Por suerte era sábado, esa noche era el gran baile de navidad, pero Harry se excuso de sus amigos para no ir a Hogsmade, alegando que no se sentía bien… sus amigos al saber lo de sus frecuentes pesadillas accedieron sin titubear.
Harry aprovecho la soledad y el silencio de su cuarto para pensar, la relación de Cedric y Malfoy le parecía tan inverosímil como atrapante. No podía dejar de pensar en ellos… en ellos besandose, acariciándose.
Había comprendido que las dos noches en que había sido testigo de sus encuentros luego no había tenido pesadillas… se podría decir que verlos antes de dormir era un especie de droga que luego lo ayudaba a descansar.
Sin duda estaba en una etapa de su vida, en donde las charlas con sus amigos ya no eran sobre Quidditch, y el baile de esa noche demostraba como habían dejado de ser unos niños.
Era curioso como las cosas habían cambiado, estaba tan trise por el rechazo de Cho y ahora ni siquiera pensaba en ella, solo podía pensar en como seguiría a Cedric y Draco luego del baile, para poder verlos hacer el amor una ves mas.
Harry pensaba que solo era una etapa, y concurría a sus encuentros creyendo que lo distraían de la realidad que se acercaba… pero pronto sabría que no era así, que los sentimientos son difíciles de dominar, y podían volverse peligrosos.
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Nunca había sentido tanto rencor hacia McGonagall, se había olvidado de avisarle que debían iniciar el baile, y Harry casi se muere de la vergüenza y el susto.
La noche iba de mal en peor, Ron estaba obsesionado mirando a Hermione, y no dejaba de largar improperios hacia Victor Krum, sus parejas estaban aburridas y decepcionadas, y él no podía encontrar por ninguna parte a Cedric y Draco.
Agotado se dirigió hacia una de las mesas a beber algo de ponche, desde ahí pudo ver a Cedric hablando con Pansy Parkinson, la amiga de Draco.
Disimulando todo lo posible se dirigió a la salida del gran salón y comenzó a caminar en dirección a ambos.
Harry llego al frente de una pared, en donde esperaban Cho y Draco… increíblemente una puerta se materializo y ambos chicos entraron luego de despedirse de sus amigas.
¿Qué era ese lugar? (luego supo que se trataba de la sala de los Menesteres)
Observo como las chicas sonreían picaras y tomaban caminos separados hacia la planta baja.
Harry se quedo sorprendido, pero sobre todo decepcionado, por no poder verlos esa noche.
Cuando regreso al baile las cosas estaban peor, al parecer Ron y Hermione estaban discutiendo, no quiso intervenir, así que agotado se dirigió hacia su dormitorio.
Las pesadillas esa noche fueron horribles, por suerte Neville lo despertó al llegar, se lo veía con la ropa desordenada y expresión divertida… Harry solo podía pensar en que estaría haciendo esos dos chicos.
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Encontrar una solución para respirar debajo del agua parecía una buena distracción, por suerte Neville prometió ayudarlo, era algo torpe, pero le tenia confianza.
Faltaba solo una semana para la próxima prueba y los nervios lo carcomían, necesitaba relajarse con algo… y que mejor que con…
Hacia desde el baile de navidad que no los veía, le costaba horrores reprimirse para seguirlos, pero pensaba que la actitud que tenia era patética, el esperar a la noche y seguir a dos chicos para ver como tenían sexo era algo inquietante.
Luego de una semana de ardua investigación, estudio, tareas y tiempo enserado en la sala común, había podido evitar verlos, pero no había podido evitar pensar en ellos todas las noches… sin duda se había vuelto una especie de droga.
Esa noche decidió darse el gusto, eran las primeras horas de la madrugada del sábado, y seguramente se encontrarían, decidió ir a ver y así podría dormir mejor.
Tomo el mapa de los merodeadores, Cedric estaba en su sala común, y Malfoy caminaba por los pasillos. Se puso su capa para hacerse invisible y lo siguió.
Malfoy se había dado vuelta tres veces en el camino al baño de prefectos, intuyendo que algo parecía seguirlo, cuando llegó a dicho lugar abrió las lleves de agua y lleno la enorme tina con espuma y pequeñas burbujas que flotaban en el aire.
Harry lo observaba desde uno de los cubículos, algo alejado para no levantar mas sospechas, y veía con la boca abierta como su rival se quitaba la ropa.
