Después de acabar algún que otro papeleo y dárselo a mi jefe cogí mi cartera y bajé las escaleras corriendo, había llamado antes a Kira y habíamos quedado delante de mi oficina, se puso muy contento cuando le llamé y supongo que le iba bien hablar con alguien y pasar un rato fuera. Miré hacia ambos lados de la calle y vi un chico pelinegro que se fumaba un cigarrillo distraído. Ese era Kira.
“¡Kira!” llamándole la atención crucé la calle corriendo y me planté delante de él.
“Hola...” sonriente como siempre me miró y yo le correspondí el gesto. “¿Y bien? ¿Dónde quieres ir a comer?” dándole una última calada al cigarro lo apagó en el suelo y me miró distraído.
“Uhm...conozco una pizzería aquí cerca...¿te gustan las pizzas o la comida italiana?”
“Me encanta...Jason está harto de llevarme a estos restaurantes...” riéndose suavemente empezamos a caminar. “...me sorprendió que me llamaras.”
“¿No te ha molestado no?” con curiosidad le miré y él negó con la cabeza.
“Si me hubiera molestado no hubiera aceptado la invitación...pero la verdad es que te tengo algo de envidia...” al decirme eso me quedé parado y él cruzó la calle. “¡Venga Lay que la pizzería esta aquí mismo!” entrando en el restaurante hizo que yo reaccionara y entrara en el establecimiento rápidamente, sentándome con él en una mesa pequeña.
“Mmm...me dejaste con la intriga...¿envidia por que? ¿Hice algo que te molestó?” cogiendo la carta miré esos ojos color miel que me miraron fijamente, verdaderamente Kira era un chico muy guapo.
“¿Siempre tiendes a pensar negativamente?” riéndose suavemente se retiró el flequillo negro. “...para nada, no hiciste nada mal...lo único que me da envidia la relación que mantienes con Dick...”
“...¿Sabes que somos...?”
“¿Hermanastros? Si, Jason me lo contó para que no metiera la pata...tengo el don de meter la pata siempre...” ojeando la carta suspiró. “...entiéndeme, tu lo has notado y lo sé, no eres tonto Lay...y sé que precisamente mi relación con Jason no es algo envidiable.”
“Yo os vi bien...a ti es a quien vi mal.” Sincero, como siempre, quizá demasiado, tampoco era un amigo íntimo, pero Kira era de esas personas que te inspiran confianza desde siempre.
“Vaya...no te andas con rodeos...” viendo que llegaba el camarero cerró la carta. “...yo quiero una pizza margarita...y de beber agua fría.” El chico lo anotó y luego me miró a mi.
“Yo quiero una pizza de estas con atún y agua también...” cuando el camarero lo anotó y recogió las cosas nos volvió a dejar solos, yo me encendí un cigarro con tranquilidad. “...no acostumbro a andarme con rodeos...siento si te ha molestado.”
“No...tranquilo, estas cosas prefiero saberlas...una amiga mía siempre tiende a ser positiva y a decirme que todo irá bien...pero yo sé que todo esto se acabara...”
“¿Por?”
“Porque si...mi relación con Jason es complicada...después de quedar como amantes, cada uno se acostaba con quién quería...hasta el punto que ambos nos estábamos peleando siempre por los celos que sentíamos por los amantes de unos y otros...vamos, un verdadero lío...así que decidimos empezar como pareja...pero...” rodando los ojos suspiró.
“Jason es algo complicado de carácter ¿no?”
“Sé que esta cerrado a todo ese bombardeo que le hago de sentimientos...y aunque aparenta un chico divertido y despreocupado...yo sé que tiene sus demonios que le persiguen en el aspecto del amor.” Mordiendo un poco de pan que nos habían dado me miró sinceramente. “...y yo me canso de decirle tantas veces que quiero que seamos una pareja normal...a mi también me gusta recibir algo de cariño...hacemos broma, nos reímos, nos besamos por la calle...pero la sensación no es la misma...no sé si me entiendes Lay...”
“Más o menos...para serte sincero...a mi Jason me parecía otro tipo de persona hasta estos días que le he visto contigo...” haciendo lo mismo que Kira cogí un trozo de pan.
“¿A sí?”
