Sonó el timbre y miré a Dick que hablaba animadamente con papá y mamá. Habíamos decidido hacer una comida familiar y como en nuestro piso no había mucho espacio decidimos pedirle permiso a Catherine, la madre de Dick y a mi padre. Ambos claro, accedieron a ello, la relación había mejorado e incluso si nos dábamos muestras de cariño no les molestaba, aunque les costó acostumbrarse. Volvió a sonar el timbre y reincorporé, ya que estaba agachado buscando alguna buena botella de vino.
"¿Puedes ir tu Lay?" Dick ayudando a su madre a cocinar me guiñó un ojo y yo sonreí tontamente, sabía muy bien como convencerme.
"¡Y tu papá en vez de estar sentado podrías ir a abrir la puerta!" mirando a mi padre que leía el diario vi como levantaba la vista por e cima del papel y rodaba los ojos. Suspiré y fui hacia la puerta encontrándome con la sonrisa socarrona de Vincent, el padre biológico de Dick, a parte de a quien más temía en el mundo por sus contínuos comentarios y bromas. "...oh, hola Vincent, pensaba que vendrías con Rachel."
"Tenía que cuidar de la niña...una lástima." sonriendo ligeramente y tras darme un ligero abrazo entró, saludando primero a mi padre y después a Catherine, su ex esposa. Era increíble lo bien que se llevaban, no digo que por estar divorciados deban odiarse, pero si que hay muchas parejas que al divorciarse dejan de mantener el contacto o la afinidad entre ellos.
Y era una cosa que me gustaba mucho de ellos dos, ya que a parte de llevarse bien por su hijo en común, Dick, realmente se apreciaban entre ellos. Aunque también debo decir que suerte de que mi padre no le molestan estas chiquilladas.
"Hola papá..." Dick sonrió a su padre y le enseñó las manos, estaba pringado de harina y demás. "...me pensaba que no vendrías, siempre vas tan ocupado con tus negocios." con ironía le miró y vi como Vincent gruñía alguna que otra cosa.
Me reí.
Vincent podía parecer el diablo, o al menos a mi me lo parecía ya que siempre le veía doble cara a sus comentarios y palabras, pero debía reconocer que sólo Dick era capaz de hacerle ver como un padre, haciéndole enojar o refunfuñar. Al acabar de preparar la comida nos sentamos en la mesa y estuvimos hablando animadamente, Vincent seguía con sus negocios y ganando bastante dinero, mientras que mi padre se estaba pensando en jubilarse ya.
"¿Tan pronto papá?" miré a mi padre que asintió, lo veía joven para jubilarse. "...después verás en que poco se te queda la pensión..."
"He trabajado muchísimo hijo, tu madre también y quiero hacer algún que otro viaje con ella y disfrutar de lo que nos queda por delante...ya que no tendré nietos..." levantando una ceja nos observó a mi y a Dick que tragamos en seco.
"Oh, querido...pero si que pueden tener niños...aunque adoptarlos." Catherine miró a papá que asintió.
"No corráis tanto que aún somos jóvenes...a parte pensad que en el registro salimos como 'hermanos'...no podríamos adoptar..." Dick dijo eso y yo le miré sorprendido, me pensaba que la idea de adoptar era de mis padres y no de él, me estaba asustando ya. "...tranquilo Lay, que es un caso supuesto...dentro de muchos años si seguimos juntos o si queremos, ahora de momento ya tengo bastante cuidando de un bebé."
"¿Qué bebé?" enarcando una ceja le miré y él me señaló. "¡Serás idiota!"
"Ahora seriamente chicos..." Vincent nos llamó la atención y todos callamos, ese hombre tenía ese extraño poder. "...en el registro no salís como hermanos...y más si sois de padres o madres diferentes...así que ya sabéis, nos podéis dar nietos."
"Mejor dentro de unos años...que no estamos ni casados." encendiéndome un cigarro me reí suavemente, Dick ya me había planteado el tema de casarnos, aunque decidimos que bastante más adelante. Ahora queríamos disfrutar del día a día y ver como nos iba juntos. Más tarde ya decidiríamos que hacer con nuestra relación.
