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When I ruled the World por chibiichigo

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Notas del fanfic:

este fic es un regalo de cumpleaños para la nena más hermosa de argentina que me ha brindado su amistad, apoyo y consejo durante todo el tiempo que llevamos de conocernos. Se que adora coldplay y esto es lo menos que puedo hacer por ella.

NEE_CHAN TE ADORO!!!!!!

Notas del capitulo:

Espero que les agrade el fic. Va para una amiga muy especial. 

Love you Nee-chan. gracias por tu invaluable amistad y me alegra que el mundo tenga la dicha de tenerte un año más.

Happy B-Day

 

 

En el momento que me dijiste te amo, comprendí que tenía el poder para conquistar el mundo, para realizar las cosas más grandes que el ser humano puede aspirar a hacer. Simplemente con esas palabras descubrí que había en mi algo que me separaba de los demás. Yo contaba con la persona más increíble en el mundo…

I used to rule the world
Seas would rise when I gave the word
now, in the morning I sweep alone
Sweep the streets I used to own

Nadie jamás creería que yo fui el rey del mundo alguna vez. Posiblemente ni siquiera yo mismo creería que eso fuera posible si no lo hubiera conocido a él. Él, que me hizo sentir que podía tocar las estrellas con tan solo levantar un poco la mano…

Me di cuenta que fui el rey del mundo todo el tiempo que estuve junto a él, aunque lo hubiera sido antes…

Creo que debería explicarme antes de contarles el final de la historia. Creo que ya se dieron cuenta que soy un hombre enamorado, aunque tal vez ese amor ha llegado a limites casi ególatras, pero… eso solamente lo dirían quienes no han experimentado lo que yo viví, pero sobretodo debería decirles que yo SI formé parte de la familia real. Un monarca de esos con corona que legislan un país entero… justamente por ahí me gustaría comenzar a relatar esto:

Nací y crecí en un palacio. Pensaba que todo lo que había en el mundo estaba hecho para que yo lo ostentara. Creía neciamente que mi pequeño mundo, que mi país y que todo lo que me rodeaba era feliz. Sin carencias de ninguna índole… palabras vanas de un hombre que no ha experimentado las verdades.

Yo, como podrían haberse dado cuenta en este punto, era un príncipe mediocre, sumergido en sus propios caprichos y con los ojos vendados ante la injusticia. Sin embargo un día eso  cambió.

Salí con mi padre, el rey, a un paseo al bosque. Ellos iban de caza, pero yo simplemente los veía y cabalgaba sin mucho interés. Bajé de mi caballo y comencé a deambular por el dichoso lugar. Tranquilo y apacible…

No sé durante cuanto tiempo caminé, pero cuando menos me di cuenta estaba perdido. No recordaba como había llegado ni en dirección a donde debía ir. Sentí miedo…

Caminé en la que yo sentía, era la dirección correcta, pero lo único que logré fue perderme más. Comencé  a gritar en espera que alguien acudiera a mi relato.

Nadie contestó.

De pronto, a lo lejos alcancé a atisbar un poco de humo. Una chimenea. Corrí lo más rápido que me permitían las piernas a ese rayo de esperanza que me alumbraba.

Al llegar a ella, toqué la puerta. No hubo respuesta. Me metí cauteloso, finalmente era parte de mi reino y podía hacer lo que se me viniera en gana.

-¿Quién demonios eres?-  preguntó alguien detrás de mí. Sentí como me ponía algo frío en la nuca. Volteé cauteloso, solamente para encontrarme con una mirada dura y desconfiada, proveniente de unos hermosos ojos aguamarina.


I used to roll the dice
Feel the fear in my enemy's eyes
Listen as the crowd would sing:
"Now the old king is dead! Long live the king!"

-Deberías saberlo- dije con soberbia al sentir que mi agresor quitaba la cosa con la que me tenía amenazado. –Soy el príncipe Sasuke. Dueño y señor de este bosque.

-Vaya… así que tenemos a un imbécil que cree que puede poseer este lugar.- dijo burlón- pues “príncipe” le recomiendo que se vaya de aquí. – hizo una exagerada reverencia. Que persona más grosera era ese hombre.

-Caballero, le ruego que no se dirija a mi en esa forma. Además- agregué- lo único que necesito es que me indique el camino de regreso a la ciudad.- el comenzó a reir, como si yo hubiera hecho alguna cosa impropia.

