Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sentimientos peligrosos por tenshi_kun

[Reviews - 453]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Wow, capi 32!!... y yo que dije que esta historia sería mas corta q la anterior. Igualmente ya estamos muy cerquita del final.

Gracias a mi amiga Ann por mandarme el capi corregido... Te quiero amissssssss :)

Narcissa estaba pensativa en el salón, su dolor de cabeza había disminuido bastante con la poción para la resaca que habían encontrado los elfos, pero su preocupación no diminuía.

 

Al parecer Astoria no era la inocente y refinada esposa de su hijo, tal vez fuera más ambiciosa y peligrosa de lo que podía imaginar… la tendría bien vigilada. Aunque claro, ya estaba más que tranquila al haber arruinado sus pociones, pronto tendría un bello nietito o nietita.

 

Los pensamientos de Narcissa fueron interrumpidos por el ruido de la red flú, miró hacia la chimenea y vio aparecer a su hijo Draco. Había optado por no decirle nada, ¿Para que cargarle un problema más?

 

-Hola hijo, ¿Cómo te fue?

 

-De maravilla mamá, deseo que todos los días fueran como este fin de semana –le dijo luego de sentarse y besar en la frente a su madre.

 

-Los serán, hijo, muy pronto.

 

-Que cara tienes, mamá.

 

-Bueno, si. Severus y yo salimos a divertirnos.

 

-Vaya diversión. ¿Dónde está él?

 

-Fue al laboratorio.

 

-Perfecto. ¿Y Astoria?

 

-Aun esta en Francia.

 

-Bueno… creo que iré a ducharme.

 

Draco le dio otro beso a su madre y ésta explotó de felicidad. Su hijo había vuelto con esa mirada llena de brillo y felicidad… esa felicidad que solo una persona en el mundo podía darle.

Se sintió más orgullosa aun de haberlo ayudado. Era una madre ejemplar.

      __________________________________________________________________

 

La cena había transcurrido con tranquilidad, todos los habitantes de la casa estaban reunidos en la mesa, contando lo vivido el fin de semana.

 

-¿Entonces todo esta bien en el laboratorio de Italia? –preguntó Astoria.

 

-Por suerte si –respondió Draco–, sólo fue un susto.

   

Astoria estaba bastante distraída, jugaba con su comida prácticamente intacta mientras que Narcissa, Severus y sobre todo Draco, tenían un brillo distinto en los ojos, estaban radiantes los tres.

 

La hora de irse a dormir había llegado, y también la hora de sacrificarse un poco.

Astoria salió del baño, ya vestida para irse a dormir, se paró frente al espejo y comenzó a cepillar su largo cabello negro, como acostumbraba.

Draco la miraba desde la cama, suspiró hondo y se levantó para ir a su encuentro.

Cuando llegó, la abrazó por detrás y comenzó a repartir besos en su hombro y su cuello.

 

-Te extrañe –mintió Draco.

 

Astoria se había quedado paralizada ante la actitud de su esposo, en realidad tenía muchos sentimientos encontrados, pero sin duda, el que predominaba, era el de felicidad.

 

-Yo también –contestó ella, dándose vuelta para poder mirarlo a los ojos–, me hiciste mucha falta.

 

-No volverá a suceder.

 

Cuanto antes se terminara esa tortura, mejor. Sin más tiempo que perder, Draco la besó apasionadamente.

Astoria estaba en el paraíso, sentía que se derretía en los brazos de su marido, era la primera vez que la besaba de esa forma tan fogosa desde que se habían casado.

 

-Espera –lo frenó la chica–, dame un segundo ¿si?

 

-Claro.

 

Astoria fue corriendo al baño, abrió el mueble y encontró las siete pociones anticonceptivas, tal y como las había dejado… o al menos, eso pensaba ella.

Tomó una entre sus manos, le quitó el pequeño corchito y bebió todo su contenido.

Finalmente salió del cuarto de baño, para encontrar a su marido esperándola en la cama, se acostó a su lado, y comenzaron a hacer el amor.

 

Draco usaba todo su autocontrol para no gemir el nombre de Harry, se repetía en su cabeza que pronto toda esa farsa se terminaría, que lo estaba haciendo por él y por la felicidad de ambos.

     __________________________________________________________________

 

Al día siguiente, lunes por la mañana, Astoria se había despertado feliz, se levantó, se puso su mejor vestido, se maquilló y bajó radiante a desayunar.

