Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pecado por Alinna

[Reviews - 103]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Dick deberá aceptar lo que siente, sumergiendo a Lay en una nube espesa de completa felicidad.
Sentía los pulmones completamente llenos.

No entraba nada de aire.

Mi corazón al principio palpitaba fuertemente, para luego ir disminuyendo poco a poco.

Y escuché algo.

¿Un ruido sordo quizás?

¿Unos gritos?

Si, si...creo que si que eran unos gritos. Unas manos palpándome y luego totalmente oscuro, sin sentir nada, sintiéndome por primera vez en mucho tiempo completamente en paz, sin ese dolor punzante en el pecho.

Sin ese amor desgarrador.

Era algo estúpido de pensar, pero la idea de permanecer de ese modo me parecía realmente atractiva, sin tener que pensar, sin tener que sufrir...simplemente el silencio eterno y una calma que me atemorizaba y que me gustaba a la vez.

No tendría que sufrir por mis sentimientos, por mis deseos, por todo lo que llegaba a sentir hacia mi propio hermanastro.

Dick, Dick, Dick...

Toda mi mente desde siempre había sido ocupada por él.

Por mucho que intenté sumergirme en el cuerpo de otros hombres, de otras manos que me acariciaban y me daban placer, solamente podía pensar como sería sentir las manos de Dick en mi cuerpo.

Nunca pude tener una relación estable con nadie por culpa de ese sentimiento. Siempre tuve que tener ‘amigos’ con los que no me importaba acostarme, ya fuera por confianza o porque me aprovechaba de que ellos sentían algo más.

Y en esos momentos de un estado parecido a la muerte todo me parecía más pequeño e insignificante. Pero duró, para mi suerte o desgracia, poco tiempo.

Escuchando unas voces que me estaban gritando otra vez, haciendo que mi pecho se moviera y unas ganas de toser irremediables me asaltaran, haciendo que abriera los ojos de golpe y me encogiera tosiendo, echando toda el agua que había en mis pulmones, respirando agitadamente.

Doliéndome la cabeza de mala manera.

“¡Lay, Lay!” unas manos amplias me palpaban el cuerpo y me arropaban con una sábana, miré a mis pies, estaba semi tumbado, esas manos me estaban ayudando a mantenerme sentado y todo el suelo de mármol blanco estaba lleno de agua. Sentía la vista nublada y como esas voces no llegaban muy bien a mi cabeza. “¡Dios mío Lay!”

Y luego esas manos me abrazaron fuertemente, quedándome yo contra ese pecho con los labios entreabiertos, sin aún mucho sentido de la realidad, sintiendo mi mente muy lejana y vacía. La voz cálida de esa persona gritando y maldiciendo, retumbando en mi cabeza de mala manera.

“¿Dick...?” Un susurro, casi imperceptible que salía de mis labios. Sintiendo los brazos entumecidos, intenté aferrarme a su espalda inútilmente, él me levantó del suelo totalmente empapado, sintiendo esas manos que temblaban en mi cuerpo y reposé mi cabeza en su hombro, acariciando lentamente con mis manos su espalda mojada y sintiéndome en una nube cuando me sentó en la cama, poniéndome unas almohadas en la espalda.

“Debo llevarte al médico...” lo observé en silencio, poco a poco iba recobrando el sentido y mi mente volvía a su lugar, haciendo que mis ojos entrecerrados se comenzaran a abrir con más claridad. “...maldita sea...” se agarró las manos que le temblaban.

“No...no hace falta que me lleves al médico Dick...” susurré eso lentamente, viendo como las gotas de agua caían de mi cabello hasta mis piernas.

“¿Puedes hablar?” con una mirada preocupada me arropó secándome con la sábana blanca.

“Si...pero me duele la cabeza.”

“¿Cuántas veces te dije que no te durmieras en el baño Lay? Podrías haber muerto...” agachó el rostro y yo le cogí con mis dedos la mandíbula.

“Quizá hubiera sido mejor para ti...¿no?” tranquilamente, como si las palabras fluyeran solas de mi garganta le miré con sinceridad, haciendo que entrecerrara los ojos.

“No digas gilipolleces...sabes muy bien que eso no es verdad...”

