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Unfinished por NightRuu

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Notas del fanfic:

Konnichiwa minasan!
¡Ya sé, ya sé! ¡No me peguen! T_T Sé que aún no subo el capítulo siguiente de Don't stay away from me... pero quiero que no les quepa duda de que estoy escribiéndolo. Lo que sucede es que le doy mucha importancia como para escribirlo en una tarde y ya, publicarlo así sin más. Espero que me entiendan...

No sé si se le puede llamar "fanfic" a esto, es muy corto xD pero me gustó como quedó y quería compartirlo con ustedes ^^ Me tomó tan sólo unos minutos escribirlo, debe ser porque ya tenía la idea gestada en mi cabeza...

Ya, me dejo de discursos, espero que les guste, ¡y mil disculpas por el retraso del otro fic! 

 

NightRuu..~

Y hoy, otra vez me encuentro aquí. Nuevamente con un bolígrafo en las manos y un arrugado papel, víctima de las incontables veces que quise escribirte y no supe cómo hacerlo.

¿Sabes? Nunca fui bueno para este tipo de situaciones... No puedo encontrar las palabras adecuadas, ni tampoco sé cómo decir ciertas cosas sin sonar pesimista. Pero es que esto ya no puedo continuar guardándolo en el pecho. Ya pesa bastante… ya duele bastante.

Voy a escribir esta carta de la forma en que te lo diría si tan sólo pudiese tenerte frente a mí.

He notado que desde hace ya algún tiempo los días se me hacen más largos. Y hasta incluso algunos parecen no tener fin.

Abro los ojos con pesar, cubriéndome el rostro por reflejo de la sola luz que llena la habitación. La casa está en silencio, todo luce como en el día anterior. Las cosas en el mismo lugar, no haciendo más que recalcar tu ausencia aquí. El cenicero con la misma cantidad alarmante de cigarrillos consumidos la noche anterior al esperarte. Y hasta también me parece ver el rastro de mis huellas a lo largo de la sala marcando un repetitivo camino, seña de mi impaciencia. El sillón aún levemente hundido debido al peso de mi cuerpo sentado sobre el, sabe quién cuántas horas, sin contar las que el cansancio me gana y hace que me quede dormido esas escasas horas que, últimamente, son las que dura mi descanso habitual.

Cargando con la ilusa esperanza que me planteo de verte cuando llegue la noche me apresuro a ducharme y partir hacia la rutina una vez más. Sólo quiero verte…

Pero… cada día es igual, y me animo a decir que, de no ser por el estúpido optimismo que me caracteriza, podría jurar que hasta cada día que pasa es más punzante.

Cuando las obligaciones de la monotonía acaban regreso aquí, sintiendo que una melancólica sonrisa se forma en mis labios a causa de la tonta corazonada de que esta vez estarás en casa.

Y ya ves… que es aquí donde la verdadera melancolía surge una vez más al encontrar que la puerta permanece aún con llave, y no hay nadie dentro.

Los latidos de mi corazón van disminuyendo la aceleración que causa mi deseo de verte, y el aire va escapándoseme de a poco.

Entro a casa y cierro la puerta detrás de mí, permaneciendo de pie y quieto para observar el panorama: has estado aquí. Puedo deducir que te cambiaste de ropa apurado y olvidaste así tu chaqueta sobre el sofá.

Dejo las llaves en la pequeña mesa a un lado de la entrada y sin más me dirijo hacia aquella prenda, para una vez tenerla ente mis manos, observarla con detenimiento y notar esas molestas pequeñas gotas de agua que escapan involuntariamente de mis ojos yendo a dar contra el cuero negro. Y suspiro entrecortadamente… ¿Dónde quedaron las noches en las que al llegar, te estrechaba contra mi pecho y podía susurrar en tu oído lo mucho que te amaba… sentir la suavidad de tu cabello entrelazado con mis dedos y el calor de tus brazos rodearme de manera casi infantil…? ¿Dónde han ido a parar esas noches en las que el espacio de este ahora insulso apartamento se inundaba de nuestros gemidos incontenibles al tocarte, al besarte, al recorrer cada centímetro de tu piel… al entrar en ti como si realmente no hubiese un mañana por el cual vivir?

Con desgano me quito el abrigo que intenta resguardarme del crudo invierno de las afueras estos días, y dirijo mi andar hacia la habitación. Esa habitación tan insoportablemente llena de tu presencia. Lentamente me recuesto sobre la cama que cada vez concibo como más amplia al no sentirte a mi lado. Me acurruco sobre mí mismo inconscientemente, quizás para protegerme del dolor que me provoca la soledad.

Tantas horas transcurren pensando en el por qué de que esta vez hayas tenido que partir nuevamente… tantas largas horas hasta lograr caer en un leve entresueño, del cual me despierto al sentir una tibia mano sobre mi hombro y escuchar con dificultad unas pocas palabras. ¿Qué intentas decirme esta vez…? Sé que eres tú… y “te amo” es todo lo que puedo llegar a mascullar antes de que partas otra vez.

No te vayas… no quiero que te vayas… ¿no puedes ver, acaso, que me duele…? ¿No puedes ver que intento contener las lágrimas sólo para no preocuparte, cuando en realidad estoy muriendo por que me preguntes qué es lo que me sucede…?

¿Qué sentido tiene contarte cómo sigue el próximo día después de eso…? Hace un tiempo es todo tan igual…

Realmente espero que puedas comprender el verdadero significado de esta carta, ya que probablemente ya no esté aquí cuando la leas… Espero que puedas comprender que vivir en este espacio tan lleno de ti y tan vacío a la vez está sofocándome.

Por favor, no pienses que esto es una despedida. Ciertamente no lo es. No pienses que no voy a regresar. Es sólo que… mi corazón necesita de un tiempo para recuperarse de tantas vanas ilusiones, de tantas vanas ganas de sostenerte entre mis brazos... porque… cuando sea el momento, regresaré con mi última y más fuerte esperanza de encontrarte una vez más.

¿Estarás aquí para entonces, Rei…?

 

No importa lo que pase, no importa la distancia que me separe de ti, ni la tristeza que inunde mi corazón cada vez que sueño contigo. Yo siempre… siempre te amaré.

Nunca lo olvides…

 

 

Aoi

Notas finales: ¿Review? ;_;

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