Narcissa, al verla, sonrió de costado, al parecer había sido una buena noche, tal vez todo terminara más rápido de lo que había pensado.

 

Luego de desayunar todos juntos, Snape y Draco, partieron hacia el laboratorio.

 

-Regresamos a los diez –les recordó Draco y, luego de besar a las mujeres, desaparecieron por la red flú.

 

Ese día tenía un condimento especial para Draco, era el día en que comenzaba su mentira de llegar a las diez a casa, cuando en realidad salía a los ocho… pasaría dos horas con Harry, sabía muy bien que era poco tiempo, pero se conformaba… por ahora.

 

Estaba en la oficina de su padrino, trabajando junto a otros tres pocionistas, eran las siete en punto de la tarde y Draco apenas podía contener la ansiedad que sentía.

 

-¿Quieres ir ahora? –le preguntó su padrino, aprovechando que los colaboradores estaban distraídos en otra parte de la oficina.

 

-No, terminemos esto.

 

-Bueno, entonces deja de tocarte el pelo y fregarte las manos.

 

-¿Qué? Yo no hago eso.

 

-Si lo haces, además estas temblando, parece que tuviera un muñequito que vibra pegado a mí.

 

-No es cierto.

 

-Pero… maldita sea. ¿Después de todo lo que te pasó aun sigues obstinado y negador?

 

Draco suspiró profundo sabiendo que su padrino tenía razón, pero él era así, tenía que cambiar… era difícil, pero algún día lo lograría.

 

-Vete, anda.

 

-Gracias padrino, te debo mi…

 

-…me debes miles, lo sé.

 

-Señores –dijo Draco a los tres pocionistas que los acompañaban–, deberán disculparme, un inconveniente surgió y tengo que ir a atenderlo.

 

-No se preocupe señor Malfoy, nosotros terminaremos con la investigación.

 

-Son muy amables.

 

Draco salió corriendo rumbo a su oficina, estaba bastante desesperado y entusiasmado, muchas emociones para un Malfoy. Tomó los polvos flú y desapareció entre un fuego color verde.

 

-Draco, que tem… -dijo Harry cuando lo vio llegar, pero no pudo terminar de hablar, ya que Draco lo había besado con desesperación.

 

Fue empujando a Harry con su propio cuerpo hasta llegar a la mesa, ahí tiró bruscamente todo lo que había sobre ella y lanzó al moreno arriba, para luego aplastarlo con su cuerpo, sin dejar de besarlo.

 

-Mmm Draco, espera –trataba de contenerlo Harry, al parecer estaba bastante ansioso.

 

-No, no… luego hablamos. –contestó Draco, para luego comenzar a besar el cuello del moreno y llevando la mano hasta su entrepierna.

 

-Huum ok.

 

Ambos comenzaron a rasgar sus vestiduras, como si en sólo cinco minutos el mundo se acabara.

Una vez que ambos quedaron desnudos, comenzaron a repartir furiosos besos por todo el cuerpo, dejando marcas rojas y que, seguramente, tardaría días en desaparecer.

Draco se mantenía parado en el piso, y Harry acostado en la mesa, que comenzaba a crujir. El rubio llevó ambas piernas del moreno a sus hombros, acomodó su miembro en la entrada y lo penetró.

 

La mesa se mecía al ritmo de ellos, se estaba aflojando considerablemente, y ambos temieron por su estabilidad.

 

-Draco ahhh… la mesa… huum, se romperá.

 

-Ven aquí…

 

Draco pegó a Harry a su cuerpo y se tiró para atrás sin avisar, asustando al moreno cuando ambos cayeron al piso, envueltos en pasión y lujuria.

 

-Eres un loco de mierda –dijo Harry riendo.

 

-Si que lo soy.

 

Harry se auto penetró, comenzando a moverse fogosamente encima de Draco, que se retorcía de forma obscena en el suelo… y así siguieron mucho, mucho tiempo más.

        ______________________________________________________________

 

Para sacar sus dudas, aprovechando que Astoria no estaba en la mansión, Narcissa entró al cuarto de baño del dormitorio matrimonial de su hijo y comprobó que una de las pociones ya había sido usada. Tuvo que contenerse de no empezar a dar saltitos de alegría. Al fin su hijo sería libre, y podía ser feliz junto a la persona que realmente amaba, ¡todo había terminado!... o al menos, eso pensaba.

 

Mientras tanto, en una casa del Valle de Godric, dos amantes yacían en el piso, exhaustos y agitados.

