MY HAPPY ENDING
-Enfermera, aquí tiene- el doctor le entrega un pequeño bebé- es una bella niña- dice el doctor, esbozando una sonrisa- aquí está el otro- saca al bebé- es un varón- dice.
-Mis hijos, al fin- murmura Harry, al borde del colapso emocional.
Era tanta su emoción. Una de felicidad, unas ganas de llorar enormes, de reír y decirle al resto del mundo que sus bebés habían nacido sanos y salvos, al fin, sus pequeños, estaban allí, llorando.
-Aquí está la pequeña- le dice la enfermera, quien le muestra la bebé, cubierta por una manta.
-Es muy linda- dice el moreno, le dio un pequeño beso en la frente.
-Aquí está su hijo- le presentan a su bebé, en la misma condición de su hermana.
-Hola, mi niño- dice y le dio un beso en la frente.
Draco miraba desde la puerta la escena. No se había acercado ni nada parecido. Estaba como impactado o en shock. En un día era padre de un niño y una niña.
-¿Usted es el otro padre?- pregunta el doctor.
-Sí- responde mecánico.
-¿Qué está esperando?, vaya a conocer a sus hijos- dice el mayor.
El tono era de una orden inmediata. Nadie le mandaba de esa forma, pero por una vez, no le haría daño morderse la lengua y quedarse callado. Sólo por hoy.
-Al fin llegaste- dice molesto Harry- los niños están en neonatología.
-Lo sé- dice Draco superior.
-Estoy tan feliz- se emociona- después de tanta espera, al fin han nacido.
-Es cierto- se queda pensativo- ¿cómo se van a llamar?
-Heather, me gusta ese nombre para la niña.
-Entonces yo le pondré el nombre a mi hijo.
-Ya sé cómo lo vas a llamar- dice el ojiverde suspirando- seguramente le pondrás tu nombre.
-Por supuesto, ¿qué esperabas?
-Nunca vas a cambiar.
-¿Por qué debería cambiar?, soy perfecto.
-Digamos que todavía estás en proceso- tose un poco.
-No seas blasfemo, recuerda con quién estás hablando.
-Lo sé, lo sé.
-No hable demasiado, la cesárea después de la anestesia, es muy dolorosa- le dice la enfermera.
-Entiendo- siente un malestar.
-Calladito te ves más bonito- dice el rubio, sarcástico.
-¡Cierra la boca!- exclama el moreno.
-¡Cállense los dos!- exclama la enfermera- fuera del cuarto, ahora.
-¿Tiene la remota idea de quién soy?- el ojigris se cruza de brazos.
-Sí, un escandaloso, cretino e irresponsable- responde la chica- fuera del cuarto, ahora- le mira muy enojada.
-Vete- la apoya Harry.
Draco se fue, blasfemando por lo bajo. Ahora que estaba fuera del cuarto, aprovechó de ir a ver a sus hijos a neonatología.
Su sorpresa fue mayúscula cuando vio a su madre contemplando a sus nietos.
-Madre- dice el rubio, sin acercarse demasiado.
-Hijo, felicitaciones por tus hijos- dice Narcisa, acortando la distancia.
-Gracias- responde el ojigris- ¿no está mi padre por acá?
-…l no vino- responde seca- es tan terco como tú- sonríe- ¿cómo está Potter?
-Bien, lo van a cambiar de habitación.
-Parece que Heather va a ser cantante- comenta Narcisa- tiene tu cabello, pero no tus ojos- pausa- en cambio Draco, tiene tus ojos y el cabello de su padre.
-Son mis hijos después de todo- dice con orgullo.
-No puedes negarlo- busca en su cartera- toma- le entrega un sobre- recíbelo de parte de su abuela, aunque no me guste ese título- le toma la mano a su hijo- no quiero que les falte nada.
-Madre, yo- pausa- jamás les faltará algo.
-Te creo, ha sido difícil su relación desde el principio- recuerda- cuídalos, cuídate mucho, hijo mío.
-Sí, lo haré- se deja abrazar por su madre.
Una enfermera se lleva a los bebés para que fuesen alimentados por su “padre”
Harry ya estaba en su nueva habitación, con cierto malestar de la cesárea, junto a Alex, quien le hizo una visita, disfrazado de enfermero.
-Procura ser feliz- dice Alex- sí sé que sigues sufriendo, te raptaré con tus hijos y todo y jamás le verás otra vez.
