y de momento le ayudarás en todo lo que puedas...” volteándose hacia mi Rosalie me sonrió cordialmente. “...se llama Luca...”
“Encantado...” tendiéndole la mano amistosamente me correspondió el gesto, haciendo que diera una pequeña mueca de dolor, me apretó demasiado mi mano. “¡Auch!”
“Oh, perdona...quizá hice demasiada fuerza...” con ironía sonrió y no pude hacer nada más que sonreír con falsedad, delante de Rosalie no iba a hacerle ningún feo, después a solas si continuaba con esa actitud de superioridad si que le diría unas cuantas cosas.
“No pasa nada...” desviando la mirada suspiré. “...bien acompáñame...de momento necesito tener acabados unos informes por lo que no me irá mal tu ayuda.”
“Ok...”
Sorprendentemente Luca resultó ser de lo más eficiente, no tan solo era capaz de hacer la faena con una rapidez increíble sino que en tan solo unas horas fue capaz de coger el ritmo y de entender y llevar a la práctica muchas de las tareas que durante la mañana le fui encomendando.
“Dios...necesito un descanso...” saliendo fuera a la calle me encendí un cigarro con tranquilidad, la hora de descanso para comer era corta y debía aprovechar el poco tiempo que tenía.
“¿Tienes fuego?”
La voz de Luca hizo que me volteara, encontrándome con su mirada.
“Si...toma...” tendiéndole el mechero le di una calada a mi cigarro, viendo el rostro varonil de mi nuevo compañero de trabajo. “...Y bien...¿dónde trabajabas antes?”
“Como contable en el banco nacional...” con tranquilidad me soltó eso, haciendo que abriera la boca como un estúpido. “¿He dicho algo raro?” enarcando una ceja se rió por lo bajo.
“Pues que encuentro que eres un poco idiota...” devolviéndole la risa burlona vi como me miraba retadoramente. “...a comparación de lo que debías cobrar allí venir a trabajar en una empresa de ganancias medianas es una tontería.”
“Quizá cobraba mucho mejor que aquí...pero quizá el ambiente no me gustaba.”
“¿Mal ambiente? ¿Ocurrió algo grave?” curioso miré de soslayo a Luca.
“No te importa...son cosas personales...a parte...¿qué ocurre? ¿al pequeño y lindo gatito se le despertó la curiosidad?”
Cruzándome de brazos miré retadoramente a Luca.
¿Pequeño y lindo gatito?
“Si no quieres acabar con una nueva nariz no me vuelvas a llamar pequeño y lindo gatito...¿entendiste?”
“Oh...parece que tienes mal humor gatito...” riéndose burlonamente consiguió que me enojara, intentando darle un buen golpe que esquivó con facilidad. “...no puedes conmigo.”
“¡Cállate!”
“¿Acaso quieres que te echen? No estoy dispuesto a mantenerte ¿eh?”
Me volteé al escuchar esa voz, sonriendo como un completo idiota.
Dick estaba allí, apoyado en su coche y con unas gafas de sol puestas. Endemoniadamente atractivo.
“¡Dick!” tiré el cigarro al suelo y salí corriendo hacia Dick, colgándome de su cuello. “¿Qué haces aquí? ¿No tenías una reunión?” acariciando el rostro con mis manos le retiré las gafas de sol, viendo sus ojos claros.
“Salí antes pequeño...y como sé que sales a esta hora a comer aquí al aire libre pasé por si te veía...” besando ligeramente mis labios rodeó mi cintura, haciendo que sonriera ampliamente.
“Pues yo quiero mi beso de bienvenida...” caprichoso alcancé sus labios sin dejar que abriera la boca para contradecirme, olvidándome que Luca estaba allí y disfrutando del beso.
“Mmm...Lay...Lay...¡Lay!” separándose como pudo de mi me miró severamente. “...¿acaso no ves que esta un compañero de trabajo mirando sin entender nada?”