 

-Ahhh Merlín –dijo Harry, aunque ya había terminado, aun seguían gimiendo.

 

-Eso fue… lo mejor –contestó Draco, notablemente agitado.

  

-Lo sé. Tendré que llevar a arreglar la mesa.

 

-Fue mi culpa, yo la arreglaré.

 

-Es lo menos que puedes hacer… pobre mesa.

 

La recuperación fue larga, pero lo lograron. Draco y Harry se cambiaron y se sentaron a conversar, ya que aún faltaba unos veinte minutos para las diez de la noche.

 

-Wow, ¿Y de donde sacaste la energía para hacer lo de hace un rato? –le preguntó Harry.

 

Draco le estaba contando acerca de Astoria, y que ya había comenzado a estar más tiempo con ella para que no sospechara, y para dejarla embarazada cuanto antes.

 

-La saco del corazón Harry. Con ella tengo sexo obligado, contigo hago el amor.

 

-¿Ah si?

 

-Ahja, ¿acaso tengo que recordarte cuanto te amo? –le dijo Draco, acercándose a él con mirada dulce.

 

-Mmm, lo sé. Pero una vez más no estaría mal.

 

Draco puso ambas manos a los costados del cuello de Harry, se acercó hasta rozar sus labios y, mirándolo fijamente a los ojos, le dijo:

 

-Eres lo que más me importa en esta vida, te amo.

 

Harry sonrió como una niña enamorada de quince años, y lo besó.

     __________________________________________________________________

 

El tiempo había pasado de forma muy tranquila, Draco se fue acostumbrando a su doble vida… aunque claro, a veces había algunas peleas con Harry, pero siempre por el mismo motivo, la impotencia y el dolor que sentían al no poder estar juntos.

 

Un martes por la mañana, Astoria se levantó peor que nunca, se sentía mareada y enferma. Sin poder resistirlo, fue corriendo al baño y vomitó.

El reflejo del espejo no le gustó nada y, si no fuera porque tomaba las pociones, pensaría que estaba embarazada.

Los malestares continuaron durante el resto de la semana, ni siquiera podía oler un poco de café, que las nauseas le aparecían y terminaba siempre devolviendo aunque no hubiera comido nada.

Preocupada por su salud acudió al medimago, que luego de revisarla, le dio el veredicto.

 

-Felicitaciones señora Malfoy, esta embarazada.

 

-Pero… es imposible. Estuve tomando pociones anticonceptivas.

 

-Bueno, usted sabe que la mínima imperfección puede arruinarla.

 

-Pero estoy completamente segura de haberlas hecho bien.

 

-No puedo ayudarla con eso, señora.

 

-Si, lo sé. Es solo que estoy sorprendida, pero es una noticia maravillosa.

 

Astoria se despidió del medimago aun muy confundida, su plan había fallado, pero ¿Cómo?... bueno, tal vez ahora con el bebé, Draco le dedicaría más tiempo.

La chica aun mantenía las esperanzas.

 

Cuando llegó a la casa, les informó a los elfos que prepararan una gran cena, había un motivo muy importante por el cual celebrar.

Narcissa había llegado con bolsas de compras, y fue informada por Astoria acerca de la cena especial.

Todo estaba perfectamente dispuesto cuando Snape y Draco cruzaron la chimenea a las 10:15 de la noche.

 

Luego de cenar, el elfo trajo el mejor champagne de la casa y sirvió a sus amos en copas muy elegante.

 

-Bueno Astoria –comenzó Severus–, ¿Hasta cuándo con la intriga?

 

-Si, lo sé… bueno, fui al medimago hoy –la chica suspiró hondo, y finalmente confesó–, estoy embarazada.

 

Narcissa esbozó al instante una sonrisa de oreja a oreja, Severus largó un audible suspiro de alivio, y Draco… dejó caer la copa de champagne al piso.

 

-¡Draco! –llamó la atención su esposa.

 

-¿De verdad, Astoria?

 

Ella asintió, sonriente, con la cabeza.

 

Draco explotaba de felicidad, tanto así, que abrazó violentamente a su esposa y la levantó del suelo.

 

-Ay Draco, jaja, no.

 

-¡Soy libre! –gritó Draco.

 

-¿Qué? –preguntó Astoria, mirándolo detenidamente, pero sin deshacer su sonrisa.

 

-Que… esto es genial.

 

-Jaja, lo sé.

 

Narcissa y Snape se miraron satisfechos, al fin Draco era libre.

