-Vamos Hanna, es hora de tu baño- dijo Horo entrando al cuarto de el pequeño Asakura.
-Pero Horo-Hanna puso ojos tiernos y vio al peliazul, viendo si de esa forma podía lograr convencerlo de que no se bañara ese día.
-Nada Hanna- repuso Horo acercándose a Hanna.-Tienes que bañarte-
Hanna se levanto del suelo y miro a Horo retadoramente. Horo se detuvo, viendo las reacciones del pequeño. Movió un pie, viendo lo que hacia Hanna, que de alguna forma se lo imaginaba. El Asakura miro atento el movimiento de Horo y dio un paso hacia atrás, esperando el siguiente movimiento del peliazul, que no tardo mucho en darse. Horo volvió a dar un paso, más largo que el anterior y viendo que Hanna volvía a retroceder.
-No te vas a salvar- avisó Horo viendo a Hanna.
-Claro que sí- respondió el pequeño Asakura viendo a Horo y luego sonriendo de lado.
-No voy a dejártela fácil-Horo miro a Hanna y dio otro paso, pero al detenerse, Hanna comenzó a correr con todas sus energías hasta lograr esquivar a Horo y salio del cuarto.
-¡Hanna!- El peliazul salio detrás del menor, corriendo por todos lados de la casa y siguiendo al Asakura para atraparlo.
***
Lyserg miro espantado a Marco.
-Pero Marco-
-Si me amas acabaras tu relación con Hao-
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Len se quedo quieto en el suelo, teniendo a Nichrom sobre su espalda. No tenia palabras con las cuales responderle, no sabía qué decir. En realidad esa confesión se parecía un poco a la que le había hecho a Horo cuando le dijo sobre sus sentimientos.
-¡Yo sólo amo a Horo!- gritó volviendo a reanudar sus intentos de escape.
-¡Destruiré todo lo que tienen!- Nichrom cegado por los celos, apretó aun más el brazo de Len, escuchando el grito de dolor que daba.- ¡No me interesa lo que me cueste, lo destruiré!-
-¿Crees que podre estar a tu lado cuando te deshagas de Horo?- la voz de Len salio con furia y malicia.-Ja, no me hagas reír, un perdedor como tú nunca podrá estar con alguien de la familia Tao, no mereces que alguien de la familia Tao sienta algo por ti, eres despreciable-
Las palabras de Len, la forma en la que las había dicho, el tono que había usado, la mirada que tenia, la furia que se mostraba en sus ojos, la expresión que tenía en esos momentos. Todo apuntaba a que Nichrom recibiría una gran paliza.
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Horo corrió detrás de Hanna por toda la casa, intentando atraparlo para que se metiera a bañar.
-¿En donde diablos esta el maldito de Hao?- murmuró Horo sin detenerse, viendo la forma de llevar a Hanna hacia el baño sin que se diera cuenta.
-¡Tío!- gritó Hanna desesperado al ver que Horo no se cansaba o se detenía. Sus piernitas ya no le daban para más, sentía que estaba a punto de desfallecer.
-Horo-kun-
De la nada salió Opacho, provocando que Horo se espantara y se detuviera bruscamente, tropezándose y golpeándose en la pared al intentar esquivar a Opacho.
Hanna se detuvo al escuchar el golpe y volteo la vista, viendo la sonrisa cómplice que le dedicaba Opacho y la seña que el daba para que se marchara.
-Lo lamento mucho Horo-kun- dijo Opacho acercándose al peliazul que estaba en la pared como calcomanía.
-No te preocupes- respondió volteando a ver al otro y sobándose la frente.-Se me escapó- murmuro viendo el pasillo por el cual había desaparecido Hanna.- ¿Deseabas algo, Opacho?- preguntó volviendo la vista hacia el chico que estaba frente a él.
-Hao-sama me dijo que iba a darse un baño y después preparar la comida-
-Está bien, gracias Opacho- murmuró Horo caminando por el pasillo con dirección a la sala.
