Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una sencilla historia de amor por Kat

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Kat: Holaaaa! Mi primer intento de one shot xD lo que a una se le ocurre en clase XDD jaja es que no vimos nada y me aburrí, entonces comencé a escribir y salió esta sencilla historia de amor ^^ espero que les agrade, con todo mi cariño para ustedes!!

Notas del capitulo: Kat: espero que lo disfruten y me dejen sus coments para ver que tal mi intento de one shot =b

Hola… mi nombre es Anlos Detuen… sí, ese es mi nombre. Les contaré una historia, no muy complicada y algo sencilla. Mi historia. ¿Pero no la divulguen eh? Ahora que lo veo todo en perspectiva… me parece tan increíble… y hasta gracioso. Por supuesto que antes no me lo pareció así… solía llamarle “Mi horrible realidad irritante, insoportable y lo odio” Je, así era antes… en ese entonces… nunca me imaginé lo que iba a suceder… al menos no al comienzo.Como todas mis mañanas normales, me levanté temprano para ir a mis clases. Comenzábamos el año, pero todos eran iguales, y a mí me daba igual de todas maneras. Estaba conforme con mi vida aburrida… pero todo cambió ese día. Cogí mi mochila y salí de mi habitación, vestido como siempre, mis vaqueros gastados, mi camiseta, mi chaqueta por encima, mis guantes de moto y mis tenis azules. Ingresé al comedor y me senté, tomando la tostada frente a mí y llevándola a mi boca.
- Bueno días, cariño. – me saludó mi madre con una sonrisa.
- Buen día mamá. – devolví sin mucho interés, pero ella me interesaba mucho, solía celarla demasiado. Como hijo único, y con ella soltera y hermosa, tenía razones. Cualquiera tener a esa mujer  rubia ojizarca de facciones delicadas y cuerpo escultural… siempre me pregunto como se mantiene. Hum… sí, creo que cualquiera querría tener a una mujer así. O casi cualquiera… yo no. Me era realmente molesto las chicas de mi colegio intentaran seducirme… había heredado el cabello liso de mamá y lo mantenía largo, y los ojos verdes que fueron de aquel tipo que nos abandonó. Desgraciado, ni siquiera lo conocí… bueno, a mis dieciséis años me importa poco o nada.

 

Llegué al colegio pronto, y como siempre, fui asediado por las chicas. Suspiré resignado, casi imperceptiblemente. Siempre estaba serio, caminando con las manos en los bolsillos y apenas viendo el camino. Tenía memoria fotográfica, aprendía todo muy rápido, de hecho, casi no estudiaba para las clases.
- ¡Anlos! ¡Anlos! Buenos días… - me saludó Catrina, una chica pelinegra de ojos cafés, que estaba especialmente ilusionada conmigo. Lo lamentaba por ella, pero le sobraba de arriba y le faltaba de abajo para que me gustara.
- Buenos días. – respondí secamente, como era mi costumbre.Me senté en el último puesto del salón, alejado de todos los demás. Me puse en posición de descanso, pero lo oía todo. Siempre había tenido buen oído. Escuché la llegada del profesor Arthure, de matemática. Estaba guapo, pero no estaba seguro de que fuera gay, así que me decidí por no intentar nada con él. Entonces, seguido del profesor, había alguien más. Lo escuché decir que se trataba del nuevo alumno, un tal Gyo Tyfer.  Levanté la vista sólo por curiosidad, y nuestras miradas se cruzaron. Me quedé impresionado, pero lo supe disimular. Sus cabellos eran negros, muy negros, sus ojos grises y su piel muy blanca, resaltando su cabello y ojos. Era más alto y proporcionado que yo, tenía que admitirlo. Su cabello era corto y un flequillo le caía por la frente. Estaba muy bien.

&&&&&&&&&&&

Cuando entré, no me gustó nada ese nuevo colegio. Me preguntaba irritado como es que papá decidió que nos mudáramos de la noche a la mañana. Pero todo cambió cuando lo vi. Ese rubito ojiverde me dejó embelesado. Muchas chicas se me acercaron cuando llegué, pero yo tenía y tengo otros gustos. Y ese rubito los enmarcaba perfectamente. Ya quería probarlo. Oh sí, me gustó desde el primer momento, y no lo iba a dejar escapar. Me juré con determinación, que sí él no era gay, lo volvería yo.

 

Luego de que el profesor me presentara, fui directo a sentarme al lado del rubio. Nos miramos intensamente, luego le mandé una de mis sonrisas seductoras, que lo hizo sonrojar levemente y apartar la vista… ¡Bien! Pensé que eso sería más fácil de lo que creí… que equivocado estaba en esa época.