“Lo único que me molesta de ti...es este maldito silencio que hay siempre en ti Dick...” acaricié con mis dedos los labios finos. “...por eso creo...que lo mejor es irme y no volver...o creo que un día de estos no aguantaré teniéndote cerca...”

“Dices tan fácilmente lo que a mi me cuesta tanto...” se agachó en frente de mi y comenzó a secar mis piernas con tranquilidad. “...se nota que no somos hermanos de sangre...”

“¿Y que es lo que te impide decirme lo que verdaderamente quieres? No soy tan idiota como para pensar que me besaste porque si...pero si pensar que es algo prohibido de cohíbe...no pienso hacer nada...tiene que salir de ti...como a mi me sale decirte todo lo que pienso y siento...”

Era una imagen curiosa...¿no?

Los dos hablando con esa calma.

Yo completamente desnudo, con una sábana en mi cuerpo, minutos antes a punto de morir.

Y Dick...secándome delicadamente el cuerpo, aún sin mirarme a los ojos.

“Entiéndeme Lay...es demasiado difícil para mi.”

“¿Por?”

“Por todo.”

“Te quiero Dick...” cerré los ojos suspirando fuertemente, sintiéndome totalmente agotado.

“Lay...”

“Pero estoy cansado de luchar por algo que no existe...así que tan solo déjame ir.” Me separé ligeramente de sus manos y quitándome la sábana, viendo su mirada ligeramente avergonzada y sus mejillas rojizas me tumbé en la cama, tapándome con las sábanas calientes. “...estoy verdaderamente cansado...”

Y me dormí profundamente.

No sin antes sentir, como cada noche, esa sensación ardiente en mis labios.

Dándome cuenta de todo.
















Me desperté con los primeros rayos de luz del Sol que se colaban a través de la persiana de la ventana de la habitación. Aún me dolía un poco la cabeza, quizá si que debería haberle echo caso a Dick y haber ido al médico. Me revolví los cabellos con tranquilidad, levantándome de la cama, poniéndome unos boxers negros del cajón de la ropa interior, me dirigí hacia el armario para empezar a empaquetar mis cosas.

“¿Uh? ¿No se abre?” enarqué una de mis cejas e intenté, otra vez inútilmente, abrir el armario que estaba cerrado. “...” y un pensamiento pasó por mi cabeza, ¿Había sido Dick?

“No quiero que te vayas.” Esa voz hizo que me volteara, mirando fijamente la figura de mi hermanastro. “...Lay...quiero que te quedes.”

“¿Aún sabiendo que me esta ocurriendo todo esto por quererte tanto? ¡No seas egoísta! A mi también me gustaría quedarme y hacer como si nada...¡pero no es posible! ¡No puedo quedarme aquí sabiendo que me besaste!”

“Lay...” se acercó a mi y me agarró del mentón. “...no sé si podré ser tan abierto como tu cuando dices las cosas...pero lo único que puedo decirte por ahora es que quiero que te quedes...porque siento algo...”

Sorprendido me quedé observando sus ojos azules.

¿Eso quería decir que me quería?

Estaba completamente sonrojado, con la mirada baja y las manos le temblaban ligeramente. ¿Quién diría que era él el hermano mayor?

Quería saber si de verdad me amaba.

Ahora tan solo podía intentar que me lo dijera.

“¿Algo?” miré a los ojos a Dick, haciendo que tragara en seco. Quería ver si al final soltaba lo que verdaderamente pensaba. “¿Amor como hermano o como algo más?”

“...yo creo que si te besé quedó bastante claro, te estoy diciendo que me cuesta aceptarlo como tu lo has hecho...que si me das un poco de tiempo quizá todo saldrá mejor, pero si te vas no...” antes de que acabara de hablar le besé, era la prueba de fuego.

Si no me apartaba con una cara de total pánico por lo que estaba pasando quería decir que en algún lado de sus sentimientos quería hacerlo.

Aunque reaccionó bastante bien, sus brazos me rodearon la cintura y sentí como contestaba ligeramente al beso, haciendo que me estremeciera notablemente, todo eso que me estaba ocurriendo me venía de nuevo.