-Ya puedes salir- habló Opacho pasando junto a la puerta que daba a la cocina.
Hanna miro cuando Opacho se iba, debatiéndose si ir y hablar o irse a otro lado. Aún así, seguía sintiendo que el otro era un usurpador.
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-Nichrom, muévete- murmuró Len con voz furiosa.
El apache se levanto, soltando a Len, cerrando los ojos para esperar el golpe final, listo para recibir cualquier tipo de castigo que fuera a darle el otro.
Pero lo único que escucho, fue el portazo de la puerta al cerrarse.
-Len- susurró sintiéndose pésimo con él mismo. Había lastimado a la persona que amaba, le había obligado a hacer algo en contra de su voluntad. Pero las palabras que le había dicho Len, le habían dolido en lo más profundo de su alma. Nunca había sentido un dolor tan grande como el que estaba en su pecho en esos momentos.
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Marco había salido, así que tenía tiempo de pensar en lo que tenía que hacer en realidad. En lo que era lo correcto para hacer en ese caso.
Suspiro frustrado y camino hacia el teléfono que estaba en su cuarto. Marco el número que se sabía sólo por hablar con Hao durante días seguidos antes de que el Asakura decidiera irse con él.
-Hola Horo- murmuró al escuchar que el de Hokkaido era el que le contestaba en casa de los Asakura. No le agrado, su respiración se agito, su corazón se comprimió y sus dientes rechinaron.
-¿Se encuentra Hao?- preguntó con la voz un poco ronca por la ira incontrolable que sentía.
Frunció el ceño al escuchar que había salido con Hanna y Opacho, que probablemente regresaría después (lo siento, no se bien cuantas horas son de diferencia entre Japón e Inglaterra).
Se despidió de mala gana y colgó el teléfono sin esperar la respuesta del peliazul. Se tiro en la cama, tapeándose los ojos con las manos y apretándolas, sus celos iban creciendo demasiado, se estaba descontrolando, no podía soportarlo, no quería saber que su novio estaba con otro. Eso era demasiado.
***
Horo colgó el teléfono, entre extrañado y molesto por la actitud que había tenido Lyserg para con él. No le había hecho nada, así que no tenía porque tratarlo de esa forma.
-¿Qué ocurre?- El peliazul dio un brinco cuando sintió que unos brazos lo rodeaban por la cintura y el aliento de alguien en su cuello.
-Hao, no me espantes- murmuró suspirando e intentando alejarse de Hao.
-¿Qué pasa, Horo?- preguntó el Asakura mayor poniéndose serio.
-Te hablo Lyserg, parecía enojado así que mejor háblale- comentó cortante, logrando zafarse de los brazos de Hao por su distracción al escuchar el nombre de su novio.
-Vamos, chicos, les preparo algo de comer- dijo tomando de la mano a Hanna y caminando con los dos chicos a su lado.
Hao se quedo viendo el teléfono por unos segundos, pensando en lo que le sucedía a Lyserg pero la única forma en la que podría saberlo era hablando directamente con él.
***
Len comenzó a poner todas sus cosas en sus maletas, no pensaba estar más tiempo en ese lugar, no quería estarlo.
-Len…-La puerta de su cuarto se abrió a penas unos centímetros, dejando ver parte del cuerpo del apache.
-¿Qué quieres?- preguntó Len agresivamente.
-Yo…- comenzó el apache, entrando por completo al cuarto del otro, sintiéndose muy nerviosos.-Yo quería pedirte que te quedaras un poco más- susurró.
Len se tenso y vio con mala cara a Nichrom.
-¿Qué te hace pesar que lo voy a hacer? Te lo dije antes ¿no?-Nichrom sintió que su corazón se detenía en esos momentos. En realidad no tenía ninguna oportunidad con ese chico. Lo había echado todo a perder.