Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Desde las sombras te amare por rotzcoco

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno aqui esta otro capitulo, espero que les guste y esta vez ya no me tarde tanto.

Ahora sí es oficial, el siguiente capitulo es el ultimo de este fic que me ha costado trabajo de llevar a su final T_T no quiero que acabe pero todo tiene su final y este no es la excepcion.

Disfrutenlo

-Iré a acostarlo- dijo Horo después de besar suavemente a Hao en los labios.

 

-¿Quieres que te ayude?- preguntó sonriéndole mientras veía que se levantaba.

 

-No, tú deberías de hacernos la cena- ordeno mientras empezaba a caminar para salir del lugar. Sabía que si Hao lo acompañaba acabaría intentando hacer otra cosa en vez de hacer lo que debía de hacer.

 

Hao suspiro al escucharlo, algo frustrado porque no había podido tocar bien a su Horo.

 

-Está bien- murmuró bufando un poco, escuchando la risa alegre de Horo y la risita de Opacho.- ¿De qué te ríes mocoso?- le preguntó volteando a ver al que siempre había estado a su lado, al que prácticamente era su hijo.

 

-De nada Hao-sama-  le respondió el otro, riendo de nuevo mientras se levantaba para salir de ahí.

 

-No te salvas niñito- comentó Hao caminando detrás del otro y tomándolo del hombro.-Tú me ayudaras-

 

-Más bien dirás que yo lo hare- dijo riendo de nuevo, viendo a Hao, quien ahora sonreía muy divertido y de lado.

 

Se conocían muy bien y en realidad necesitaban pocas palabras para saber lo que el otro quería, aunque Opacho se daba cuenta de que Hao se sentía culpable por haberlo dejado. Pero él lo entendía, era normal que lo hiciera, siempre supo que su padre quería regresar con su familia más que matarla y deshacerse de ella. Recordaba la mirada triste de Hao siempre que el otro mencionaba algo de su infancia perdida, recordaba las caricias que le daba cuando creía que dormía, recordaba la tristeza que lo inundaba cuando le daba clases de cualquier cosa. Siempre había creído que Hao encontraría la felicidad que le faltaba en su vida y siempre había sabido que cuando eso pasara él acabaría siendo puesto de lado. Y eso es lo que paso.

 

-Opacho- la voz del mayor lo saco de sus cavilaciones y volteando a verlo se dio cuenta de su mirada llena de tristeza y pena.-Yo…-

 

-Hao-sama no tiene que decir nada- le interrumpió sonriéndole. A pesar de saber que lo que hacía estaba mal siempre lo había admirado y siempre lo haría. Lo quería mucho, él lo había salvado después de todo, era su héroe.

 

-Pero no tenía que dejarte, no debía hacerlo- murmuró sin importarle lo que el otro le dijera, cuándo le había hecho caso a pesar de saber que tenía razón.-Yo estaba a tu cargo y debía cuidarte siempre-

 

Opacho le sonrió y negó suavemente con la cabeza.

 

-Eso no importa, me dejaste ahí porque tu debías hacer cosas y no podías cuidarme, lo entiendo- dijo restándole importancia con una señal de su mano para después empezar a hacer la comida. Lo había extrañado, eso no iba a negarlo nunca, aunque no se lo diría al otro. Pero entendía que él no era alguien tan importante como la familia de Hao. Porque si ese fuera el caso Hao habría ido a buscarlo ¿no?

 

-No es que no pudiera cuidarte- comentó el mayor suspirando y revolviéndose el cabello mientras desviaba la mirada.-Te deje ahí porque creí que estarías mucho mejor que estando conmigo, siempre quise regresar por ti y traerte pero cuando iba a hacerlo me detenía pensando que lo mejor era que tu hicieras tu vida lejos de la peor persona del mundo-

 

Opacho se detuvo, volteando sorprendido a ver a Hao. Había escuchado su voz quebrarse y a pesar de esperar no creerlo, al verlo se dio cuenta de que estaba llorando. No le sorprendía verlo llorar, lo había visto en algunas ocasiones cuando su frustración era tan grande, al igual que su enojo, pero ahora era diferente. Lloraba por él.

 

-Hao-sama- murmuró aun sin poder creérselo y acercándose un poco a su amado padre.

 

-Realmente lo siento Opacho- murmuró tapando su rostro con sus manos, sintiéndose la peor persona del mundo.-Regrese una vez- confeso después de un rato de estar en silencio.

