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Entonces; el rostro del padre de Usami por mihll

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Notas del capitulo:

Hola

Sé que me tardé, lo siento.

Había pensado en un final diferente, por eso no actualicé en su tiempo, pero ahora, y debido a que puedo soportar entregar un poco de ternura, me he decidido. Espero sea de su total gusto.

 

+++ Capítulo 2: +++


         La idea de lanzarse a los brazos de Kaede con tan sólo verle, por un segundo había opacado el deseo de darle su merecido, sin embargo, reconsiderando prontamente, lo golpeó con todas sus fuerzas y por todo el tiempo que él, aún sabiendo de su desesperación por hallarle, nunca fue capaz de acercarse y confesarle a su tiempo que era el otro padre de Usami

En un instante Kaede se halló de espaldas contra el piso, sintiendo el agudo dolor en su mejilla derecha. Tal vez se esperaba esto, tal vez no.

-Te lo merecías-dijo Hanamichi con voz resentida mientras sufría un ardor en los nudillos de su mano -¿Por qué no fuiste hombrecito y me lo dijiste antes?¿por qué tuviste que traerme en la desesperación todo este tiempo?.

Kaede no podía más que observar su rostro contraído desde el piso.

Naomi por su parte, al sentir la estruendosa caída y los posteriores gritos, salió presurosa de la cocina

-¡Kaede! -gritó al ver a su sobrino postrado en el piso, sobándose la mandíbula.

No sólo para ella fue una sorpresa encontrarse con un pelirrojo enojado en la puerta de su casa, también fue sorpresa para Hanamichi, encontrarse en ése lugar, con la persona que se suponía era una visitadora social, la que todos los meses le entregaba una suma de dinero considerable que costeaba todos los gastos que un bebé implicaba

-¿Qué hace usted aquí? -preguntó Hanamichi

-¿Qué hiciste tú?-contraatacó-¡Golpeaste a mi sobrino!.

-¿Sobrino?-preguntó  Hanamichi, mientras veía como la mujer corría a ayudar a Kaede quien se ponía en pie

Al fin comprendió todo. Girando sobre sus talones, se pasó la mano por el rostro

-Sakuragi, y-yo...-Balbuceó Kaede a sus espaldas, no encontraba las palabras para explicarle todo

-ya me di cuenta que sabías de Usami, antes de lo que yo supuse esta tarde-dijo Hanamichi volviéndose.

-Será mejor que conversen en la sala, la puerta no es buen sitio-se apresuró a decir Naomi, deteniendo las palabras de su sobrino

-Yo no puedo hablar de esto ahora-musitó Hanamichi  provocando una tensión en Kaede, que supuso en él, un enojo que superaba sus expectativas. Bajó la mirada, sintiendo como cualquier palabra que quería decir, quedaban atrapadas en su garganta.

-Pero deben hablar...-quiso insistir Naomi, aferrándose al brazo tenso de Kaede

-No es el momento, esto da para largo y mi hijo me espera en casa- explicó a la mujer y dirigiéndose a Kaede, le preguntó-¿quieres venir conmigo zorrito?

El moreno se miró las manos y tardó un buen rato en responder.

-Sí.

-Entonces vamos con nuestro hijo que hoy te toca acostarle.

-Kaede-murmuró Naomi  a su sobrino antes de soltarle. Con la mirada le expresó toda su preocupación. Hanamichi ya se había perdido tras el umbral

-Todo estará bien-Aseguró Kaede, luego fue tras el pelirrojo.

El viaje lo realizaron en un taxi que esperaba a Hanamichi. Todo el trayecto se produjo en el más absoluto silencio. Kaede estaba sorprendido con el pelirrojo, nunca antes lo había visto tan serio y tan concentrado en quien sabe qué pensamientos. Más de una vez quiso hablarle para romper el tenso ambiente que les envolvía, no obstante se reprimía ya en cierto modo le temía, si, temía de lo distinto que él podía llegar a ser

Al llegar al departamento, pasaron directamente hacia el cuarto de Hanamichi; allí se encontraba una muchachita, bastante desgreñada que trataba de lidiar con el pequeño en la cuna. Se volvió hacia ellos apenas los sintió

-Qué bueno que llegas Hana, Usami es un niño malo-dijo traviesamente mientras se erguía y dejaba relucir su altura que contrastaba totalmente con un rostro de niña de doce años

-¿Te causó muchos problemas? -inquirió Hana yendo hacia la cuna

-Los de siempre-contestó sin dejar de escrutar a Kaede, que se mantuvo quieto en la puerta

-Eres un ángel Miyuki, te debo otra-dijo con su bebé en brazos.

-Ya son cinco-contestó la chica con una risilla traviesa dirigida a Hanamichi-ahora entiendo el geniecito que se gasta Usami-agregó

-¡Ah! - emitió el pelirrojo, entendiendo que se refería al moreno-él es Rukawa, un compañero de equipo-instó a éste a tomar al bebé

-Soy Masamura Miyuki, mucho gusto-saludó como si un militar se tratara.

