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Sentimientos peligrosos por tenshi_kun

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Notas del capitulo:

Hola!!

Aca les dejo un nuevo capi :)

Aclaracion: Especial gracias a MI amiga Ann (pervertida yaoista) A ella le mando los capis recien terminaditos, y ella es quien corrige mis horrores de ortografia.

Si ella los capis serian un desastre jaja. Te quiero amiga, Gracias :)

Sin lugar a dudas, la depresión era la peor de las etapas. Tres días después de descubrir la dolorosa verdad, Draco aun seguía acurrucado en su cama, sin querer salir de su habitación.

Su padrino Severus le llevaba comida que rara vez tocaba, se sentía débil, triste, usado, engañado y sin ganas de vivir.

 

Harry, por otro lado, estaba preocupado, no lo había visto desde esa noche y temía por él, llegó a pensar que había sido una pésima idea mostrarle sus recuerdos, pero en algún momento lo tenía que saber.

Todas las noches, Harry cerraba las cortinas que rodeaban su cama, y contemplaba la varita de Draco, esa misma que había dejado caer al piso, y él había tomado para devolvérsela.

 

Como todas las mañanas, esperaba verlo en el Gran Comedor, pero no se encontraba ahí, tampoco en las clases… definitivamente, ya se estaba preocupando.

En la clase de transformaciones, se sentó muy cerca de los Slytherin, pero no pudo escuchar nada.

 

Quería verlo, si estaba mal quería consolarlo, acompañarlo, estar con él… porque lo amaba, porque lo comprendía, y porque quería decirle que ni siquiera un juramento inquebrantable podría separarlo de él.

 

Para distraerse un poco, se fue a la biblioteca a terminar un trabajo de pociones, se dirigió a una de las estanterías a buscar un libro, y ahí también se encontraba un niño de primero, con el uniforme de Slytherin.

 

-Oye, niño –le dijo Harry.

 

-¿Si? –respondió el chico, muy lindo, de cabellos negros y ojos pardos.

 

-¿En tu sala común, se comenta algo de Draco Malfoy?

 

-Escuché que tenía una fuerte gripe, el director de nuestra casa, Snape, firmó sus papeles para permitir que faltara a clases.

 

-Ah, bueno, gracias.

 

-De nada.

 

Esa si que no se la creía, él sabía muy bien el motivo por el que Draco hacia cuatro días que no salía de su habitación, había que hacer algo pronto.

En la noche, tomó su capa para hacerse invisible y tomo también la varita de Draco para ir a devolvérsela.

En el camino a la casa de las serpientes, se comenzó a sentir muy nervioso, impaciente y emocionado, tenía un cúmulo de sensaciones por volver a verlo y confesarle que nada ni nadie le importaba, que estaba enamorado e iba a luchar por él.

   

La puerta estaba cerrada con un hechizo, sacó la varita y la abrió. La habitación estaba solamente iluminada por la tenue luz de la luna, que se colaba por la pequeña abertura de las cortinas.

En la cama, como algo inerte y sin vida, había un bulto que respiraba con dificultad.

 

Harry se quitó la capa y se acercó, fue hacia la cama y se arrodilló frente a él.

Tenía los ojos abiertos, pero parecía no estar viendo nada, su piel parecía más blanca que de costumbre, y sus labios estaban rojos e hinchados, al igual que su rostro, producto de tantas lágrimas derramadas. A Harry le pareció, que nunca había visto cosa más bella.

 

-Lo siento –habló Draco, en un susurro casi imperceptible.

 

-No tienes por qué –contestó Harry, posando una de sus manos, en los suaves cabellos rubios–, no sabías lo que hacías.

 

-Gracias.

 

-¿Eres tú Draco Malfoy? Dijiste: “lo siento” y “gracias”, casi en la misma frase –dijo bromeando Harry, y Draco pareció querer sonreír, pero no pudo lograrlo del todo. Harry siguió.

 

-Toma, tu varita.

 

-¿Cómo es que la tienes tú?

 

-Se te calló al piso antes de salir corriendo.

 

-No tengo muy en claro lo que sucedió después de salir de tus recuerdos.