 

Opacho abrió los ojos aun más sorprendido y sin poder creérselo. Hao había regresado y no lo había visto.

 

-En realidad fueron  más de tres veces- dijo el otro, viéndolo a los ojos y acariciando su cabello al tenerlo tan cerca.-Pero siempre te veía sonriente, no podía quitarte eso- murmuró sonriéndole un poco al ver que sus ojos se llenaban de lágrimas.-Siempre que te veía me decía que a la primera sonrisa triste o alguna muestra de tristeza te agarraría y te traería conmigo- confeso mientras suspiraba y se secaba los ojos.-Pero nunca vi nada de eso-

 

Opacho se sorprendió un poco más al sentir que las manos de Hao acariciaran sus mejillas, al parecer las lágrimas habían empezado a caerle sin que él se diera cuenta. Pero es que no podía creerlo. Su héroe había estado tan cerca tantas veces y él a pesar de sentirse feliz de estar con niños de su edad, de conocer algo nuevo, nunca había logrado sentirse completo como le había sucedido cuando siempre estaba al lado de Hao.

 

-Así que por fin se lo dijiste- la voz de Horo sorprendió a los otros dos, quienes lo vieron por un momento.

 

-Si- respondió Hao sonriéndole un poco mientras abrazaba a Opacho, quien seguía completamente sorprendido y sin poder creer que eso estuviera pasando.

 

-No debiste tardarte tanto- comentó Horo mientras se acercaba a ellos y limpiaba las lágrimas de los ojos de Hao.

 

Los tres se quedaron en silencio un rato más, Opacho intentando ordenar todas sus ideas, Hao queriendo saber qué es lo que el otro pensaba y Horo esperando a que Hao lo había agarrado por la cintura.

 

*****

 

Cada vez faltaba menos para que llegara a su destino, no tenía la menor idea de cuantas horas llevaba en ese viaje tan cansado, sin detenerse en su departamento para dejar las pocas cosas que había llevado.

 

Directo al grano, como siempre había hecho.

 

-Hemos llegado- anuncio el señor que manejaba el taxi que había tomado. Eran tal los nervios que sentía que no había logrado hacer que sus piernas se movieran por sí solas, por eso había optado por tomar el taxi. Entre menos tiempo y más rápido llegara junto a su amado mejor se sentiría. No quería que el otro estuviera un minuto más con la mala influencia de Hao.

 

Agradeció al señor y le pago, bajando del vehículo y tomando su maleta, deteniéndose un momento frente a la puerta de la gran pensión.

 

***

 

Se encontraban ya más calmados. Horo terminaba de hacer la cena que había quedado a medias mientras escuchaba las palabras de Hao. Desde que había llego Opacho a la casa, Hao había empezado a actuar un poco raro, al poco tiempo logro sacarle la razón y Hao le conto todo lo que sentía respecto a lo que le había hecho a Opacho. Lo convenció de que debía decírselo al menor pero el peli largo no sabia cómo hacerlo y ahora que lo pensaba un poco más, era la primera vez que veía a Hao de esa forma, tan confuso y sin saber cómo decirle algo a alguien.

 

Se podía notar que Opacho era una persona muy importante en la vida del otro.

 

-Lo siento Opacho- volvió a decir el mayor mientras suspiraba. -Pense que lo mejor para ti era que te quedaras allá-

 

El menor sonrió y volvió a abrazar al mayor, sintiendo el calor de su cuerpo y que una tranquilidad lo invadía.

 

-¿Eso quiere decir que soy alguien importante para Hao-sama?- preguntó sin levantar la mirada, con algo de miedo a la respuesta que el otro pudiera darle.

 

Hao abrió los ojos sorprendido y después separo un poco al chico de su pecho.

 

-Opacho, eres la persona más importante de mi vida- respondió sonriéndole dulcemente.

 

***

 

Se preguntó si debía de tocar antes de entrar, o tal vez anunciarse en la entrada pero no le apetecía hacerlo. En especial porque no podía esperar ni un segundo más para ver a Horo. Así que sin hacer nada, entro a la pensión, dejando sus cosas en el pasillo y dirigiéndose a la cocina, que es donde provenían los ruidos.

 

***

 

Después de que Hao y Opacho hablaran un poco más, el menor salió de la cocina, con excusa de irse a dar un baño, dejando a los dos más grandes solos en la cocina.

