Draco estaba recostado en su cama, con ambas manos detrás de su cabeza, mirando fijamente al techo.
Su mente era un torbellino de pensamientos, y estaba experimentando muchos sentimientos a la vez, que no podía descifrar del todo.
Faltaba solo una semana para comenzar el nuevo curso y Draco ideaba su plan de conquista… y venganza.
Lo primero que se le ocurrió fue cambiar su look, optaría por uno más desarreglado y sensual, seguramente llamaría la atención de todos. Opto por ir rápidamente a Londres muggle y comprar la mejor ropa, compro jeans, camisas y remeras, su cabello estaba algo largo pero no se lo corto, llevarlo despeinado le daría una imagen mas casual.
En la soledad de su habitación comenzó a probar opciones de ropa, y quedo satisfecho con su cambio, cabe destacar que estuvo a punto de besar su propio reflejo en el espejo… es que había que reconocerlo, tenia maravillosos genes.
Antes de partir a la estación recibió los últimos consejos de su padre, entre los cuales le daba permiso para besarse y acostase con Potter alegando que era por una buena causa, claro que a Lucius ni se le pasaba por la cabeza las andanzas y experiencia sexual de su hijo con gente de su mismo sexo.
Caminando por los pasillos del tren esperaba cruzarse a Potter en algún momento… pero nada. En el gran comedor lo vio, tenía el pelo mas corto pero igual de indomable, y le dirigía miradas tímidas de tanto en tanto… “No sabes la que te espera” pensaba Draco mientras comía su postre.
Harry luchaba por contenerse… “No lo mires, no lo mires” pero sin embargo no le servia, sus ojos pasaban rápidamente por la mesa… no dejaba de pensar lo distinto que estaba, aun mas hermoso, el cabello platinado mas largo y alborotado, la camisa algo abierta, la corbata mal anudada… si que había cambiado en vacaciones, y para mejor, para mucho mejor.
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Primer día de clases, primera asignatura… pociones.
Su padrino había decidido ayudarlo, cada clase el sentaría a sus alumnos en parejas de casas contrarias, justificándose con que Dumbledore había exigido que se fomente el compañerismo y se reduzca la rivalidad entre casas… cosa imposible.
-… Notts con Weasley… y Malfoy con Potter.
Draco intercambió una mirada con su padrino y se dirigió a la última mesa del salón donde lo estaba esperando un Potter visiblemente nervioso.
Draco no se equivocaba, Harry estaba aterrado, comenzó a notar como su corazón latía con fuerza y… mierda, ese perfume, si que seria difícil ignorarlo.
Luego de buscar los ingredientes en la despensa empezaron a trabajar en la poción, ambos en un profundo silencio. Harry se había prometido también trabajar duro en esa asignatura, ya que era muy importante tener aprobado el TIMOS para entrar a la academia de aurores, pero con tan cautivador aroma a su lado no se dio cuanta que estaba por meter los pelos de unicornio dentro del caldero.
-¡No! – Le dijo Draco agarrando su mano, sus ojos se encontraron por primera vez y Harry sintió nuevamente ese pinchazo en el pecho – los pelos no van aun.
-¿Ah no? – dijo con voz entrecortada.
-No, primero debes revolverlo durante diez minutos.
Harry tomo el cucharón de madera que estaba en la mesa y comenzó a revolver la poción.
-Así no Potter – le dijo Draco colocándose tras él y agarrando su mano, revolviendo el caldero en círculos – así.
¿Por qué ese “así” le resulto tan seductor? La delicadeza con la que agarraba su mano, la forma en que había pegado su cuerpo al suyo, el aliento en su nuca… lo estaba volviendo loco.
Snape miraba desde su escritorio los primeros movimientos de su ahijado, y sonrió satisfecho.
-Ees… ta bien Malfoy… yo sigo – le dijo Harry, apartándolo con su codo.
Bien, había sido suficiente según Malfoy… si que seria difícil, no soportaba al maldito, no podía sacar de su cabeza la confesión de Cedric: “Harry es mucho mejor amante que tu” “ya me aburriste” “no eres mas que un niño patético”… iba a destruirlo por haber puesto a Cedric en su contra.
La cólera que acumulo recordando lo hizo desviar de su objetivo, en el resto de la clase no volvió a insinuársele ni mirarle… y su padrino noto eso.
-¡Salgan despacio! – llamaba la atención Snape al terminar la clase – Señor Malfoy quédese un minuto.
Luego de salir todos, Draco estaba aun sentado en su lugar, su padrino se acerco y se apoyó arriba de su mesa.
-¿Qué paso?
-¿Con que padrino?
-Te veo apoyado tras él, sosteniéndole la mano… desde mi escritorio se lo veía sonrojado.
-Es que… será difícil, lo detesto.
-Mira Draco, no puedes darte el lujo de perder tiempo, el Lord no lo tolerará.
-Hoy es el primer día.
-Eso no importa, cuanto antes mejor.
-Ya… lo conseguiré para la fecha que me dijo ¿si?
-Por tu bien que así sea Draco.
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Ok… tal vez se había excedido un poco con el tiempo… había pasado un mes desde que comenzó el nuevo curso y el único contacto que tenia con Potter era en la clase de pociones. Además todo había empeorado cuando el Lord exigió verlo para que le contara como iba todo… tuvo suerte de que el cochino de Potter siguiera teniendo esos sueños y así pudo despistar a Voldemort.
Había que poner manos a la obra, justo cuando iba en su búsqueda, Pansy entro con millones de bolsas de compras y le dio un dato clave.
-…ah y sabes que, vi a Cho Chang con Potter en “Las tres escobas”, tenían una cita jaja.
¡Mierda! Pensó Draco, si se ponía a salir con esa tonta estaba perdido, había que actuar cuanto antes.