&&&&&&&&&&&

Este idiota. Creía que me podía hacer caer con una simple sonrisita. No sabía porque, pero lo quería lejos. Ahora lo sé. Me sobrecogía su presencia, me ponía muy nervioso… y me pone aún. La campana que anunciaba el descanso sonó, y todos fueron saliendo. Fui el último en salir, pero el chico nuevo me acompañó. No solía tener muchos amigos… el único era Tommy, que me alcanzaba luego de comprarse algo para comer.
- ¿Qué haces? – Pregunté hosco a Gyo. Él sólo me sonrió.
- Acompañarte. – me respondió simplemente el muy imbécil. Fruncí el ceño.
- Pues ya no lo hagas. Aléjate de mí. – ordené fríamente. Pero él ni atención me prestó, seguía muy sonriente. Para mi mala, y su buena fortuna, aunque ya no la considero mala realmente para mí, íbamos pasando por el frente de los baños, que estaban sospechosamente solitarios.
- ¿Qué no me oíste? – insistí irritado. Se volteó y comenzó a caminar en dirección opuesta, pero justo cuando creí que al fin iba a marcharse, ni supe como terminamos dentro del baño, con él sosteniéndome de las muñecas con una mano, y con la otra de la cintura, con nuestros cuerpos pegados. Me maldije por no poder evitar sonrojarme.
- ¿¡Qué crees que haces, maldito imbécil!? – reclamé molesto, intentando zafarme, lamentablemente sin ningún éxito. Me sonrió perverso y yo tragué duro, sin dejar de forcejear.
- Esto hago. – me dijo con sorna, antes de plantarme un morreo completo, que me dejó sin aliento, y sin… resistencia. Sí que sabía besar el muy aprovechado… pero por supuesto que no lo admitiría. Sentía nuestras lenguas entrelazarse como con necesidad, reconociéndose, pero a la vez con suavidad… era un dulce sabor. Estoy seguro de que ambos cerramos los ojos. Lo disfruté mucho, tenía que admitirlo…
- ¡¡¡Imbécil, maldito idiota!!! ¡¡¡No quiero volverte a ver en mi vida, No te me acerques!!! – pero claro que no lo hice, y en lugar de ello lo insulté, pretendiendo indignación, para luego empujarlo en su descuido y salir corriendo.

&&&&&&&&&&&&&

Oh, oh, oh… vaya. Parecía que tenía que domar a mi fierecilla. ¡Qué reto fue! Pero ese rubito ya era mío. Ya lo había nombrado así, y lo tendría sólo para mí, costara lo que me costara.

&&&&&&&&&&&&

Los días siguieron pasando con extrema lentitud. Lo odiaba. Sobre todo porque ese imbécil me perseguía a todas horas… aunque no podía negarme que me lo pasaba muy bien  cuando lograba darme alcance y nos morreábamos. Pero luego me zafaba como podía y me iba sin más. Pero llegó el día en que no me pude escapar. Entre mi supuesta indiferencia, las persecuciones y los morreos, transcurrió un mes entero. Estaba cayendo poco a poco en sus brazos, y él lo sabía, cosa que me frustraba enormemente.

Ese día llegué a casa, con el sabor de sus labios aún sobre los míos. Mamá había salido con un tipo que no me caía ni tan mal, y ahora me cae muy bien la verdad; salió a tomar un café, invitación de él… ella se veía muy contenta desde esa primera cita. Hum, y pensar que con esa salidita se convirtió en mi padrastro. Bueno, el punto es que cerré descuidadamente la puerta, y me eché en el sofá a ver televisión, dejando la mochila tirada por ahí… con las llaves dentro. Veía un programa de animales, pensando que Gyo era un completo animal, cuando oí que abrieron la puerta. Sabía que no podría ser mamá, pues regresaría tarde y estaba confirmado, justamente por ello me azoré. Tomé mi bate de béisbol, que estaba recostado sobre la puerta del armario cercano, y me dirigí con cautela hacia la entrada. Me mantuve tras la pared, observando la puerta ya cerrada.
- Oh, oh… - murmuré preocupado, cuando no vi mi mochila donde la había dejado. De pronto, alguien me tapó la boca por detrás y me tomó de las muñecas con su mano libre, logrando que soltara mi bate. Forcejeaba como podía, pero era inútil. Comencé a asustarme.
- Shhhh… tranquilo… - me murmuró  al oído el baka de Gyo. Me tranquilicé por unos momentos, al menos no era un ladrón. Pero cuando se descuidó, lo golpeé con el codo en su estómago, sacándole el aire jajaja. Corrí hacia la puerta, con toda la intención de huir, como siempre lo hacía, a pesar de ser mi propia casa. Es decir, sabía que no iba a robar ni nada, sí, que en el fondo confié siempre en él.
Pero al llegar a la puerta e intentar abrirla, noté que estaba trancada con llave. No podría salir sí no tenía la mendiga llave… de seguro que también ya había trancado la puerta de atrás…
- Glup. – tragué duro, creo que miraba con horror esa puerta. Gyo cercó mi cintura con sus brazos, y apoyó su cabeza en mi hombro, pegándoseme cual garrapata el muy baka.
- ¿Cómo entraste, baka? – inquirí con desdén. Gyo me estrechó más si eso se podía.
- Dejaste la puerta sin trancar, mi rubito. – me dijo con ese apodito que fingía aborrecer. Comenzó a besarme en el cuello provocadoramente, yo no me quejaba ni tampoco me movía, y había dos razones para explicarlo. La primera, era porque sabía que era inútil, y la segunda…
- Hummmm… - era porque no quería, y ese gemidito suave que solté sin querer, lo probaba.
- ¿Te gusta? – me preguntó sensual al oído, lamiendo mi lóbulo y haciéndome estremecer.
- ¿Qué quieres? – le pregunté a mi vez, con mi tono resignado. Ya había caído, era irreparable. Es lo detuvo, creo que lo confundí.

