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¿Niñera? ¡¡Dirás supernanny!! por devil may cry

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Notas del capitulo:

Esta vez lo he hecho más corto porque es que no tengo muy claro cómo va a continuar todo. Primero me aclararé las ideas.

 

 

Capítulo 9: celos

 

– Yo… –Gaara se acercaba a él– Siempre estaré para ti –el rubio estaba muy vulnerable y Gaara estaba confundido. Juntaron sus labios en un casto y húmedo beso. Se separaron y se miraron a los ojos–. Perdona, no sé en qué estaba pen- –el rubio rodeó su cuello con sus brazos y le besó de nuevo. Gaara rodeó su cintura atrayéndolo con cuidado y volvió a recoger la lágrima que cayó por su mejilla.

 

 

Aunque seguía llorando Naruto intensificó el beso, demandando más atención. Gaara le siguió recostándolo completamente en el suelo. El rubio rodeó con sus piernas la espalda del mayor y acercó la pelvis de Gaara a la suya. Ante el íntimo roce Gaara rompió el contacto con Naruto, alterado y sonrojado.

 

 

- Naruto, no, esto está mal –le acarició la mejilla–. Yo no… no siento esto por ti, no puedo…

 

- ¿Qué? –el rubio le miró; Gaara aún seguía encima de él, entre sus piernas– ¿No te gusto?

 

- No… quiero decir, sí, pero no… no así –Gaara miró a los ojos al rubio, que estaba dolido.

 

- ¿No te parezco atractivo? –dijo con un hilo de voz.

 

- No es eso, claro que eres atractivo, pero… –la puerta se abrió abruptamente y ambos se apartaron rápido. Pero ya era tarde, el chico los había visto.

 

 

oOoOoOCinco minutos antesOoOoOo

 

 

Sasuke caminaba cansado por los pasillos del edificio de bachillerato artístico. Sus amigos se habían perdido en algún túnel del terror, y a él no le interesaba para nada. Al girar una esquina oyó la voz de una chica llamándolo.

 

 

- ¡¡Sasuke-kuuuun!! –Sakura corría hacia él ilusionada.

 

- Mierda –maldijo interiormente el muchacho–, ¿ahora cómo me escapo de ésta?

 

- Sasuke-kun, qué ilusión encontrarte aquí –sonrió eufóricamente la muchacha–. ¿Quieres venir al túnel del terror conmigo?

 

- Verás, es que ahora… –intentaba sacar alguna excusa, pero no se le ocurría nada.

 

- Va, por favor, por favor, por favor, por favor –le cogió del brazo.

 

- Claro, ¿por qué no? –se dio cuenta de que no podría librarse de ella fácilmente– Pero antes tengo que ir al lavabo. Espérame en la puerta, que ahora voy.

 

- ¡Bien! Claro –sonrió viéndole girar la esquina de nuevo. Caminó rápido para salir de allí lo antes posible y escuchó a la muchacha desde lejos–. ¿Sasuke-kun, vas a tardar mucho? –oyó que la chica le estaba siguiendo y sin pensárselo mucho entró en la primera aula que vio.

 

 

oOoOoOoOoOo

 

 

- Sasuke –el rubio se secó las lágrimas rápidamente al ver entrar a Sasuke. Gaara se puso de pie sin mirarle y Naruto se incorporó también.

 

- Siento haberos interrumpido –se giró impasible ante lo que acababa de ver y cogió el pomo de la puerta.

 

- Sasuke… –el rubio se acercó a la puerta pero Sasuke giró su rostro y en él vio odio.

 

- Sea lo que sea que quieras decirme no me interesa –miró a Gaara que le devolvió la mirada–. Ahórratelo –salió del aula dando un portazo. Ignoró por completo a la muchacha que le hacía preguntas y se fue de allí.

 

 

oOoOoOoOoOo

 

 

- ¡Buenos días Naru! –Itachi llegó a la cocina el sábado de buena mañana mientras el rubio hacía tortitas y tostadas francesas. Había zumo recién exprimido y café recién hecho. Itachi le dio un beso en la mejilla y se sentó entusiasmado en la mesa– ¿Te he dicho que me encantan tus desayunos?

 

- Sí –le dio el sirope de chocolate y el de arce. Itachi lo vio algo apagado, por lo que decidió preguntarle.

 

- ¿Estás bien, pequeño?

 

- No me llames pequeño, no me gusta que me trates como si fuera un crío –le miró malhumorado. Deidara entró en la cocina y se le iluminaron los ojos.

 

- ¡Tostadas francesas! –fue corriendo hacia Naruto y le dio un abrazo asfixiante.

