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Mundos paralelos. por Reverie

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Notas del fanfic:

Hm, bien, ^-^ No sé por qué decidí que mi primer fic en Amor Yaoi sea de temática yuri. Sólo... lo decidí. x)

Los personajes, son al cien por cien míos. Lo ruego, sin copias.

Gracias, y espero sea de su agrado. ~.^

Notas del capitulo:

Hm, nada que aclarar.

Los personajes sin basados en mi prima, y en mí.

Creo que es sólo eso. ^__^
-¿Pediste permiso a Mentoh?
A-ah... Ja, ja, ja, claro que sí. 8DUu
- Umh, ¿por qué es que no te creo?
¿Sabes? Las conciencias no opinan. º-º
- Sabes que sí opinamos, Ren.
Pues, ¡tú no lo haces! |||

... Y-ya. Disfruten la lectura.

Capítulo 1 - Sólo un comienzo.

Dentro del instituto, soy igual. Dentro de mi familia, también lo soy. Generalmente, en este mundo paralelo, no sobresalgo en nada. Y no es que eso me desagrade. Muy por el contrario, me sienta bien. Soy una más. Poseo las mismas habilidades, mismos encantos. Tal vez más vistosos, o puede que menos. Pero, ¿qué tan importante puede ser esto? Me refiero a ser igual y siempre la misma.

Creo que es por esas cuestiones que me llama la atención la vida de un mortal. Siempre es diferente. Todos los días, es de cambiar su aspecto, su humor y sus expresiones. ¡Cuánto envidio aquéllo! ¿¡Por qué no puedo ser igual a ellos!? ¿De qué sirve no envejecer, si es que nunca puedes cambiar? No lo digo por capricho, pues, llevo más de trecientos años tratando de bajar un poco el ego que me pertenece. Y no sólo hablo de la personalidad. El carácter, también lleva su parte.

Desde que nací, ya no recuerdo cuándo ni dónde, fui así. Teniendo siempre rasgos perfectos, y una mentalidad superior. En todo momento, mi postura estaba al mando. Mi orgullo, muy grande, sin sumarle mi enorme ego. Oh, sí, me creo perfecta, ¿y qué hay con eso?
Pues, bien, aquél no es el punto. Pero... Hmm... Ja, ja, ja, ja. ¡Vaya que de verdad soy una vampiro con problemas! Estoy escribiendo mi propio diario, y ya no sé de lo que estoy hablando. Alto rango de locura llevo conmigo. Bueno, ¿te parece bien que cambiemos de tema? Me siento incómoda.

Siento la necesidad de comenzar a hablarte una vez más, ¿te molesta? De ser así, lo lamento, pero lo creo necesario.

Soy Miharu Farrey Seihel, un ser normal, al menos aquí. Debo suponer, que si me presento en el mundo humano bebiendo sangre, no seré tan normal. Años, años, años, también me pregunto cuántos tendré. Por suerte, saber mi edad o no, no cambiará nada en cuanto a mi aspecto. Sabes a qué se debe, ¿verdad? Los vampiros no envejecemos.
Hmm, buscaré las palabras indic-- Olvídalo. Físicamente, no salgo de lo normal. Cabello largo y castaño casi rojizo, ojos cambiantes enmarcados en negras y largas pestañas, cubiertas por un largo fleco. Sí, sé que ahora pensaás algo como: 'Oh, ¡vaya belleza! Es un ser perfecto, carente de defectos'. Atiné, ¿a que sí?

Como mencioné, vivo en un mundo distinto. Aquí, reina la oscuridad. Cuidado, no es que el Sol nos haga daño, apenas logra debilitarnos, ¿comprendes? Pero, no tenemos otro lugar en cuál quedarnos. ¿Acaso no sería extraño vivir en una ciudad por veinte años y seguir igual de joven? Yo creo que sí. Es por eso que fuimos mudándonos de pueblo en pueblo, al plazo de cinco años, hasta que terminamos aquí: en este fúnebre y húmedo bosque.
Se ve frío, sombrío y peligroso, pero es bastante acogedor.