 

-Draco, yo lo siento mucho… pero tenías derecho a saber la verdad, aunque doliera.

 

-Lo se, lo se… la verdad es dolorosa, supongo.

 

-Pero tienes que aprender a aceptarla y superarla.

 

-En eso estoy.

 

-Draco, llevas aquí cuatro días, no merece la pena.

 

El rubio quiso incorporarse, pero estaba bastante débil, Harry se sentó a su lado y, abrazándolo, pudo mantenerlo recostado en la cama.

 

-Me siento tan estúpido, tan dolido, yo lo quería mucho… ¿Cómo pudo hacerme eso?

 

-No merece la pena Draco, él no pudo ver en realidad lo maravilloso que eres, él se lo perdió.

   

Draco pudo acomodarse mejor, y ahora quedó de frente, mirando a Harry directamente a los ojos.

 

-No es fácil Harry, intenté superarlo estos días, tratar de poner en orden mis ideas y mis sentimientos, pero no lo consigo.

 

-Eso es porque no tienes ayuda.

 

-Es que nadie puede ayudarme.

 

-Si Draco, yo puedo… yo te amo.

 

Draco quedó mudo, y lo único que pudo sentir, fueron las manos de Harry que lo tomaban suavemente del rostro, y acercaba su cuerpo al de él.

 

-Se que cometiste errores, pero errar es de humanos. Yo te amo Draco, como jamás pensé que iba a amar a nadie, te comprendo y te perdono.

 

Draco escuchaba esas palabras y sentía como su corazón comenzaba a palpitar a un ritmo más veloz, y como un pequeño nudo se formaba en su garganta y no lo dejaba tragar bien.

 

-Ya no me importa lo de Christopher –siguió el moreno–, y respecto a tu compromiso… estoy dispuesto a esperarte el tiempo que sea necesario.

 

-¿Hablas en serio?

 

-Muy en serio. Comprende esto Draco: Te amo, y no voy a renunciar a ti tan fácilmente, voy a darte todo el tiempo del mundo para que puedas pensar y aclarar tus sentimientos, yo voy a esperarte días, meses, años.

 

Harry se acercó finalmente, uniendo sus labios con los de Draco, un beso suave y tierno, cálido y cargado de esperanza.

 

-Debo irme, Snape nos dejó una pila de tarea.

 

-Lamento haberte hecho sufrir.

 

-No importa, todo lo que nos pasa en esta vida es para aprender, madurar y crecer.

 

-Gracias Harry.

 

-Descansa Draco, espero verte mañana en clases, y espero algún día obtener una respuesta tuya.

 

Draco solo afirmó con la cabeza, Harry le dio un beso en la frente, se colocó la capa y se fue, dejando al rubio pensativo y sabiendo que tendría que tomar una decisión y un rumbo para su vida… y también diciéndose que mañana volvería de a poco a su vida normal.

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Era curioso cómo, sin saber de que forma, se dormía llorando y se despertaba llorando.

Esa mañana, Draco decidió levantarse, e ir a sus clases, tomó un baño de agua tibia, en donde pensó su charla con Harry. Pero aun, no lograba poner sus pensamientos en orden… el dolor seguía muy presente.

 

Se puso su uniforme y, antes de salir, se dio un vistazo a su cabello… el reflejo, no le gusto para nada. Se lavó la cara para comprobar que lo que había visto era cierto, para su espanto, lo era. Su piel estaba mucho más blanca de lo normal, con un pálido no muy saludable, esas asquerosas ojeras y esa mirada entre depresiva y sorprendida lo hicieron salir del baño rápidamente, como asustado de su propio reflejo.

 

 

Sus amigos lo abrazaban y le daban mucho cariño y contención, pero a Draco no le bastaba, necesitaba otra cosa… levantó la cabeza, y pudo ver unos enormes ojos verdes que lo miraban fijo. Harry le dedicó una sonrisa y volvió a su desayuno.

 

No prestó mucha atención en las clases,  trataba de pensar, pero el ruido que hacían todos y los murmullos no dejaban que se concentrase.

