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La leyenda del fantasma por Shiochang

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La Leyenda del fantasma

Bueno, si, resultó no ser tan epílogo como yo había pensado hacer, pero empiezo y jamás sé como terminar, por eso escribo y no hago adelantos.
Con respecto al nombre del pequeño, si, suena muy elegante, y se lo puse por el autor del principito, me gusta el nombre.
La dedico a Angeli Murasaki.

El bebé de los ángeles guardianes

Antoine comenzaba a caminar y era un peligro con patas para cualquiera que se le atravesara en su camino, en especial cuando lo ponían en el andador dado que Heero y Dúo habían encontrado trabajo, el primero resolvía un caso especial en una casa al otro lado del pueblo junto con Quatre respecto a la extraña desaparición de una anciana muy rica y el segundo había conseguido poner una pastelería muy especial. Claro, estaban sus tíos que lo cuidaban también, pero el chiquillo era demasiado intranquilo para su propio bien.
- ¡Cuidado, Tony! - le gritó Dúo atrapándolo cuando abría la puerta de calle - sabes bien que allí hay escalones y te puedes caer - le regañó con ternura.
- Tony quiere salir - le reclamó haciendo un gesto.
- Espera que termine de cocinar e iremos a ver a papá Heero - le dijo levantándolo para sacarlo del andador - ¿quieres pastel?
- Choco... late - le dijo sonriendo mostrando sus pequeños dientes.
- Bueno, de tal padre, tal hijo - sonrió y regresó con él a la cocina - oye, Trowa, ¿quieres pastel o helado? - le dijo al latino que restauraba en la biblioteca una antigua pintura de la última cena.
- Pastel - le dijo - esta parece ser una excelente copia de la última cena de Leonardo - le dijo al ver que lo miraba.
- ¿En serio? Pues yo no sé mucho de pinturas, pero ese cuadro se me hace familiar.
- Tal vez porque Yuy tiene una reproducción en su agenda - le dijo Wufei entrando al haber oído hablar de un pastel - una pregunta ¿Me darás pastel a mí también?
- Pensé que habías salido con Traize - le dijo el trenzado bajando al niño.
- Se fue con Yuy y Winner a investigar, el rubio cree que la ancianita sigue viva, pero que está encerrada en algún lugar de su casa.
- Y tú te aburriste de la conversación ¿verdad?
- Es lógico, sabes que no me gustan los acertijos policiales, yo habría tomado a los nietos y los habría obligado a hablar a palos.
- Esa es la manera en que hacen justicia en tu clan ¿verdad? - le dijo Trowa divertido dejando el cuadro a un lado.
- Antiguamente se hacía así - admitió - pero dejaron de hacerlo hace años por la cuestión de los derechos humanos, o algo así, pero creo que los criminales no los respetan antes, así que los pierden.
- Dices "Ojo por ojo, diente por diente".
- Tanto como eso, no, pero sí un castigo acorde a lo que hizo - señaló - un ladrón pierde la herramienta de trabajo, o sea, sus manos, un violador es castrado y enviado a servir a lugares públicos donde haya muchas mujeres, a un asesino se le da una muerte lenta, en fin, castigos ejemplificadores para que otros no hagan lo mismo - se encogió de hombros - vamos por el pastel ¿si?
- Estás igual que Tony - lo regañó Dúo pero fueron a la cocina - espero que Heero resuelva el caso pronto, debo hacer un pastel de novios y este bandido no se está tranquilo nunca.
- Es intranquilo como tú hablador - se rió Wufei divertido.

Heero miró el lugar que Quatre le señalara, según el fantasma del esposo de la ancianita, ella estaba encerrada allí, pero no veía la manera de ingresar sin tener que hace uso de sus poderes de ángel frente a los policías que acompañaban a Traize. Golpeó los paneles en la zona de la pared y escuchó que algo caía, así que se agachó al piso y vio que la alfombra había sido despegada del piso en un extenso sector, la levantó y retiró varias tablas mostrando una entrada bastante grande a una cueva excavada en el terreno esquivando los pilares de la casa.
- ¿Es el lugar? - preguntó mirando a Quatre pero preguntándole al fantasma.
- "Allí está" - le dijo el fantasma y Heero entró en la cueva de un salto sin esperar otra indicación.
- "Tu novio es un ángel" - le dijo el anciano a Quatre y este lo miró divertido.
- Lo sé, pero él no es mi novio - se volvió hacia Traize - creo que es mejor que yo vaya, pero no mandes a nadie ¿de acuerdo?
- Lo dejo en sus manos - asintió este y lo vio desaparecer, les tenía mucha confianza a ambos desde que empezaron a ayudarlo, después de todo, pese a no ser policías, habían resuelto varios casos insolubles de mucha importancia y que habían ayudado a mejorar la calidad del personal a su cargo.
- Heero, espérame - le dijo el rubio evitando en lo posible chocarse con algo mientras seguía la escasa luz que emitían las alas de Heero - no deberías...
- Lo sé, pero este lugar está lleno de seres malignos y es la única manera de espantar a la muerte - le explicó generando una luz más brillante - no puedo generar la luz suficiente para alejarlas por completo, pero si encontramos a la ancianita y la sacamos de aquí, no morirá.