-Rukawa, Kaede-correspondió el moreno, decidiéndose a ir tomar a su hijo

-Fue un gusto, pero ya me tengo que ir-señaló la chica-ustedes lidien con su demonio de hijo.

Miyuki simplemente se marchó

-Es mi vecina, cuida de Usami en casos como estos-explicó el pelirrojo. Su pequeño ya estaba en los brazos de su otro padre

Sin emitir comentario, Kaede se sentó en el borde la cama, contemplando el ahora tranquilo rostro de su hijo. Hanamichi se sentó a su lado y le despejó la frente a Usami, de sus rebeldes y suaves cabellos ennegrecidos

-Quiero que le des tu apellido-dijo, Kaede le miró sorprendido-No me digas que no, es tu hijo.

-No voy a negarle nada-señaló seguro-él tendrá lo que necesite de mí.

Hanamichi se pasó la mano por la frente en un gesto cansado

-Todo este tiempo le negaste tu presencia...no me vengas con eso ahora.

-Si lo hice es porque...-Hanamichi le miró y se sintió intimidado-si lo hice es porque tenía miedo de tu reacción, después de todo...te...violé-apenas había podido emitir la última palabra

Hanamichi se puso en pie con una sonrisa que denotaba ironía, le dio la espalda a Kaede por unos segundos, luego se volvió

-Tan fácil resulta decir que me violaste, pero qué difícil fue que te decidieras a acercarte a tu hijo-cuestionó molesto-¿desde cuándo me tienes tanto miedo?...te desconozco Rukawa, porque yo soy la persona con quien nunca temiste enfrentarte.

-No es lo mismo nuestras peleas de críos que esto-dijo en voz débil, observando el rostro de su hijo que aún ante el ruido de las voces, permanecía muy tranquilo-cuando te oí hablando con tu amigo sobre el embarazo no supe qué hacer.

-Haber dado la cara y decirme que fuiste tú con quien me acosté la noche de la fiesta.

-Ése día dijiste que tu embarazo era de riesgo, que no podías pasar malos ratos porque sería peligroso; no quería provocarte problemas.

-Pero lo hiciste y no fue un embarazo tranquilo. De todas formas siempre tenía malos ratos cada vez que pensaba que no sabía de quien estaba embarazado...y bien, aunque eso justifique que no lo dijeras en ese entonces, ¿por qué no hablaste cuando Usami nació?.

Kaede dirigió su vista a la puerta, mordiéndose los labios. No tenía respuesta fundamentada que dar. Hanamichi le dio un buen tiempo antes de pronunciarse

-Está bien, lo tomo como simple cobardía-se acercó y le quitó al niño-aunque hayas sido padre costeando su vida, pienso que tu cobardía hace que no te lo merezcas.

-No me hagas esto, no me lo quites...lo quiero demasiado para que me alejes de él-Kaede dijo suplicante

Hanamichi pareció hacer caso omiso de sus palabras yendo a la cuna donde depositó a su hijo con mucho cuidado. Lo arropó bien y se volvió hacia Kaede a quien se le habían empozado los ojos

-No quiero que se acostumbre a dormir en los brazos-Explicó- No voy a alejarte de él, por algo te pedí que le dieras tu apellido.

-Sakuragi, yo...siento todo...por favor, perdóname.

Hanamichi soltó un suspiro y regresó hasta él, le tomó la barbilla obligándolo a mirarlo

-Sigo desconociéndote, Zorro-pausa en que sólo se miraron-No puedo perdonarte el hecho de que me hayas dejado pensar que Mistui era el padre de Usami.

-¿Mitsui?

-Sí-dijo Hana sentándose a su lado-Se perdió de la fiesta al tiempo que yo...y pues pensé...-suspiró nuevamente-dejémoslo así, ya no importa, tú eres el padre de mi hijo.

-¿Por esa razón siempre estabas mirándolo? -la pregunta repentina tomó por sorpresa al pelirrojo. No respondió-yo creí que...-

-¿Creíste qué? -rió-¿qué me gustaba?

Esta vez Kaede no respondió

-¿Por qué te acostaste conmigo?, quiero saberlo-Hanamichi habló autoritariamente

-Que torpe eres, está claro ¿no? -se levantó evadiendo la mirada del otro, se dirigió a la cuna y acarició la manito de su hijo que ya dormía profundamente

-No está claro Zorrito-susurró a su oído abrazándole. Pudo sentir el estremecimiento del cuerpo de Kaede-quiero que me digas-

 -Nada saco...a ti te gusta esa niñata tonta, me dijiste que se te declaró esa noche y yo no hice más que joderte la oportunidad que pudiste tener con ella.

-Eres más torpe que yo-volvió a hablar en susurró-aún ebrio, no me habría dejado violar por ti si fuéramos en verdad los enemigos que todos suponen. Antes te hubiera roto hasta el último de los huesos.