-Vaya… aparte de creer que posee este bosque, siente que lo puede atravesar por la noche.- bufó y se sentó en una silla de madera. Yo continuaba parado, viendo como la desfachatez y la irrespetuosidad de mi anfitrión superaba lo que yo pensaba. Se quedó mirándome un rato, sin emitir palabra alguna. Me sentía examinado... incomodo.

De pronto, sin previo aviso retomó la conversación.

-No se si seas príncipe o no, pero no planeo dejar que te mates por andar por el bosque de noche. Te quedarás aquí por hoy.- informó, sin darme oportunidad de defender mi postura. Seguro todos estarían preocupados por mí en el palacio.

-No estoy seguro que sea lo más apropiado. Mi padre buscará por cielo, mar y tierra hasta dar conmigo.- repelé. El simplemente rodó los ojos, como si yo estuviera diciendo alguna intransigencia.

-Este bosque es muy peligroso. Incluso si intentaran encontrarte fallarían. Los ríos, animales y senderos son un peligro constante por las noches. Simplemente te informo que eres el primero en llegar a mi casa desde hace unos años.

Me quedé estático. No podía creer en las palabras de ese chico, aunque cada cosa que decía me intrigaba más. Era fascinante…

-¿Por qué vives aqui,  solo? – me atreví a preguntar mientras me sentaba a su lado.

-Eso es algo que no te incumbe. Pero quiero que sepas que he vivido aquí mucho tiempo, y prefiero este lugar a las concentraciones urbanas.

-¿Cuál es tu nombre?- intenté sacar platica

-Gaara- contestó seco, antes de levantarse- pero eso no importa. Nadie me llama por ese nombre.

-¿Por qué es eso?

-Porque carece de sentido. Vivo aqui solo… y prefiero que ese nombre quede en el pasado.

Asentí sin entender. Aparentemente era un tema delicado para él.

Me ofreció un guisado de hongos que preparó y agua, que comí casi olvidándome de la etiqueta. No había comido nada desde la noche anterior… además, estaba delicioso.

El chico bajó unas cobijas viejas de un mueble que tenía y me las ofreció. Yo, no de muy buena gana lo acepté y me acomodé en una cama hecha de paja, junto a la suya.

Pronto, ese pelirrojo extraño se quedó dormido. Yo, por mi parte, me quedé pensando en esa mirada… tan llena de tristeza y de soledad que no parecía posible. Me pregunté como se verían mis ojos… ¿reflejarían la felicidad o la dicha de las fiestas de palacio? ¿Qué reflejarían? Decidí que no valía la pena pensar en eso, pero simplemente fue un pretexto para ocultarme a mi mismo que todo en lo que había basado mi existencia. La perspectiva de que todos eran felices a mi alrededor era falsa.

Al día siguiente, escuché movimientos a mi lado. Desperté deseando llegar pronto a mi hogar, a mi falsa idea de felicidad.

-Anda…- dijo al ver mis ojos abiertos.- Vamonos

Lo seguí sin decir una palabra. Era, hasta cierto grado una persona perturbadora. Anduvimos por el bosque un par de horas, sorteando ríos y raíces de arboles que no recordaba haber visto el día anterior. De pronto, Gaara se paró.

-A partir de aquí estarás bien tu solo. Sigue por este sendero y te llevará directo a la ciudad.- se dio la vuelta y se retiró.

-Espera…-grité, captando su atención.- te ordeno que me acompañes…- soné como el monarca que era. El simplemente sonrió retador.

-Tu aquí no estás en posición de dar ordenes…- me recordó.

-Soy el futuro rey. Soy dueño de estas tierras.

-Nadie es dueño del bosque… nadie- percibí un dejo de tristeza en su voz. Continuó su regreso. Lo llamé de nuevo.

-Gracias…- el simplemente levantó la mano en gesto de reconocimiento.

Caminé por donde el me había indicado y efectivamente encontré mi camino de vuelta. En eso, escuché los gritos de los guardias reales, informando que me habían encontrado. Fui llevado de vuelta a casa, y observaba como la gente de la ciudad de arremolinaba en torno a la carroza, vitoreando el hecho de que no me habían matado en ese bosque.