- ¿Estás seguro?
- Claro, el ángel de la muerte no ha sido llamado, no es hora todavía, pero estas sombras se mantienen en torno a las personas que transitan el camino de las sombras entre la vida y la muerte siempre tratando de volver la salida oscura.
- "Es allí" - le dijo el fantasma y Heero expandió sus alas para espantar a las sombras tétricas que rondaban a la mujer - "¿ella va a estar bien?"
- No se preocupe, no corre peligro - le dijo Heero guardando sus alas para poder sacarse la chaqueta - está helada, pero no es nada serio - la levantó con cuidado y se acercó a Quatre - necesitamos salir de inmediato de aquí, así que cierra los ojos - el rubio lo obedeció y sintió que Heero le rodeaba la cintura y que en menos de un segundo estaban cerca de la entrada - no le digas nada ni a Dúo ni a Trowa, los dos se van a enojar.
- No quiero dejar a mi ahijado sin uno de sus lindos papás - le dijo saliendo por la abertura para luego hacer que le tendieran una camilla para subirla.
Traize supervisó a los enfermeros que sacaban a la mujer de la cueva subterránea y luego ayudó a Heero a salir, pero este se veía agotado, como si hubiese corrido una maratón. Le hizo una seña a los enfermeros y por poco evitaron que se diera un fuerte golpe en la cabeza al desmayarse.
- ¿Qué tiene? - le dijo al médico.
- No lo sé - admitió - es como si hubiese gastado todas sus energías de golpe o como si le hubiesen robado el aura.
- A Heero le daña estar en la oscuridad sin Dúo - le dijo Quatre al oído - recuerda que él es de la luz..
- Bien, debemos sacarlo de aquí - le dijo al enfermero - creo que a la luz del sol se sentirá mejor - ordenó y lo sacaron en una camilla.
- "Pequeño" - llamó a Quatre el anciano fantasma - "quiero decirte algo, ese muchacho tiene un hijo que es un ángel como él ¿verdad? Cada ángel bueno tiene una contraparte y cuando él lo abandonó se volvió loco de desesperación y se volvió maligno y juró venganza sobre el causante de su partida".
- Y eso ¿qué quiere decir?
- "Deben averiguar la causa de su muerte y que ahora sea humano".
- Gracias, les diré - le dijo saliendo en pos de sus amigos.

Dúo sintió la presión en su pecho aún antes que el teléfono sonara, algo le había pasado a su amor, algo malo. Levantó el auricular y escuchó la voz de Quatre informándole que Heero estaba hospitalizado con una baja rotunda de presión y que corría peligro de muerte.
- ¡No! - gimió dejando caer el auricular para ir por su chaqueta.
- ¿Dúo? - le dijo Quatre preocupado - ¿sigues allí?
- ¿Pasa algo malo? - dijo Trowa tomando el aparato del suelo.
- ¿Puedes traer a Dúo al hospital de la policía? No creo que atine a nada porque le dije que Heero está mal, creo que le hizo mal estar entre las sombras hace un rato - le explicó preocupado.
- Claro, me ocuparé de él - le colgó y fue por Dúo al que Wufei había frenado en su salida mientras este luchaba por liberarse e ir por Heero.
- ¡Déjame ir, Heero está mal! - le decía angustiado.
- Cálmate, Dúo - le dijo Trowa - yo te llevo al hospital - miró al chino y este lo soltó - ¿te puedes hacer cargo de Tony, Wufei?
- Claro que sí - dijo preocupado - pero ¿qué le pasó a Yuy?
- No lo sé, pero te llamaré tan pronto sepamos algo - dijo sacando las llaves de su auto - vamos, Dúo, tranquilízate, así no le harás ningún bien a Heero.
- Lo sé, es sólo que siento una terrible opresión en el pecho y tengo miedo.
- Sé que estás preocupado - le dijo saliendo de la casa - pero ya vas a estar a su lado para que se recupere - lo hizo subirse al auto y partieron rumbo al hospital dejando a un preocupado Wufei con un inquieto Tony que no entendía el miedo que había visto reflejado en los ojos de su trenzado padre.

En el hospital el médico dejó pasar sólo a Dúo hasta la cabecera de su compañero al que le acarició con ternura la frente, no le gustaba ver a su amor así, pero no había algo que el pudiera hacer para ayudarlo habiendo tanta gente presente. Estaba pensando en cómo conseguir quedarse a solas cuando una alarma sonó y se quedaron solos, Dúo se acercó a él y le dio con cuidado un beso en la mejilla y tomó su mano apoyándola bajo su camisa sobre su corazón antes de entregarle un poco de su propia energía vital. Casi de inmediato Heero abrió los ojos.
- Un ángel de la guarda se ha convertido en un ángel de la muerte - le dijo en un susurro cansado - un compañero que se siente abandonado.
- ¿Qué te pasó? - le preguntó acariciando sus dedos sin retirarlos de su pecho.
- Intentó atacar a Quatre - respondió - usé mis fuerzas para repelerlo, pero era un ángel del tipo tuyo y me robó las energías, es alguien a quien nosotros tenemos a quien busca.