&&&&&&&&&&&&&

Eso me confundió. ¿Lo haría para detenerme? En este mes sólo había huido, porque a ambos nos constaba que no podía resistirse jajaja y eso me sigue pareciendo tan adorable.
- ¿A qué te refieres? – le pregunté. Pareció respirar hondo para darse valor. Eso me encantaba de él… bueno, todo me gustaba de él.
- A lo que quieres conmigo. Me has perseguido por todo un mes. ¿Soy tu jueguito personal o qué? – vaya. Sabía que tarde o temprano me lo preguntaría. Y sólo pude decir…
- ¡Por fin! – o más bien exclamar. Es que me sentí tan feliz… pero creo que lo confundí.
- ¿Qué? – preguntó incrédulo. Yo reí tenuemente.
- No eres un simple jueguito. Te he cogido más que cariño en este mes… - comenté con doble sentido – Sé mi novio. – pedí a la mar de contento.

&&&&&&&&&&&&

Yo no supe ni donde me quedé. Sentía mis mejillas arder, mi corazón latir desbocado y una agradable sensación en el pecho. Me quedé sin habla, notando lo que Gyo causaba en mí… y los sentimientos que me despertaba. Era tan extraño… pero a la vez tan… agradable.
- No me jodas. – pronuncié por fin, incrédulo, provocando la risa del baka… pero que lindo se reía. Casi sin darme cuenta, sonreí.
- No me des ideas. – advirtió pícaro, haciéndome sonrojar más. El muy baka se lo tomaba todo a perversión -. Pero estoy hablando en serio. – agregó con esa seriedad tan usual en él para con los demás, pero reservaba su lado amable y pervertido sólo para mí, lo que me daba secretamente un egoísta placer.
- Gyo… - no pude evitar soltar sorprendido, lo vi sonreír de reojo, al oír su nombre de mi boca. Usualmente, sólo salían insultos de mí para él, especialmente baka.

&&&&&&&&&&&&&

- ¿Por qué quieres ser mi novio? – indagó intrigado. Enarqué una ceja, ¿Acaso no era obvio?
- Porque me gustas, porque me encantas, porque te quiero. – respondí como sí eso fuera lo más obvio del mundo, que sigo creyendo que así es. Lo volteé hacia mí, pero abrazándolo, deleitándome con su adorable sonrojito.
- ¿De verdad? – inquirió tímido, una faceta que hasta ese momento le vi, y me provocó decir “Awwwww” de lo adorable que me pareció, pero me contuve, seguro que eso lo haría enfadar. Así que sólo asentí sonriente.
- Claro que sip. Y aún no me respondes. – recordé seductoramente, atrayéndolo hacia mí de la cintura y acercando mi rostro al suyo, adoré desde entonces hacer eso…

&&&&&&&&&&&&

Creo que adora hacer eso… Ahhhfff… ¿Y para qué negarlo? A mí me encanta que lo haga. Lo miré suspicaz.
- ¿Qué pasaría sí te dijera que sí? – pregunté cauteloso. Gyo desapareció la escasa distancia que nos separaba, y unió nuestros labios en un suave y embriagante beso, como en respuesta.
- Podría hacer eso cuando quiera… y sé que te encanta. – respondió divertido pero sincero, logrando arrancarme un nuevo sonrojo, para no variar.
-… ¿Me vas a dejar pensarlo o sí no te doy una respuesta ahora no me soltarás? – inquirí suspicaz, ya lo conocía bien. Gyo me sonrió divertido.
- Sabes que es lo segundo. Y sabemos que lo primero es sólo una treta para escaparte. – contestó triunfante, sin dejar de abrazarme en ningún momento. Sonreí culpable. Al parecer, él también me conocía bien.
- Ok. – dije simplemente. Gyo ladeó la cabeza sin entender.
- ¿Ok, qué? – preguntó. Yo le sonreí sinceramente, y alcancé sus labios en un breve y suave beso, que lo sorprendió un poco jejeje.
- Que acepto ser tu novio. – acepté sonriente. Y no hizo falta que dijera más, Gyo me levantó por los aires de lo más sonriente y feliz. Luego me bajó, abrazándome y besándome profundamente. Coloqué mis brazos alrededor de su cuello, disfrutando plenamente del contacto. Cuando terminamos, comenzó a acariciarme el cabello. Ese era mi punto débil… me sentía como un gatito cuando me acariciaban el pelo. Tenía entrecerrados los ojos… eso me daba sueño.