Dentro del bosque, tenemos repartidas diversas mansiones. Una para los Sofrech, los Furtle también son propietarios de una. Hasta yo tengo mi propia masión. Es grande, llena de pinturas y esculturas. Lo gracioso, es que ninguno de ellos son de mi agrado. Pero, ¿ya qué?
En dicha masión, vivimos Aya -mi madre-, Tetsu -mi hermano menor-, y por último, y más importante, yo. Ahá. Tres personas viviendo en una mansión, ¿gracioso? Mucho.

Ahora, describiré la cárc-- el instituto: sólo para señoritas. Listo. ¡Oh, con un demonio! ¡Ese colegio es malísimo! Todo es igual: desde el maldito pero lindo uniforme, hasta las chicas que concurren a éste. Así es, detesto a mis compañeras, también vampiras. Dicen ser tus amigas, cuando en realidad son sólo... ¿vampiros?
Generalmente, el instituto es tranquilo. Monótomo, sin cambios. Apenas hay líos cuando una neófita se sale de control; manejable. Le das unos golpes de calor en un microondas, y listo el pavo. Puede que deteste a las neófitas, pero, sólo una era de mi agrado. Su nombre era Yura. Lamentablemente, está muerta. Laaaaaaaaaaaaaarga historia.

Ahora... No he dicho de qué llevaré la conversación ahora, y ya estoy llorando otra vez.

Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki, Tsuki.

•  ♣  •

- Haru-chan, ¿un té? -preguntó, desde la cocina.

Reí, y aparecí, tan rápida como la luz, a su lado, sin dejar de reír.

- Tsuki, se te está olvidando un mínimo detalle, ¿sabes? -sonreí mostrando mis brillantes colmillos, tratando de que se percatara a qué venía mi indirecta.

- ¿Que me estoy olvidando de algo mínimo? -dejó la taza a un lado, y me miro, desafiante-. No me estoy olvidando de nada.

- ¿Ah, no? -tomé su mano, con mi mano derecha, y la acerqué a mi boca. Con movimiento rápidos y no menos ágiles, hice que con su dedo índice, toque uno de mis colmillos-. ¿Qué dices ahora?

- Veamos... -retiro su mano, y sonrió-. Que quiero besarte, ¿permitido?

- Permitido -respondí casi automáticamente. Dejé que acunara mi rostro entre sus manos, y que, de a poco, se aceque a mí, para juntar nuestros labrios-. Tsuki, más rap-- -ya estaba besándome.

Besar a Tsuki era algo extraordinario. Me hacía muy, muy feliz. Me sentía querida, e importante para alguien. Cuando sus brazos se posaban en mi cintura y me abrazaban, estaba segura, así lo planteaba. Estar junto a ella, era lo que más me llenaba. Era más placentero que beber sangre hasta el cansancio, más placentero que cualquier cosa. Y es, en estos momentos, en los que me pongo a llorar. Ella susurra cosas a mi oído, con el fin de calmar mi llanto. A veces me asusta. Me hace creer que es de tristeza, miedo a volver a estar sola... pero, al minuto, me doy cuenta de que es por felicidad: pura y blanca.

- ¿Qué tal si dejas de llorar?
- ¿Que deje de llorar? ¡Métete en tus propios asuntos!
- Miharu, soy parte de ti. Y, al ser así el caso, no dejaré que hagas mal.
- ¿Estar feliz es hacer mal?
- ... Recuerda que estás con Tsuki. Concéntrate.
- Gané.

¡Maldita conciencia mía! Cada vez que tengo disputas conmigo misma, me pongo tensa. ¡Qué más da! No importa, claro que no importa. Después de todo, mi Tsuki está conmigo, al menos, por ahora. Y eso, es suficiente para que yo sonría, y no llore tanto, ¿no?
Lamentablemente, mis impulsos pueden llegar a ser más grandes.

Notas finales: Bueno... Primer capítulo, de no sé cuántos. ._. Mañana lo seguiré.

Obviamente, si hay dudas, no duden (XD) en consultarme.

Chuu, gente. :3

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