-Creo que mi vida comienza ahora- sonríe- gracias por cuidar de mí todo este tiempo
-No pongas esa cara- dice sin pensarlo- sabes lo difícil que es hacer esto.
-Lo siento- resopla- cuídate y sé feliz.
-Lo seré- dice Alex tomándole de la mano- no me faltan pretendientes.
-Se me olvidaba lo enamoradizo que eres- recuerda viejos tiempos.
-Disculpe, le traigo a sus bebés- entra la enfermera con las dos cunas.
-Muchas gracias- dice Harry quien estaba muy emocionado, recibiendo a la pequeña Heather, quien recién se calmó en sus brazos.
-Cuidado con esa niña, tiene el carácter de su padre- dice Alex y se aleja.
-Lo tendré- mece a la bebé con delicadeza.
Alex se fue con esa imagen en su mente. Lo maternal y dulce que era ese chico del cual se obsesionó hasta el punto de querer matarle. Una verdadera atracción fatal.
En el pasillo, ambos se encontraron…
-Sí lo haces llorar, te mataré- dijo y se fue sin esperar una respuesta.
El rubio fue hasta el cuarto, donde estaba Harry amamantando a su bebé.
Al verlos, supo que había escogido el camino correcto y que el camino no sería in sendero de rosas, pero se aferraba a la idea de que este era un nuevo comienzo, junto a quienes amaba.
-Parece que Draco necesitan que le cambien el pañal- comenta el rubio, asqueado.
-Tendrás que acostumbrarte, Draco, es tu hijo.
-Error, Potter, son nuestros hijos- responde dándole un tierno beso a su amante.
-Tienes razón, Draco- le remueve unos mechones de su cabello rubio.
DOS A—OS DESPU…S…
CASA MALFOY-POTTER…
-Draco, no te comas la espuma de los cojines- dice Harry, quitándole un cojín a su hijo.
-Pa…pá- responde Draco, mirándole con esos ojitos grises llenos de vida.
-Eso es mi niño, dilo de nuevo- lo toma en brazos.
-Papá- repite.
-Así es, yo soy tu papá- le dice el ojiverde, quien se queda mirando hacia donde apuntaba el pequeño Draco.
No era a él a quien le decía papá, era a Draco a quien lo llamaba de esa forma.
-A ver, hijo mío, yo también soy tu papá- dice lento para que entendiera.
-No- hace un puchero- mamá- dice y sonríe.
-Mami- Heather le tira del delantal a Harry- papi ya llegó- dice atropelladamente.
-¡Esto es tu culpa Malfoy!- dice al rubio, quien recién entraba a la casa.
-Papi- la pequeña va hacia Draco para que la tome en brazos.
-Hija, ya llegué- la toma en brazos, y se acerca.
-Mami, mami, quiero comer- dice Draco y le tira el pelo a su padre.
-Ya voy- se lo lleva a la cocina.
A esas alturas, Harry tenía 3 meses de embarazo. Por eso sentía que cada vez que sus hijos lo llamaban “mami” o el mismo Draco le decía de una forma irónica, su masculinidad quedaba pisoteada.
-Mami, comida- decía Heather, quien entró a al cocina en brazos de su padre.
-Ya voy- dice el ojiverde, mareándose un poco.
-Esta vez se las daré yo- el rubio le quita el plato de las manos.
-Entiendo- el ojiverde se sienta un momento a descansar.
Harry se sintió aliviado. Por un instante, sintió que la catalepsia lo volvería a atormentar, pero ya la estaba controlando. Lo mejor de todo era que ninguno de sus hijos, heredó su enfermedad.
-Fue lo correcto- dijo para sí mismo tocando su vientre.
-¿Qué piensas?- pregunta el rubio.
-No cambiaría nada, Draco, soy muy feliz.
-Por supuesto, si estás viviendo conmigo- responde con arrogancia.
-¡Mami!- exclama Heather.
-Voy a cambiarla- dice el ojiverde, llevándose a la pequeña para cambiarle el pañal.
-Eso es, come toda la comida- decía el ojigris a su hijo.
El bebé sonreía y hacia gracias con sus pequeñas manos.
-Yo tampoco, cambiaría nada de esto- esboza una sonrisa y toma a su hijo en brazos, deleitándose por sus risas a causa de las cosquillas que le hacía.
FIN…
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