- ¿Qué quieres decir con eso? - lo miró intrigado, pero Heero había cerrado los ojos - amor mío - insistió pero ya no pudo seguir intentando darle más energía a Heero puesto que algunos enfermeros entraron y le dijeron que debía salir.
Dúo se reunió con sus amigos en la sala de espera intrigado de lo que Heero le había hablado y se sentó con ellos en silencio meditando sus palabras: Un ángel abandonado y alguien a quien ellos protegían.
- Dúo, el fantasma de la casa en la que estábamos me dijo algo - le dijo Quatre sentándose a su lado - sobre Antoine, que su contraparte se volvió loco con su abandono y en su desesperación tratará de hacerle daño al o los causantes de su muerte.
- Entonces, debe ser el mismo que atacó a Heero - le dijo en un susurro - quería matarte a ti y Heero y te protegió con sus alas, pero como era un ángel desesperado no pudo hacer mucho y por ello quedó agotado.
- ¿Hay algo que podamos hacer por él? - les dijo Trowa preocupado también.
- Debemos averiguar por qué Tony quiso dejar de ser un ángel - le dijo Quatre.
- Y protegerte a ti - dijo el latino - porque si te atacó en presencia de un ángel, lo volverá a intentar de nuevo.
- Pero ¿por qué atacar a Quatre? - le dijo Dúo - no tiene sentido.
- ¿Ustedes acompañan al señor Yuy? - les dijo un médico interrumpiéndolos.
- Soy su pareja y ellos son nuestros amigos - dijo Dúo mirando al galeno - Heero...
- …l está bien, está fuera de todo peligro, milagrosamente, así que en un rato más lo podremos dar de alta con la condición que lo hagan descansar por las próximas 48 horas para que se recupere por completo.
- Gracias, doctor - suspiró Dúo tranquilo en ese aspecto.

Eran las seis de la tarde cuando llegaron los cuatro a la casa y Wufei estaba con Traize sentado leyéndole un cuento a Antoine que se veía bastante inquieto, pese a que sus tíos hacían su mejor esfuerzo para tranquilizarlo.
- Hola, Tony - le dijo Heero tendiéndole los brazos agachado a su altura y el pequeño corrió hacia ellos y lo abrazó con fuerza - yo también te extrañé - le dijo divertido poniéndose de pie con él y vio asombrado que el pequeño extendía sus pequeñas alas blancas en torno a ambos y que una potente luz los rodeó y se sintió mucho mejor - gracias, mi pequeño - le dio un beso en la mejilla y lo bajó.
- Papá Dúo - le dijo al trenzado y este le sonrió.
- Yo estoy bien - lo levantó por los aires - ambos estamos bien - miró al jefe de policía y le sonrió divertido - le viniste a hacer compañía a tu novio ¿verdad?
- Tengo pocas ocasiones de estar a solas con él - se encogió de hombros.
- Tengo hambre - le dijo Heero - según yo sé, en la mañana preparabas un pastel de chocolate antes que fuéramos a ver el caso de la ancianita perdida.
- Sí, lo preparé para la hora del té.
- Lo siento - dijo Wufei ruborizado - nos lo comimos.
- ¿Cómo dices? - chilló Dúo escandalizado - era un enorme pastel.
- Es que Tony no dejaba de gritar y lo único que lo tranquilizaba era eso - se disculpó - y entre bocado y bocado ni supimos como terminamos con él.
- No importa, Dúo - le dijo Heero - será en otra ocasión - lo abrazó con ternura.
- Pero no se los habrán comido los dos ¿verdad?
- No sabía que hubiese otro - le dijo Wufei preocupado.
- Genial - se soltó y se fue a la cocina - ¡Chang! - gritó furioso.
- ¿Qué pasa? - dijo Heero entrando en la cocina preocupado por su grito junto con los demás.
- ¿Qué pasó aquí? - dijo Traize asombrado - nosotros dejamos limpio, lo juro.
- Esto no es acto humano - dijo Quatre asustado echándose en los brazos de su novio - se siente una esencia maligna.
- "Un ángel que ha perdido su otra mitad" - le dijo el fantasma del artista japonés - "busca desesperadamente a su otra mitad".
- Pero Tony es muy pequeño - dijo Dúo preocupado.
- Está desesperado, no va a razonar - le dijo Heero mirando las marcas en las paredes - está demasiado loco para escuchar a cualquiera ¿ves?
- ¿Qué dice allí? - le dijo Wufei sospechando que se trataba de palabras escritas en otro idioma desconocido para ellos.
- "Devuélvanme a quién es mi vida - leyó Heero - o perderán uno a uno las suyas"
- Un ángel no puede mancharse las manos con sangre - le dijo Dúo preocupado.
- Sus ataques no son de ese tipo, arrancará el alma de aquellos que cree son un estorbo para que se encuentre con su amado - le mostró otra parte - "comenzaré por el que lo hizo rendirse a la muerte" - leyó - me temo que se refiere a Quatre.
- ¿A mí? ¿por qué, si yo no he hecho nada? - le dijo intrigado.
- No lo sé, ni siquiera sé quién era su custodiado cuando hizo aquello, nada se nos dijo y pensamos que era lo mejor así.