 

-¿Ya te sientes mejor?- preguntó Horo sonriéndole a Hao mientras le servía su cena.

 

-La verdad es que sí- le respondió, tomándolo de la muñeca cuando vio que se iba a ir y abrazándolo por la cintura.-Aunque podría estar mucho mejor- comentó sonriéndole de lado, viendo el sonrojo de sus mejillas.

 

 

 

(POV Hao)

 

Suspire al verlo sonrojarse, era tan hermoso. El brillo de sus ojos, su piel blanca contrastando contra sus mejillas rojas y su cabello azul.

 

-Bésame Horo- pedí, esperando que realmente lo hiciera porque seguía reusándose a mí, algo que me dolía pero que entendía en parte.

 

Horo me sonrió y pronto sentí sus labios en los míos, sorprendiéndome un poco pero después correspondí, abrazándolo fuerte por la cintura y sentándolo en mis piernas, haciendo el beso más demandante, más apasionado.

 

-Hao- mi nombre salir de su boca de esa forma provocaba que todo mi cuerpo se tensara y sintiera un escalofrió recorrerlo. Era tan excitante.-Opacho vendrá en cualquier momento- murmuró sin despegarse demasiado de mis labios. Otra cosa que me sorprendió porque siempre lo besaba y se alejaba.

 

Una sonrisa se dibujo en mis labios al pensar que tal vez mi chico estaba pensando seriamente en quedarse a mi lado.

 

-Horo, te amo- susurre acariciando sus mejillas para volver a besarlo.

 

-Yo también te amo Hao-

 

***

 

Se detuvo de nuevo cuando estuvo frente a la puerta de la cocina, una parte de su mente racional le decía que no debía de entrar de esa forma, que realmente debía de anunciarse. ¿Y si Horo estaba en los cuartos? ¿Y si Hao estaba intentando algo con SU chico?

 

Al pensar en eso cerro los puños con fuerza, claro que no pensaba dejar que el otro intentara hacerle algo a su novio.

 

Sin volver a meditarlo abrió la puerta de un tirón, viendo la escena que había ante sus ojos con mucha sorpresa.

 

***

 

-¡HOROKEU!-

 

El grito provoco que todos los presentes en esa pensión dieran un brinco, volteando a ver al chico que había dado tal grito y sorprendiéndose de que Len estuviera en la puerta.

 

-Len- susurró sorprendido Horo, quien se encontraba con una cara de tonto mientras sostenía sus palillos a medio camino de su boca.

 

-Bravo chino, lograste asustar a mi sobrino- la voz molesta de Hao hizo que todo el ambiente se hiciera algo pesado.

 

Hao sostenía a Hanna, quien había despertado hacia unos momentos y ahora al escuchar el grito sollozaba un poco.

 

-Hao- murmuro Len viendo al peli largo con odio.

 

Y es que la escena en la que estaban todos se veía algo comprometedora. Horo sin playera, Hao con su sobrino pero pegado a Horo y sin pantalones y Opacho, quien en realidad se encontraba sirviéndose más comida.

 

-¿Por qué no traes playera Horo?- preguntó frunciendo el ceño, analizando las cosas lo más tranquilamente y esperando a que el otro le diera una explicación razonable a lo que sucedía.

 

Horo se sonrojo al darse cuenta de cómo estaban y se puso nervioso.

 

-E-es que Hanna se levanto de sorpresa y Hao fue por él, regresaron porque Hao no había comido nada y entonces me paso a Hanna. Pero me vomito y por eso no traigo playera- Horo se empezó a poner algo nervioso al darse cuenta de que su novio no le estaba creyendo ni poquito y podía decirlo por la expresión de ira que traía en el rostro.-Y cuando se lo iba a pasar a Hao para que yo me quitara la playera, vomito de nuevo pero en sus pantalones- dijo mientras volteaba a ver a Hao.-¿Verdad Hao?- murmuró buscando algo de apoyo, pero espantándose más al darse cuenta de la mirada asesina que tenia el peli largo.

 

-No, la verdad es que estaba a punto de follármelo cuando nos interrumpieron Opacho y Hanna- respondió el Asakura mayor, sonriendo de lado mientras veía con odio a Len. Ese chino tenia que llegar a arruinar todo lo que estaba logrando con Horo.

