¯¨'*·~-.¸¸,.-~* ''" No te metas con mi NOVIO "''*·~-.¸¸,.-~*
Primer y único Capitulo:
“Una compra que trajo mas que eso”
^-^
- Yuki…!!, ya voy a comprar lo que me pediste! - dijo el pelirrosa mirándolo sentado en el sillón frente al televisor, viendo este con aburrimiento
- Aja…, date prisa… - dijo sin mirarlo, el atractivo rubio
Shuichi asintió y salio del lugar, directo al almacén cerca de allí, con la tarea de comprarle un papel especial al rubio que solo vendían allí, no le molestaba para nada hacerle favores al rubio, el cual en esos días a estado muy agobiado con eso de su novela la cual debería presentar mañana, si que debería cambiar de editorial, esa desespera mucho…, Ya casi no duerme en la noche, y se pasa la tarde entera en eso, y lo único que puede hacer el lindo pelirrosa es confortarlo con sus “atenciones”, era lo único que podía hacer, por que no lo puede ayudar a escribirlas, u_u no dejaría ni que se acercara a la computadora, ¿Por qué?, seguramente le daba vergüenza que el leyera lo que el escribe, *¬* Que lindo, ¿no?, aunque durante los 7 meses que ha estado con el, lo conoce tanto que hasta sabe cuando tiene hambre sin siquiera decírselo ni hacer una mueca.
En un tiempo, llego a dicho almacén el cual era poco visitado ya que se encontraba en un lugar un poco oculto, Entro y solo habían unas menos de 20 personas caminando por allí, tranquilamente se dirigió a la papelería y cogio suficiente del dicho papel, el cual necesitaba el rubio, y uno que otro Shampoo para ambos el preferido del rubio, olor a vainilla y el suyo con aroma a fresas.
Se dirigió al mostrador de cobro, en donde lo recibió un chico con músculos, con bello facial en forma de candado, dándole un semblante rebelde, de cabellera café y larga amarrada en una gomita, y ojos verde oscuro, los cuales lo miraban con lascivia, algo que hizo que el pelirrosa arqueara una eja, con la desconfianza mostrada en sus bellos ojos amatistas.
- Bien, bombón, que deseas - dijo mirando fijamente al pelirrosa, con una sonrisa de lado
- El cobro de esto - dijo colocando todo encima del mostrador
- Lo hare, si me das un besito… - dijo alargando los labios.
- Shuichi frunció el ceño - Quieres o no, hacerme el cobro de esto?!
- Bien…, bien…, no me muerdas…, aunque eso seria delicioso… - dijo y le dio lo comprado en una funda al pelirrosa, el cual se di vuelta dispuesto a marcharse
- Que estupido… - musito, tras la mirada del castaño el cual miraba las nalgas del pelirrosa, queriendo ser sus calzones y apretar esa nalguita que tenia.
Shuichi algo molesto salio del almacén, rumbo a su hogar con la intención de olvidar esa tontería y estar con su rubio, el cual seguramente lo estaría esperando, el cree que el pelirrosa no lo sabe pero se ha dado cuenta de que el rubio no aguanta no tenerlo cerca, un ejemplo pues la noche anterior que estuvo hablando por teléfono con Hiro, y el rubio el cual había estado esperando que termine, descortésmente le colgó el teléfono e inicio con besarlo para… ujum, ujum…
En algunos minutos llego al edificio de su hogar, entro en el ascensor y presiono el botón del piso 5, en el cual se encontraba su apartamento…, Al este detenerse Shuichi de allí salio, y camino hacia su departamento el cual inmediatamente abrió.
- Yukiiii, Ya llegue..! - grito, y se quito los tenis
- El rubio salio de su estudio, y se dirigió al pelirrosa el cual con una sonrisa le entrego en paquete de hojas - Gracias… - dijo a lo cual a Shuichi le salio una hemorragia nasal, lo había considerado tan tierno.