&&&&&&&&&&&&

Parecía adormilado. Dios, se veía tan… apetecible.
- ¿Tienes sueño? – le pregunté con una sonrisa amable. Él me la devolvió.
- Es por eso. – explicó, señalando mi mano en su cabello. Yo reí de buena gana.
- ¿Te da sueño que te acaricie el cabello?
- Hummm… - balbuceó en respuesta. Entonces, algo se me ocurrió. Me apresuré a cargarlo como a una novia.
- ¿Qué haces? – me preguntó quedamente, pero aún así, se acomodó en mi pecho.
- Cargarte a la cama. – respondí sencillo. Él cerró los ojos. Me encantaba tenerlo así. Subimos las escaleras y llegamos a su habitación. No era demasiado grande, y estaba decorada de forma simple, todo estaba ordenado… contrario a la mía je. Lo dejé sobre la cama con cuidado, al parecer ya se había dormido. Lo vi así, respirando pausadamente, tan apacible y tierno. No resistí la tentación y me acosté a su lado, abrazándole. Entre sueños, se acomodó bien en mi pecho, lo que me hizo sonreír. También cerré los ojos, y luego una agradable sensación me cobijó por completo.

&&&&&&&&&&

Me desperté en mi cama, no supe cuanto tiempo había dormido. Pero sólo abrí los ojos un momento para comprobar que era de noche al mirar por la ventana. Luego los cerré, negándome a levantarme. Me invadía una sensación muy cálida y agradable. Me sentí confundido al principio, pero luego lo rememoré todo. Sonreí al sentir las suaves caricias en mi cabello. Adoraba desde entonces estar así…

&&&&&&&&&&

Adoraba desde entonces estar así… con él… haciendo nada… abrazados, acariciando su cabello… nada más. O como suelo llamarlo también: haciéndonos arrumacos jejeje. Abrió un ojo y le sonreí. Abrió el otro y lo estreché un poco más, no tenía ni las más mínimas ganas de separarme de él. Me fijé en que ya era de noche… bueno, mis padres ya no se preocupaban, generalmente, llegaba tarde a casa. Nos miramos, mientras yo seguía acariciando sus sedosas hebras doradas. No hicieron falta palabras… acercamos nuestros rostros lentamente, a la par que cerrábamos los ojos y unimos nuestros labios en un suave beso, uno que nos transportó a nuestro propio mundo a ambos.
- ¡Oh Dios! – oímos una voz femenina exclamar. Nos separamos azorados y miramos hacia la puerta. Acababa de entrar una mujer rubia, de ojos azules y muy buena figura había que admitir… no parecía mucho mayor que nosotros… hacía aspavientos exagerados con las manos y miraba a Mi Anlos con un brillo en los ojos que no me gustó nada -. ¡Anly de mi alma, te besaste con él! – agregó, para mi completo desagrado. Anlos la miraba como sí fuera un fantasma… y creo que yo tenía una curiosa expresión.

&&&&&&&&&&

Jajaja. Cuando vi a mamá entrar a la habitación me asusté un poco. Pero al ver la expresión furiosa de Gyo tuve que contenerme para no reír. ¡Estaba celoso de mi propia madre! Jaja.
- Ahhmmm… sí. – confirmé a mi madre, sintiendo como Gyo apretaba mi mano… ya casi no me aguantaba las ganas de reírme.
- Oh Dios… mi bebé… - comenzó ella, con los ojos anegados de lágrimas… ay Dios, mi reputación… - ¡Mi bebé ya está creciendo! – soltó casi sollozante, corriendo a abrazarme con una sonrisa. Ahora Gyo tenía una curiosa expresión jeje.
- Ok… ya suéltame mamá… - pedí con intención. Gyo se sorprendió. Pero ambos nos sonrojamos cuando mamá se le acercó con aires sospechosos y le hizo esa pregunta…
- ¿Tú eres el qué ha tomado la delicada pureza de mi niño? – que horror. Yo no sabía ni donde meterme.
- Mamá… - reclamé lastimeramente.
- Shhh, tú no te metas. Hablo con tu novio sobre tu futuro. – me golpeé la frente, sintiendo mis mejillas arder aún más. Sí odiaba algo de mi madre, era justamente eso: demasiado expresiva. Vi que Gyo estaba tan, o más avergonzado que yo.