One minute I held the key
Next the walls were closed on me
And I discovered that my castles stand
Upon pillars of salt, and pillars of sand


Llegando a casa y durante los días que siguieron, no logré apartar de mi el recuerdo de aquel “hermitaño” del bosque. Gaara.  Sobre todo, lo que no podia arrancar de mi mente eran sus ojos. Tan cargados de tristeza, rencor odio y sentimientos que no creí pudieran residir en una sola persona.

En muchas ocasiones me preguntaron el motivo de mi aislamiento, sin embargo no me sentía con la capacidad de contestar.  Cómo explicar que era un hombre, y no una chica quien robaba mis pensamientos, quien ejercía una misteriosa fuerza de atracción en mi.

Pasó poco más de una semana antes de que decidiera volver, sin embargo, la corte real no me dejaría vagar de nuevo por mi cuenta, además que no me consideraba lo suficientemente afortunado para volver a encontrar la casa donde se escondía Gaara. ¿Escondía? Decidí que no podía darme el lujo de pensar en esa palabra. No me había dado motivos para creer que era un profugo o algo. Simplemente era un chico raro… que desde el día que lo vi acaparó mis pensamientos.

Una noche esperé a que la mayoría de los guardias fuera a dormir y me escabullí por una de las entradas de los empleados. Sentía esa misteriosa ansiedad por verlo de nuevo… encontrarlo y, aunque pesara aceptarlo, verme sometido de nuevo a sus groserías y desplantes.  De camino decidí que eso era lo que más me llamaba la atención de ese chico de cabellos de fuego. Él había sido el primero que se atrevía a retarme. El único en toda mi vida uqe no me rendía ovaciones o reverencias al verme…

Me adentré un poco en el bosque y en la penumbra alcancé a distinguir el sendero que me había marcado el día de mi regreso.  Anduve por él un rato, hasta que sentí que simplemente estaba dando vueltas sin concretar ningun camino…

La angustia se volvió a apoderar de mi persona. ¿Qué tal si algo me atacaba? ¿O si moría debido a las inclemencias de la intemperie? Comencé a gritar… era lo único que podía hacer, ya que desconocía por completo el camino de vuelta.

Me recargué en un árbol y esperé el amanecer. No estaba acostumbrado a eso y había descubierto que fue una pésima idea salir en la noche con la esperanza, ya que no era más que eso, de encontrar de nuevo a quien fue mi salvador la primera vez.   Comencé a tararear en voz baja… simplemente para pasar un poco de tiempo.

-¿Qué haces aquí?- llamó la voz del pelirrojo detrás de mi. Volteé lo más rápido que mi cuello entumido me permitió. Luego intenté decirle con tranquilidad

-Te buscaba.

-Pues ya me encontraste.- dijo irritado- ahora vete.

-No me iré. Es de noche y como tu dijiste es peligroso andar solo.- repuse ipso facto

-Aja- dijo pensativo- y aun así estás aquí, a la intemperie en una noche sin luna. Eres sencillamente brillante. Ya quiero que llegues a rey, para ver con que otras maravillosas ideas nos sorprendes.

-Ya basta con el sarcasmo- exploté. Nadie me iba a hablar de esa manera- Además…tu también estas fuera de casa.

-Así es, segunda observación inteligente de la noche...- parecía entretenerse de una manera morbosa con mis palabras. Eso me desconcertaba- si estoy afuera, no es que sea tu asunto pero te lo diré igual, es porque es la mejor hora para cazar aves.

-Ohh, vaya- entonces noté que sostenía lo que parecía ser un pichón en las manos. Mi interlocutor comenzó a marchar, dejándome hablando solo de neuva cuenta. No dije ni una palabra, pero tampoco me moví. ¿Sería capaz de dejarme ahí?

-¿Qué esperas? Muevete o te perderás…- dijo con soberbia. Yo simplemente obedecí y juntos fuimos a su casa.

-Toma… es un poco de té. Hace frio fuera- me entregó una taza, descuidado. -¿Por qué volviste?

-Porque…- era demasiado vergonzoso decirlo en voz alta, pero finalmente debía decirle la verdad- porque me dejaste verdaderamente intrigado la vez que vine. Quería verte de nuevo.

-Eres un imbecil- dijo sonriente- pudiste haber muerto.

-De igual manera quería correr el riesgo- me envalentoné.