Draco se metió al agua y apoyo su cabeza en el piso ¿será que Cedric no venia, y solo se estaba dando un baño?, pero esa respuesta fue contestada cuando Cedric entro en el baño.
-Tarde como siempre – se quejo Draco.
-Lo siento – le explicaba mientras se quitaba la ropa – mi padre me trajo lo que necesitaba para la próxima prueba.
-¿Lo consiguió?
-Le costo bastante, pero si.
-Genial, vas a poder vencer a san Potter así.
-Otra vez lo mencionas.
-¿Y que?
-No hay una ves que no lo menciones.
-Es que lo odio.
-¿Estas seguro?
-Claro que si.
-¿Sabes que pienso?
-A mi no me importa lo que pienses Diggory, ¿vas a joderme o no?
-Eres una terrible viborita ¿sabias?
-Gracias.
Harry no podía ver bien a causa de la abundante espuma que había, así que se arriesgo a acercarse un poco.
Se preguntaba como se sentiría estar así, ambos se besaban y acariciaban como siempre lo hacían, pero sus manos parecían patinar mas a causa del jabón. Sus cabellos se pagaban a la piel llena de gotas que no paraban de deslizarse.
Cedric llevo a Draco hasta una de las orillas y comenzó a besarle toda la extensión de su cuerpo, el agua le llegaba hasta las caderas y podía verse como agarraban mutuamente sus nalgas, haciendo que sus miembros se rozaran con mas fuerza.
Draco apoyo la mitad de su cuerpo en el piso para dejar que Cedric bese todo lo que quisiera. Cuando el primero llevo sus manos a la entrepierna del rubio, éste se volvió a incorporar de inmediato producto de la sensación.
Malfoy estaba aferrado de los hombros de su amante mientras que este lo masturbaba.
-Huum ahh – gemía Draco, y Harry debía taparse la boca para no gemir también.
-Cada día está mejor dragoncito, eres hermoso.
Draco se dejo besar apasionadamente por Cedric antes de que este lo volteara tal como había hecho la última vez que Harry los había visto.
Nuevamente lo penetro y los gemidos comenzaban a llenar el lugar.
Harry no aguantaba la dureza de sus pantalones, tenia que tocarse de inmediato.
De pronto Harry observa como la mirada de Draco se posa en él, en un primer momento se asustó, pero luego recordó que tenia la capa encima, y estaba bien cubierto por ella. Sin embargo Draco no apartaba la mirada, parecía estar desafiándolo, una sonrisa de costado hizo asustarlo aun más.
El rubio volteo la cabeza hacia atrás apoyándola en el cuerpo de Cedric, se lo notaba bastante agitado y sus gemidos se intensificaron. Luego de terminar, ambos se quedaron abrazados dentro de la enorme bañera.
-¿Quieres ir a mi habitación? – le pregunto a Cedric, ya que Draco dormía solo dentro de la casa de Slytherin.
-No, lo siento, ya sabes que sucede cuando dormimos juntos.
-No se de que hablas.
-Si lo sabes dragoncito, no quiero que se confundan tus sentimientos.
-No estoy confundido.
-¿No?, la última vez que dormimos juntos me dijiste: “buenos días amor”
-Ya te dije que me deje llevar, fue un error.
-Yo prefiero prevenir – le dijo saliendo de la bañera.
-Espera, no te vallas – lo llamo Draco con mirada triste.
-Escucha Draco, eres hermoso y lo sabes, me vuelves loco… pero esto no es mas que sexo.
-¿Después de todo este tiempo sigo siendo solo sexo para ti?
-Tu fuiste el que empezó este jueguito y puso sus reglas.
-Tal vez ya no quiero jugar.
-Y yo no quiero que te confundas, eres muy chico.
-No soy chico, ya tengo 15 años.
-Eres chico.
-Eres un maldito Cedric, vete de aquí antes que te lance un crucio.
-Oh, ¿ya les enseñaron eso?
-¡Te odio!
-Hablaremos cuando te hayas calmado.
-¡Vete!
Harry se quedó atónito con la conversación, jamás imagino que Cedric pudiera llegar a ser tan hiriente… veía a Malfoy que comenzaba a llorar sentado en el piso del baño y envuelto en una enorme toalla. Sentía el impulso de ir y abrazarlo, nunca pensó verlo tan débil, siempre con esa actitud fría y orgullosa.
El amor era el arma mas poderosa del mundo, volvía fuerte al mas débil, y también podía derretir un corazón de hielo, que esa noche Harry comprendió, Draco no tenia.