Tras la comida y de haberlo recogido todo nos despedimos y nos fuimos hacia el piso, suerte que era fin de semana y no trabajábamos ninguno de los dos. Habíamos hecho alguna que otra remodelación pequeña en el piso pero inconscientemente a mi me gustaba mucho más la tranquilidad de los barrios que el movimiento de la ciudad, me sentía atrapado en esos bloques de piso altísimos y modernos, pero era también decisión de Dick y no podía exigirle mi modo de vida. Aunque ya le dejé caer algún que otro capricho juntamente con mi petición de querer un perro, su respuesta fue muy clara: ¿Aquí? ¿Estás loco cariño?"
"¿A qué le das vueltas señor caprichitos?" Dick se dejó caer en el sofá y se tapó con la manta, curbiéndome a mi también las piernas. Debía reconocer que si que era un señor caprichitos y que la mayoría los conseguía.
"Nada...que parece que te esté obligando a algo que no quieres, me siento como un novio mandón." haciéndole reír suavemente me rodeó con sus fuertes brazos, acurrucándome en su pecho. "...¿Sabes? Me quieren ascender..."
"¿Enserio? ¡Qué bien Lay!" besándome la sien me miró a los ojos. "...no te veo muy contento."
"El ascenso es para fuera de la ciudad..." separándome ligeramente vi que su rostro cambiaba. "...no lo aceptaré, no cobro mal y si acepto el ascenso me tendré de trasladar y no quiero estar lejos de ti...aún vendría alguna arpía de tu empresa para traerte sospechosamente algún papel y te seduciría."
"¿Acaso no tengo capacidad de resistencia?"
"Eso espero o te la corto..." acariciándole la entrepierna vi que se estremecía, no sé si por la carícia o por pensar en lo que le había dicho. "...no te preocupes...al no coger el ascenso te tendré vigilado."
"¿Y si lo cogieses dónde sería?"
"Si lo cogiese que no lo cogeré...sería casi llegando a Francia...necesitan un asesor allí y me lo pidieron." besé ligeramente sus labios y vi que se quedaba pensando. Aproveché para desabrocharle el pantalón y aún debajo de la manta subirme a horcajadas encima de él.
"Pero...¿Seguro que no quieres coger el ascenso?" me miró a los ojos y yo los rodé, era increíble que estuviese pensando en eso después de desabrocharle los pantalones y subirme encima de él como si fuese yo un jinete y el mi caballo favorito.
"¿Y si dejas de pensar en eso...?" moviéndome en círculos encima de su miembro cubierto por la ropa interior sonreí maliciosamente. "...te he desabrochado el pantalón, acariciando y ahora tengo mi precioso trasero rozándote tu gran y apetecible miembro y te quedas igual..."
"Lay..." sonriendo ligeramente me agarró de la cintura, presionando hacia abajo para que tuviese más contacto con mis nalgas. "...¿puedes esperar a que por lo menos pase la cortina? Esta claro allí fuera y cualquier vecino que asome al balcón nos verá...las ventanas de este piso ya sabes que son enormes."
"Da igual..." riéndome maliciosamente me reincorporé ligeramente, quitándome los pantalones y tirándolos hacia un lado. "...la manta cubre la parte más importante de este indecente acto..." lamiendo la comisura de sus labios acabé por morderlos. "...¿no te excita que nos puedan ver?"
"¿Alguna vez te he dicho que eres perverso y lascivo?" enarcando una ceja me agarró de la nuca, atrayéndome hacia él, besándome con fervor mientras notaba que cierta parte de su cuerpo estaba empezando a despertar, apretada en la ropa interior, me escapé de su lengua y sonreí de medio lado.
"...voy a humedecer cierta parte..." tapándome con la manta bajé hasta quedarme de rodillas en el suelo y él sentado aún en el sofá, intentando cubrirme para que ningún vecino nos viera, aunque me excitaba muchísimo el echo de que pudiese ocurrir. "...vaya...aquí estamos más excitados de lo normal..." mordiendo la tela de la ropa interior escuché como Dick gemía débilmente, debía ir rápido ya que debajo de es manta hacía un calor de mil demonios. Bajé ligeramente la tela de la ropa interior, mordiendo primero la punta para luego lamerla con delicadeza, pasando mi lengua por los lados y masturbándole ligeramente con mi mano.
