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Desde las sombras te amare por rotzcoco

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-¿Cuándo se van?- le pregunte a Yoh cuando vi que salía de su cuarto.

-Mañana en la noche, Anna quiere estar allá el menor tiempo posible-

Asentí y empecé a caminar a las escaleras, no tenía intenciones de quedarme en la pensión por mucho tiempo. Bueno, en esos momentos porque después estaría mucho tiempo ahí.

-Hao, lamento que Anna te este obligando a quedarte-

El comentario de Yoh hizo que detuviera mi marcha. A veces Yoh era muy débil.

-No te preocupes, no tengo nada que hacer de todas formas- le conteste sin verlo a la cara. Sabía que sonreía y que realmente me lo agradecía. Aunque me preguntaba como podía tener tanta confianza en mí, como para dejar que cuidara a su hijo (en estos momentos me han hecho que dude de la sexualidad del hij@ de Yoh, si alguien es tan amable podría ¿¿decirme?? Aunque en estos momentos, bueno con suerte, talvez cambie de niño a niña).

-Gracias Hao-

Asentí de nuevo y baje las escaleras.

En esos momentos me sentía indispuesto como para estar encerrado en la pensión y más si tenia que aguantar a Len y Anna.

 *************

(Esta parte esta contada por mí jijiji)

-¿Sí te vas a quedar aquí?- la voz de Len sonó molesta.

Horo le daba la espalda y eso era algo que le molestaba mucho.

-No tengo otra opción- contestó Horo en voz baja.

El peliazul se sentía mal, más que nada confundido por lo que sentía por el pelivioleta (y por alguien más).

-Puedes decirle a Anna que no te vas a quedar- murmuro Len apretando los puños en un intento de calmar su ira.

-Sabes que no puedo hacer nada, Anna me va a matar si la contradigo- Horo jugó con sus manos de forma nerviosa.

-Pero tú tienes cosas que hacer en Hokkaido, tienes que estudiar- la voz de Len se volvía más fuerte. De vez en cuando apretaba la mandíbula y se mordía el labio, su paciencia estaba a punto de acabarse y el peliazul no ayudaba mucho.

-Lo que tú quieres, es que no me quede con Hao-

-¡CLARO QUE NO QUIERO QUE TE QUEDES CON ESÉ!- (creo que esta de más decir que Len perdió la paciencia).

-Hao sólo es mi amigo- respondió Horo sin perturbarse por la reacción del otro.

-¡Él no te ve de esa forma!-

Len no se aguanto más y se aventó en contra del peliazul, que conociéndolo, en un movimiento rápido y ágil se movió logrando interceptar al otro.

-Deberías de confiar un poco más en mí- murmuro Horo molesto.

Len empezó a forcejear para que Horo lo soltara y lo dejara libre (el menso había quedado debajo de Horo), si algo no iba a aguantar, era que el otro lo tratara de esa forma. ¿Cómo podía decirle que confiara en él, cuando sabía que Horo empezaba a sentir almo más que amistad por el pelilargo? 

*************

Era de noche cuando regrese a la pensión, deseaba con todas mis fuerzas que nadie estuviera en la cocina. Tenía hambre y tenía que comer algo, pero no tenía ganas de encontrarme con alguien y tener que soportarlo. En especial a Len o Horo.

Me dolía saber que ya había probado sus labios y que no podría volver a hacerlo. No me agradaba la idea de tener que estar con él durante un mes, los dos solos, cuidando de un niño de 4 años.

 

-Hao- mi nombre sonó en un susurro.

Esa voz tan conocida hizo que me detuviera en la entrada de la cocina. Mire al peliazul que estaba delante de mí con un poco de comida en los brazos.

-Hola- murmure sin saber que decir.

-Hola- me contestó desviando su mirada.

Sentí que mi corazón se aceleraba cuando vi que sus mejillas se tornaban rosas.

Realmente no entendí su reacción ni nada (medio menso Hao), pero era algo ciertamente hermoso.

-emm yo…-

-Me alegro de que estén aquí los dos- la voz de Anna sonó a mi espalda, interrumpiendo lo que estaba a punto de decir Horo.

Me quite de la puerta y deje que Anna pasara. Atrás de ella venia Yoh cargando a Hanna en los brazos.

-Siéntense- nos ordeno Anna señalando los dos asientos que habían delante de ellos.

Horo obedeció sin decir nada pero yo me quede parado, cualquier cercanía con Horo era peligrosa y no quería que un niño de 4 años viera como me le aventaba a Horo para probar de nuevo sus labios.

-Hao-

-Prefiero quedarme parado- respondí antes de que Anna comenzara a gritar de cosas.

-Como quieras- Anna se sentó y tomo a Hanna en sus brazos- Hijo, ellos te van a cuidar por un mes- Anna nos señalo y Hanna nos vio abriendo los ojos como platos.

////////////////

Después de que Anna nos diera una explicación completa de lo que podíamos darle, como cuidar y jugar con su hijo, nos dejo libres.

Automáticamente me dirigí al baño. Me metí al agua sin pensarlo demasiado y me empecé a relajar.

Los días siguientes no iban a ser fáciles, no sabía como iba a poder controlarme sin intentar hacer algo con Horo.

No comprendía como lo iba a hacer para poder salir vivo de ese mes.

-Oye, tonto- la voz molesta de Len provoco que todo mi cuerpo se tensara y mi momento de relajación se arruinara.

-¿Qué quieres?- le pregunte sin dignarme a verlo.

-Será mejor que no intentes nada con Horo o la vas a pagar caro-

Ahora sí, Len merecía mi atención completamente, se lo había ganado.

Cómo se atrevía a amenazarme, a mí Hao Asakura, el mejor de los Shamanes, el más fuerte, el más guapo.

-¿Quién eres tú para decirme lo que tengo que hacer?- salí del agua y me enfrente a Len.

-Soy su novio- me respondió cruzándose de brazos y viéndome desafiante.

Nos miramos por mucho tiempo, no iba a ceder ante Len.

-En la guerra y el amor todo se vale- (jijiji tenía ganas de poner esa frase).

-Lo sé- me contestó Len.

Sin poder reaccione, no saber lo que había pasado, caí al agua salpicando por todas partes.

/*/*/*/*/*/

-¿Qué pasa Hao?- me preguntó Lyserg cuando entre al cuarto.

-Nada- conteste bruscamente.

-Ah- escuche como suspiraba. Sin darle mayor importancia me senté en la cama y pensé en el mes que me esperaba.-Hao- la voz de Lyserg sonó a mi espalda. Después sentí como la otra parte de la cama se hundía ligeramente. Nuestras espaldas se pegaron.- Mañana regreso a Inglaterra- la voz de Lyserg sonó insegura y temblorosa.

-¿tan rápido?- le pregunte sin muchos ánimos.

-Tengo algo importante que hacer- me contestó.

-Está bien-

El silencio se formo. Todo se volvió lento y pesado.

-¿A que hora?- le pregunte intentando conversar con Lyserg.

-A las tres de la tarde-

-Será mejor que nos durmamos ya-

Me sentí confundido por un instante. Deseaba lo mejor para Lyserg pero quería que se quedara junto a mí.

Me levante de la cama y después de ponerme unos shorts cómodos, me acosté en ella. Mi espalda le daba a Lyserg. Por alguna razón me sentía extraño. No podía verlo.

-Hasta mañana- me susurro Lyserg pegando su espalda a la mía.

-Hasta mañana- respondí dándome la vuelta y abrazando la cintura de Lyserg.

Necesitaba sentir que todavía me quería, que seguía siendo mío.


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