-Vaya…pues gracias- su mirada se suavizó por un momento.

-No solo eso-informé- quiero quedarme una temporada… si te parece bien, claro.

De nuevo adquirió esa dureza en la mirada- Haz lo que quieras. Solo recuerda que aquí no eres príncipe. Solamente serás un hombre… y deberas trabajar conmigo para conseguir comida. Esto no es como en los asquerosos banquetes que ofrecen las familias nobles.

-¿Por qué odias tanto la ciudad?- se me ocurrió preguntar

-Eso es solo mi asunto

-Si vamos a trabajar juntos, siento que es justo que lo sepa. Finalmente, tu sabes quien soy y el porqué de mi visita.

Consideró un rato mis palabras, luego sencillamente se retiró, no sin antes dirigirme unas palabras que se quedaron grabadas  en mi.  “Hay cosas que es mejor dejar enterradas.”


It was the wicked and wild wind
Blew down the doors to let me in
.
Shattered windows and the sound of drums
People couldn't believe what I'd become

Pasaron los días. Yo trabajaba mucho y no podia negar que dentro del extraño placer uqe sentía de compartir mi día a día con alguien que no me cosideraba superior a él, sin embargo, Gaara a duras penas me dirigía la palabra. Era más frío de lo que yo hubiera pensado en principio. Incluso aveces llegaba al limite de la crueldad en su trato hacia mi. Con todo eso, yo soportaba sus caprichos y obedecía sus instrucciones.

Me intrigaba mucho conocer su pasado. Quería saber porque era así, y su razón para vivir recluido en un bosque.

Pasaron las semanas y yo sentía que iba a tener que rendirme. La vida que llevábamos era muy dura, aunque gratificante de vez en cuando. Mi compañero incluso se había ablandado y en contadas ocasiones incluso compartía sus conocimientos conmigo.

Podría decirse que estábamos llegando a conocernos incluso en los silencios. Cuando él se hería con algo o se sentía enfermo, yo lo sabía. Sabía en que pensaba aun cuando intentara ocultarlo y él, podía leer mis pensamientos, sentimientos y emociones con una facilidad increíble.

Recuerdo que uno de tantos días, salimos al bosque y Gaara vió que un pequeño polluelo cayó de un árbol. Él intentó por todos los medios atraparlo, pero le fue imposible. Ahí fue donde conocí la sensibilidad que había en él. Fue cuando encontré a ese ser tan dulce, capaz de llorar por un pajarito muerto en sus primeros días de vida, aunque supiera que cosas así pasaban todo el tiempo.

Lo abracé cuando vi que lo sostenía entre las manos y derramaba una solitaria lagrima por él. Él se aferró a mi y  derramó todas las lagrimas que no había derramado jamás. Supe que no lloraba por el polluelo muerto únicamente, sino por algún evento de su pasado, ahora rememorado.

No pregunté nada por no considerarlo correcto. Si él me quería contar, ya me lo diría en su momento.

Llegamos a la casa y su actitud de incomodidad y de desconcierto ante lo que acababa de hacer me conmovieron. Parecía un niño pequeño. Tan frágil e inocente en ocasiones que me costaba trabajo no apretarlo contra mi pecho y prometerle que todo estaría bien.

-¿recuerdas que alguna vez me preguntaste por que vivía aquí?- dijo casi en un susurro. Asentí, aunque en ese momento, al verlo tan dolido, dejé de querer saberlo- bueno,-continuó- el motivo por el cual decidí huir de la ciudad fue porque mi hermano murió.

Sobra decir que yo no entendía nada de lo que me estaba diciendo. Sencillamente no le veía la relación.

-Vamos- sonrió suplicante- ¿no me vas a preguntar nada?

-No- dije con firmeza- si es algo que te puede herir, prefiero no saberlo. No soportaría verte derramar lagrimas. Es demasiado doloroso para mi.

El hizo caso omiso a mis palabras y se acercó a mi pecho. Yo lo abracé por reflejo, y lo sostuve un tiempo, hasta que, aferrado a mi, terminó de hablar.

“Cuando yo era pequeño, hace aproxiamadamente siete años,  mi padre era el señor feudal de un territorio cercano a la ciudad. Yo vivía exactamente como tu, rodeado de lujos y de comodidades, hasta que un día mi hermano menor se fue a la plaza del pueblo. Nosotros no sabíamos que la población estaba en descontento, pero se encontraban realizando una revuelta contra mi padre.