Las cosas seguían saliendo mal, no lo había visto en todo el día, y ni siquiera estuvo en la cena.
Tomo un pedazo de papel y le escribió una nota en donde lo citaba en la torre de astronomía, se la dio a un niño de primero para que se la entregara.
Harry tubo que leer la carta varia veces, había sido un buen día, su vida estaba tomando el rumbo de antes y ahora eso… de nuevo. Pensó en todas sus posibilidades, una y otra vez, finalmente se dijo que iría… para sacarse la duda.
Salio de debajo de su capa y dio dos golpecitos suaves a la puerta, como si fuera una casa Draco la abrió haciendo que Harry pierda el aliento, estaba bellísimo, el cabello alborotado y brillante, una fina camisa de seda azul oscuro y unos pantalones blancos.
-¿Vas a pasar? – le dijo Draco, sacándolo de su estupor.
-Si, perdón.
Draco miraba a Harry algo curioso, ni siquiera se le había acercado y ya estaba sonrojado… si que se iba a divertir.
-¿Querías verme? – pregunto Harry mirando al piso.
-Si, ha pasado algo curioso.
-¿Que es?
-¿Tuviste una cita con Cho Chang hoy?
-¿Que? ¿Como lo sabes?
-Pansy los vio y me contó.
-Si, salí con ella, ¿por?
-¿Se besaron?
-¡Eso no te importa Malfoy! – dijo algo enojado dándose la vuelta para salir, pero Draco lo freno y lo arrincono en la puerta.
-Si me importa sabes, no me gusto cuando me lo contó.
-¿Porque no?
-Sentí algo muy feo aquí – le dijo poniendo la mano en su pecho.
-Aahh que… te refieres.
-¿La besaste? – volvió a preguntar.
-Si lo hice.
-¿Que sentiste?
-Esto no tiene sentido, me iré.
Pero Draco volvió a arrinconarlo aun mas contra la puerta de madera, apoyando todo su cuerpo en el, sentía como la respiración de Potter se aceleraba, el cuerpo temblaba, lo que lo hizo sonreír con malicia.
-¿Sentiste lo mismo cuando me besaste a mi?
-Mal… foy… basta.
-Cuéntame… ¿como fue el beso?
Draco se apoyaba aun más en Harry, y acercaba la boca a su oído dejando escapar todo el calido aliento sobre la piel morena de su compañero, haciéndolo estremecer.
-Basta, no te importa.
-Solo quiero saber… ¿abrieron sus bocas?
-Sssi – titubeo Harry bastante nervioso.
-¿Acariciaron sus lenguas?
-Un… poco, si.
-¿Y que sentiste? ¿Se te acelero el corazón?
-No.
-¿Te temblaron las piernas?
-N… no.
-¿El calor recorrió tu cuerpo?
-No… no
Harry se sentía cada ves mas excitado, y para peor Draco se había puesto a un palmo de su rostro y le susurraba sobre sus labios, a punto de rozarlos, hablándole en susurros, como temiendo ser oídos.
-Entonces… no sentiste nada.
-Creo que no.
-¿Conmigo sentiste todas esas cosas?
-Bueno, yo… si.
-¿Quieres volver a sentirlas?
Harry estaba totalmente paralizado, fue Draco el que viajo el mínimo tramo que separaban sus labios.
Fue un beso sumamente suave, las bocas se fueron abriendo de a poco, disfrutando la humedad, memorizando cada pliegue, gozando del contacto.
Draco introdujo lentamente su lengua dentro de la boca de Potter, mientras que sus brazos lo envolvieron de la cintura.
Cuando el moreno sintió la lengua del rubio chocar contra la suya dejo escapar un leve gemido mientras enredaba sus dedos en los platinados cabellos.
El beso se fue intensificando a cada segundo, sus lenguas estaban envueltas en un juego pecaminoso y erótico. Fuera de sus bocas la lengua de Harry trazaba círculos hacia la derecha, mientras que la de Draco lo hacia hacía la izquierda, esa danza tan intensa hizo que sus miembros se terminaran de endurecer.
-¿Lo sentiste? – le pregunto Draco agitado, no habían tenido opción, tuvieron que separarse para recuperar el aire.
-mmm si.
-¿Sientes esto? – le preguntaba Draco deslizando ambas manos por su pecho.
-Si.
-¿Esto? – le pregunto, mientras acariciaba su cuello con la punta de la nariz y sus labios.
-Huum.
-¿Y esto?
Harry dio un saltito de sorpresa cuando Draco poso la mano en su miembro erecto y comenzó a masajearlo, logro la combinación perfecta cuando comenzó a besar su cuello… pero las señales de alarma sonaron en su cabeza el sentir que Draco intentaba colar su mano dentro del pantalón.
-¡Espera!
-Que ¿No te gusta?
-Claro que me gusta, pero… esto no esta bien
-Mmm si que lo esta.
-Mira, no quiero convertirme en tu nuevo juguete.
-¿Porque piensas eso?
-Lamento lo de Cedric, pero no quiero ser parte de ningún juego.
Sin más que decir se fue, dejando a Draco mas que pensativo… joder eso si que no se lo esperaba, estaba seguro que se le iba a complicar conquistarlo. Debía ser más inteligente, él conocía a Potter, un tonto y sensible Gyffindor.
Una vez en su habitación comprendió que la primera fase de su plan había salido bien, lo había provocado y obtenido lo que quería, esos labios, esa lengua, esa inocencia al tocarlo… ¡pero que carajo estaba pensando! Sin duda la falta de sexo lo estaba afectando, y tuvo que reconocer que ese encuentro había sido bastante caliente.
Se masturbo para sentirse relajado y se dedico a dormir, mañana seria un nuevo día y debía seguir con su venganza.