- ¿Y no hay manera de averiguarlo? - le dijo Trowa mirando a su novio angustiado y receloso.
- Ninguno de nosotros puede regresar al lugar del origen, tenemos todos nuestros poderes de ángeles, pero seguimos siendo humanos.
- Debe de haber alguna manera de averiguar algo - dijo Wufei.
- Existe una manera - le dijo Dúo - pero debemos atrapar primero a aquel ángel.
- Es demasiado astuto para atraparlo - le dijo Heero mostrando otro escrito - "la luz se apagará a como dé lugar"
- Se refiere a ti ¿verdad? - dijo Dúo - pero yo te puedo proteger.
- Hace referencia a ti también: "cuando su sombra se haya ido".
- Pero se supone que era un ángel de la guarda, no puede ser tan malo - dijo Quatre preocupado - por muy desesperado que él esté ¿verdad? Ustedes están juntos porque se aman
- Existe una diferencia, Quatre - le dijo Dúo - nosotros somos humanos por decisión divina, lo que significa que fue un premio para nosotros, ninguno de los dos buscó la muerte, simplemente queríamos estar juntos, pero el ángel de luz se suicidó al no ser capaz de llenar de felicidad al humano que custodiaba y se le dio una oportunidad como humano para que nos hiciera felices a nosotros.
- Es cierto, ya nos habían contado esa parte, pero ¿y el resto de la historia? - le dijo Trowa - sea lo que sea, debe estar relacionado con Quatre o no quería acabar con él y con el resto de nosotros.
- Si pudiéramos llamar a uno de los jefes - dijo Dúo.
- O saber quién era su custodiado - dijo Heero pensativo paseándose por los escritos que comenzaban a desaparecer - es casi como si quisiera que lo liberáramos, porque no atacó a Tony, simplemente causó desastres a su alrededor.
- ¿Y Tony no tiene un ángel de la guarda? - le dijo Wufei - él debe saber algo ¿no creen? Después de todo tiene que conocer a su custodiado.
- Tienes razón - le dijo Heero - sólo tenemos que esperan un poco más para hacerlo aparecer, sin embargo, sólo Quatre, Dúo y yo podremos verlo, y tenemos que tener aquí a Tony o no podremos llamarlo.
- Pero tendremos una respuesta - le dijo Trowa abrazando al rubio con ternura.

Era casi media noche y los siete estaban sentados en le salón con el niño dormido en el regazo de Quatre para protegerlos a ambos. Alrededor de ellos se sentía una atmósfera pesada, densa, que los mantenía nerviosos y con los pelos de punta del puro susto.
- Ángel guardián de mi hijo - dijo Heero concentrando su energía angelical y extendiendo sus blancas alas - te imploro que te presentes con nosotros para solucionar el problema que involucra a tu protegido.
- Ángel guardián de mi hijo - dijo Dúo concentrándose también y extendiendo sus alas negras - también te imploro que vengas para salvar a un compañero que está por caer en las garras de las tinieblas.
- Ok, me aparezco - les dijo el ángel apareciendo frente a ellos con un traje bicolor - me llamaron y aquí estoy ¿qué quieren de mí?
- ¿Qué clase de ángel es este? - dijo Quatre asombrado por su apariencia.
- Uno moderno, supongo - dijo Heero.
- Ja, no muchos ángeles de la guarda tiene la suerte de tener una contraparte para el trabajo nocturno - le explicó - yo no lo tengo.
- Bueno, nosotros queremos saber acerca de la vida como ángel de Tony - le dijo Dúo - el que fuera su compañero amenaza con acabar con nosotros.
- A ver - dijo pensativo paseándose por la sala - él es hermano de Heero, eso lo sabes, así que su compañero es hermano tuyo - le dijo a Dúo - y ambos custodiaban a un rico hombre árabe que tenía muchos hijos pero sólo un hijo varón, el hombre soñaba con llenarse de nietos por parte de su hijo, pero este se fue a otro país y le escribió diciendo que tenía novio. El hombre se puso como loco y lo amenazó que regresara a casa, pero su hijo no regresó, es más, le mandó una foto de su novio y él se suicidó de la vergüenza de tener un hijo gay.
- Pero eso no explica qué tiene que ver Quatre - dijo Dúo.
- Sí lo hace - dijo Heero - recuerda, Quatre es árabe, es el único varón de todos los hijos de su padre, se vino a vivir aquí y, según yo recuerdo, le mandó una foto mía a su padre diciéndole que ese era su novio y que vivíamos juntos ¿verdad?
- Bueno, mi padre me quería casar a la fuerza con una chica a la que nunca quise.
- Desgraciadamente, Yoji, que así se llamaba, se sintió mal porque él vio la imagen y supo de inmediato que se trataba de su hermano y que él jamás amaría al hijo de su custodiado, porque su corazón tenía un dueño, pero tampoco se lo pudo hacer saber, el hombre era muy extraño y luego de morir el pobr4e se sintió culpable porque se suicidó en sus horas de vigilancia.
- Mis hermanas me escribieron diciéndome que papá se había suicidado, pero nunca que yo fuera culpable - dijo Quatre - siempre me decía "Y yo que quería un varón y me saliste mariquita", por eso me vine a vivir a estas tierras con mi abuela materna, no lo soportaba.
