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En el Silencio por Kanashimi Amai

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Notas del fanfic:

Bien... este fanfic es con mucho cariño a los amantes de Sakura! Espero que les guste!

Kissu

Bye bye

Notas del capitulo:

Mi primer Fanfic de esta pareja...

Espero les guste!

 

~ Sin palabras ~

 

Pasó el dedo sobre sus labios, dibujando en ellos aquella boca anhelada. No necesitaba más que verlo para saber que estaba allí. Siempre allí, en la distancia, los pocos acercamientos carecían de palabras... eran importantes, sí... pero tan vacíos. Los gestos y miradas decían que lo amaba, de eso estaba seguro. Sin embargo, en ocasiones deseaba que aquel ser moreno le dijera lo que sentía. Si bien lo sabía, no era suficiente.

 

-Yuki -se acercó aquel ser motivo de su ausencia, se notaba preocupado- ¿Estás bien? -cuestionó mientras acercaba su rostro

 

El peligris mostraba total abandono de existencia.

 

     "¿Qué le pasaba?

      ¿Por qué se veía tan distante?"

 

-Sí... estoy bien -contestó casi al murmuro

 

Sus ojos grises se encontraron con aquellos oscuros. Hermosos... esa era la única palabra que le venía a la mente al verse reflejado en ellos. Esas orbes cafés eran hermosas... tan limpias y profundas que podía pasarse todo el día contemplándolas.

 

No le creyó, él era así... siempre ocultaba su dolor a los demás. No deseaba preocupar a nadie, por eso callaba. Se veía débil y más pálido de lo normal.

 

-Yuki -volvió a hablarle, sus labios quedaron a escasos milímetros uno del otro

 

     "Bésame"

 

Pensaba el ojigris, mientras sentía aquella mano sujetándole el mentón.

 

     "Touya, bésame"

 

Rogaba en su interior. Era en vano, no le escuchaba... no le escuchaba el corazón. Una vez, con sólo acercar más los labios podía rozar los suyos... Cerró los ojos e intentó poseerle, pero el destino no estaba de su lado.

 

-Hola

 

Exclamó la chica mientras se dejaba caer de la rama. El pelicafé se separó del otro mostrando total enojo por la interrupción.

 

-¿Qué quieres Akizuki?

-Na-ku-ru -mencionó pausado- Nada, sólo estaba por aquí y decidí saludar. ¡Oh! Se me olvidaba -Exclamó mientras se cubría la boca con la mano- La asesora desea que le lleves las hojas de ayer

 

El moreno miró al delgado joven, que aún permanecía perdido en pensamientos... Había sido el momento perfecto para decirle, pero la chica había interrumpido. La miró y dio un suspiro de fastidio, de verdad ya se había dado cuenta que ella siempre llegaba a interrumpirles... Pareciera que sólo esperaba ese momento para separarlos.

 

-Yuki -habló para que el ojigris regresara, acercó su mano y acarició aquella nítida mejilla- ¿Estarás bien?

-Sí... -respondió regresando a este mundo, un leve sonrojo surgió pero no era tan visible

 

Touya se marchó, dejando a los dos solos debajo de aquel frondoso árbol. Los rayos del medio día penetraban los espacios vacíos que dejaban las hojas entre ellas, embelleciendo así al peligris. Agachó la mirada ante la ausencia de su ser amado, miró su mano, para luego llevársela en la calidez que le había dejado impregnada en el rostro.

 

-Oye -se acercó, mirando desde abajo- Touya es mío

 

Musitó para luego marcharse corriendo.

 

¿Cómo? Si tan sólo supiera cómo decirle lo que sentía, talvez no sería tan difícil. Sus ojos se entristecieron al mirar, desde la distancia, el cómo la chica se le insinuaba cada que podía.

 

Las clases siguieron. La mirada y los sentidos no se encontraban en el aula. Sólo un cuerpo inerte, hundido en pensamientos y decisiones. El tiempo, las horas, minutos y segundos, eran poco perceptibles. Sin darse cuenta, el moreno se acercó, haciendo que regresara de ese mundo tan solitario.