- Yukiiiiiiii, eres tan lindo!! - dijo abrazándolo efusivamente
- No soy lindo, solo soy guapo… - dijo con una venita palpitante en la cien
- Si!!!, guapísimo… y tierno! - dijo y tiro al rubio al piso, el cual no levanto defensa, y comenzó a besarle el rostro, hasta llegar a sus labios y besarlos gustosamente, y el rubio le correspondió, y como no hacerlo amaba esos dulces labios del pelirrosa, que lo embriagaban - Te quiero, Yuki. - dijo gatunamente, con orejas y cola de gato peluche.
- Yuki abrió sus parpados, ya que los tenia cerrados tras la consecutiva tarea de besos del pelirrosa, y miro al pelirrosa fijamente algo que lo sonroja al menor, amaba esos misteriosos ojos gatunos, y no se cansaba de observarlos eran tan misteriosos - ¿Cuándo piensas levantarte?, Shuichi - dijo a lo cual el pelirrosa se levanto inmediatamente y lo ayudo a parar.
- Voy a preparar la cena! - dijo el pelirrosa alegremente
- Lo único que sabes hacer es hervir agua para la sopa instantánea y ni bien - dijo parco
- Joo, Yuki que malo - dijo con un tierno puchero
- Yo lo hare…, vete hacer algo - dijo dirigiéndose a la cocina, tras la aguada mirada del pelirrosa aunque fuera verdad lo dicho por el rubio de la sopa, no debió de haberlo dicho así como así, eso hería el corazoncito que se encontraba encima de su corazón.
«------•}I|[ Día Siguiente ]|I{•------»
Era sábado Shuichi se encontraba solo en su hogar, el rubio había salido hace varios minutos a entregar al fin el ultimo capitulo de su novela, Odiaba el hecho de que fuera un escritor casi no tenia tiempo para nada, y su editora solo le daba un par de semanas para que escriba su próximo libro, y también odiaba estar solito en esa gran casa sin compañía de su amor.
Shuichi estaba sentado en el suelo de su habitación jugando con un pequeño muñequito parecido a Yuki, Sintió como tocaban el timbre de la puerta e inmediatamente fue allí, no podía esperar que fuera Yuki ya que se fue hace minutos y no le quedaba nada cerca la editora, Abrió la puerta quedando desconcertado por que no había nadie allí, pero si una carta en el piso, el pelirrosa le dio un ultimo vistazo al corredor para verificar que no había nadie, cogio la carta y cerro la puerta con seguro, era muy asustadizo y esa situación se parecía a la que veía en películas, sobre mounstros.
Camino hacia la sala, en donde vio por detrás y delante la carta que solo decía; “Para el pelirrosa”, La abrió sabiendo obviamente que era para el, decía;
Hola, bonito espero que me recuerdes, soy el hombre de la tienda con quien hablaste ayer, Te quería decir que desde anoche no te puedo olvidar, ¿Y tu a mi?, espero que no, me encantaría estar en tus sueños mas húmedos… y quiero también que sepas que te persiguiere hasta que seas mío y apoderarme de esa deliciosa nalguita que tienes, ojala y no le moleste a tu novia, Y ella si que es suertuda..., en tenerte para que la hagas suya todas las noches cuanto quisiera estar en su lugar…
Duerme bien, y sueña como te dije conmigo, eso me llenaría de placer, Ah y se me olvidaba anoche en la madrugada me masturbe pensando en ti, solo en ti…
Te ama Luis
Shuichi de la impresión casi vomita, que asco le dio que las palabras de ese tipo llamado Luis, En ese momento se sentía sumamente asustado, tenia miedo que este allí tras la puerta dispuesto abrirla con algún objeto, y hacerle cosas asquerosas, Lo único que su mente pudo procesar fue; “Llama a alguien”, no sabría que hacer si ese musculoso lo agarra, Yuki no tenia músculos y así lo podía lanzar a cualquier lugar (- Ejemplo exagerado ¬¬ -)
Corrió hacia su habitación la cual cerro con seguro, cogio su celular a prisa y marco al numero del rubio el cual después de varios intentos contesto en voz baja, no era de extrañar se encontraba con su editora y no podía hablar con nadie, mil veces se lo había dicho, pero ese era un caso de vida o muerte.
- Yuki, Yuki, un tipo me esta acosajando!! - dijo asustado
>> Dirás acosando Shuichi, y de que hablas?, deja de estar viendo películas de miedo, y estate tranquilo ahí
- No Yuki…, el esta cerca me dejo una carta desagradable en la puerta!
