-Tío- la voz dulce de Hanna sonó cerca de la cama.
-Tío- Hanna se acerco a la cama y jalo la camisa de Hao para que le hiciera caso.
-¿Qué ocurre?- pregunto el tío desnaturalizado viendo a su sobrino de reojo.
-Tengo que ir al baño- murmuro el pequeño poniendo ojos de perrito.
-Pues ve- (que malo es Hao ;-;) respondió el tío volviendo a acomodarse junto a Horo.
-Hao- murmuro Horo apoyando su cabeza en el pecho del pelilargo.
-¡Tío!- se quejo el pobre niño jalando de nuevo la camisa de Hao.
-Hao- se quejo Horo empujando un poco al otro para que le hiciera caso a su sobrino.
-Él puede ir solo- comento Hao acomodándose de nuevo.
-Hao, llévalo al baño- lo regaño Horo como el bueno de este fic.
-Llévalo tú- contesto Hao arrojando a Horo fuera de la cama.
-HAO- grito el peliazul sobándose la cabeza y caminando hacia Hanna.
Hao era un caso perdido.
*************
-Len- la voz de Jun sonó preocupada.
Su hermano llevaba encerrado en ese cuarto por más de dos días sin comer.
-Len- volvió a decir tocando de nuevo la puerta.
Al no obtener contestación Jun entro al cuarto para encontraste con un pelivioleta hecho bolita en el sillón y durmiendo como un bebe (¡¡HERMOSO!!).
Jun meneo la cabeza y agarro una cobija para tapar a su hermano.
-Descansa- le dijo besando tiernamente su mejilla.
**********
-Hao- la mano del peliazul movió el hombro del pelilargo para despertarlo. Aunque el ainu no sabía que el otro estaba muy despierto.
-Hao- murmuro Horo acercándose a la mejilla del otro.
-Ya llevaste a Hanna?- preguntó el pelilargo atrapando a Horo y poniéndolo debajo de él.
-Ya- respondió Horo pareciendo molesto.
-Y en donde esta ahorita?- pregunto de nuevo Hao acercándose a los labios del otro.
-Abajo- respondió el peliazul volteando su rostro para que Hao no lo besara en los labios.
-No me evites- dijo Hao tomando la barbilla del otro y obligándolo a que lo viera.-Sé que es lo que sientes por mí- murmuro lamiendo los labios del peliazul.
-Claro que no- respondió Horo haciendo un esfuerzo sobrehumano para poder aguantarse.
-Ayer me lo dijiste- Hao acerco más su rostro al rostro de su prisionero.
-Escuchaste mal- murmuro el peliazul intentando disimular el deseo que sentía por tocar los labios del otro.
POV Hao
Me dolía que dijera eso, me dolía que negara lo que me había gritado la noche anterior, me dolía pensar que podía ser verdad, me dolía suponer que Horo lo había dicho sólo para complacerme, me dolía intentar asimilar que simplemente éramos amigos.
Mi mano se metió debajo de la playera de Horo y comencé a acariciar su pezón. Sonreí al escuchar el gemido de Horo, sabía que no podía resistirse a mí (quien puede? *¬*)
-Hao- susurro Horo intentando apartarme.
Sonreí y bese su cuello, escuchando los suspiros que daba Horo cuando lo lamia o mordía.
-Horo, te deseo- le dije en el oído.
Sentí como Horo se tensaba y decidí ir más allá.
Baje mi mano hasta sus pantalones. Desabroche el botón y le baje la cremallera.
-No, Hao- las manos de Horo volvieron a intentar alejarme.
No le hice caso y seguí metiendo mi mano en sus calzoncillos.
-Hao- susurro Horo cuando toque su miembro.
-Voy a hacer que sientas placer- le murmure al oído volviendo a acariciar su miembro.
-Detente- murmuro Horo con dificultad.
-No- le conteste mordiéndole el lóbulo de la oreja.
Seguí acariciando el miembro de Horo, sintiendo como se ponía duro después de unos segundos de estar haciendo lo mismo.
-Ves, te gusta- le dije acelerando las caricias.
-Ah, Hao- su voz me excitaba.
Mi mano comenzó a moverse más rápido, recorriendo toda la longitud de Horo.
Sentí como se tensaba, el momento estaba a punto de llegar. Y no estaba en lo equivocada, porque Horo agarro mi playera y se aferro de ella, dejando salir todos sus fluidos.
Bese sus labios para que dejara de mordérselos. Sus manos se posaron en mi cuello apretándome.
-Tío-
La voz de Hanna me distrajo de mis acciones.
-¿Qué ocurre?- le pregunte volteando a verlo.
-Abajo hay alguien que busca a Horo-
Hanna vio a Horo y luego regreso su mirada a mí.
-¿Cómo se llama?- le pregunte separándome un poco de Horo.
-Cocolove- me respondió asintiendo.
Me quede viendo a Hanna y luego la risa salió con vida propia.
Ahora Chocolove tendría un nuevo apodo.
**********
Un peliverde caminaba cansadamente por los pasillos de su escuela. Realmente estaba loco por pensar que con Hao todo era más divertido, aunque se la pasara molestando y ligándose a otros. Sí, lo había notado. Desde la primera vez que Hao pisó su escuela, se dio cuenta de que iba a ser de los más cotizados y que cualquiera se iba a querer quitar. Pero él no se daría por vencido, pelearía por tener a Hao para él solito.
Lo que no había entendido todavía era el motivo por el cual se había marchado Hao por tres meses hasta que volvió a verlo en casa de Yoh.
Era difícil entender a Hao, pero era más difícil no pensar en qué era lo que estaba haciendo con Horo.
-Lys-
El peliverde se detuvo en la entrada de su cuarto. Vio al güero que estaba sentado en su cama con una pierna vendada y con sangre.
-¡Marco!- dijo horrorizado el peliverde corriendo hacia donde estaba su amigo.
Marco sonrió tiernamente al ver que Lyserg se hincaba y empezaba a quitarle la venda.
-No te preocupes- le dijo poniendo su mano en las manos del otro.
-¿Cómo quieres que esté tranquilo si estas herido?- preguntó el inglés siguiendo con su tarea de curandero.
-No es para tanto- murmuro Marco viendo al menor.
-¿Cómo te lastimaste?- pregunto Lyserg intentando averiguar la razón de la herida.
-No importa- susurro Marco viendo por la ventana para evitar la mirada verde de Lyserg.
-Claro que importa- dijo Lyserg levantándose para quedar a la altura de Marco. Lyserg tomo la barbilla de Marco para obligarlo a que lo viera.
Marco cerró los ojos de forma infantil, pero sabía que si sus ojos se topaban con los del otro, le diría la verdad y en esos momentos no sabía cómo iba a reaccionar el inglés.
-Te peleaste con Hao- afirmo el peliverde deduciendo de alguna manera el silencio del otro.
-Lo siento- murmuro Marco abriendo los ojos- Se que no quieres que me meta con él, pero no lo aguanto. No puedo permitirle que te haga tanto daño- la voz de Marco se volvió furiosa- No me agrada que te deje y regrese cuando quiera-
-Yo lo quiero, Marco- dijo Lyserg soltando al güero.
-Lo sé- susurro el otro de forma molesta.
-Ahora deja que te vende bien la pierna-Lyserg se volvió a hincar y termino su tarea sin que el otro protestara en lo más mínimo.
-A veces me gustaría que no lo quisieras a él- susurro Marco viendo a Lyserg dejar las vendas en un rincón del cuarto.
-Lo sé- murmuro Lyserg deteniéndose a pensar por un momento en Hao (aunque siempre piense en él).