 

-Yuki... -dijo al agacharse, mientras miraba esos labios que tanto anhelaba- Ya terminó al clase

-Sí... -habló quedo, perdiéndose en esas pupilas negras

-Vámonos -completó

 

El corazón le palpitaba, sintiendo casi el salir. Estaba sentado detrás... percibiendo el aroma que le emanaba. El aire era un cómplice de su excitación. La brisa fresca y a la vez cálida. Se apoyo, con algo de vergüenza, en aquella espalda.

 

-¿Puedo estar así un momento? -habló levemente, mientras ocultaba su ruborizado rostro en el saco

 

El otro no contestó, no había la necesidad de que le dijera, entendía perfectamente su silencio. Apretó su mano, sujetando en ella el uniforme. Cerró los ojos y percibió la calidez. Ese cuerpo le entregaba a una calidez cómoda y deliciosa. Poco podía resistirse estar más tiempo lejos de él. Le rodeó la cintura con una mano derecha, abrazándolo... atrayéndolo más a su cuerpo. El moreno bajó la mirada y vio aquella piel albina... quitó una mano diestra del manubrio y la tomó... entrelazando a la par sus largos dedos con aquellos tan delicados.

 

Silencio, sólo eso les bastaba para saber que se amaban. Las palabras nunca eran necesarias. Sólo con contemplarse en los ojos del otro sabían que eran amados... pero siempre se pide más... ese cuerpo delgado y blanquecino empezaba a pedir más del otro. Deseaba tener una expresión más profunda de aquel amor. Ambos lo deseaban... ambos lo anhelaban, pero ambos también lo callaban.

 

Sus miradas ya no eran como las de antes, ya no eran sólo muestras de afecto y amor, no. Ahora se devoraban, se comían a grandes bocados el uno al otro. Eran intensas, profundas... eran ojos de animales que en cualquier momento estallarían por instintos, por pasiones.

 

-Llegamos -dijo al detener el movimiento del transporte

 

Yuki se separó, bajó de la bicicleta y lo miró... Era hora, ya era hora de despedirse. Pero... no podía... no quería...

 

-Bueno ya

-Espera -interrumpió

 

Le detuvo con la mano al sujetarle el brazo. Fue un impulso, un impulso de no desear separarse de él.

 

-Quiero decirte algo -agachó la mirada- ¿Podrías quedarte un momento?

 

Su albino rostro se ocultó. El moreno le tomó la mano y bajó de la bicicleta. Ambos entraron a la casa, dirigiéndose en la habitación. Yukito cerró la puerta mientras Touya tomaba asiento en el cojín. Lo miró... observó como aquel níveo personaje caminaba con dirección a él. Cada paso, cada movimiento... su esencia era hermosa. Era como una existencia imposible de perderse, era única.

 

-Yuki... -habló con aquella voz profunda y a la vez tan suave, lo amaba, no podía negarlo, amaba todo de él, deseaba todo de él... sabía todo de él- ¿Estás bien? -acercó su cuerpo y le tomó del mentón, haciendo que sus miradas se cruzaran... perdiéndose la una en la otra

 

El ojiplateado acercó el rostro, cerrando a la par los ojos. Escasos y pocos milímetros escasos... las respiraciones estaban una sobre la otra, siendo sentidas solo como roces en los labios. Necesitaba de ello... deseaba ello.

 

     "Bésame"

 

Imploraba, como si la vida dependiera de ello.

 

El impulso, deseo, instinto... no podía contenerse más... El moreno aproximó más el rostro haciendo que esos ‘escasos y pocos milímetros' fueran avaros. Los labios se sobrepusieron uno sobre el otro. Haciendo sólo entre ellos una pequeña hendidura donde sólo podía visualizarse el deseo. El pelicafé cayó sobre ese cuerpo... sosteniéndose sólo de las manos.

 

El beso se profundizó aún más... mostrando la lujuria retenida hasta esos momentos.