&&&&&&&&&&&

Uffff, que expresiva. Ni sabía que responder… aún hoy, a veces me deja sin habla.
- Ahm… señora, yo… - comencé, intentando decir algo, cuando me interrumpió.
- ¡Oh no, por Dios! Jamás me digas señora. Soy Amelyn. – me aclaró, bueno, Amelyn le quedaba mejor. Me rasqué la nuca nerviosamente.
- Bien… Amelyn… ejemp, bueno, nosotros no… ahm… - intenté explicar lo de “tomar su pureza”, pero nuevamente ella me interrumpió.
- ¿Me vas a decir que no son novios? Porque tengo unos ojos bien buenos y vi como se besaban como en otro mundo. – Vi que Anlos permanecía en silencio y muy rojo. Yo debía estar igual a él… Amelyn es demasiado expresiva.
- No… me refería a que… - pero ésta vez fue Anlos el que me interrumpió, levantándose y conduciendo, casi empujando, a su madre hasta la puerta.
- No nos hemos acostado. Sí somos novios. El futuro no ha llegado, y no quiero más preguntas. – aclaró con desdén mi Anlos, sacándola del cuarto.
- Ok. Ya entendí que quieren estar solitos para jugar a las manitos… - y otra vez estábamos muy sonrojados, ella lo dijo con un tonito tan… demonios -. Pero, ¿Y tus padres? Ya son las ocho. ¿No se preocupan? ¿Ya les avisaste? – me preguntó Amelyn. Hum, como ese día era sábado, no me preocupaba tanto. A veces ni llegaba a la casa. Mis padres no me decían nada. Así que sólo asentí. Ella sonrió y salió de la habitación por completo, cerrando la puerta tras ella. Anlos suspiró frustrado y se deslizó por la puerta cerrada. Yo no pude más que reír. Me acerqué, y me senté a su lado.
- Tú madre es…
- Expresiva. Mucho. Muy expresiva. Odio eso. – completó medio irritado, yo sonreí comprensivo y lo abracé. Luego nos besamos.
- ¡¡Sí van a hacerlo hay condones en la mesa de noche!! – oímos que gritaba desde abajo ella, nos separamos de inmediato, Anlos estaba más rojo de lo que lo había visto nunca, y creo que… yo debía estar igual. La verdad, muchas manos, mucho morreo, y hasta a sexo oral había llegado, pero… seguía siendo virgen.

&&&&&&&&&

- ¡¡¡Ni tampoco sugerencias o comentarios expresivos!!! – le reclamé molesto, sabiendo que podía escucharme.
- ¡¡¡Ok!!! – me gritó resignada desde abajo. Bufé. De repente, no supe como, tenía a Gyo montado encima de mí, ambos acostados en el suelo.
- ¿Sabes? Me gustaría que mi primera vez fuera contigo. – me dijo sonriendo tenuemente y acariciándome el cabello. Me sorprendí. ¿En verdad era virgen? No tuve tiempo de pensar nada más. Nos volvimos a besar y entrelazamos nuestras manos, perdidos en nuestro propio mundo.

&&&&&&&&&&

Llevábamos dos meses de novios. Je, ya nos habían pillado varias veces en el colegio besándonos, pero lo máximo que recibíamos era un sermón, por suerte. No llegábamos a “Eso” aún. Cada vez que estuvimos a punto, alguno de los dos huía. Ninguno sabía el motivo, e hicimos un mudo acuerdo de no tocar el tema… queríamos que ocurriese espontáneamente. Porque ambos teníamos la certeza de que ocurriría… y de que ocurriría pronto. No sé Anlos, pero yo tenía un cosquilleo en el pecho cada vez que lo pensaba… bueno, en el pecho y en otra parte.

&&&&&&&&&&

Dos meses… habían sido espléndidos. No habíamos llegado a “Eso” aún. Ni siquiera a un Te Amo. Pero ambos sabíamos que venía implícito en cada mirada, en cada palabra, en cada beso… nos gustaba así. Aunque… fue muy bueno oírlo después.Mamá había salido con Greyr otra vez… prometió volver muy tarde… sí es que llegaba. No quise tener imágenes mentales cuando me lo dijo con ese tonito tan… rayos, así que pensé en conejitos cuando me lo dijo… pero luego pasé a pensar en que los conejos pues… no, mejor otro animal. Entonces pensé en mariposas. Al menos funcionó. Hubiera pensado en Gyo, pero entonces… hubiera tenido imágenes mentales de otra índole… esa misma índole que me visitaba a cada noche en mis sueños. No pasó ni media hora luego de que mamá se fue, cuando Gyo llegó muy sonriente a mi casa. Trancamos la puerta luego. El reloj marcaba las siete treinta. Algo nos lo decía… esa noche sería…