 

- Dei, ya vale –le apartó y siguió vigilando las tostadas con la sartén en la mano.

 

- Qué raro que Sasuke no esté aquí ya –dijo Itachi comiéndose las tortitas. Naruto se tensó al escuchar el nombre de su amigo, pero no dijo nada.

 

- Sí, siempre es el primero en levantarse –Deidara se puso café y se sentó en la mesa.

 

- Vaya, ¡¡huele de maravilla!!

 

 

Todos se giraron hacia la puerta de la cocina, al no reconocer esa voz, y vieron a una muchacha de pelo rosa, únicamente con una camisa de Sasuke que le iba grande, entrar por ella. Se dirigió a la mesa y cogió una tortita para llevársela a la boca. A Naruto se le cayó la pala de las tortitas de la mano y los otros dos se quedaron con la boca abierta.

 

 

- Sakura, te he dicho que te vayas a tu casa –entró Sasuke con los pantalones del pijama, y algo despeinado, y le cogió del brazo. La chica le miró con cara inocente.

 

- Pero Sasu, tenía hambre y olía muy bien.

 

 

Naruto se giró y miró a su compañera de clase, que le devolvió la mirada orgullosa y sonrió para picarle. El rubio apretó la mandíbula y miró a Sasuke, que le estaba mirando indiferentemente.

 

 

- Esas tortitas no son para ti –habló Naruto secamente.

 

- Pero si estás haciendo más, ¿no? ¿Qué más da? –se sentó en la mesa– ¿Tenéis leche? –miró a Deidara que aún estaba sin habla. Naruto dejó la sartén en los fogones de un golpe y salió de la cocina dándole a Sasuke en el brazo con su hombro. Se escuchó la puerta de casa abrirse y cerrarse de un portazo– ¿He dicho algo malo? –sonrió la chica.

 

 

oOoOoOoOoOo

 

 

 

Naruto sacó la moto del garaje, enfurecido, y marcó un número de teléfono.

 

 

- ¿Sasori? ¿Podemos quedar ahora? Necesito verte –terminaron rápido la conversación y colgó. Arrancó la moto y se fue lejos de allí sin mirar atrás.

 

 

Media hora más tarde estaba llamando al timbre de un moderno edificio en el centro de la ciudad. Sasori abrió la puerta y Naruto entró sin esperar a ser invitado. El pelirrojo, extrañado, se giró y miró a su amante.

 

 

- Naruto, ¿estás bien? –el rubio le miró y se abalanzó contra él dándole un demandante beso y estampándolo contra la pared mientras dejaba el casco de la moto y la chaqueta en el suelo bruscamente.

 

- ¿Qué…? –iba a preguntar Sasori cuando se separaron por unos segundos.

 

- Vamos –le cogió la mano y lo llevó al cuarto. Sasori le siguió sin rechistar.

 

 

Una vez allí Naruto tiró a Sasori en la cama y se puso a horcajadas sobre él. El pelirrojo le cogió de la cintura para atraerlo hacia él y se besaron de nuevo. Se quitaron la ropa el uno al otro rápidamente y se fundieron de nuevo en un fogoso beso.

 

 

- Naruto, ¿no quieres hablar? –decía entrecortadamente el pelirrojo.

 

- Sasori –le quitó los pantalones y la ropa interior–, no me cortes el rollo.

 

- Vale, vale… –sus palabras se ahogaron entre gemidos cuando Naruto empezó a hacerle una felación. Entre los gemidos de Sasori, Naruto se sentía cómodo, reconfortado. Sentirse útil, necesario, deseado y querido era lo que más le gustaba, y eso era lo que conseguía con el sexo. Se deslizó sensualmente sobre el cuerpo de su compañero, y besó apasionadamente sus labios. Sasori cambió de posiciones, colocándose encima y entró en Naruto de una sola estocada. Naruto gimió de dolor y placer, pues ese agudo dolor le provocaba un placer indescriptible.

 

- Muévete –le rogó Naruto. Sasori lo hizo sin preguntar nada, penetrándole brusca y fuertemente. Ambos jadeaban y suspiraban complacidos por el hormigueo que sentían al rozarse–. Más fuerte, Sasori, más… ah –Sasori se empleó a fondo, cogiéndole de las caderas fuertemente y mordiéndole la clavícula.

 

- Aah, Naruto –se mordió el labio. El rubio sonrió y le empujó para ponerse encima. Se auto penetró y se empezó a mover de forma circular y de adelante hacia atrás con las manos en el pecho de Sasori. Él suspiraba el nombre del rubio. Cogió su trasero y lo estrujó fuertemente, haciendo que Naruto se moviera más rápido–. Me… me voy a correr, Naruto –se mordió el labio y Naruto sonrió complacido, moviéndose más deprisa y poniendo sus manos en los hombros de su amante.