 

Touya metió sus manos debajo del uniforme... pudiendo sentir como el nítido cuerpo se erizaba al sólo tacto.

 

Poco a poco ambos fueron despojándose de los ropajes. Dejándolos a un lado. No eran necesarios... sólo eran limitaciones para esos dos seres que ahora se entregaban todo.

 

El ojicafé incorporó aquel cuerpo... y con lentitud fue descendiendo su calado. Aquel pecho era hermoso, tan claro y fresco... Pequeñas exaltaciones surgían mientras más bajaba... la mirada perdida, los labios entreabiertos... Yukito estaba perdido en un mar de pasiones. Sólo sintiendo aquella satisfacción que tanto había añorado.

 

Un sobresalto... y un leve encorvamiento... Sintió como su sexo era atrapado en aquella boca. Dobló las rodillas, casi por instinto, haciendo que el otro aumentara la humectación y el ritmo. Posó sus manos sobre aquella cabellera oscura... enterrando al acto sus yemas... haciendo que profundice las acciones...

 

-To-Touya -pronunciaba entrecortado... la respiración ya era insignificante pero rápida... gemidos se le escapaban de la boca, con un ritmo y deseo impregnado en ellos

 

Dio un encurvamiento completo... su espalda se irguió hacia tras, expulsando el líquido en al boca del otro, que sin dudarlo lo bebió.

 

Se recostó nuevamente en el suelo, y dio un leve alarido al sentir la penetración. En verdad era lenta, con cuidado, pero sentir la profundidad que le ejercía era tan excitatorio.

 

Fue aumentando el ritmo... cada embestida hacia el pálido era más profunda... haciendo que el otro desagarre con los dedos el suelo.

 

-Yu-Yuki -articulaba con esfuerzo, mientras el otro se reponía, quedando sentado para aumentar el placer

 

En la habitación sólo se escuchaban sus gemidos... gemidos ahogados en embelesamientos, calados en el cuello... mordidas en los labios. La casa estaba libre de existencia... libre de todos, menos ellos dos.

 

El aparato del ojiplateado se irguió... mientra que el moreno sentía como las presiones de la entra del otro ejercían un mayor ritmo.

 

Sus cuerpos se abrazaron aún más... tomando así mayor fuerza e impulso... Yuki ahogaba sus gemidos a los oídos... mientras le abrazaba con las piernas las caderas.

 

Sólo cuestión de tiempo cuando aquellos actos llegaron al éxtasis. El moreno dio la última embestida, ahogando ambos un alarido... uno al cielo, el otro al pecho... Touya liberó la presión acumulada de su sexo dentro del albino, el otro igualó el acto segundos después, manchando ambos abdómenes. A la vez que se retorcieron sus cuerpos.

 

Yukito se dejó caer al suelo... mientras el otro sostenía en el acto aquella piel blanca. Se puso encima y le miró, contempló aquellos ojos grises dignos de ser observados durante toda la vida... se encontraba ruborizado... exquisitamente sudado... le miraba... no perdía detalle ni facción del otro. Sus labios estaban entreabiertos... deslizó sus manos suavemente sobre aquel desnudo costado, jalándolo hacia él... para profundizar un beso...

 

El peliplateado le rodeó con los brazos... atrayendo más aquel oscuro cuerpo... era deliciosa, aquella entrada húmeda era como un manjar para su paladar... era tan dulce... deseaba más, ansiaba cada vez más.

 

Ambos se separaron... quedando sólo el silencio entre ellos... contemplándose el uno al otro... hasta que se rompió el cristal de la mudez.

 

-Te amo... Yuki -susurraba mientras atraía aquel rostro desde la mandíbula hacia él

 

     "No sabes cuánto"

 

Pensó...

 

-Yo igual Touya -confesó antes de profundizar nuevamente sus almas

 

     "Más que a nada"

 

Dijo en el alma.

Notas finales:

Está un poco corto... pero hace tiempo que deseaba hacer algo así... Espero sus comentarios y/o sugerencias.

Lean mis demás fics!

Kissu

Bye bye


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