 

-¡HAO!- gritó Horo levantándose de la silla y viendo enojado al mayor.-No es verdad Len, no le creas- dijo caminando hacia donde estaba el chino y tomándolo de la mano.-Vamos, te llevo a tu cuarto- murmuró viendo de reojo a Hao y después saliendo de ahí, con un Len a punto de estallar e intentar matar al otro.

 

**

 

(POV Hao)

 

Suspire al verlos irse, ahora me sentía peor que antes. Por fin había logrado hacer que Horo se expresara por completo, que le correspondiera tan abiertamente pero Opacho había llegado antes de que yo pudiera siquiera volver a besar a Horo. Después de eso había pasado todo como había explicado Horo.

 

Me sorprendí al ver a Len en la puerta, no puedo negar eso pero al verlo recordé todo. Él me lo robo, lo alejo de mí por mucho tiempo y ahora regresaba para volver a alejarlo de mí y no podía permitirlo, no quería perder a Horo ahora que estaba casi seguro de que lo dejaría y estaría conmigo.

 

-Vamos Hanna, tranquilo- susurré mientras intentaba tranquilizar a mi sobrino, que de por si ardía en calentura y ahora estaba espantado por el grito.

 

***

 

Opacho se quedo en silencio en todo lo que sucedió. Había sido tan rápido que no había podido procesar nada de información de lo que estaba pasando. Se había acostumbrado a ver a Horo sin camisa y hasta sin pantalón. A veces todos tomaban baños junto. Y a Hao siempre lo había visto de todas formas.

 

Y ahora se había acostumbrado demasiado a la forma en la que actuaban los otros dos que nunca se puso a pensar en si eran o no pareja. Actuaban como tal pero los constantes rechazos de Horo hacia su padre le decían que no eran nada en realidad. Todo había sido tan confuso que mejor decidió dejarlo así hasta que un día escucho hablando a Horo de que no dejaría a Len y por lo poco que recordaba de los otros cuando eran más pequeños era que Len era el chico extraño con el peinado en punta.

 

-Hao-sama- murmuró volteando la vista hacia el mayor después de que Horo y Len se fueran.

 

Abrió los ojos sorprendido, viendo la tristeza reflejada en las orbes del otro mientras intentaba tranquilizar a Hanna.

 

Así que en realidad seguía sufriendo demasiado, y ahora era por un chico.

 

***

 

-Len es verdad todo lo que te dije-

 

Horo volvió a suspirar, ya llevaba repitiendo la misma historia tres veces y el otro era capaz de hacerlo repetirla muchas más veces hasta quedar satisfecho.

 

-Confió en ti Hoto- dijo Len después de un rato de estar observándolo desde el lugar en el que se encontraba.

 

-Len, es Horo- murmuró el peli azul revolviéndose el cabello. Sabia que sólo lo llamaba así cuando estaba demasiado enojado. Era su forma de decirle que estaba a punto de estallar.

 

Len suspiro y se relajo un poco, caminando hasta la cama y sentándose a un lado de Horo, quien lo abraza por los hombros y lo pego a su cuerpo.

 

-Debiste llamarme cuando llegaste, así podría haber ido a recibirte al aeropuerto- protesto Horo mientras hundía su rostro en el cabello del otro, aspirando su aroma tan distinto al de Hao.

 

Lo había extrañado, realmente había extrañado estar tan cerca de su Len, aunque se sentía culpable por lo que estaba haciendo.

 

-Quería que fuera sorpresa- murmuró el peli violeta mientras se abrazaba al cuerpo de Horo, sintiendo el calor que desprendía pero alejándose un poco al olerlo bien.-Horo apestas a vomito, lárgate a bañar- dijo separándose por completo de él y viendo con asco al otro.

 

-Ahora si me crees ¿no?- susurró el de Hokkaido con gotitas en los ojos por ser despreciado de esa forma, aunque por dentro estaba muy feliz de estar así.

 

***

 

-Hao-sama yo lo acuesto- se ofreció Opacho mientras tomaba a Hanna, quien ya había quedado dormido, agotado por la fiebre que ya le había disminuido.

 

-Gracias Opacho- dijo sonriéndole y besando su frente.-Iré a bañarme- anuncio mientras caminaba fuera de la cocina.

 

Opacho se quedo observando el punto por donde se había ido. Estaba preocupado por el otro. Esa mirada triste no le gustaba para nada, en especial porque ahora la tristeza era más profunda que antes.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).