     ___________________________________________________________________

 

Harry y Draco habían dejado de comunicarse mediante el diario por cuestiones de seguridad… o sea, por si Astoria lo encontraba.

Fue hasta la oficina, tomó un pedazo de papel y comenzó a escribirle a Harry contándole la buena noticia.

 

 Querido Harry: ¿Adivina qué?... ¡Astoria está embarazada! Estoy tan feliz que apenas puedo escribir. Soy libre, mi amor… somos libres. Te amo, y te juro que estoy más feliz por ti que por mí. Has resistido con mucho valor y paciencia el error que cometí, me esperaste y siempre te mantuviste a mi lado…. Y ahora llegó nuestro momento, el momento de estar juntos para siempre. Te amo. 

Llamó a su lechuza,  ésta tomó con delicadeza la carta en su pico. Draco la miraba alejarse, se sentía tan feliz, que estaba a punto de llorar. Cuando el ave se perdió de vista, bajó nuevamente al comedor, para seguir celebrando.

 

Harry estaba acostado en su cama, con millones de papeles que lo rodeaban, debía estudiar muy duro ya que los exámenes finales comenzarían muy pronto.

Oyó un ruido en su ventana, el inconfundible picoteo de una lechuza, le quitó la carta y le dio una golosina.

Harry se sentó tranquilo en su cama, jamás pensó la maravillosa noticia que ésta traía.

Inmediatamente tomó una pluma y un papel, dispuesto a responder la carta.

 

Querido Draco: ¡Es maravilloso! Eres libre… o como tú dijiste, somos libres.Yo también te amo, y es por ese mismo motivo que te esperé todo este tiempo. Estoy muy feliz, al fin llegó nuestro momento. Te amo. Harry.  

El moreno sacó de su jaula a la lechuza y, luego de darle la orden, abrió la ventana para que pudiera entregar la carta… claro, que no le dio ninguna coordenada en particular, el pobre animal no sabia a que ventana dirigirse.

 

Pero Hedwig era muy astuto y recordó haber entregado varias cartas tocando una ventana en particular… esta ventana daba al despacho principal de la casa, que había pertenecido a Lucius Malfoy, y que ahora utilizaban generalmente Draco y Severus… pero también lo usaba Astoria, ya que solía comunicarse mediante esa chimenea con su familia en Francia. Y justo en ese momento, les contaba a sus padres sobre su dulce espera.

 

-Ve a descansar hija –recomendaba su madre–, debes cuidarte mucho de ahora en adelante.

 

-Si mamá, lo sé.

 

-Nos has dado una alegría inmensa, hija –le dijo su padre.

 

-Gracias papá, yo también estoy feliz.

 

Justo cuando cortó la comunicación, e iba a tomar el picaporte de la puerta para irse, escuchó unos fuertes picoteos en la ventana.

Tomó la carta que la lechuza había traído y, como no estaba destinada a nadie, se atrevió la leerla.

 

Astoria se llevó ambas manos a la boca, dejando caer el papel al suelo. Tuvo que sentarse en el sillón más próximo porque sentía que iba a morir.

No podía contener su llanto, temblaba, y apenas podía pensar con claridad.

 

Cuando se calmó un poco, volvió a tomar la carta y releerla ¿Qué carajo era eso? ¿Draco le engañaba? Y además… ¿Harry? ¡¿Con un hombre?!

Entonces… ¿El motivo de la felicidad de su marido, no era por el bebé? ¿Cuánto tiempo llevaba engañándola?... según esa maldita nota, mucho tiempo. Curiosamente, muchos detalles sobre su esposo, ahora le cerraban a la perfección.

 

Trató de calmarse aun más, si es que podía, intentar pensar de forma más fría y racional… pero siempre llegaba a la misma conclusión: Amaba a Draco, a pesar de todo amaba a su esposo, y nadie se lo iba a arrebatar, fuera hombre o mujer, ella era su legítima esposa y madre de su hijo, nada podía cambiar eso.

 

Estaba dispuesta a todo, ¡A todo!, por mantener a Draco a su lado, y lo iba a lograr… y ese tal Harry, se arrepentiría hasta de haber nacido.

Notas finales:

Bueno... como verán las cosas se complican un poco.

En el proximo capi pasarán muchas cosas, se sabrá el sexo del bebe de Draco y Astoria, y veremos como esta chica no es tan tontita como parece.

Espero que les haya gustado, y espero sus reviews.

Besooos, los quiero :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).