“Si...no lo sé...yo te seré sincero...a mi el primer día ya intentó seducirme...aunque fuera en broma, pero lo típico de él...” haciendo reír a Kira me alegré que no se lo tomara a mal. “...y pensé: este tío se muere por acostarse con cualquiera... pero luego, cuando le vi contigo...no sé...su mirada...”
“Me mira con pena...”
“Tampoco eso Kira...” apagando el cigarro en el cenicero dejé escapar el humo de mis pulmones. “...es una mirada...diferente...no sé como describirlo, como si quisiera demostrarte alguna cosa y algo le priva de hacerlo.”
“El recuero del maldito Mark es el que le priva de eso...” al escuchar ese nombre intenté relacionarlo, ¿Mark?, debía ser la antigua pareja de Jason que le marcó tanto. “...y yo sé que nunca se va sentir como con él...yo soy totalmente diferente... no solo físicamente...sino que yo sería incapaz de hacerle eso a Jason.”
“¿Le quieres, no?” apoyándome en la mesa le miré y él sonrió tristemente. “Kira...”
“Dejemos el tema...ahora toca hablar un poco de ti...que ya sé que eres muy desconfiado...pero algo de confianza me habrás cogido ¿no?” sonriendo como siempre hizo que me riera suavemente. “¿Tus padres saben lo de Dick y tu?”
“¡No! Y si se enteran me matan a mi y a Dick...” rodé los ojos mientras suspiré. “...es complicado, aunque no tengamos lazos sanguíneos...dentro de lo legal somos hermanos, y no es que este muy bien visto.”
“Que les den...”
Eso hizo que le mirara sorprendido.
“...”
“A ver...me e expresado mal...quiero decir que no debe importar eso...os queréis y os habéis sincerado hasta el punto de daros igual que seáis hermanos, ya sea por sangre o no, os queréis...y superar todos esos prejuicios y pensamientos es difícil. Pero vosotros lo habéis hecho...y eso es algo admirable...”
“Harás que me sonroje al final...” riéndome suavemente hice que Kira sonriera. “...mira, ya vienen nuestras pizzas...”
“¡Ya era hora! ¡Que hambre tengo!”
Creo que hice un buen amigo.
Y uno de sincero.
Después de comer con Kira y acabar mi adorable horario en la empresa me fui a dar una vuelta por la ciudad, Dick me había llamado y me dijo que tardaría un poco en ir a casa así que aproveché para dar una vuelta yo solo. Entré en una tienda y empecé a mirar ropa, había un jersey de color azul marino que le pegaba a Dick, miré mi cartera y vi que llevaba suficiente dinero.
“Bien...así le daré una sorpresa...” lo compré sin pensarlo y salí fuera para ir hacia casa, tenía un poco de camino hacia allí.
“¡Eh tu, el despistado!” al escuchar eso me volteé, encontrándome con esos ojos negros que me gustaron tanto hacia ya bastante tiempo.
“¡Gerard!” emocionado me acerqué corriendo y le abracé, él me levantó del suelo y sonriendo me acarició la cabeza. “¡Hacia por lo menos dos meses que no sabía nada de ti!”
“Lo sé...tuve un tiempo algo malo...pero bueno, aquí no es lugar para hablar...¿vamos a tomar algo aquí mismo?” señalando una cafetería que había justo delante nuestro asentí, entrando con él y sentándonos en la mesa del rincón. “...siempre tienes esa manía de ponerte en el rincón de los locales.”
“Pues si...” encendiéndome un cigarro le miré, no había cambiado apenas, sus cabellos continuaban siendo rubios, los llevaba algo más cortos, se había echo un pendiente y estaba más alto. “...¿Y como te va con Josh?”
“Cortamos.”
Mierda, como siempre creo que metí la pata.
“...¿por qué siempre tengo el don de meter la pata?”
“Tranquilo...la cosa no funcionaba, digamos que éramos muy diferentes.” Sonriendo miró a la chica que se acercó para tomar nota. “...yo un café solo...”
“A mi un jugo de naranja...” sonriéndole la chica se fue y yo volví a mirar a Gerard. “...lo siento...”
“No pasa nada bobo...” dándome un golpecito en la sien me miró con una sonrisa. “¿Y tu que tal? Digo...¿el asunto de Dick?”
Es verdad, cuando cortamos y Gerard me pidió razones le conté todo mi enamoramiento hacia Dick, y él, aunque le costó muchísimo entender el porque había empezado una relación con él si estaba enamorado de Dick, acabó perdonándome.