“Oh...es verdad...Luca este es Dick, Dick...este es Luca mi nuevo compañero de trabajo.” Con desgana le presenté y Luca sonrió torcidamente, seguramente notó que aún debía estar enojado por lo que me había dicho.
“Encantado...pero debo irme dentro...la hora de descanso se acabará y aún no he comido nada...” sonriendo cordialmente hizo que me sorprendiera, nada que ver el Luca burlón que era conmigo con el que demostraba delante de la demás gente.
“Igualmente...” Dick sonrió y ambos nos quedamos mirando como mi nuevo compañero entraba en el departamento. “...no sé porque te noté algo enojado con tu nuevo compañero.” Suspirando ligeramente se sentó en un banco, yo me senté a su lado abriendo mi bocadillo.
“¡Pero con motivos!”
Viendo como Dick rodaba los ojos me enojé aún más y le pegué un bocado a mi bocadillo.
“¿Y que ha hecho que despierte tu furia?” con ironía se rió ligeramente.
“Eso...tu continua con tus palabritas que si hubieras sabido todo lo que me ha dicho antes de conocerle al presentártelo le hubieras plantado una mirada asesina con lo celoso que eres...” sintiéndome poderoso vi como la expresión de Dick cambió radicalmente, viendo como se apoyaba sobre sus rodillas y me miraba con determinación. “¿Ahora quieres saber que ha hecho despertar mi furia?” siendo yo el irónico desvié la mirada.
“Lay...¿hoy estas un poco rebelde, no?” sonriendo torcidamente se acercó a mis labios, besándome ligeramente. “...y bien...¿me dirás el porque debería haberle mirado asesinamente si hubiera sabido lo que te ha dicho?”
“Mmm...pues a parte de tratarme desde un buen principio como a un mono de feria...me llamó pequeño y lindo gatito...dos veces.” Acabándome mi bocadillo le di un trago a mi botella de agua.
“...”
“¿Dick?” acercándome a mi novio intenté ver su reacción.
“No solo le hubiera mirado asesinamente, le hubiera partido las piernas.” Agarrándome de la nuca me acercó a él, quedándose a escasos centímetros de mis labios. “...vigila, estos tipos que nada más el primer día te ponen motes graciosos acaban por echarse al cuello de uno...y tu eres demasiado lindo.”
“Que conste que intenté arrearle una buena...pero llegaste tu y no pude...” riéndome suavemente mordí su labio inferior. “...solo tu puedes llamarme pequeño y lindo gatito...”
“Y pervertido, adictivo, endemoniadamente sexy, lascivo...” acariciando con su pulgar mis labios abrió ligeramente mi boca con este, acercándose peligrosamente a mi boca. “...así que déjale claro quien es el que te deja exhausto por las noches...”
“Y no te olvides de ocasionalmente las mañanas...” presionando mi boca contra la suya le besé apasionadamente, sintiendo su brazo rodear mi espalda y como su lengua jugaba con la mía, haciéndome estremecer. “Ahmm...Dick...”
“Lo sé...” volviendo a besarme se levantó arrastrándome hasta donde estaba el coche, haciendo que me apoyara en él. “...tu...debes comer...y yo...marcharme...” riéndose entre el beso se separó ligeramente, esta vez siendo yo quién volvió a juntar mis labios con los suyos.
“Si...y...por la noche...continuaremos.” mordiendo sus labios me separé de él con dificultad.
“Mejor me voy o acabaré por secuestrarte.” Besándome la sien se subió al auto. “Nos vemos a las ocho tengo una reunión a las siete...”
“Ok...que vaya bien la tarde guapo...” sonriendo ampliamente me quedé viendo como el coche se alejaba, volteándome y volviendo al trabajo. Tenía suerte que en la hora de comer casi todo el mundo iba a la cafetería y nadie paseaba por fuera o hubieran visto mi numero con Dick.
Sonreí ampliamente y crucé los pasillos.