 

- Aaah, sí, ¡sí! –Naruto se corrió en el abdomen de Sasori, y él dentro del rubio a su vez, contrayendo los músculos de su cuerpo y su cara. Naruto no podía dejar de mirar el rostro complacido de Sasori y sonrió satisfecho. Se levantó y se estiró a su lado.

 

- Ahora –cogió aire–, ¿me explicarás a qué ha venido esto? –se puso los brazos tras la cabeza y miró al techo.

 

- Oh, mierda, Sasori –le tiró la almohada en la cara y se levantó de la cama–. ¿Por qué eres tan pesado? –se fue al baño y se cerró con pestillo.

 

- Vamos, Naruto –se levantó pesadamente quitándose la almohada de la cara y se quedó parado enfrente de la puerta del baño–. Siempre haces lo mismo cuando estás enfadado.

 

- La alternativa es hacer ejercicio, y no es tan divertido –se oyó la voz de Naruto algo apagada y cabreada.

 

- Naruto, ábreme la puerta –apoyó la cabeza en la puerta y puso la mano en el pomo.

 

- No.

 

- No seas crío… –no se oía nada al otro lado– Te prometo que no hablaremos de ello si no quieres, pero abre –hubo un momento de silencio, pero luego se oyó a Naruto refunfuñar por lo bajo y cómo se levantaba para abrir el pestillo.

 

- ¿Vas a dejarme en paz? –entreabrió la puerta dejando ver la mitad de su rostro.

 

- Te lo prometo –el rubio abrió la puerta completamente–. Pero si quieres hablar te escucharé –Naruto puso los ojos en blanco e hizo un ademán de volver a cerrar, pero Sasori rio y  empujó la puerta entrando en el baño. Cogió a Naruto de la cintura y lo cargó en su hombro para salir. Lo tiro en la cama y se puso encima antes de que el rubio empezara a despotricar–. Naruto, no seas infantil. Si no quieres no hablaremos, pero no vamos a estar callados –sonrió y besó al rubio. Le siguió la corriente unos segundos, pero le apartó bruscamente luego– ¿Qué…?

 

- Tengo clase, tengo que irme –empezó a vestirse rápidamente y dándole la espalda.

 

- Naruto, no…

 

- Te llamo más tarde –fue al comedor y recogió sus cosas del suelo–. Nos vemos –le besó y se fue. Sasori se quedó mirando la puerta con una mirada de soslayo. Suspiró y se fue al lavabo para bañarse.

 

 

Naruto bajaba por las escaleras cuando se tropezó. Se agarró a la barandilla antes de caerse, pero el casco se le resbaló de las manos y cayó escaleras abajo. Él quedó sentado en un escalón. Miró su casco, unos escalones abajo, y se echó a llorar. Estuvo unos minutos allí sentado, abrazado a sí mismo. Se secó las lágrimas con la manga de la camiseta y se levantó, cogió su casco y salió del edificio.

 

Era la hora del patio cuando llegó al colegio. Se dirigió a clase directamente y dejó sus cosas en la silla. Se quedó mirando el pupitre con la mirada vacía. Se sentó en su silla tras unos segundos y sacó su móvil para mirar tumblr. Lo mejor para él en ese momento era distraerse de lo que le había pasado hoy. Oyó la puerta abrirse de sopetón y, sobresaltado, se le cayó el móvil al suelo. Lo recogió malhumorado y miró hacia la puerta, con cara de pocos amigos. Cuando vio a la persona que estaba allí de pie casi se le volvió a caer el móvil de las manos.

 

 

- Ésta no es tu clase –desbloqueó su móvil de nuevo y siguió mirando tumblr.

 

- He venido a recoger una cosa –se dirigió al pupitre que estaba enfrente de la mesa del profesor.

 

- ¿De tu novia? –no alzó la mirada en ningún momento, pero el comentario sonó despectivo.

 

- No es mi novia –abrió la mochila de Sakura y cogió el estuche.

 

- Lo que tú digas –no volvió a hablar. Sasuke cogió una pluma del estuche y volvió a dejarlo en su sitio. Miró disimuladamente al rubio y se metió la pluma en el bolsillo de la camisa negra que llevaba puesta.

 

- Hoy has faltado a clase –no fue una pregunta.

 

- Vaya, las noticas vuelan –comentó con sarna.

 

- Tienes que dejar de faltar a clase, o te van a castigar –no sabía por qué, pero Sasuke quería hablar con su amigo, aunque fuera una chorrada de conversación.