"Lay...ahh..." su mano agarró mi cabeza por encima la manta, presionándola contra su miembro. "...metétela entera..."
Sonreí lascivamente y tardé un poco en obedecerlo, ya que me dispuse a torturarlo algo más lamiendo esa verga dura de arriba a abajo para luego metérmela por entero en la boca, primero succionando lentamente para ir acelerando el ritmo, escuchando como Dick gemí cada vez más fuerte y como su respiración se entrecortaba. Agarrando mi propio miembro y masturbándome torpemente por la excitación que me producía el estar dándole semejante placer.
Parando en el momento clave.
"No me la metas aún...quiero que me entretengas..." excitado y sofocado subí otra vez encima de él, besándole apasionadamente, introduciendo mi lengua e intentando devorar esa boca, quería que me lamiese, que me llevara a la locura. "...Dick...ahn..." tiré la cabeza hacia atrás al notar sus dedos en mi entrada. "...no es suficiente..."
"Cállate..." tumbándome bruscamente en el sofá gemí al notar como sus dedos me abandonaban. "...otro día lo hacemos en la cama...esta manta es un engorro." Excitado se metió debajo de ella abriéndome las piernas. "...no te la pienso chupar...o te correrás...mierda estas tan excitado..." acariciando mis muslos me hizo gemir.
"...pues quita la manta...me da igual que nos vean los vecinos..."
Y parece que me hizo caso ya que la echó a un lado, abriéndome más las piernas y acercándose a mi entrada, lamiéndola, haciéndome enloquecer, acompañaba la intromisión con caricias y yo me estaba volviendo loco.
"...¿Has tenido suficiente?" le miré sofocado y asentí, quería tenerle dentro. Agarrándome fuertemente por la cintura se sentó conmigo encima. "Que nos vean los vecinos ¿no?" como respuesta obtuvo mi trasero presionándose contra su miembro.
Entró lentamente en mi cuerpo, haciéndome gemir, esperé unos segundos regulando mi respiración pero no me dejó mucho más ya que empezó a embestir de forma brusca y contundente, apretándome contra su cuerpo de manera que mi miembro quedaba atrapado entre los dos y se provocaba un roce delicioso.
"¡Ahnn, siii, más!" estaba tocando ese lugar y no me quedaban fuerzas para moverme así que Dick me agarró fuertemente de las caderas y salió completamente de dentro de mi, haciendo que emitiera un gemido, para luego entrar de golpe, enloqueciéndome. "...me-me corro Dick...más haz eso más..." mordiéndole la oreja sentí como Dick se reía suavemente, complacido.
Entrando y saliendo sin piedad, casi abandonando mi interior del todo para volver a entrar con más fuerza, haciéndome llegar a un delicioso orgasmo mientras me derramaba entre los dos.
"...creo...que si seguimos con este ritmo hasta ancianos me matarás de un infarto..." riéndose suavemente salió de dentro de mi. "...¿te llevo a la ducha y así no manchamos el sofá?" con ironía me miró y yo rodé los ojos. "...es culpa de los dos cariño." besándome ligeramente me miró a los ojos, encontrándome con los suyos azules.
"...vale llévame a la ducha, pero prómeteme algo..."
"¿Mmm?" levantándome del sofá en brazos empezó a caminar hacia el baño.
"Que llegaremos a abuelos y juntos..." escondí la cabeza en el hueco entre el cuello y el pecho, sintiéndome protegido.
"No hace falta que te lo prometa...bobo."
Me desperté al día siguiente con un ligero olor a café, era domingo. Al día siguiente vuelta a la rutina del trabajo y decirle a los del trabajo que rechazaba el ascenso, me pasé la mano por el cabello y luego por la cara, intentando despejarme, estirándome como un gato en la cama vacía, Dick se habría levantado antes para hacer el desayuno. Con el tiempo vi que yo era mucho más dormilón que mi novio los fines de semana, él hasta siendo un día festivo se levantaba más bien pronto o sentía que no aprovechaba el día, en eso me recordaba a Catherine, nuestra madre, que siempre nos decía eso de pequeños, aunque yo evadía siempre levantarme pronto.