Ese Luca, lo iba a poner yo en su lugar si se tomaba demasiadas confianzas.
“¡Bien! La faena ya esta terminada...” sonriendo triunfantemente me levanté de la silla, tenía el trasero adolorido de quedarme tantas horas en la misma posición en esas malditas sillas. “...creo que hoy no debía ir a comprar nada...” llevándome la mano al cabello me lo alboroté un poco, bostezando ligeramente.
“Toma...el informe esta terminado.”
Me sobresalté al ver un gran número de hojas delante de mi.
“Gracias Luca, ya esta todo por hoy.” Seco agarré los papeles y los puse en un sobre, escribiendo los datos y archivándolo, mañana se lo entregaría a Rosalie para que le diera un último repaso.
“¿Aún enojado por lo de antes?” apoyándose en la pared se quedó mirando como recogía. “...que susceptible eres.”
“Y tu que confianza coges en nada más un día ¿no crees? Encuentro bien que quieras ser agradable o amigable...pero los motes y los comentarios te los ahorras.” Mordaz miré a Luca que sorprendido me observó.
“Parece que si que eres un gatito...pero desconfiado.”
“Deja de llamarme así o vamos a tener un problema.” Resoplando e intentando controlarme encaré a mi compañero, sintiéndome algo inferior ya que para mirarle debía alzar bastante la cabeza.
“¿O que? ¿Vendrá tu novio?”
“No...yo solo me basto...” enojado miré esos ojos oscuros, viendo que en el fondo se estaban burlando de alguna forma de mi.
“Ah...es verdad que así debe llamarte tu novio ¿no?” provocándome a propósito se cruzó de brazos con una sonrisa burlona en los labios.
“Ese es uno de ellos...pero te aseguro que me llama de muchas otras maneras en la cama...” sonriendo torcidamente me acerqué a él. “...pero como tu me dijiste este mediodía...a ti no te importa, son cosas personales. Así que controla tu forma de hablar o acabaras pagándolo caro novato.” Esquivándole me iba a ir cuando su mano me retuvo, agarrándome fuertemente del brazo.
“Controla esa lengua o te la arrancaré de un mordisco.”
“Hasta mañana Luca...haré como si no hubiera escuchado esto último...” soltándome del agarre me fui por los largos pasillos a paso rápido, intentando no pensar en ese último comentario de mi compañero de trabajo.
Quizá había reaccionado demasiado infantilmente ante sus comentarios, pero yo soy de esas personas que contra más las retan más ceden ante los retos. Y yo solía pecar por mis comentarios y por ser demasiado directo.
Subí en mi moto y poniéndome el casco aceleré.
No debía pensar en tonterías.
Tras hacer la cena me senté en el sofá esperando a que volviera Dick, eran pasadas las nueve y aún no había aparecido. Tenía ganas de contarle todo lo sucedido para que me aconsejara pero si lo hacía me arriesgaba a que se pusiera celoso y acabara por enojarse conmigo o incluso a querer pararle los pies él mismo a Luca. Me tumbé en el sofá nervioso y miré el teléfono móvil.
“Llamaré a Kira...” marcando su numero esperé a que contestara.
“¡Lay que alegría que me llames! No me has llamado en semanas...”
“Lo siento Kira...entre una cosa y la otra me ha sido imposible...aunque tu tampoco lo has hecho ¿eh? ¿Qué ocurre? ¿Jason te mantiene ocupado?”
“No estoy con Jason...”
Sintiendo que había metido la pata completamente nos quedamos los dos en silencio.
“¿Qué ocurrió Kira?” levantándome del sofá fui hacia la cocina agarrando con mi mano libre la botella de agua fría y le di un trago.
“No podía más...¿sabes lo que es estar enamorado y que la otra persona solo te quiera para el sexo? Es demasiado doloroso...”
“Pero Kira...a Jason se le notaba que era algo más que sexo.”