 

-Ya cállense un poco –se quejaba Draco, en la cena–, estuvieron todo el día parloteando, la cabeza me estalla.

 

-¿Te sientes bien Draco? –preguntó Pansy, preocupada.

 

-Estoy bien, solo quiero que dejen de hablar tan fuerte.

 

-Perdón, no nos dimos cuenta –se disculpó Blaise–, es que mandaron a los de primero a cuarto a sus casas, y no sabemos porque. Dicen que mañana partirán.

 

Draco quedó pensativo, la guerra se acercaba, estaba muy, muy cerca, a días solamente. Miró la mesa de profesores y su padrino no estaba.

    ________________________________________________________________

 

Draco esperó un tiempo bastante considerable, pero su padrino no abría la puerta de su cuarto.

 

-Padrino, soy yo, necesito hablar contigo –dijo luego de volver a tocar.

 

En solo segundos, Severus Snape abría la puerta y metía a Draco dentro de la habitación.

 

-¿Porque no me abrías? Llevo un montón aquí afuera.

 

-No pensé que fueras tú ¿Qué quieres?

 

-¿Es cierto que mandaran a los alumnos a sus casas?

 

-Sólo los de primero a cuarto, los demás se quedaran, el día de la batalla le diremos si quieren pelear, si no quieren, podrán abandonar el castillo el día de la batalla.

 

-O sea que ya está todo planeado, ¿Por qué Potter sigue aquí?

 

-No quiso irse.

 

-¿Por qué?

 

-Primero: porque la conexión de Potter con el Lord es muy fuerte y lo sabría de inmediato, Segundo: porque dice que tiene que proteger algo muy importante aquí.

 

-¿Qué cosa?

 

-¿No te das cuenta qué puede ser?

 

Draco negó con la cabeza y Severus puso sus ojos en blanco por la ignorancia de su ahijado.

 

-Tu, Draco. Parece que realmente lo enamoraste.

 

Draco quedó pensando, y no pudo reprimir una pequeña sonrisa que se formó en su rostro.

 

-Oh, por Merlín, borra esa sonrisa Hufflepuff... ¡auch! –se quejó Severus, por un dolor.

 

-Padrino, ¿Qué te pasa?

 

-Shh Draco, no hables.

 

Severus se levantó la manga izquierda, dejando ver la marca tenebrosa, se movía y estaba oscura como el azabache. La voz de Lord Voldemort comenzó a invadir el lugar, como que salía de las paredes.

 

-Severus –lo llamo–, ya es hora, la batalla se acerca, trae a Draco a la guarida.

 

-Enseguida señor.

 

Severus miró a Draco, y éste estaba paralizado y asustado, hasta podía sentir que su cuerpo temblaba.

 

-Tranquilo Dragón, todo saldrá bien. Vamos.

 

Su padrino lo abrazó y, con un movimiento de varita sobre sus cabezas, ambos se aparecieron en un lugar, que a Draco le pareció, el más siniestro y tenebroso que jamás había visto.

 

A unos metros de ellos, se encontraba una mansión muy añeja, y solo una ventana estaba iluminada.

 

-Es la mansión de los Riddle, el cuartel de los mortífagos. Vamos.

 

La atmósfera era fría y oscura, ambos tenían conjurado un lumus, que iluminaba el camino, subieron la escalera y al final del pasillo había una puerta entreabierta, de donde venia la luz. Severus dio dos golpecitos y entraron.

 

Todos estaban ahí, hasta su padre, ese hombre lobo asqueroso y la maldita rata que había asesinado a Cedric. Se sentó en medio de su padre y su padrino.

 

-Mis leales mortífagos, la batalla está cada vez más cerca –comenzó el Lord–, solo falta un detalle muy importante. Joven Draco, venga aquí.

 

Draco estaba más asustado que nunca, pero se paró lo más firme posible; caminó hasta el Lord, él también se paró y quedaron frente a frente.

 

-Has hecho un buen trabajo Draco, eres muy joven y prometedor.

 

-Gracias, mi señor.

 

-Tengo tu rol en esta guerra, uno muy importante.

 

-A sus servicios.