“Pues fantásticamente...estamos juntos.”
“¡¿En serio?!” abriendo los ojos sorprendido se quedó con la boca abierta. “¡Me alegro Lay!”
“Me costó lo mío no te pienses...piensa que antes de eso casi me ahogo en la bañera...” riéndome hice que Gerard me mirara sin entender.
Y le conté todo, con tranquilidad, sin mirar el tiempo que pasaba.
Recordándolo todo, luego riendo cuando Gerard me contaba sus aventuras en el trabajo y sus miles de cosas que le habían sucedido por tanto tiempo.
Hasta que el móvil empezó a sonarme y me di cuenta que eran casi las ocho de la noche.
“Atiende tranquilo...yo voy a pagar de mientras, hoy invito yo.”
“Gracias...” sonriendo agarré mi móvil y descolgué. “¿Si?”
“¿Dónde estas gatito?” la voz tranquila de Dick me relajó.
“Tomando algo con Gerard, me lo he encontrado y estábamos hablando...”
“Ah...¿y cuando volverás?”
“Estamos pagando...ahora iré hacia casa...no te preocupes...” levantándome de la silla y cogiendo mis cosas me acerqué a la barra dónde estaba Gerard. “...¿Dick?”
“Nada, nada...no quiero parecer un crío eso es todo...vuelve pronto.”
“Anda no seas tonto...ahora nos vemos y hablamos.”
“Ok...hasta ahora...”
Y colgó, yo sonreí como un tonto, estaba celoso.
“¿Has venido con la moto como siempre?” llamándome la atención Gerard apoyó su mano en mi hombro.
“No...me ha traído esta mañana Dick...ahora tengo que ir hacia casa.”
“¿Caminando?” mirándome yo asentí. “...no seas bobo, te llevo yo con el coche.” Salimos de la cafetería y fuimos hacia su coche, subiéndonos.
Durante el trayecto no hablamos demasiado ya que más bien estábamos más pendientes de yo poder guiarle bien por esas calles y llegar a casa de Dick.
“Bien, llegamos...muchas gracias Gerard.” Le sonreí ampliamente. “...otro día quedamos con más tiempo...¿vale?”
“Ok...me ha gustado verte de nuevo.” Correspondiendo el gesto me agarró del rostro y me besó levemente. “...nos vemos.”
“Al final recibirás...” suspirando le di un golpe en el pecho haciendo que se riera. “...tienes suerte que no le tomo importancia a las muestras de cariño entre amigos.”
“Si, si...nos vemos Lay.”
“¡Adiós Gerard!” agité mi mano y entre en el portal, subiendo el ascensor y corriendo una vez llegué a la planta hacia la puerta de Dick, tocando el timbre muchas veces.
“¡Ya voy, ya voy!” abrió la puerta enojado y cuando me vio relajó la mirada. “¿acaso quieres fundirme el timbre?”
“¡Hola!” tirándome encima de él le abracé rodeando con mis brazos su cuello. “¡Te e echado de menos!” besando repetidas veces sus labios me quedé pegado a él.
“Vaya...estás mimoso...” cerrando la puerta con el pie me agarró de la cintura, besando mis labios y llevándome hacia el salón. “...¿cómo ha ido con tu adorable Gerard?”
“No empecemos Dick...sabes de sobra que somos amigos...” continuando besando sus labios entre palabras le levanté los brazos y le quité la camiseta.
“¿Tan rápido quieres que vayamos al postre?” al ver que me separaba de él y me iba hacia el sofá para buscar la bolsa me abrazó por detrás, besando mi nuca, acariciando con sus manos mi pecho por encima la tela de mi camiseta.
“Espera...te he comprado algo...” intentando concentrarme saqué de la bolsa el jersey. “¡Tachán! ¿Te gusta?”
“Es bonito...” cogiéndolo se lo puso y me miró. “¿me queda bien?”
“¡Perfecto!” me tiré encima de él y le tumbé en el sofá. “A ti todo te queda...fantásticamente...”
“Gracias por el cumplido...pero cuéntame...¿cómo te ha ido con Kira?”
“¿Con Kira?” sorprendido por no oír el nombre de Gerard enarqué una ceja. “...pues muy bien, me he divertido muchísimo...al principio ambos no hablábamos mucho...pero luego no he podido callarme y le he dicho que le veía extraño con Jason.”