&&&&&&&&&&

Una hora. No tardamos ni una hora en llegar a la habitación de Anlos, besándonos apasionados y tocando lo que estuviera a nuestro alcance. Esa noche sería. Me sentía nervioso, pero también muy ansioso. Las prendas comenzaron a estorbar. Sin dejar de besarnos, nos fuimos desabrochando las camisas, tocando el torso contrario… oh se sentía tan bien. Sentir el suave tacto de mis manos sobre el suyo y sus manos sedosas sobre el mío. Las camisas se deslizaron hasta el suelo sin más problemas. Tropezamos con la cama y caímos a propósito en ella, Anlos debajo de mí. Seguimos besando y acariciando. Después de las camisas, siguieron los pantalones. Desabroché el suyo y pude divisar de inmediato su erección bajo ese bóxer azul… oh, eso me calentó más, los pantalones me apretaban. Me apresuré a terminar de quitárselos, sintiendo como los míos también iban a parar al suelo. Nos quedamos en ropa interior los dos. Paramos un momento para vernos. La visión de Anlos, acostado en la cama, con su blanca y tersa piel expuesta ante mí, su cuerpo bien formado, su cabello desparramado sobre la almohada y sus mejillas sonrojadas, me puso a mil. Me dieron ganas de arrancarle el bóxer y tomarlo de una vez.

&&&&&&&&&

Gyo estaba demasiado bien. Tenía un cuerpo fibroso, trabajado. Su piel no era muy blanca, un color intermedio era el que poseía. Su miembro aprisionado bajo el slip negro estaba muy duro, al igual que el mío, y pude notar la pequeña diferencia de tamaño entre ambos… el de Gyo es más grande, sólo un poco. Sus ojos grises observándome fijamente, me intimidaron. Algo que pocos podían lograr. Desde un principio me sentí nervioso ante su presencia, ja, ahora sé bien el porque. Unió nuestros labios en un ardiente beso, que correspondí gustoso. No dejábamos de tocar, de acariciar, descubriendo el cuerpo contrario. Gyo llevó sus manos a cada lado del elástico de mi bóxer. Yo no se lo impedí para nada, aunque estaba nervioso. Sentí como mi última prenda se deslizaba suavemente por entre mis piernas, dejando al descubierto mi miembro enhiesto. Pronto el bóxer quedó en el suelo. Gyo cerró su mano alrededor de mi miembro, comenzando a moverla y haciéndome gemir de gusto. Pero yo no quería quedarme atrás, así que también le quité el slip, y comencé a masturbar su miembro. Los dos gemíamos de puro placer entre el beso.

&&&&&&&&&&

Oh mi madre. Eso se sentía tan bien… pero quería que fuera lo más largo y especial posible, y como íbamos no tardaríamos mucho. Así que retiré mi mano de su suave miembro y la bajé hasta ese trasero que me había provocado tantos sueños húmedos… que trasero. Lo toqué hasta que estuve satisfecho, mientras él me imitaba, haciendo lo mismo con el mío. No nos preocupábamos por dejar de gemir. Bajé de su boca hasta su cuello, y comencé a besarlo y succionarlo, dejando marcas visibles a propósito, tenía que marcar Mi territorio. Sentía sus uñas arañar mi espalda, pero no me importó. Al cabo de un rato, seguí bajando, mordiendo suavemente su nuez, y llegando al torso, lamiendo esa rica piel. Ante mí se presentaron esos rosados botones, invitándome, una invitación que no decliné. Me encargué de uno con mi boca, mientras el otro era atendido por mi mano. Oía los gemidos de Anlos y me calentaba cada vez más. Cuando dejé duros los dos, seguí en mi recorrido hacia el sur. Bajé cada vez más, besando la piel en mi camino, hasta llegar al pedazo de carne que más quería en mi boca. Sin dudarlo, me fui metiendo la punta, succionando.
- Uhhhmmmmmm… - gimió más alto mi rubio, mientras yo seguía con lo mío, hasta que quedó casi completo dentro de mi boca.