“Solamente bésame idiota...” me separé de sus labios levemente mirando sus ojos azules, viendo en ellos emoción y felicidad, aunque también se podía ver preocupación y miedo. Yo haría que se sintiera más seguro, yo procuraría que él viera que había futuro en lo nuestro.

Yo...le amaría.

















Varios días después.



Después de reconciliarnos medianamente, Dick empezó a hacer la comida con tranquilidad, le veía mucho más calmado y algo que se me estaba haciendo antojable era esa sonrisa que se le escapaba a ratos. Me levanté del sofá y cogí del armario una pastilla para el dolor de cabeza, haber estado a punto de morir ahogado me estaba pasando factura, aunque habían pasado unos días me seguía doliendo.

“¿Te duele la cabeza?” Dick se volteó hacia mi y dejando que la carne se fuera haciendo en la plancha me tocó con las manos la frente, haciéndome sonreír. “¿Por qué te ríes?” con una ceja enarcada me miró divertido.

“Porque hace tan solo unos días no podías aceptar lo que estaba pasando entre nosotros, y estar a punto de morir creo que ha valido la pena si así has decidido que quieres estar conmigo...” sonreí ampliamente, haciendo que suspirara y me diera un golpecito en la frente.

“No digas que ha valido la pena porque casi me muero yo cuando te vi medio ahogado en el agua del baño...mira que siempre te dije...”

“Que no me durmiera en la bañera que era peligroso...” acabé lo que iba a decir y él se cruzó de brazos, mirándome severamente, me reí por debajo de la nariz y le abracé por la cintura. “...va no te enojes, aunque no te lo creas, lo recordé...pero en ese momento me dio igual...estaba demasiado dolido.” Agaché la mirada y su mano me elevó el rostro por el mentón.

“Así me estas haciendo sentir culpable...”

“Y deberías sentirte culpable...” le saqué la lengua de modo infantil. “...me besaste y te vas por días...en vez de aceptar que algo había entre nosotros...”

“¿Pero tu lo notaste?”

“Cada noche me besabas pensándote que estaba dormido ¿no?” al decirle eso se sonrojó hasta las orejas. “Acerté.”

“¿Te hacías el dormido?” enojado me miró.

“Claro...y luego están esas miradas que me echabas...al principio no quería darle importancia...pero cuando me besaste todo me cuadró...y entonces me enojó que no quisieras aceptar que te gustaba...”

“Es duro Lay...soy tu hermano.”

“Hermanastro...debes pensar...que entre nosotros no hay lazos de sangre, por lo que la carga es mas llevadera...o eso me gusta pensar a mi.” Rocé mi nariz contra la suya cariñosamente.

“¿Desde cuando te gusto?”

“Desde hace mucho Dick...y no solo gustarme, ya sabes que te quiero.” Le abracé fuertemente y besé su mejilla. “...pero no me reproches cosas cuando te enteres de ellas.”

“¿Qué cosas?” se dio la vuelta para darle la vuelta a la carne. “...no sé porque pero creo que no me van a gustar.”

“Pues...que aunque te quería mucho, mucho...y aún te quiero...tuve a otros...hombres.”

“¿Cómo?” entre enojado y confundido me miró.

“Oh, vamos Dick...seguro que tu también has tenido a otros o otras debajo de ti...por mucha envidia que me den.” Enfurruñado le miré haciendo que se sonrojara, no sé si por el primer o segundo comentario.

“¿Aún estas con alguien?” mordaz me observó.

“¿Y tu?” le contesté.

“Yo no...”

No sé porque pero creo que había pasado algo hace poco, y seguro que con ese tal Michael Williams. Y debería comprobarlo.

“Perfecto...” sonreí.

“No me has contestado a mi pregunta.” Me miró fijamente y yo tragué en seco.

“Solo tengo amigos con los que me acuesto...nada más.” Me senté en el comedor viendo que la comida ya estaba servida, Dick se sentó en frente de mi algo sorprendido. “...no tengo 12 años Dick...tengo 20 y es normal...”

Creo que Dick seguía teniendo ese complejo de hermano mayor al querer protegerme.

“No quiero saber más de ello...” enojado miró hacia otro lado.

Acabamos de comer y yo aún notaba a Dick algo seco, suspiré fuertemente llamando su atención y apoyándome con los codos en la mesa le miré con una sonrisa pícara.