>> Suspira - llamare al vecino para que verifique si hay alguien allí afuera… ¿Contento?
- Si, hazlo y ven pronto…, tengo miedo… - dijo con la frente arrugada
>> Bien, adiós - colgó
Después del rubio colgar camino hacia el ventanal y miro hacia abajo, encontrándose con aquel hombre que miraba justamente hacia allá con una lasciva sonrisa, Shuichi en un auto reflejo de despego del cristal asustado, cuanto en ese momento se lamentaba de ser tan lindo y después de a Yuki no hallaba a quien llamar, Hiro estaba en Kyoto con Ayaka, K tenia el día libre y estaba con su esposa y también otras personas que lo podían ayudar tenían cosas mas importantes que hacer, que ir a cuidarlo de un lunático.
(-.-.-.-.-.-.-)
Después de una hora y media de suspenso, comenzó a escuchar como tocaban la puerta insistente, causando que por momentos su respiración se cortara del susto, sus violetas ojos mostraban miedo y por instinto comenzó a poner nerviosamente cosas en la puerta para que esta no fuera abierta, por nada, pero deshizo todo eso al escuchar la voz de su rubio gritarle que le abra, lo que inmediatamente hizo, y al verlo hay parado con una mueca molesta se le abalanzo encima.
- Yukiiii, tenia tanto miedo… ¿No lo viste?, es musculoso y pelu! - dijo mirando al rubio, mientras derramaba copiosas lagrimas
- No, no vi a nadie con esas características… - dijo entrando sin mucho esfuerzo por el hecho de que el pelirrosa este guindando en su pecho
- ¡¿Como que no?!, el estaba ahí! - dijo mirando con la frente arrugada al rubio.
- No vi a nadie… - repitió el rubio, caminando hacia su habitación
- Shuichi frunció el ceño, cuanto le molestaba el hecho de que pareciera no creerle absolutamente nada. - Valla…, no te interesa ni un poco…, no te interesa el hecho de que ese lunático me este persiguiendo…, no parezco importarte ni un poco… - dijo melancólico y corrió fuera del lugar totalmente herido.
- Yuki quien se había quedado mirándolo, mientras se iba suponiendo que en cualquier momento regresaría llorando - 1…,2…,3…,4…,5… - al ver que no se devolvió fue a su habitación a ver si encontraba la supuesta carta, la encontró encima del velador, y al leerla la rompió con furia y fue tras su pelirrosa.
Al llegar al estacionamiento del lugar, subió a su BMW, debía encontrar a su pelirrosa ese hombre si que era un lunático asqueroso y si es cierto que el estuvo cerca del departamento asechándolo, podría ser que haya perseguido al pelirrosa era solo una suposición ojala y sea falsa, Lo que menos querría seria que lastimaran a su pelirrosa, por que era suyo, el era su novio y no permitiría que nadie, absolutamente nadie le haga daño.
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Shuichi caminaba melancólico por aquél parque en el que conoció al amor, y ese ni siquiera lo entiende ni le cree en algo tan serio como eso que peligraba su cuerpo y mente, estaba tan molesto y herido, que nuevamente comenzó a llorar, por causa de sus propios sollozos no se percato de que una silueta detrás de el lo perseguía con tranquilidad, hasta la brisa parecía quererle advertir ya que esta comenzó a soplar mas fuerte causando que Shuichi se abrazara a si mismo.