&&&&&&&&&& 

¡Rayos! Nunca antes había tenido una sensación tan deliciosa sobre esa parte de mi cuerpo. Sentía como Gyo lamía y succionaba mi miembro golosamente, y no podía más que gemir y hasta gritar. Un rato más tarde, yo ya había puesto mis manos sobre su nuca, ordenándole un ritmo rápido, y ya no aguantaba más.
- Gyo… Hummjj… ya no… - intenté avisarle, no sé sí fueron ideas mías, pero él sólo sonrió. Y no aguanté más, me corrí, y para sorpresa mía, Gyo tragó la mayor parte, pero un hilillo le caía hasta la barbilla. Oh, eso fue exquisito. Estaba jadeando, tratando de recuperarme del reciente orgasmo, cuando Gyo me besó, dándome a probar mi propia esencia. No me quejé, todo era tan… erótico, tan placentero… por fin pude recuperar mi respiración normal, percatándome de que Gyo había sacado un tarro que trasparentaba una crema roja con olor a cereza… un día me llegó con eso, y no quise averiguar de donde lo habría sacado. Se untó tres dedos de la crema, y yo temblé de anticipación.&&&&&&&&&&Estaba encima de él, y abrí sus piernas sutilmente, ambos nos mirábamos a los ojos con deseo… y un brillo escondido que delataba otro sentimiento más fuerte entre nosotros. Busqué su entrada con cuidado, y al encontrarla, fui introduciendo el primer dedo mientras nos besábamos. Anlos se quejó de dolor al tenerlo dentro. Estaba muy estrecho… claro, era virgen.
- Au… au… - se quejaba quedamente, al yo mover el dedo en su interior. Lo seguía besando, y llevé mi mano libre hasta su miembro, para distraerlo. Funcionó a medias, ahora los gemidos de placer se intercalaban con pequeños quejidos. Pero aún faltaba lo mejor, así que otros dos dedos fueron a parar a su interior, entre gemidos de placer y de dolor… por supuesto, yo lo hacía con todo el cuidado que podía. Mientras dilataba encontré su punto, y Anlos ya no se quejaba de dolor sino de placer. Luego de un rato, seguíamos besándonos mientras yo lo masturbaba suavemente, hasta que consideré que estaba preparado, entonces retiré sutilmente mis dedos de su interior, haciéndolo dar un quejido inconforme, je. Le sonreí perverso.
- Tranquilo… ahora viene lo mejor…

&&&&&&&&&&&

Fiuuu… esa frase sí que me hizo estremecer… y me puso a mil. Lo dijo con ese tono tan sensual y perverso que… oh Dios. Lo atraje más hacia mí y le gruñí.
- Te quiero ahora dentro de mí grrr… - uf, parece que el que se puso a mil en ese momento fue Gyo. Apenas noté entre mi propio placer y ganas como sus pupilas se dilataban, y de una manera salvaje, pasó mis piernas por encima de sus hombros, quedando yo acostado, ubicando su miembro muy bien dotado entre mis piernas, para luego penetrarme de una sola estocada, sujetando mis caderas. Ambos soltamos un aullido, mientras yo arqueaba mi espalda. Tuve una sensación entre dolorosa y placentera, sentía su miembro rozar provocadoramente el punto de placer que había en mi interior, haciéndome jadear y mover las caderas, en busca de más placer. Gyo comenzó con las embestidas, primero pausadas y certeras, llevándonos de a poco hacia el clímax, y también empezó a masajear mi nuevamente enhiesto miembro, el placer que sentí entre las embestidas certeras y sus manos sobre mi sexo era indescriptiblemente delicioso.
- Ahhhf… ahj… uhmmm… más… más… - pedí entre gemidos, sin dejar de mover mis caderas, hundiéndome más en Gyo. Él no tardó en cumplir mis exigencias, y pronto llevábamos un ritmo salvaje, que nos llevaba al límite de la razón. Nuestros gemidos y aullidos se combinaban, dándonos ese concierto que ansiábamos oír, de nosotros y para nosotros. No supimos cuanto tiempo pasó, si minutos u horas, pero cuando sentimos que el final se acercaba, nos besamos con pasión. Al poco tiempo, nos corrimos con un nuevo y placentero aullido, sintiendo yo, su semilla dentro de mí.

&&&&&&&&&&

En ese momento, sentí su semen manchar mis manos, y mi miembro dentro de él ya satisfecho. Estábamos jadeantes y sudorosos, yo salí con cuidado de su interior, viendo con deleite como mi propia semilla se deslizaba provocadoramente por sus muslos. Me eché a un lado de Anlos, y lo atraje de la cintura, pegándolo a mí, ambos intentando recuperar el ritmo normal de nuestra respiración. Luego de lograrlo, no dijimos nada… nos agradaba el silencio, Nuestro silencio… haciéndonos arrumacos je. Nos percatamos de que el reloj marcaba las once de la noche. No pudimos evitar soltar una risita.
- ¿Sabes? Fue fantástico. – le dije con una sonrisa, logrando sacarle un sonrojo. Le acaricié el cabello, mirándolo a los ojos.