 

- No te importa lo que me pase o deje de pasarme –dejó de mirar su móvil para mirar al moreno directamente–. Preocúpate más por lo de tu novia –Sasuke parecía molesto, e iba a hablar, pero Naruto no le dejó–. A estas alturas todo el colegio debe de saberlo –se levantó de su silla y se guardó el móvil en el bolsillo.

 

- ¿A qué te refieres? –le miró con curiosidad.

 

- Por favor, ¿con quién crees que te has acostado? –Sasuke se incomodó– Con tu fan número uno, Uchiha –pasó por su lado sin mirarle y se paró antes de salir por la puerta–. Reza para que no lo sepa ya toda la ciudad –salió sin mirarle un solo momento. Sasuke se quedó allí de pie, pensando en Naruto y en lo que acababa de decirle. Mierda, tenía razón. Salió de la clase dando un portazo.

 

 

Naruto caminaba por los pasillos de la escuela, pensativo. No tenía ningunas ganas de hacer clase. Únicamente podía pensar en Sasuke y en la guarra ésa que se había acostado con él. ¿Por qué le molestaba tanto? Se habían acostado, sí. ¿Y qué?, Sasuke podía hacer lo que le diera la real gana, igual que él mismo. Se paró en medio del pasillo y abrió los ojos sorprendido.

 

 

- ¿Estoy celoso? –susurró para sí mismo, sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta.

 

- Vaya, ¿pero qué tenemos aquí? Si es el perdedor de Naruto –el rubio se giró hacia el lugar de donde provenía la voz y vio a Sakura. Enfadado, más por verle la cara a esa idiota que por su comentario, se cruzó de brazos y la miró duramente.

 

- ¿Qué quieres, teñida? No tengo tiempo para tus gilipolleces –miró por la ventana.

 

- Oh, vaya, ¿estás de mal humor? –rió– Yo estoy muy contenta hoy.

 

- Supongo que para ti follar es algo de lo que estar orgullosa, pero a mí no me quita el sueño –empezó a caminar siguiendo el pasillo.

 

- No engañas a nadie, imbécil –le dijo la muchacha, sonrojada. Naruto, sin girarse, se despidió con un ademán–. Tsk, menudo idiota… supongo que aún no se ha dado cuenta de que Sasuke ahora me pertenece a mí –sonrió para sí misma urdiendo un plan.

 

 

Mientras, en la clase de segundo A, Sasuke miraba su móvil, sentado en su pupitre. Una tierna foto ocupaba toda la pantalla. Sonrió dulcemente recordando el momento en el que se tomó. Naruto, con siete años, se metió en el río para rescatar a un perrito que no podía nadar contra corriente. Sasuke fue corriendo a rescatar al rubio porque, lejos de rescatar al cachorro, se puso en peligro él también. Cuando ambos salieron del río, Itachi llegó corriendo y el cachorro empezó a lamer a los chicos, agradecido. Al mayor le pareció muy tierno el momento y, de no se sabe dónde, sacó una cámara fotográfica y les hizo una foto. En ella, Naruto agarraba al perrito mientras él le lamía la mejilla, y Sasuke agarraba a Naruto de la cintura, como si el rubio aún estuviera en peligro. El moreno miraba sonriente, pero con un deje de preocupación y resignación, al rubio.

 

Sasuke suspiró y bloqueó la pantalla de su móvil al escuchar la puerta de su clase abrirse. Shikamaru le miró, agotado, y bostezando se adentró en la clase para sentarse en su pupitre y echarse sobre la mesa. Miró un momento al moreno y le dijo molesto:

 

 

- La has liado, lo sabes, ¿no? –se miró las manos. Sasuke sólo cerró los ojos– No es que a mí me importe mucho, pero creo que vas a tener que dar muchas explicaciones.

 

- Yo no doy explicaciones a nadie –se cruzó de brazos mirando hacia el frente. El Nara se sentaba dos pupitres detrás de él.

 

- Ése es tu problema –cerró los ojos y volvió a apoyarse sobre sus brazos–. Lo único que consigues con eso es ser un capullo que crea confusiones –Sasuke se giró y le miró fríamente–. Con que le digas lo que pasó anoche a Naruto se calmará, estoy seguro.

 

- No es cosa mía –se levantó de la silla–. Ha sido él el que lo ha interpretado todo como ha querido –se dirigió a la puerta–. Si quiere creer que nos hemos acostado no es cosa mía –salió de la clase.

 

- Tsk, qué problemático –dijo el muchacho antes de quedarse dormido.

 

CONTINUARÁ

 

 

 

Notas finales:

Siento mucho el restraso, pero es que no me sale continuarlos por la fuerza ><


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