“Pero yo no puedo estar esperando a que Jason se decida en ver si ha llegado a enamorarse de mi o no...¿me entiendes Lay? No puedo esperar eternamente a que me corresponda...yo quiero poder tener sexo con alguien y que después le pueda decir que le quiero sin tener que ver como me evita la mirada...o llamarle para salir de comprar...sin la excusa de ir a un maldito hotel a follar...”
“Lo siento...no debería haber sacado el tema...”
“No pasa nada...si quieres mañana quedamos y así nos ponemos al día...que creo que debo contarte más cosas pero prefiero hacerlo en persona...”
“Por mi bien...yo salgo de trabajar mañana a las seis de la tarde...si quieres te paso a buscar y vamos a tomar alguna cosa al bar de debajo de tu casa...¿vale?”
“Por mi perfecto lindura...¿y dime que ocurre? ¿querías alguna cosa en especial?”
“Un consejo urgente...eso si, si cuelgo de golpe sin ningún tipo de motivo es porque Dick ha llegado...prefiero que no se entere de lo que te tengo que contar o le cogerá otro ataque de celos...” mirando la entrada comprobé que no hubiera llegado.
“Ok...esto se pone interesante...”
Escuchando como se reía nerviosamente me reí yo también.
“Verás...tengo un nuevo compañero de trabajo, Luca, al principio me pareció un tipo seco pero eficiente, en una mañana tuvo completa un montón de tarea y me sorprendió...pero luego en la hora de la comida me estaba fumando un cigarro y hablando así de cosas de su antiguo trabajo va y me suelta que soy un pequeño y lindo gatito, pero ha llegado Dick a verme y no he podido darle un buen bofetón...”
“Uy...cuidado que a este parece que le pones algo caliente...”
Se rió fuertemente y yo me sonrojé.
“Pues aún no he acabado...después a la tarde estaba aún enojado por lo sucedido y va y me dice que si soy un pequeño gato desconfiado y no sé que más palabrerías... total que le he acabado diciendo que no tenía ningún derecho a decirme todo eso y que si volvía a hacerle tendríamos problemas...”
“Y él seguro que te ha contestado ¿no?”
“¡Exacto, siempre quiere tener la última palabra!” encendiéndome un cigarro le di una calada, dejando que el humo entrara por mis pulmones. “...y entonces creo que me he pasado...”
“¿Pasado? ¿Por? ¿Has dicho alguna tontería amigo?”
Escuché como Kira suspiró y se reía ligeramente.
“Le dije que gatito y esas cosas solo me lo decía mi novio...y sobretodo...”
“¿Y sobretodo...?”
“En la cama...” cerré los ojos fuertemente.
“¡Lay, eso es una provocación en toda regla! ¡Seguro que eso le supondrá un reto para él si le gustas!”
“Frena, frena...¿todo lo ocurrido no quiere decir que le guste no? A lo mejor se la pasa bien molestando a alguien inferior a él...o le gusta meterse con sus nuevos compañeros...¡yo que sé!”
“Oh, venga cariño...una persona que te dice eso nada más el primer día es que intenta ligar contigo...le habrás gustado físicamente y le pondrá caliente esa resistencia tuya...”
“Pues solo me faltaba eso...tener que estar con los sentidos alerta por un compañero de trabajo que hace el doble que yo tanto en altura como anchura...a Gerard aún lo podía mantener a raya...pero a este armario...me va a costar.” Rodando los ojos escuché como Kira se reía fuertemente y me reí yo también. “...ya te lo presentaré así te quitas de la cabeza al idiota de Jason.”
“Me iría bien la verdad...bueno guapo...me voy que tengo que prepararme la cena e irme a dormir...mañana madrugo...”
“Ok...gracias por escucharme...mañana nos vemos y acabamos de hablar del tema.”
“Seguro, hasta mañana Lay.”
Colgué.
Ya eran las diez de la noche y Dick aún no aparecía.
¿Se puede saber donde se había metido si me prometió llegar a las ocho?
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