Estaba frustrado.
Si esa era la palabra.
No, no...nada iba mal con Dick, todo al contrario, nos iba de maravilla, salíamos cuando queríamos, actuábamos como una pareja normal en casa, incluso ya no le daba tanto corte darme besos...el decía que no era que le diese corte, si no que es algo duro tener que aceptar que estás enamorado de tu propio hermano, que aunque fuéramos hermanastros sin ningún tipo de vínculo de sangre, él siempre me había visto como el adorable hermano pequeño.
Incluso me decía que me quería, me mimaba, siempre estaba por mi y con una sonrisa en los labios que me hacía sonreír a mi como un verdadero idiota. Dormíamos juntos, aunque trabajásemos los dos siempre encontrábamos un rato para compartir, y si, sé que suena cursi, pero todo eso me hacia realmente feliz.
Tenía una relación estable con quién siempre había deseado.
¿Entonces cual es mi frustración?
“Dick no me pone un dedo encima...”
“¿Crees que me importa mucho?” Jason se encendió un cigarro suspirando. “...soy amigo de tu novio...en todo caso debería estar escuchando sus penas...”
“Si pero yo amigos a quienes pueda explicarles esto no tengo...además...tu ya sabías que Dick me quería y no me dijiste nada en todos los días que viniste aquí a buscar ropa para él cuando la cosa entre nosotros estaba mal...” enfurruñado le cogí el cigarro y le di una calada sintiendo que el humo entraba agradablemente en mis pulmones.
“No quería perder la oportunidad de seducirte...” se acercó y puse una almohada del sofá de por medio.
“No te andes por las ramas...que quiero saber porque narices no hemos hecho ningún avance...” agaché la mirada poniendo morros.
“¿Pero no me digas que en un mes no habéis pasado de los besos?” con una ceja enarcada me miró y mi silencio fue la respuesta. “¡Eso si que es increíble!”
“¿Increíble? ¿Por? ¿Acaso Dick no es tímido?” intrigado le observé.
“¿Tímido? A ver...al principio cuando le conoces si...pero digamos que todas las que se han acostado con él...y también algunos chicos...han quedado muy satisfechos añadiendo un: es una fiera en la cama...” sonrió sarcásticamente y yo abrí los ojos desmesuradamente.
“¿¡Entonces porque conmigo no hace nada más que solo besarme?! ¡Ni que tuviera diez años!” aún más enfurruñado que antes me crucé de brazos.
“¿Tu lo has intentado?”
“Miles de veces.” Sin cortarme se lo dije.
“No te cortas para nada ¿eh?” apagando el cigarro en el cenicero me miró fijamente.
“No...es que lo he intentado todo...y siempre me pone una excusa...”
“Tendrá miedo...” Jason al decir esto hizo que le mirara sorprendido. “...es normal Lay en cierta parte...como tu me dijiste hace poco...a él le ha costado no tener la carga en la mente de que eres su hermanito...vale si, me dirás que no tenéis relación alguna con sangre...pero ha crecido protegiéndote como hermano...hasta hace literalmente poco, y te lo digo porque me contaba sus tormentos...no comenzó a verte en sus sueños debajo de él y tomándote hasta no poder más ¿entiendes?...” al decir eso me sonrojé un poco.
“No digas eso que me lo imagino...aahh...quiero que se me tire encima...le quiero muchísimo y respeto su decisión...pero mi cuerpo no esta acostumbrado a esto...” tiré la cabeza hacia atrás.
“¿Cómo que no estas acostumbrado?” con una sonrisa pícara en los labios Jason me miró.
“Pues eso...que yo siempre tenia ‘amigos’ a los cuales recurrir cuando tenía ganas de hacerlo...y ahora que tengo a Dick debo esperar...sonara infantil, pero para mi el sexo es fundamental...”
“Para muchas personas querido...” Jason chasqueó la lengua.
“...¿Y si el problema es que no me ve atractivo?” me senté cómodamente en el sofá quedándome delante de Jason que se puso a reír. “¿Por qué te ríes idiota?”