 

-Esto –dijo Voldemort, mostrándole a Draco una fina cadena de oro, de donde pendía una pequeña escoba como dije, era muy hermosa– es un traslador, tú se lo darás a Potter como regalo, y lo llevará al medio del bosque prohibido, en donde yo lo estaré esperando y le daré fin de una vez por todas.

 

Entregarlo a Harry, ese era su rol en la batalla, mandarlo a su muerte, traicionarlo y engañarlo, su corazón se estrujó y tuvo que hacer esfuerzos por no llorar de la tristeza.

 

-Extiende tu mano –dijo el Lord. Draco lo hizo–, se lo darás el jueves a la media noche, cuando lo tenga frente a mí, le daré la señal a los mortífagos e invadirán Hogwarts.

 

Un grito de victoria llenó el lugar, todos estaban emocionados y deseosos de matar a los impuros, o traidores o a cualquiera; sin embargo Draco se sentía la persona mas miserable y desubicada del mundo, un digno “sapo de otro poso”… una basura.

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Luego de la reunión, aparecieron en la habitación de Draco, éste tenía la cadena de oro apretada en su mano, muy fuerte, temblaba y apenas podía controlarse.

 

-Draco cálmate –dijo su padrino–, vas a romper el traslador.

 

Severus se lo quitó y lo colocó en una pequeña cajita que estaba sobre la mesita de noche de Draco.

Ambos se sentaron en la cama, y comenzaron a hablar.

 

-Draco… esto es difícil, no pensé que el Lord te diera la misión de entregarle a Potter.

 

-Que más da.

 

-¿Qué más da? No lo entiendes, mandarás a una persona a una muerte segura, horrible, al Lord le gusta jugar con la comida entes de comerla.

 

-¡Ya lo se, maldita sea! ¡Que mierda quieres que haga!

 

Severus estrelló su mano contra la mejilla de Draco en un fuerte golpe, éste se llevó la mano a la zona afectada, y lo miró con tristeza y dolor.

 

-¡Reacciona mierda! Quiero que te des cuanta de la verdad, de tu verdad.

 

-¡De qué carajo hablas!

 

-Entregaras a la única persona que puede salvarnos… a la persona que amas.

 

-Yo no lo amo.

 

-¡BASTA! –gritó Snape a todo pulmón, asustando a Draco-. Deja ese maldito orgullo que tienes, ya me lo contaste todo, lo de Diggory, lo de la Legeremancia, ¿aun no llegas a ninguna conclusión? ¿Tan obstinado eres?

 

Draco bajó la cabeza y comenzó a llorar, había llegado la hora de tomar una decisión, de enfrentar de una vez por todas sus sentimientos.

 

-¿Quieres Veritaserum o algo así?

 

-No, yo puedo llegar a mis propias conclusiones.

 

-Eso espero Draco, y cuanto antes mejor, si no tienes un bando para la batalla que se avecina, será peor para ti.

 

-¿Qué me quieres decir? ¿Qué traicione a ya-sabes-quien?

 

-Si eso es lo que deseas, si.

 

-Y dejar que me mate.

 

-Aquí tienes a gente que te protege, gente que esta lista para enfrentarlo, y sobre todo, tienes a Potter, él no dejará que nada malo te pase… porque te ama.

 

Snape se fue, dejando a Draco solo, fundido en sus pensamientos… aunque no había mucho que pensar. La última etapa llegó en el mismo momento en que Voldemort le dio el traslador. Él no iba a entregar a Harry, porque era la esperanza de un mundo libre, era la oportunidad de salvar a todos… y era la oportunidad de conocer el amor, el verdadero amor.

 

Por fin había llegado a la última etapa. Aceptación.

Notas finales:

AMO ESA FOTO! por eso escribi la parte de este capi para poder ponerla :) 

AL FIN!!! Draquito llegó a la aceptación... pero ahora, ¿que hara?. Enterence en el proximo capitulo jaja.

Espero que les haya gustado, recuerden dejar su granito de arena (osea, un review) asi llego a los 300 comentarios... o mas jaja.

Besos a todos. Los quiero!!


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