También me gustaría acordarme de mamá, aquella mujer que me dio la vida y que seguro que me quiso como el que más, cosa que me repetía siempre papá cuando hablábamos de ella o yo de pequeño me despertaba llorando porque quería que volviese a mi. Tengo pocos recuerdos de ella, no soy muy bueno recordando momentos, pero sé que siempre estará allí, esperándome.
Ladeé la cabeza y tras ponerme una camisa de Dick y unos calcetines fui hacia la cocina, viendo que estaba sentado en la mesa leyendo el diario tranquilamente, se había duchado y todo.
"Si que madrugas..." acercándome a él besé ligeramente sus labios. "...buenos días."
"Y tu si que te despiertas tarde..." riéndose suavemente le dio un sorbo a su taza de café. "...me ha dado tiempo a ducharme, bajar a por algo para desayunar y preparar el café."
"E ir a por el diario por lo que veo..." sentándome a su lado cogí una madalena de las que había comprado, dándole un mordisco. "...están buenísimas..."
"Pareces un crío cuando comes...te estas manchando..." quitándome alguna que otra miga de la cara me besó la sien. "...y no sueltes ningún comentario desentonado, pervertido."
"Pues ya me has estropeado la gracia." riéndome me puse el café en la taza, me hacia más leche con café que al revés, cosa que ponía nervioso a Dick ya que decía que eso era porque no me gustaba el café. "¿Qué estás mirando?" apoyando mi cabeza en su hombro vi que estaba con el portátil abierto.
"Oh...si no fueses tan cotilla te lo hubiese contado después de que te ducharas." pellizcándome la nariz hizo que le mirara con curiosidad. "...ayer cuando me dijiste lo del ascenso estuve pensando mucho."
"Dick.."
"Déjame hablar..." asentí y el se levantó cogiendo un cigarrillo, encendiéndoselo con tranquilidad, matándome con tanta intriga. "...es una oportunidad Lay, no sólo por el tema de que cobrarás mucho más, sino en cuanto experiencia...conocerías sitios nuevos, diferentes formas de trabajar e idiomas..."
"¿Ahora es cuando me dices que podemos mantener una relación a distancia? Porqué si es así ya te digo que te daré un buen puñetazo en el estómago." enarcando una ceja le miré y él se rió ligeramente.
"Claro que no idiota...te estoy diciendo de mudarnos a París."
"¿Qué?"
"Lo que escuchas idiota...a mi me iría bien también con el tema de la galería de arte, ya sabes, tanto Michael como otros contactos residen en Francia o bien se movilizan hacia allí por temas de galerías...puedo buscar nuevos talentos. El piso aquí lo mantendríamos...ya que esta pagado no vamos a arriesgarnos a que luego te manden de vuelta y no tengamos nada." acercándose a mi se sentó a mi lado, dándole una calada a su cigarrillo. "...podríamos mirarnos una casa a las afueras...para estar...tranquilos."
"¿Me quieres matar de un infarto antes de llegar a ser abuelitos y arrugados?" le miré emocionadísimo y él soltó una buena carcajada. "...¿estás seguro Dick? Ya sabes que si acepto luego no me echaré para atrás..."
"Te conozco Lay y no hay con nadie más con quién quiera hacer estas locuras..." apagando el cigarro acarició mi rostro. "...nunca pensé que conseguiría estar contigo, que aceptaría los sentimientos que he albergado por ti...que...dios mío...que tendría este sexo tan delicioso contigo...que te querría...que me sintiese ahogado al pensar que podría perderte..."
"Cállate y bésame Dick..." saltándome una lágrima le besé, sintiéndome el más feliz.
Un domingo cualquiera, los dos levantados y desayunando.
Con una proposición y una declaración que nunca olvidaría en mi vida.
Recordando lo que me costó estar al lado de mi hermanastro, de aquel amor prohibido y que tachaban de enfermizo.
Del amor que sentía por el hombre más especial en mi vida.
Dick.
"Bueno...¿me piensas decir que me quieres también?"
"Lo sabes de sobra...te quiero." besé otra vez sus labios, abrazándole. "Por cierto...a parte de la casa quiero un perro."
Los dos soltando una carcajada.
"Caprichoso."
Quería que todo se mantuviese así, para siempre.