“...¿Estas celoso?” me levanté y Dick me miró intrigado, y sin ningún tipo de vergüenza me senté a horcajadas encima de mi querido hermanastro, sorprendiéndole. “...sabes muy bien que cada persona tiene sus...necesidades...”

“No te lo niego...” dejó sus manos en mi cintura.

“¿Entonces?” me acerqué a su rostro.

“Solamente estoy celoso por todos los que te han tocado.” Me besó profundamente y sorprendido me aferré a ese cuerpo caliente, sintiendo que mi corazón palpitaba emocionado, esa iniciativa de Dick me estaba gustando.

Nos separamos lentamente y Dick me acarició los cabellos.

“...¿Tienes trabajo hoy?”

“Como tengo el despacho en reformas...un cliente tiene que venir.”

“Oh...pues mejor me voy ¿vale?” me iba a levantar cuando sus manos me sujetaron.

“No tardes mucho...ya sabes que es temporada de lluvias.” Me besó la sien y yo sonriendo como un idiota, sintiéndome completamente feliz me separé de él y cogiendo mis cosas me dirigí hasta la puerta del piso. “...nos vemos luego guapo.”

“Se me hace raro esto de actuar como una pareja ¿sabes?”

“Todo saldrá bien...ya verás.” Le besé levemente. “...me voy, aprovecharé para ir a ver a algún amigo...hasta luego...”

“Adiós...”

Cerré la puerta y me fui a dar una vuelta.

















Aproveché la tarde plenamente. Fui a comprar algunas cosas y con lo feliz que estaba hasta la lluvia que estaba cayendo y me estaba calando los huesos me pareció poca. El móvil se me quedó sin batería por lo que no pude llamar a un taxi porque tampoco tenía dinero. Creo que tanta felicidad se me estaba subiendo a la cabeza. Me daban ganas de gritarle al mundo que estaba con Dick.

¡Mi sueño desde hacia tantos años estaba realizándose!

Y Dick cada vez estaba más cómodo conmigo.

Al principio le cortaba mucho darme besos con naturalidad.

Pero ahora cada vez estaba más apasionado.

Y yo deseoso de que cada vez lo estuviera más.

No me había llevado las llaves, y por la hora que deduje creo que el cliente ya se habría ido, así que con una sonrisa esperé un abrazo por parte de mi novio.

"¡Dios como te has puesto Lay!" me miró de arriba abajo exclamándose.

¿Y el beso?

Enfurruñado miré hacia la sala, viendo a un chico pelirrojo sentado en el sofá.

Michael Williams.

Me entristecí de golpe.

¿Ese era el cliente?

Un dolor punzante se puso en mi corazón.

"Me pilló a medio camino cuando volvía…" tristemente le miré, viendo la mirada preocupada de Dick por no poder darme explicaciones delante de Michael. "…y no tenía dinero para un taxi, así que fui caminando."

"¿Y por que no me llamaste? Si coges una pulmonía verás…" me ayudó a quitarme la camiseta y comencé a tiritar un poco, ¿por que no noté el frío en mi cuerpo hasta ese momento en que mi cabeza comenzó a pensar lo peor de ese encuentro?

Michael me tendió una toalla.

"Gracias…" le sonreí falsamente. No tenía ganas de hablar con él.

"Voy a buscarte ropa a la habitación, siéntate en el sofá…" Dick se fue hacia la habitación con la ropa empapada y me senté al lado del famoso pintor, quería saber si al final estaban liados o no, por mucho que me doliera.

"¿Eres su novio?" le pregunté eso de golpe, haciendo que Michael se quedara con la boca abierta. "Lo eres…¿verdad?" le miré con los ojos desafiantes, depende de lo que me dijera quizá reaccionaria algo violento.

"No, no…soy un cliente…además yo ya tengo novio, tan solo somos amigos."

Al decir eso me tranquilicé.

Y me sentí como un estúpido por desconfiar de las palabras de Dick.

"Me llamo Lay…soy el hermanastro de Dick." Me presenté ya más amable.

"Encantado yo soy Michael…" me sonrió ampliamente, era un chico simpático. Esos cabellos color fuego le daban un aire exótico, era muy lindo.