- Así que es ese el motivo de la venganza - dijo Heero pensativo - pero no es culpa de Quatre ser como es, su padre quería por fuerzas obligarlo a algo que no era para él, pero debió aceptar la decisión de Quatre, por último desconocerlo, pero no creo que el suicidio fuera del tipo de él ¿no habría otro motivo?
- Mi padre siempre se avergonzó de mí - dijo Quatre - pero era un hombre orgulloso, nunca habría esperado semejante actitud de él, era tan fuerte, seguro de si mismo, capaz de transformar las situaciones más difíciles en su favor, así que es posible que Heero tenga razón.
- Bueno, yo no tengo información de primera mano, es sólo lo que me dijo su compañero cuando lo encontró muerto y su alma iba ser convertida en un humano - se encogió de hombros - no se le discute a Dios ¿sabes?
- Pero los separaron, si se amaban tanto ¿no debieron transformarlo y darle una oportunidad a él también? - le preguntó Dúo.
- No se la pudieron dar porque él se fue - le dijo Heero - sabes bien que nosotros, cuando nos volvimos humanos, encarnamos en lugares y épocas muy lejanas, así que de seguro temió perderlo al perder su identidad.
- ¿Qué vamos a hacer con él? - dijo Quatre mirando al pequeño que dormía.
- Bueno, yo me desaparezco, el estar en este estado agota mis energías y yo no tengo quien me reemplace luego- se despidió y desapareció.
- ¿Es algo grave? - dijo Trowa sentándose junto a Quatre dado que tanto él como los otros que no podían ver al ángel se mantenían a cierta distancia.
- Bastante - admitió Heero sentándose con Dúo en su regazo - ellos eran los ángeles guardianes del padre de Quatre, o al menos eso creemos.
- Y por eso quiere vengarse de él ¿verdad? - dijo Traize sentándose con Wufei en su regazo - pero debe haber algo más,
- ¿Sabes? Tienes razón - le dijo Quatre apoyando la cabeza en el hombro de Trowa - siempre he pensado que Trowa se acerca más a lo que mi padre esperaba de mí que yo, en muchos sentidos se parece a él, en lo decidido, en lo astuto, en lo seguro de si mismo, en su manera de transformar lo adverso en positivo, en su mesura, en fin, tal vez por eso lo quiero tanto, pero nunca he creído a Trowa capaz de llegar a la muerte por ningún motivo.
- Gracias - lo abrazó este - no se me ocurre algún motivo para rebatirte.
- Entonces, para solucionar todo esto, tendremos que averiguar qué pasó con el padre de Quatre allá en Arabia - dijo Wufei al fin.
- Mis hermanas me mandaron sus cosas, aún las tengo guardadas - dijo Quatre pensativo - tal ves haya algo en su diario.
- Dejaremos eso para mañana, ahora tú y Trowa se llevarán a dormir con ustedes a Tony para que no corran peligro, ya mañana veremos que pasa - y los demás asintieron para luego irse todos a dormir. Tomó a Dúo de la mano y lo llevó a la biblioteca para mostrarle algo, sabía que pasara lo que pasara, averiguaran lo que averiguaran, su presente sería alterado de todas maneras.
- ¿Qué sucede, Heero? - le dijo sentándose junto a él bajo el cuadro en el que aparecían como ángeles de la guarda.
- Es casi lo que nos pasó a nosotros, tenemos que obligar a ese ángel de la noche a reaccionar, después de todo, si conseguimos que sea un humano normal como Tony volverá a verlo y quizás ambos sean pareja.
- Pero tendrían que ser criados en familias diferentes.
- ¿Y qué? Tenemos otras dos parejas que lo pueden tomar como su hijo - lo abrazó - mira, el problema principal es que él se materialice frente a nosotros sin atacar a Quatre o a alguien más.
- ¿Qué pretendes hacer? De seguro el conocerá tu plan tan pronto salga de tus labios - le dijo acurrucándose en su pecho.
- No necesariamente, Dúo - le sonrió - él es un ángel de la guarda en la noche y su principal misión es prevenir ataques de demonios nocturnos.
- Sí, pero el tipo está loco y lo sabes - le recordó.
- Pues no creo que tanto, esa fue mi principal intención al hacer que el guardián de Tony se presentara y hacer que fueran Quatre y Trowa los que lo cuidaran esta noche por nosotros.
- No te entiendo - lo miró.
- Es simple, mi querido Dúo - le acarició la mejilla, él ya sabe que tiene un solo ángel de la guarda, un ángel de aspecto alocado, si lo miras bien, entonces para él cabría la posibilidad que lo descuidara y que la muerte no fuera espantada alguna noche y se lo quitara para siempre.
- ¿Quitárselo para siempre? ¿cómo es eso?
- Recuerda lo que nos dijeron antes de convertirnos en humanos, al ser de este modo nuestras almas son inmortales y pasan a ser de Dios, por lo tanto, ya no tenemos un cuerpo definido, somos libres de todo y vamos directo a uno de los paraísos si nos hemos portado bien, o al purgatorio, si nos hemos portado mal.