“Precisamente eso no es lo que ocurrirá...” su mano acarició mi rostro y mis alarmas se pusieron en marcha, Jason cuando quería era peligroso, nunca sabías por donde te saldría. “...al contrario...eres demasiado sexy...estos ojos azules y desconfiados...los cabellos rubios y ondulados, la piel blanca pidiendo ser mordida...y estos labios carnosos pidiendo que meta....” le acallé con mi mano, no quería terminar de escuchar lo que quería decirme.
“Mejor cállate...preferiría que me dijera eso Dick...” suspiré y eché la cabeza hacia atrás cerrando los ojos.
“Si yo fuera Dick ya te hubiera echo de todo...” al escuchar eso iba a contestarle pero cuando abrí los ojos Jason estaba en el suelo. “¡Serás animal!”
“¿Has escuchado lo que es un novio? Ni se te ocurra decirle otra vez esta burrada...” Dick había empujado a Jason al suelo, ahí estaba tan imponente como de costumbre, su camisa negra medio desabrochada, esos pantalones que le hacían tan buen trasero, el cabello negro ligeramente despeinado y esos ojos azules que no paraban de mirarme.
“No tendría que decirle eso si cierta persona le satisficiera como es debido...” se levantó del suelo cogiendo sus cosas.
“Jason cállate...o contaré tu pequeña aventura del otro día...”
“¿Tiene una aventura?” Me apoyé en el sofá mirando a los dos, Dick se puso a reír y Jason se frotó la sien. “...si le conozco le diré que intentas ligar conmigo...”
“Espero que no le conozcas...os llevaríais demasiado bien...” suspirando se puso la chaqueta. “...ya me pasaré otro día.” Me guiñó un ojo y a Dick le dio una palmada en la espalda.
“Me gustaría que si tienes que consultar algo...me lo dijeras a mi...” se agachó y me besó la frente, estaba a punto de apartarse de mi pero le cogí de la camisa. “¡Lay!” riéndose saltó por encima del respaldo del sofá tumbándose conmigo.
“Ese no es un beso de bienvenida...” sentándome a horcajadas encima de él, me incliné besándole, primero lentamente, sintiendo como su mano acariciaba mi espalda, haciendo que ese ligero toque hiciera que la piel se me erizaba.
“Entonces dame tu el de bienvenida...” sonriendo contra mis labios me miró fijamente, haciendo que mi corazón palpitara fuertemente.
Quería más.
Y sin tener que pedirlo Dick profundizó para mi sorpresa el beso, agarrando con su otra mano mi nuca y apretándome contra él, con la otra recorriendo mi espina, parándose expresamente en el borde del pantalón, jugando con mi lengua que no paraba de darle juego, yo tampoco pretendía perder en esa batalla...moví mis caderas contra las suyas haciendo fricción.
“Ahm...” suspiré entre el beso al sentir una de sus manos acariciar mi trasero hábilmente. ¿Acaso hoy pretendía dejarme mal después de haberle echo el discurso a Jason? “...Dick...”
“...” Se incorporó conmigo encima, continuando besándome, acariciando con urgencia mi estrecha espalda y cadera, mordiéndome el labio inferior eróticamente, haciendo que un gemido ahogado saliera de mis labios.
Aunque ese momento se tenía que estropear con mi maldito móvil que no paraba de sonar.
“Ya parará...” sin hacerle caso comencé a desabotonar del todo la camisa de Dick, acariciando su pecho bien formado...mientras escuchaba el maldito ruido zumbante de mi celular...¿por qué narices no lo había puesto en silencio?
“Ve...me esta matando esta cancioncilla de las narices...” besándome los labios con una sonrisa en el rostro me di por satisfecho.
“Lo siento...” me levanté de su regazo y me agaché para coger mi teléfono móvil. “¿Si?” volví hacia dónde estaba Dick, que continuaba sentado pero con una pose algo provocadora.
“Soy yo...Julius...”
Oh, encima el pesado de mi amigo con derecho a roce me llamaba en un momento como ese.
“Ven...” me hizo un gesto con su mano sensualmente, estaba tan sumamente sexy, ese torso desnudo y bien formado, las piernas abiertas y la mirada fija en mi, no pude reprimir querer tirarme encima de su cuello.
Me senté como antes, a horcajadas encima de su pelvis, mirándole fijamente mientras hablaba yo por teléfono.
“Ahora no puedo Julius...estoy con mi novio...” sonriendo besé ligeramente los labios de Dick, separándose de mis labios y mordiendo mi cuello, haciendo que me estremeciera. El cuello siempre había sido mi punto débil.