- Joo, que frío… - dijo y sintió una mano en su hombro, como supuso el rubio fue tras el, siempre lo hacia. - Yuki, no te voy a perdonar esta vez… - dijo y se volteo sonriente pero esa sonrisa se rompió al ver a supuesto Luis, mirándolo con una lasciva y macabra sonrisa
- Hola, bombón… - dijo a lo cual el pelirrosa quedo inmóvil y atónito, quería correr pero sus piernas no le respondían y cuando lo hicieron callo. - Si que no la pasaremos a lo “lindo” - siguiente acción, quitarse la correa tras la asustada y aterrorizada mirada del pelirrosa el cual temblaba en el piso y musitaba repetidamente; “Yuki ayúdame”
- Cuando por fin sintió fuerzas para correr, se intento levantar pero fue interceptado por el castaño el cual lo jalo del brazo fuertemente causando que el pelirrosa se quejara de dolor - Suéltame! maldito!! - grito
- Y crees que lo hare?, quizás te permita ir después de que me derrame dentro de ti - dijo y empujo al pelirrosa detrás de unos arbustos
- Nooo!!!! - grito fuertemente, al sentir como Luis se sentaba con las piernas abiertas en su cadera
- Ahora si, dame el besito… - dijo acercando su rostro al del pelirrosa, el cual movía la cabeza a los lados, con los ojos cerrados, para evitar ese repulsivo contacto, pero en un momento sintió como este abruptamente caía a su lado, mientras se quejaba como un perro atropellado.
- Shuichi abrió sus parpados encontrándose con su amado escritor dándole una mirada llena de furia y rabia al castaño, el cual se estrujaba de dolor cerca suyo, el rubio lo había golpeado en la cien, difícil creer que no este inconciente. - Eiri… - musito
- Maldito estupido repugnante…, esto te enseñara a no meterte con mi novio! - dijo con esa mirada aun en sus ojos, Shuichi aun no lo creía nunca pensó que su rubio se pusiera de esa forma por el, pero ya uno de sus muchos sueños que ha tenido del rubio se estaban cumpliendo uno por uno. - Shuichi…, sal de aquí… - dijo sin mirar al pelirrosa, todavía con sus ojos fijos en el tipo en frente el cual se estaba levantando, el pelirrosa por su parte siguió la orden de su rubio, no quisiera que le den un guamazo por estar hay en el medio de ambos.
- Bastardo… - dijo el castaño, y se le acerco al rubio para inmediatamente golpearlo justamente en su linda cara, pero el rubio detuvo su brazo y lo apretó con todas sus fuerzas causando que sus uñas se claven en el brazo mayor y que sangrara, Luis se quejo y con su otro brazo intento privar al rubio en el estomago pero este brazo también recibió lo suyo, y quien fue privado fue el…
- Yuki lo dejo tirado en el suelo agonizando de dolor, mientras sus gatunos ojos lo miraban con sumo aborrecimiento - Esto te enseñara…, No te metas con mi novio - dijo y calmadamente se fue de allí, en dirección a donde se encontraba su pelirrosa el cual lo recibió con un fuerte abrazo.
- Yukiii, mi amor…, estas bien? - dijo con la frente arrugada mostrando preocupación en sus orbes amatistas, mientras que revisaba las manos del rubio
- Lo estoy - respondió el rubio mirándolo, por lo cual recibió otro abrazo del pelirrosa el cual se percato de que una piedra se dirigía a ambos proveniente del maldito de Luis y molesto la atrapo y se la pego al bastardo en la cabeza el cual por fin se desmayo.
- MUERETE DE UNA VEZ! - Grito el pelirrosa ante esto, causando que a Yuki le salga una gotita en la cabeza
- ¿Shuichi?
- Lo siento, Yuki…, por irme así…
- Quien debería disculparse seria yo, por no haberte creído… - dijo el rubio, acariciándole los cabellos - Ya aprendí mi lección…
- Deberías - dijo parco el pelirrosa - Pero, ahora estoy mas seguro de que siempre me protegerás, Mi príncipe azul… - dijo sonriendo
- Estaremos bien, si no me vuelves a llamar así - dijo parco el rubio
- Jeje, pero si lo eres…, eres lo que nunca hubiera soñado… - dijo y beso apasionadamente al rubio, el cual correspondió al beso
- Me dan asco.. - dijo Luis, quien nuevamente despertó, pero otra piedra casi lo llevo a cruzar al otro mundo
- ¡¿Por qué no te mueres de una vez?! - grito Shuichi
- Ya vámonos…, mi lindo niño - dijo el rubio, revolviéndole los cabellos
- Sonrío sonrojado - Si… - dijo y junto a rubio se dirigieron al BMW del rubio, si que el rubio aprendió una lección sobre creer en su amante, y desde ese día creerá en su pelirrosa aunque casi todo lo que dice sean estupideces.
¡FIN!