- Entonces, Tony podría irse y no lo veríamos hasta que Dios nos llamara a su presencia ¿verdad?
- Pero él no podría ir allí, es un lugar destinado sólo a los humanos.
- Entonces, ¿cuál es tu plan en definitiva?
- Muy simple, vida mía, hacerlo comprender que lo mejor para él es regresar a este mundo como humano para hacer feliz a quien es el hijo de su custodiado.
- Y así tendremos en la familia a dos ángeles más ¿verdad? - sonrió - pero cómo.
- Según la información que encontremos con Quatre de las cosas de su padre podré trazar un plan mejor y más detallado y quizás podamos convencerlo que él no tuvo la culpa, que ninguno tuvo la culpa de la muerte del padre de Quatre.
- Estás muy hablador esta noche, Heero.
- Si, creo que me estoy contagiando demasiado contigo ¿nos vamos a dormir?
- Yo ya lo hice - le respondió Dúo y Heero tuvo que cargarlo así dormido a su habitación.

Quatre estaba sentado en el suelo con un montón de cosas que fueron de su padre junto con un curioso Tony que no dejaba de mover las cosas arrojándolas para todas partes sacando de paciencia al calmado Quatre que trataba de ordenarlo todo sin encontrar lo que buscaba en ninguna parte.
- Tony - se quejó por enésima vez atrapando en el aire un montón de papeles - ¿Qué es esto? - dijo intrigado sentándose con el niño sobre su pierna - vaya, pequeño, eres un genio - lo besó en la mejilla - ¡Heero, mira lo que encontró Tony! - los llamó a gritos.
- ¿Qué encontró? - le dijo Trowa sentándose a su lado viendo como Tony lanzaba los papeles por todos lados - calma, pequeño - le dijo tomando otros.
- ¿Qué pasa? - le dijo Dúo entrando con Heero y comenzando a recoger los papeles que su hijo lanzaba para todos lados - quédate quieto ¿quieres?
- Déjalo, Dúo, me está ayudando a buscar - sonrió el rubio abrazando al pequeño - Y Wufei ¿dónde está?
- Salió con Traize, andan tras una pista especial - el trenzado se encogió de hombros - no sé gran cosa.
- Bueno, no importa - le dijo - lo que encontré es la prueba que papá no se suicidó, al contrario, creo que nos da una señal de quien pudo haber planeado su muerte de manera tal que pareciera un suicidio que me señalara a mí como culpable para que no fuera su heredero universal.
- ¿Cómo dices? - dijo Dúo sentándose a su lado mirando los documentos.
- Mi padre había descubierto en uno de sus tantos dominios una enorme mina de diamantes, y si había algo que le gustaba a mi padre eran los negocios - le mostró - miren, incluso están los planos de una de las galerías, al parecer eran diamantes casi perfectos, no sería necesario demasiado trabajo para convertirlos en joyas de valor incalculable, pero lo que más indica que no fue decisión suya su muerte es esto - le entregó una carta a Heero - léela, por favor.
"Mi querido Quatre:
Sé que has hecho tu vida muy lejos de tu antiguo hogar y sé que en gran parte es mi culpa por no querer aceptarte como eres, sin embargo, me haces falta y deseo que regreses aquí, hace falta la mano del hijo varón, del príncipe Quatre".
- ¿Eres un príncipe? - interrumpió Dúo asombrado.
- Silencio - lo cortó Heero y siguió leyendo.
"Te mando los planos de la nueva mina que hemos descubierto, creo que se guarda un enorme tesoro allí, sin embargo, no soy capaz de abarcarlo todo solo, y por lo mismo requiero tu ayuda. Ya sé que tienes pareja, por ahora lo pasaré por alto, quizás luego de conocerlo entienda que clase de locura tienes o por qué te ha conquistado, de seguro debe ser un joven muy centrado si estás dispuesto a todo por él".
- Debería enojarme - volvió a interrumpir el trenzado.
- Dúo, cállate - le dijo Heero antes de continuar.
"Pero hay un pequeño problema, sospecho que el pretendiente de una de tus hermanas está planeando algo malo, Rasid me ha dicho que mantenga los ojos muy abiertos ya que él quiere quedarse con la fortuna de los Winner al casarse con ella, sin embargo, ya todo está a buen recaudo, si llegara a pasarme algo, todo pasará automáticamente a tu poder como debe ser en un buen árabe.
Espero que vengas a visitarme pronto y que traigas a tu novio para conocerlo, quizás él resulte mejor hijo que tú (Es broma, siempre he estado muy orgulloso de ti por soportarlo todo y seguir siendo tú mismo)
Tu padre que te quiere".
- ¿Vez lo que te digo? - dijo Quatre con los ojos llorosos - asesinaron a mi padre, estoy seguro, y jamás me hicieron llegar esta carta porque no sabían de su existencia porque estaba en la caja fuerte de papá y yo era el único con la combinación - se apoyó en el hombro de Trowa - pero no sabemos quién fue.
- ¿Sabes si alguna de tus hermanas se casó poco después de la muerte de tu padre? - le dijo Heero abrazando a Dúo.