Mi hermano fue objetivo fácil. Tenía tan solo cinco años cuando murió. Lo mataron para demostrar a mi padre que era un tirano. Todavía no había comenzado a vivir cuando alguien más decidió arrebatarle la vida.”

Se me formó un nudo en la garganta. Sentí el pecho mojado y calido, señal de que mi hermoso rubí había reanudado el llanto.

-Poco después mataron a mis padres. A mi lograron sacarme… fue obra de un sirviente que dijo a los ciudadanos ser mi tío. Luego, me explicó que debía permanecer aquí un tiempo. Desde entonces he estado aquí. Al despedirse él, dejé de ser llamado Gaara… perdí mi nombre e identidad… Hasta que tu me encontraste…

No supe que decir, así que le besé el pelo y respiré su olor a avellanas. El levantó la cabeza y encontró mi boca. Me plantó un beso lleno de dolor y de pasión, que contesté inconscientemente.

No podía negar que desde hacía un tiempo me moría  de ganas por tocar sus labios, sin embargo no esperaba que, victima del dolor él fuera quien diese el primer paso.

No supe cuando ni en que momento, pero nos encontrábamos en el piso, el me llenaba de besos y caricias llenas de necesidad, mientras yo se las devolvía y le quitaba la ropa suavemente.

Esa noche, descubrí no solo a un hombre amable, lleno de sufrimiento, sino también a un gran amante, entregado y hermoso. Tan tierno y frágil que temía romperlo en dos si me movía bruscamente.

Nos quedamos dormidos poco después de consumar nuestro amor, y con la promesa en el aire de siempre permanecer al lado del otro. Me juré cuidarlo para toda la vida tan pronto lo vi dormido en mi regazo.

 

 



Revolutionaries Wait
For my head on a silver plate
Just a puppet on a lonely string
Oh who would ever want to be king?

 

-¿te quedarás conmigo?- preguntó tiernamente mientras se aferraba a mi torso desnudo. El sol bañaba su rostro y le confería a su cabello un aire dorado. Yo simplemente lo acaricie con ternura. No había necesidad de contester a esa pregunta.

Despues de todos esos increibles meses que habíamos compartido juntos, yo no concebiría mi vida con alguien más o en otro sitio.  Tomé una de sus manos y la besé.

-Por supuesto que me quedaré aqui contigo… por siempre.

-Sasuke…- dijo con una recuperada inocencia y felicidad en los ojos. –Te amo.

Vaya palabra más dulce la que me dedicó. Fue la primera vez que me lo dijo, y decidí que no podia permitirme dejar de escucharla nunca más. Ese sentimiento que Gaara hacía que experimentara era exactamente eso… amor puro.

Lo apreté contra mi pecho, al tiempo que lo ataba a mi corazón. Jamás permitiría que algo malo le ocurriera ni que alguien lo hiriera.

Lo amaba.



I hear Jerusalem bells are ringing
Roman Calvary choirs are singing
Be my mirror my sword and shield
My missionaries in a foreign field
For some reason I can't explain
I know Saint Peter won't call my name
Never an honest word
But that was when I ruled the world


Ese hombre, tan diferente a toda persona que rodeaba mi mundo, me demostró que podía llegar a ser un verdadero soberano sin necesidad de tener una corona. Me enseñó que podía dominar el mundo con tan solo una sonrisa de su parte. Que con su apoyo podría ser todo lo que yo pudiera, que si alguna vez derramaba una lagrima por mi causa, yo merecería la muerte antes que nada. Me di cuenta que el amor que Gaara y yo sentíamos nos separaba del resto del mundo.

Él era mi escudo, mi espada, quien me hacía escuchar el canto de las aves en cada beso, así que conocí  la falsedad que se escondía detrás de mi vida como príncipe. Que las palabras honestas solo se dan entre las personas que comparten la vida y sus ilusiones.  Que si alguien me ofreciera ir al cielo, le diría que no porque me quitarían al ser más preciado para mi.

Es por eso que soy el rey del mundo… porque le conocí.

Notas finales:
 bueno espero les haya gustado este pequeño fic. Por favor comenten bonito^^

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