-¿Enserio? -se volvió con un tono sarcástico en la voz-Ahora pareces tan seguro que te acostaste conmigo, antes no me parecía así...me da la impresión que no te importa si te acostaste conmigo o con cualquiera

-¿Qué hice esa noche?-le atacó con la pregunta, esquivando los dichos

-Me fuiste a buscar a mi casa, gritaste como enfermo mental y le rompiste la ventana a mi tía.

Hanamichi se alejó riendo de sí mismo

-Te fui a buscar-murmuró para él-¿no es suficiente para que te des cuenta que efectivamente no me dejé violar?...que tonto eres, si todavía quisiera a Haruko me habría quedado con ella y aprovechado la oportunidad que tuve...ahora me doy cuenta que continuas haciendo caso omiso de los demás, desprecié a Haruko esa noche y eso se comentó durante meses, pero tú no oyes nada.

Kaede sentía los rápidos latidos de su corazón que rebosaba en alegría por lo que estaba oyendo.

-Te quiero zorro, si te fui a buscar era por eso...claro que cuerdo no lo habría hecho-dijo sonriendo

-¿Así de fácil?...¿me estás diciendo así de fácil que me quieres?. Mira quien anda raro.

-Nos acostamos, nació un hijo de eso...y pues si, después de eso, decirte lo que siento me resulta fácil-dijo Hanamichi sin vacilaciones

-Está bien...te quiero, por eso me acosté contigo-

Hanamichi amplió su sonrisa, segundos después, estaba abrazando a Kaede.

-Nuestro hijo será feliz...también lo soy, y mucho-susurró al oído de Kaede.

-Hanamichi-emitió Kaede acariciándole la espalda. No podía creer que eso estuviera pasando; temía despertar y encontrarse con que todo era un sueño.

-Te odiaba Zorrito, y no supe cuando me empecé a interesar en ti.

Kaede lo separó mirándolo directamente a los ojos

-¿Crees que yo si sé? -Hanamichi negó-ya no importa, el caso es que al menos nos correspondemos-sonrió como nunca, con una sonrisa bella que encantó al pelirrojo-No puedo esperar la hora en que mis padres conozcan a su nieto.

-Pensé que eran tu tía y tú-

Kaede le tomó la mano y lo instó a sentarse junto a él

-Hay mucho que no sabes de mí, pero es tiempo que te enteres-Hana asintió

Kaede comenzó a contarle sobre sus padres que vivían en Estados Unidos, sobre su tía, su vida y todas las cosas que Hanamichi desconocía. De vez en cuando prestaban atención a su hijo, se tomaban su tiempo para atenderlo cuando se despertaba y le daban su comida, luego retornaban a la cama. Ya muy de madrugada, llegó el turno de Hanamichi que le contó todo sobre él.

La mañana les sorprendió durmiendo abrazados, despertaron alertados por el llanto del bebé. Kaede no gruñó ante la molestia, atendió a su hijo como se debía, ante la mirada de un anonadado y feliz pelirrojo.

 -Me pregunto si será un basquetbolista como tú o como yo-murmuró Hana en un momento dado. Kaede le miró

-Dejémoslo en que tendrá las dotes de ambos. Así evitamos la discusión.

Hanamichi se levantó de su asiento, fue hacia Kaede, le levantó el rostro y le besó con ternura.

-¿Sabes qué dirán los chicos cuando sepan que estamos juntos y que tú eres el padre de Usami?

-No tengo idea.

-Te van a regañar como nunca nadie lo ha hecho, no creo que ellos te perdonen como yo.

Kaede bufó

-No podría esperar otra cosa.

-Pero luego te van a aceptar, claro, mientras cambies tu geniecito especial con ellos.

-Sólo por ellos, más bien por ti puedo hacer ese esfuerzo, no pidas más-Advirtió Kaede

-No importa, aún siendo como eres me enamoré de ti.

-Puedo decir lo mismo-Contraatacó el moreno-siempre me reproché haberme enamorado del idiota más idiota de esta tierra-desvió la vista hacia su hijo que gorjeaba feliz y no pudo ver el rostro molesto del pelirrojo-ahora ya no importa.

-Te odio sabes-gruñó Hanamichi

-Me lo dijiste también ésa noche.

-¡Agh!, Contigo no se puede-dicho esto, salió de la habitación

-Tu padre es el idiota más lindo que conozco-susurró Kaede a su hijo que le dedicó una linda sonrisa- ¿y sabes algo?...algún día...-pausa en que sonrió para su hijo-seremos una verdadera familia... es una promesa-

 

 

+++FIN+++

 

 

Notas finales:

Durante estos días prácticamente tienen que esclavizarme para que pueda escribir de slam y es que las cosas parecen no resultarme. Llevo casi un mes sin hacer nada nuevo u.u y creo que la sequía, en lo que a fic de slam se refiere, seguirá por mucho más.

Espero que nos podamos encontrar pronto. Hasta entonces.


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