"Toma…" Dick apareció por la puerta y me dio un jersey gordo de color crema con unos pantalones de pijama blancos. "…y no quiero protestas, me da igual que no te gusten los colores claros, tus camisetas no calientan mucho y viniendo empapado como has venido necesitas algo que te abrigue."

Le miré enfurruñado, no me gustaban los colores claros, me hacían ver más angelical, por lo que aún más como una chica, mi rostro era demasiado lindo para ser el de un chico, y muchas veces me habían confundido con una chica. Me quité la toalla mostrando mi cuerpo desnudo, yo no tenía manías, y Michael se sorprendió un poco.

Me puse la ropa con desgana y miré a Dick que estaba sentado en la rinconera de sofá, abrió sus piernas y me puse entre ellas, tocando con mi espalda su pecho, tapándome con una manta junto a Dick, haciéndome el dormido para poder escuchar de que hablaban.

Y si, se que esta mal, es feo escuchar conversaciones de otras personas.

Pero necesitaba saber que no había nada.

"Siento que hayas tenido que ver esto…" Dick suspiró y apoyó su cabeza en la mía, besándome los cabellos cariñosamente.

"No pasa nada…me dijo que era tu hermanastro y se presentó, es un chico agradable…" la voz de Michael era calmada y agradable.

"Pues aún se ha comportado….normalmente ni se presenta…es un chico muy desconfiado…des de pequeño que ha estado muy aferrado a mi y no confía mucho en la gente…"

"¿Vive contigo?" escuché como Michael bebía algo, creo que era café.

"Hace poco, hace unos meses… tiene tan solo veinte años…"

"¿Ah si?" creo que se sorprendió, yo parecía más joven. "…parece más pequeño…"

Acerté.

"Lo sé…Lay es el hijo del hombre que se casó con mi madre, no compartimos sangre ni con padre ni con madre. El hombre que se casó con mi madre tuvo un hijo con su anterior matrimonio y al morirse su esposa al cabo de un tiempo se casó con mi madre. Por lo que se convirtió en mi nuevo 'hermano' pequeño." Esuché su suave risa contra mi rostro y no pude evitar sonreír por dentro.

"Vaya… ¿y tu padre?"

"Se divorciaron porque no se entendía y la verdad yo no les reprocho nada, son libres de hacer lo que quieran y mi madre si es feliz así, casada con otro hombre mejor para ella, Josh, el padre de Lay y ahora mío es un hombre muy afable y simpático…"

"Está muy bien…" aprecié que Michael no dijera nada de mi pregunta algo...violenta, seguro que si se enteraba Dick se habría enojado por desconfiar así de sus sentimientos aún sabiendo lo que le costó aceptarlos y dar el paso de seguir con nuestra relación. "¿Tu cuantos años tienes Dick?"

"Pues veinticinco…"

"Solo os lleváis cinco años…"

Me empezaba a gustar Michael.

Parecía estar a favor de que estuviéramos juntos.

Algo en mi me decía que sospechaba que a mi me gustaba Dick.

"Mmm…si, él llegó a mi casa cuando tenía ocho años y yo tenía trece, era un chico algo tímido y al principio no entendía porque su padre se había vuelto a casar estando su madre muerta. Pero con los años lo entendió y yo fui como su confidente…"

"Te tiene mucho cariño…"

No sabía bien cuanto.

"Es lo que me preocupa…" Dick suspiró y besó mi sien, haciendo que me estremeciera.

Sintiéndome culpable por haber desconfiado de él aún sabiendo que le costaba cargar con el peso de estar con su hermanastro.

Y caí en los brazos de Morfeo.

Amaba tanto a Dick...que a veces los celos me cegaban.
Notas finales: Siento tardarme tanto!
Pero ando muy ocupada...;_;
así que iré actualizando cuando pueda...
En compensación e echo el capitulo
un poco más largo que de costumbre...

Nuevamente, no sé que ocurrió con la página
o si es mi computadora, que dos de mis reviews
(concretamente para: Kira y Bathory)
No aparecieron...
mis disculpas...;_; (eran bastante extensos los comentarios,
por lo que aún me da más rabia >.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).