“Siempre tienes que hablar demasiado...” pellizcando mis mejillas me miró burlonamente.
“¿Qué querías que hiciera? Me picaba la curiosidad...y luego de hablarlo hemos hablado de ti...bueno, de nosotros.”
“¿Y eso?” poniendo un brazo detrás de su cabeza como almohada suspiró.
“Nada...me ha dicho que no teníamos que tener miedo de lo que nos dijeran por ser hermanastros...y que si nos queríamos eso bastaba, me sonó un poco a novela romántica pero la verdad me alegró.” Llevándome la mano al rostro me perdí en los ojos azules de Dick. “...y luego fui otra vez a trabajar.”
“No...luego o finalmente te encontraste con tu adorable ex novio que necesitaba de tu atención...” lo sabía, sonreí, siempre era lo mismo, Dick era tan celoso que me hacia reír.
“Ay...mira que eres...maravilloso.” apretando sus mejillas besé sus labios. “...me encanta verte celoso...”
“Pues a mi molesta estarlo...”
“Oh, vamos...solo fuimos a tomar algo y me llevó con coche hasta aquí...”
“¿Te llevó con coche?” sorprendido me miró algo enfurruñado.
“Dick...esta mañana si no te acuerdas me llevaste tu al trabajo, por lo tanto si tenía que ir caminando desde la empresa hasta aquí tenía para rato...y estaba cansado.”
“Vaya...ahora me dirás que lo ha dejado con ese novio que tenía y que intentó algo.” Bromeando hizo que me callara de golpe y él me observó atónito. “...no me digas...¿he acertado? Porque si es así voy y le parto los dientes.”
“¡Dick! Solo me contó que lo dejó con el novio...y...”
“¿Y?”
“Me besó...¡Pero antes que te cabrees! ¡Me dio solo un pico! ¡Un beso corto!”
“Me cago en...” sentándose y haciendo que me cayera al suelo se levantó del sofá, yéndose hacia la cocina. “¡Si es que lo sabía!”
“No te enojes...no le he tomado importancia, es más...seguramente no lo veré más...y creo que te he demostrado con creces que te quiero...” levantándome del suelo y siguiéndole me paré en seco cuando se volteó y me miró desde arriba, tomando ventaja al ser más alto que yo. “Dick...”
“Me pone furioso...lo vi en la foto y me cayó mal.” Cruzado de brazos me miró.
“...” abrazando su cintura me puse de puntillas y besé su barbilla. “...no te enojes...no me gusta que estemos así por una tontería...”
“No puedes evitar que me moleste...parece que allí por donde pasas la gente intenta algo.”
“Exagerado...solo ha sido Gerard.” Empezando a molestarme dejé de abrazarle y me fui hacia la nevera cogiéndome un refresco. “...mira Dick...no suelo tomarle importancia a estas cosas porque pienso que Gerard me ha besado y que he sentido como si me besara una pared...simplemente. Y más si ahora sé que puedo estar contigo después de tantos años de andar enamorado perdido de mi propio ‘hermano’...”
Mirándolo apoyado en la nevera vi que relajaba el rostro y se acercaba suspirando.
Parece que lo que le dije le convenció.
“Ok...tu ganas, lo siento.”
“No se trata de que uno gane o no...solo te pido que confíes un poco en mi, no me estoy arriesgando en esta relación para nada.” Encendiéndome un cigarro suspiré.
“Vale...pues lo siento a secas...” sonriendo algo más relajado se inclinó y besó ligeramente mis labios. “...¿me perdonas señor gato desconfiado?”
“De acuerdo...pero como premio quiero que me hagas una cena riquísima y una buena sesión en la cama...” dejando la lata encima de la encimera rodeé con mis brazos su cuello, vigilando de no quemarle con el cigarro.
“Intentaré complacerle alteza...” besándome calló mis palabras y tras separarse se arremangó la camisa. “...bien, empezaremos la cena especial para el príncipe...”
“¡Quiero pasta! Si puede ser algo que tenga salsa...tengo hambre.” Apoyándome en la espalda de Dick miré que sacaba de la nevera.
Parecía mentira que pudiera estar así de tranquilo con él.
Aunque aún no sabía todo lo que sucedería.
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