- Si, Jazmín, una de las mayores, se casó con un árabe llamado Agmed Musale o algo parecido - lo miró - crees que él...
- Bueno, cuando Wufei y Traize regresen sabremos si nuestras sospechas son ciertas, ya que me parece que debe estar intentando tomar todo aquello que es tuyo sin que te des cuenta dado que deberías culparte por la muerte de tu padre.
- Quizás sea mucho más fácil, Heero - le dijo Trowa - investiguemos a través de Internet, si ellos se están metiendo con mi amor, han encontrado a su defensor.
- Suena peligroso - dijo Dúo fingiendo estremecerse.
Trtowa ignoró al trenzado y encendió la computadora, al poco rato encontró lo que buscaba sin mayores problemas.
- Si, él ha entablado un juicio contra el testamento del padre de Quatre para anularlo diciendo que un hombre que tuvo la locura de quitarse la vida no estaba en su sano juicio a la hora de heredar sus posesiones - dijo Trowa - y hay más, intentan usar la homosexualidad de Quatre como excusa para desheredarlo.
- El tipo es ambicioso.
- ¡Ya llegamos! - dijo Wufei entrando en la casa - vaya ¿Y este desorden? - los miró y luego al niño que seguía lanzando los papeles - no me digan, Tony está en su hora Maxwell.
- ¿Quién es tu invitado? - le dijo Dúo ignorando sus palabras.
- ¡Rasid! - saltó Quatre al reconocer al hombre barbado - tanto tiempo sin verte, bienvenido a mi hogar - le sonrió - perdona el desorden, Tony me estaba ayudando a buscar algunas cosas de mi padre - le sonrió.
- Y eso que me prometió no coquetear nunca más - dijo Trowa en voz baja.
- Y ellos son mis amigos, Dúo, su pareja Heero y el hijo de ambos, Antoine Yuy Maxwell, y mi novio, Trowa Barton - se abrazó a él - Rasid era mi guardaespaldas cuando era niño, me conoce desde que nací.
- Más que guardaespaldas era su niñera, joven Quatre - le recordó.
- Bueno, sí - sonrió ruborizándose - ¿a qué has venido?
- Mire, amo Quatre, su querido cuñado ha despedido a todos aquellos que le éramos fieles a su señor padre, es un tipo muy ambicioso, tal como se lo advertí a su padre, pero su hermana estaba tan enamorada de él, que para evitar que ella se fuera como lo hizo usted, le permitió entrar en la familia. Sin embargo, él no sabía de la existencia de un hijo varón, como nunca le conoció, pensó que se convertiría de inmediato en dueño de todo por ser el esposo de la hermana mayor - suspiró - estoy seguro que él mató a su padre y lo hizo parecer como suicidio y ahora lo persigue a usted, el juicio lo ha perdido pese a que trató de humillarlo dado que todas sus hermanas, incluida su esposa, lo defendieron y lo echaron de las instalaciones y de toda propiedad Winner.
- Razones de más para protegerlo - dijo Trowa - ante todo, alguna vez fui soldado reservista, y si tengo que desempolvar mi arma por Quatre, lo haré.
- Que lindo eres - le dijo Quatre sonriendo - gracias, mi amor.
- Mm, eso no evita el otro peligro - dijo Dúo pensativo mirando a Heero - ¿es posible que él lo haya escuchado todo?
- Wufei, ¿podrían tú y Traize acomodar a nuestro invitado en alguna habitación? - le dijo Heero - Trowa, acompáñalos.
- Claro - aceptó éste soltando a Quatre que miró intrigado a Heero.
- Necesito ver si él ha comprendido lo que pasó.
- Pero Tony está despierto - dijo Dúo.
- Por lo mismo, vengan - los llevó a la biblioteca - aquí hay mejores energías para lo que quiero - se concentró y extendió sus alas. Dúo sonrió al comprender y lo imitó extendiendo las suyas - Muy bien, Tony, veamos si tu compañero quiere aparecerse frente a nosotros.
- ¿Por qué debería hacerlo? Ustedes me lo han quitado - les dijo sin aparecerse.
- Anda, no seas infantil - le dijo Dúo - sé que estás dolido por perder a tu camarada, pero no por eso debes desquitarte de los demás.
- Claro, tú recuperaste al tuyo - replicó - no sabes lo que sufro.
- Me tomó estar encerrado 50 años en un limbo en el que no era ni vivo ni muerto el volver a estar con él, así que no me hables de sufrimiento - replicó molesto - y si nosotros aún conservamos algo de ángel es por culpa de ustedes.
- Si ese muchacho tonto hubiese regresado a su hogar...
- Yo no sabía que iban a matar a mi padre - replicó Quatre - y pese a todo lo duro que siempre fue conmigo, tú debes saber de sobra como me trataba, yo lo quería mucho, lo admiraba - le reclamó - no debió morir.
- Quatre - se acercó Heero - no fue tu culpa que él no pudiera entenderte, la sociedad de tu país está centrada en la masculinidad de sus miembros, lo sabes.
- Además - dijo Dúo - si tu compañero murió no fue porque sí, yo creo que lo hizo para poder acompañar a su custodiado al otro lado y liberarlo del infierno.