“¿Tienes novio? ¿O es uno de tus amigos?”
“Es mi novio imbécil...y ahora no me llames más...” iba a decirme algo pero colgué, no tenia ganas de escucharle.
“¿Uno de tus amigos?”
“Si...pero ya te dije que les dije que tenia novio...pero Julius insiste...”
“No debería insistir tanto...” agarrándome ligeramente de los cabellos de la nuca tiró mi cabeza hacia atrás, rozando mi cuello con su nariz, estremeciéndome. “...¿o debería hablar yo con él?”
“¿Cómo que hoy estas tan lanzado? Hace nada más un día que te comportabas como si yo fuera una sustancia tóxica o algo por el estilo...” le miré interrogativamente.
“Sinceramente hubiera continuado en la misma línea si no hubiera escuchado lo que hablabais Jason y tu...” acarició mi rostro con ternura y le miré sorprendido. “...me alegra que entiendas que para mi es un quebradizo de cabeza esto de tener que afrontar que a quién has visto siempre como un hermano...ahora sea tu pareja...pero creo que debo actuar con normalidad...o esto nos perjudicará...tanto a ti, por preocuparte, como a mi...por ser tan indeciso...”
“¿No lo harás por obligación?”
“Bobo...si fuera por obligación...” agarró mi mano y hizo que acariciara su entrepierna que reaccionaba agradablemente. “...esto...no habría reaccionado de tal manera...” se acercó a mis labios y me besó profundamente, acariciando con sus manos mi trasero descaradamente. “...quiero dejar de pensar que eres mi hermano...solamente pensar que ahora eres mi pareja...nada más.”
“Pues entonces los dos estamos de acuerdo.” Le besé con una sonrisa amplia en mis labios.
Todo iba bien.
Aunque creo que era el peor día de mi vida.
El timbre sonó.
“Ahm...deja que suene...” Dick me agarró tumbándome en el sofá y me puse a reír, era sorprendente lo caprichoso que llegaba a ser.
“¿Y si es algún cliente?” sin deshacerme de ese abrazo jugué con su cabello, mirándole.
“Pues que le jodan...” simple y llanamente me dijo eso levantándome la camiseta, acariciando mi pecho, viendo que el timbre no paraba de sonar con insistencia. “¿qué te juegas que es Jason?” mirándome algo enojado suspiró, yo no pude evitar reírme.
“¿Quién es?” desde lejos chillé aún abrazado al cuerpo de Dick que me besaba el pecho desconcentrándome.
“¡Somos nosotros!”
Esa voz...
¡Era la de papá!
Nos miramos atónitos y Dick pegó un bote atándose la camisa.
Yo...sinceramente, hice lo mismo, cogí la camiseta del suelo y me la puse corriendo.
“¿Voy a abrir, vale?” nervioso me miró y yo me puse a reír nervioso. “¿Qué te hace gracia?”
“Que cierta parte de tu anatomía esta...algo abultada.” Corrí hacia la puerta siendo perseguido por Dick que me agarró. “...sshht...calla o nos van a oír...” riéndome entre sus brazos comenzó a besarme mientras íbamos torpemente hacia la puerta.
“Esta parte de mi cuerpo me la vas a aliviar tu a la noche...así que cierra esta boca tan linda...” dándole un azote a mi trasero me sonrío torcidamente y yo me sonrojé bastante.
Me gustaba ese Dick apasionado.
Abrió la puerta y yo intenté calmarme.
“¡Hola hijo!” mamá abrazó a Dick y le besó la mejilla. “...estás ardiendo hijo...¿qué te ocurre?”
Al escuchar eso no pude evitar echar a reír, viendo la mirada fulminante azulada de mi novio, haciendo que enmudeciera.
“Nada mamá...nada...estaba jugando con Lay...” mirándome de reojo saludó a mi padre. “...pasad...¿quieres algo para beber papá?”
Sonreí, aunque papá no fuera biológicamente padre de Dick, él siempre lo trató como tal, al igual que yo hacia con mamá. Nos sentamos en sala, yo y Dick en el sofá que estaba justo delante de una mesilla baja de cristal, papá en sofá de dos plazas que había delante nuestro.
