"Hanamichi amor de mi vida, empiezo así porque esa es la verdad. Te quiero y siempre te querré; eres mi vida y me todo pero ya no lo aguanto más. Me he obligado a dejarte y esa vez te suplico que no me busques, no quiero regresar contigo, no quiero volver a lo de siempre; si seguimos así un día nos mataremos o te mataré a ti y eso no lo soportaría.
Hay relaciones peligrosas y la nuestra lo es para nosotros, tenemos el mismo temperamento y somos como el día y la noche; para empeorar no sabemos limar nuestras diferencias sin usar la violencia.
La primera vez que huí de tu lado fue porque en una de nuestras discusiones y te rajé la mejilla, te he hecho una cicatriz en la mejilla; no me perdono por haberte herido pero tampoco quería vivir sin ti por eso regresé contigo cuando me encontraste. Después de eso, las cosas se complicaron aún más.
Con la marina buscándome y tu inseguridad con relación a mis sentimientos, nos hicieron discutir aún más; en tu barco las cosas se tensaron los tripulantes empezaron a molestarse contigo por tu mal humor y yo con mi orgullo no te ayudaba a relajar el ambiente.
Ahora que lo pienso nuestro principal problema fue la inseguridad, fuimos mujeriegos y eso nos hacía desconfiados tanto era así que llegamos a....
-Kaede, hay gente detrás de la cortina- dijo Hanamichi mientras se sentaba desnudo en la mesa.
-No importa- replicó Rukawa bajándose los pantalones, se puso entre las piernas y de una estocada lo penetró y empezó a moverse despacio. El pelirrojo entrelazó las piernas en su cintura y movió las caderas al mismo ritmo.
-Esta mesa .. me molesta ..así que sé un poco...más suave.- pidió el pelirrojo entre gemidos. Cogió por el cuello al ojiazul y lo beso apasionadamente para ahogar los gemidos; el pelinegro saboreó sus labios unos segundos antes de apartarse suavemente.- Qué?- preguntó
-Quiero que nos oigan gritar nuestros nombres cuando lleguemos al clímax, así sabrán que nos pertenecemos- contestó el ojiazul aumentando la velocidad de las embestidas...
-Rukawa/ Hanamichi- gritaron ambos al llegar al orgasmo. El pelinegro se apoyó exhausto sobre el pecho del ojimiel
-Tenemos que levantarnos zorro perezoso. Ya hemos montado suficiente espectáculo.- dijo Hana sentándose derecho.
-Cierto, tenemos que marcharnos- comentó Rukawa poniéndose de pie.
En varias ocasiones perdimos totalmente la vergüenza sólo para dejar claro a cualquiera que nos pertenecíamos y que no podían ponerse entre nosotros. Nuestra relación no tiene futuro, ahora, en ese presente; porque estoy empezando a matar por ti.
He tenido pensamientos homicidas contra tus tripulantes....incluso llegué a poner veneno a sus comidas pero mi arrepentí en el último momento; estoy peor que el elfo ese de los señores de los anillos " es mi tesoro".
Nadie te puede tocar, mirar o hablar que me dan ganas de asesinarla/lo; eso no es un amor sano y no quiero que el nuestro esté bañando en sangre, tampoco permitiré que nuestras tontas peleas terminen matándonos. Sé que sufrirás mucho, yo también lo haré pero es nuestra obligación separarnos ahora; nuestro camino debe separarse, ahora que aún estamos con vida y por favor no te me acerques.
Sé que nos amaremos toda la vida, porque es nuestro destino, así que reencarnemos nuestro amor para otra vida pero está vez empecemos bien desde el principio...
Hasta otra.
Kaede Rukawa."
-Perdone señora...
-Condesa Sakuragi...
-Soy la duquesa Rukawa, un placer conocerla.- dijo una mujer con el pelo negro.- Puede mi hijo jugar con el suyo?
-Por supuesto, Hana ve a jugar con tu nuevo amigo.
-Yo , Kaede Rukawa, tengo tres años y tu?
-Soy el genio ..Hanamichi Saku..ragi... tengo tres...- se interrumpió al ver como el otro chico se abalanzaba sobre él- Qué...haces!!?
-Abrazarte, daho.
" Esta vez haremos bien las cosas "
fin