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Mi hijo... ¿nuestro? por giovanetta

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Notas del capitulo: hola, espero les agrade este capi, pronto, nuevas actualizaciones ^^

Capítulo 6   "Paciencia al límite"


Todo lo que el rubio quería, era estar tranquilo.

Por favor, devuélveme mi vida... pensó.

Harry sufría constantes cambios de humor, estaba con las hormonas fuera

de control, además del apetito. Subió 2 kilos de peso y lloraba como una

Magdalena donde no podía frenar su ansiedad. En todo caso, si no era la

comida, era el sexo, y es ahí donde el rubio, ni se quejaba.

La idea de estar fugitivos, era como una novela romántica de suspenso.


Disfraces, cambios de identidades, pasaportes falsos, todo preparado en

caso de emergencia.

-Draco, quiero unas pastas con salsa blanca, chocolate con menta y si

puedes, un kilo de naranjas, ¿me lo puedes comprar?- pone carita de niño

inocente, haciendo un leve puchero.

La verdad, era que Harry se había vuelto un experto manipulador, ya

viviendo con Draco, sabía cómo hacer que el rubio cumpliese todos sus

caprichos, comprase todos sus antojos y lo mimara todas las noches, pero

no todo es algodón de ázucar.

-Si vas a comer todo eso, te pondrás obeso, luego no reclames- dice el

rubio.

El ex heredero de los Malfoy, pisoteaba una y otra vez la masculinidad

de su pareja, llámese Potter embarazado. El tema del peso, lo

acomplejaba, sabía que su vientre se abultaría por ese hijo, pero otra

cosa era la gordura por los constantes antojos y desarreglos que hacía

Harry.

Un día lo pilló a punto de comer cera en pasta, de esa que se limpia el

piso de las casas, en otra ocasión, lo encontró moliendo un ladrillo y

comiendo vorazmente ese polvo rojo oscuro como si fuese un manjar. Para

que mencionar la tierra, cada vez que podía, la echaba como si fuese sal

a las comidas.

Toda paciencia tiene un límite, eso fue lo que le pasó a Draco. Aguantó

y aguantó, se llenó el saco hasta romperse y explotó. Gracias a eso,

Harry estuvo vomitando toda la noche.

Ciertamente era mejor verle feliz comiendo todo lo que tenía enfrente,

pero no vomitando su vida por el inodoro.

A pesar de todo ello, lo siguió cuidando y mimando, todo lo que pudo y

soportó. 
 
Ya casi no quedaban ahorros, por ninguno de los dos, por lo que el

rubio, consiguió un trabajo de medio tiempo en una librería.

Harry por su parte, se le puso la idea entre ceja y ceja que debía hacer

feliz a su novio, por lo que, todos los días se esforzaba por tener la

casa limpia, la cena hecha. Además del cuidado personal, bien perfumado

y bañado, cosa que llegara Draco y lo recibiera con un abrazo y beso

bien merecidos.

La idea funcionó, tan poderosamente, que pronto, llegaron a la cama y

luego, ya saben, lo que hacen ahí...

Por otra parte, no habían noticias del acosador Alex, ese chico que se

hizo pasar por médico, porque hasta la licencia era falsa, era muy

peligroso. Era todo un profesional, podía tener muchas identidades y

trabajos y no le costó mucho ubicar la nueva residencia de su objeto de

locura.

Comenzó a vigilar día y noche. Aprovechó un día en que Harry salió a

comprar víveres y se infiltró en la casa para poner cámaras y micrófonos

en lugares estratégicos.

Harry no podía creer que su vida, lo que quería, estuviese pasando. No

podía creer que viviera bajo el mismo techo que Draco, tampoco que no

tuviera más ataques catalépticos o el acosador no hiciera aparición. Se

confió demasiado.

El moreno se puso a lavar la ropa, mientras veía la olla que hervía para

echar los fideos y cocerlos. Parecía toda una dueña de casa.

Así pasó el día...

-Draco, bienvenido- le dice el ojiverde besándolo.

-Ya llegué- responde el rubio muy cansado.

-Vamos a cenar- le quita el abrigo y el gorro para dejarlos en el

sillón.

El ojigris se adelanta y se sienta en el comedor. Había sido un día muy

agitado.

-Voy a servir la cena- dice con una sonrisa el moreno y va a la cocina.

Saca dos platos del mueble y los cubiertos. Sirve los fideos y le agrega

la salsa.

Al plato suyo, le agrega unos toques de tierra, por supuesto.

-¿Otra vez vas a comer tierra?- le pregunta el rubio fastidiado.

-Sí, ya sabes, antojos, antojos- se sienta enfrente.

-No deberías comer tan seguido tierra.

-No me he sentido mal, además, recuerda que vamos a tener un hijo, tengo

que alimentarlo.

-Pero con tierra, ladrillos y cera, qué fantástica comida.

-¡Si vas comenzas a agredirme, me voy a comer a la pieza!- exclama

molesto el moreno.

-Sí, vete de una vez- responde el ojigris.

-Entonces, cena solo, ¡tonto, imbécil, estúpido!- exclama enojado.

Se levanta tan de prisa que se mareó y se fue contra el suelo. El plato

con los fideos quedó desparramado en el piso y Harry desmayado.

-Harry, despierta- decía el futuro padre, pero no conseguía respuesta.

Se acercó a ver si respiraba y débilmente inhalaba y exhalaba aire.

-No te duermas, quédate, escúchame- le decía el rubio preocupado, ya que

eso ocurría cuando venía un ataque cataléptico.

Draco tomó el cuerpo de Harry en brazos y se lo llevó al dormitorio, lo

recostó y se quedó allí, esperando a que despertara, le siguió hablando

para que no se fuese.

Todo eso veía Alex, quien tenía dentro de sus antecedentes que Harry

sufría de catalepsia, pero ahora debió colapsar por la presión y el

cansancio de su vida diaria.

-Abre los ojos, Harry, déjame ver esos orbes verde esmeralda que me

gustan tanto- dijo el ojigris.

-Dra...co- susurra.

-Todo está bien Harry, todo está bien- lo abraza.

-Perdón por decirte tonto, imbécil y estúpido.

-Sólo te perdonaré sí haces lo que yo quiero.

-¿Qué quieres?

-Sé mío- se apodera de sus labios con un apasionado beso.

Es cierto que su paciencia tenía un límite, tal vez después va a ser

peor o controlará más su carácter, pero estaba seguro que no había

podido escoger mejor camino que estar al lado del chico que ama.

continuará...

Notas finales: mchas gracias por todo, espero que sea de su agrado y disfruten mis locas ideas ^^

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