&&&&&&&&&&&

- ¿Te lastimé? – me pregunto con un brillo preocupado en los ojos. Ja, debía admitir que opinaba igual que él… fue fantástico. Tampoco podía negar que estaba adolorido, pero lo fue. Le sonreí y acaricié sus mechones negros.
- Estoy bien… - le respondí, entonces me devolvió la sonrisa. Nos abrazamos y acariciamos un poco más, mientras Gyo nos cubría a ambos con una manta cercana. Más tarde, no supimos más del mundo, pues nos quedamos dormidos en los brazos del otro.

&&&&&&&&&&

El día siguiente fue un tanto…
- ¡¡Hola!! ¿Quieren desayunar? Después de lo de anoche deben estar cansados, y necesitan recuperar energías. – vergonzoso. Amelyn nos estuvo dando una charla al respecto… francamente, ese día pasamos los límites del color rojo, creo que más bien estábamos naranjas. Pero ahora… he pasado cinco maravillosos años con mi Anlos. Ambos ya vamos a la universidad y nos queda poco tiempo libre… jaja sí que lo sabemos aprovechar. Anlos decidió estudiar para arquitecto, y yo pues… para biólogo. Recuerdo aún que Anlos no me creía cuando se lo dije. Pero me alegra mucho que ambos podamos estar en la misma universidad… creo que a ambos nos alegra.

&&&&&&&&&&

He pasado cinco geniales años con Gyo. Jaja no deja de ser baka, pero así lo he querido siempre… así lo he amado siempre. Recuerdo la primera vez que nos lo dijimos. Mamá había salido y estábamos en mi casa… yo seguía un poco impresionado por la actitud tan despreocupada de los padres de Gyo… pero lo olvidé luego de que termináramos revolcándonos sobre las sábanas de mi cama por segunda vez. Cuando terminamos, lo dijo tan de repente…
- Te Amo. – dos simples palabras, con sus ojos plata traspasándome la piel. No pude evitar sonreír abiertamente. Me sentí tan… en las nubes. Una sensación muy hermosa se instaló en mi pecho, para ya no irse.
- También Te Amo. – le respondí, y de inmediato me devolvió la sonrisa, y estuve seguro de que sentía lo mismo que yo. Nos besamos profundamente, fue algo más que un toque de piel, fue algo que nos llegó hasta el alma, algo que confirmaba nuestras palabras con creces.

&&&&&&&&&&&

Ahora mismo, estamos de nuevo bajo las mantas de una cama, luego de amarnos por quinta vez. Ese sentimiento ha crecido y se ha fortalecido en todo este tiempo. Ahora, puedo decir con completa seguridad y confianza…

&&&&&&&&&&

Ja, nos amamos nuevamente, una de tantas, una de esas que adoramos ambos. El sentimiento tan grande que sentimos adentro, en lo profundo de nuestro ser y por cada poro de nuestro cuerpo, ese que llaman de una manera tan insignificante como “Amor”, ha crecido y se ha fortalecido a través de estos años. Ahora ya estamos completamente seguros, y a mí ya no me da miedo decir…

&&&&&&&&&&

- Te Amo. – dijeron ambos al unísono, sonriéndose sinceramente. Lo entendían muy bien, en cada mirada, cada gesto, cada caricia. No había palabras para expresarlo, por ello se esmeraban en demostrarlo. Se besaron, uno de esos profundos que tenían, esos de los cuales sólo dos comprenden su significado… un beso que tocaba el alma y el corazón, sellando la secreta y segura promesa de amarse por la eternidad. No fue muy complicada su historia… lo cual agradecían inmensamente… una sencilla historia de amor. Así lo desearon alguna vez, antes de siquiera conocerse… esa era su adorada historia de amor… una que prometía ser muy buena para siempre...

Notas finales: Kat: jeje, bueno, esto fue lo que quedó de mi intento de one-shot u.ú ojalá que les haya gustado. Fue lo que se me ocurrió en mi falta de inspiración, porque debería estar escribiendo otro fic, que no es sí tú te atreves ^^u ya tengo ese.
Ryan: muajaja y yo seguiré distrayéndote con más historias para que te olvides de las cristalinas y yo no tenga que ir con el depravado baka de Jared *w*
Gabriel: !!u ¡Eso es injusto!
Measley: !! entonces Tú deberías sacar algo para las cristalinas
Kat: bueno ya, dejen de pelear u.ú ya saben que el que primero me soborne con una historia *w* es al que le voy a parar xD
Gabriel y Ryan: u:u…
Kat: Je, bueno, la explicación de esto es… una larga historia. Gabriel es mi muso sustituto y Ryan el fijo xD pero se supone que Ryan tendría que estar dentro de una historia ahora !!u
Ryan: >_> no voy a ir con Jared… es más fácil distraerte mujajaja!!! XDD
Kat: u_u bueno, dejen sus comentarios porfas!! Quiero saber que tal quedó!! ;__; espero que les haya agradado! Y porfa dejen sus coments! ^^ hasta una próxima!!!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).