“¿Qué tal os va todo?” miré a mamá que sonrió.
“Bien Lay, bien...aunque queríamos ver si no estabas entorpeciendo el trabajo a tu hermano...últimamente no os veía muy bien...”
“Tu madre tiene razón...estabais algo raros.” Cruzándose de brazos suspiró y empecé a ponerme nervioso, la mano de Dick se puso encima de mi rodilla tranquilizándome.
“Ya esta todo arreglado...algunas pequeñas diferencias...pero Lay no me entorpece para nada el trabajo...al contrario, me gusta tenerle aquí...vivir solo es algo aburrido.” Sonriendo cordialmente hizo nuestros padres se tranquilizaran.
“Me teníais preocupado...” papá sonrió ya más tranquilo dándole un sorbo al café caliente que sostenía con cuidado entre sus manos.
“Estamos bien papá...” apoyé mi mano sobre la de Dick.
Por fin, estábamos perfectamente entre nosotros.
Tardaron tiempo en irse, estuvimos hablando de todo un poco, del trabajo de Dick, del mío, de cómo les estaba yendo a ellos... me había molestado en un principio que nos visitaran precisamente en ‘ese’ momento, pero agradecí haber podido estar un rato tanto con mamá como con papá. Me estiré como un gato y miré a Dick que empezó a cocinar para empezar a comer. Teníamos toda la tarde y noche libre, y eso hacia que cierta emoción y excitación me recorriera el cuerpo.
“¿Desde cuando me quieres?” le pregunté eso sorprendiéndole, haciendo que me mirara. “...va...ahora me lo puedes decir...”
“No lo sé...desde hace unos años...lo que pasa es que me atormentaba ese sentimiento...” agachó la mirada poniendo la carne en el plato.
“¿Por?” le miré fijamente, me gustaría saberlo todo.
“Hombre...es normal...” se rió por lo bajo levemente. “...pensar que te gustaría hacerlo con tu hermano menor o mantener una relación con él es algo extraño...por mucho que seamos hermanastros...ya te dije que te veía como un hermano pequeño. Me sentía un poco como un monstruo que iba a destruirlo todo...o más bien destruirte a ti.”
“A mi me pasó eso al principio...pensaba que no era normal, si, me gustaban otros chicos, pero te amaba a ti...pensando en que harías todo el día, con quién estabas, si tenía alguna oportunidad...” suspiré fuertemente. “...hasta que decidí que debía probarlo, notaba algo diferente en ti...el día de mi cumpleaños...¿te acuerdas?”
“¿Cuándo te pusiste tan celoso por el comentario que hizo papá de Michael?” con sorna me miró y yo le saqué la lengua de modo infantil. “...si, me acuerdo...”
“Noté que me mirabas diferente, no lo sé...hacia mucho tiempo que no nos veíamos...y cuando te paraste delante de la puerta y te vi...casi me da un infarto...” me reí sonrojándome y Dick se acercó besándome levemente.
“Y a mi otro...estabas guapísimo...”
“¿Ya no?” puse morros.
“Claro que si bobo...” me revolvió el cabello. “...¿estas seguro de esto? ¿No te sientes...raro?”
“Raro me siento...porque nunca había imaginado que acabaría saliendo contigo, mi deseo desde adolescente.” Sonreí ampliamente abalanzándome en sus brazos. “...te quiero...”
“Y yo...” acariciándome el rostro me besó. “...aunque no te pregunté si querías salir conmigo...” riéndose me miró con esos ojos azules haciendo que me riera débilmente.
“Da igual...no nos hace falta...”
Quizá nos hacia falta tiempo para que la relación fuera totalmente sólida, aún teníamos algunos temores dentro, pero estaba seguro que lo superaríamos, aunque fuera un amor prohibido, un pecado, me daba igual, yo amaba a Dick, él a mi. ¿Qué más importaba? Solo teníamos que disfrutar del tiempo juntos, de los momentos que pasaban por delante nuestro, de los besos, de las muestras de cariño...
Yo estaba completamente feliz así.
“Espero que esta noche no nos interrumpan...” Dick me dio un azote en el trasero y se fue hacia la mesa.
“Yo también...”
Sonreí pícaramente y desconecté mi celular.
Esa noche tenía que ser inolvidable.