- ¡…l quería morir porque se descuidó!
- Sabes bien que los ángeles de la guarda de la luz tenemos poderes limitados y que sólo en casos excepcionales podemos manifestarlos - le dijo Heero - y sólo cuando hay un demonio presente estamos autorizados a hacer uso de ellos.
- …l no quería que nos dieran un nuevo custodiado, decía que no era merecedor de ser un ángel de la guarda - dijo apareciéndose al fin - repetía que por su culpa él había muerto, que no pudo aconsejarlo bien sobre su hijo.
- No era su culpa - le dijo Heero acercándose a él - ni tampoco la tuya, por eso se le dio una nueva oportunidad, tú debes tomarla y tratar de ser feliz.
- Tú no entiendes, si yo me voy, nos separarán.
- Pero volverán a juntarse, como nosotros - le mostró el cuadro y luego a Dúo - además podría ser que te dejen con nosotros, tal como le pasó a Tony - lo abrazó - eres un ángel hermoso y te pareces bastante a mi Dúo, tal vez allá arriba lo consideren y te regresen aquí.
- Heero, no coquetees con él - le advirtió Dúo.
- No te enfades amor - le sonrió volteándose hacia él.
En eso el ruido de una bala se escuchó y luego el sonar de un vidrio rompiéndose y un grito de dolor, volaron muchas plumas negras por el aire y el ángel de la guarda desapareció cayendo Quatre y Tony al suelo protegidos por Heero y Dúo en una barrera síquica.
Al instante casi los demás hombres se aparecieron por allí, Traize de inmediato llamó a la policía para que enviaran gente a reforzar la zona, para él estaba claro que habían atentado contra el árabe y sospechaba que se trataba de algún asesino pagado por el cuñado.
- ¿Estás bien, amor mío? - le decía Trowa angustiado abrazándolo con fuerza.
- Lo vas a asfixiar - le dijo Wufei divertido - el pobre no tiene nada, sólo el susto.
- ¿Qué pasaría con mi hermano?
- Protegió a Tony y a Quatre con su vida - le dijo Heero - recapacitó y se fue a la luz - abrazó a Dúo - espero que lo manden con nosotros.
- Ordené que controlaran el perímetro - les dijo Traize - sea quien sea el que disparó, le daremos caza pronto, pierdan cuidado.
- Oye, Traize, ¿estarías dispuesto a cuidar a mi hermanito como si fuera tu hijo?
- Ni lo sueñes - lo interrumpió Wufei - si es tu hermano de seguro se ha de parecer mucho a ti, a duras penas le tengo paciencia a Tony... Además, a la larga sería tu consuegro y eso si que no lo voy a tolerar.
- Lo siento - dijo Traize - él es quien se queda en casa, por eso decide.
- ¿Y ustedes? - miró a Trowa esperanzado - es para que crezcan juntos, pero no como si fueran hermanos - explicó.
- …l salvó la vida de Quatre, no me opongo si él así lo quiere - le sonrió.
- Bien, si se da el caso, ustedes serán padres ¿qué nombre le pondrán? - le dijo Dúo - debe ser uno bonito, es un chico guapo como yo, los mismo ojos, el mismo cabello, la misma cara.
- No los desanimes, Maxwell - le dijo Wufei burlón.
- ¡WUFEI! - le gritó molesto.

Dos días más tarde la policía había acorralado al franco tirador, era un joven árabe que había entrado de ilegal al país y que tenía órdenes expresas de acabar con el legítimo heredero de las industrias Winner por lo cual se le pagaría una exorbitante suma de dinero. Claro que el muchacho, al verse acorralado empezó a hablar y dio los nombres de sus jefes. Claro está que se trataba de algo mucho más grande de lo que había pensado Traize, jamás se hubiese imaginado que el cuñado de Quatre era ni más ni menos que uno de los líderes terroristas más buscados del Islam, tanto así que cuando la INTERPOL se enteró, movieron cielo y tierra para darle caza.
- Mi hermana siempre dijo que se casaría con alguien famoso - dijo Quatre acomodado en el regazo de Trowa - pero jamás pensé que llegara a tanto.
- Ni creo que ella se haya imaginado que sería de esa manera - le dijo Dúo divertido.
- Espero que estén preparados para la llegada de mis hermanas - sonrió Quatre - miren que vienen todas y son muy curiosas.
- Me pregunto que habrá sido de mi hermano - dijo Dúo mirando la ventana donde estaba Heero de pie - a nosotros nos lo entregaron en una noche muy romántica y perfecta, me gustaría que volviera a repetirse - suspiró.
- Bueno, por ahora no se puede - le dijo Heero - pero podemos cenar esta noche a la luz de las estrellas en el invernadero ¿no creen?
- ¿Y quién se hará cargo de Tony? - le dijo preocupado - no podemos dejarlo solo aquí en la casa, ese niño es un peligro público.
- Rasid puede hacerlo - le dijo Quatre - tiene práctica con los niños traviesos.
- ¿Tú eras travieso cuando pequeño? - intervino Trowa divertido.
- Por supuesto que no, pero Rasid tuvo muchos hijos - le informó.
- Si este es el hermano de Heero, no quiero saber cómo será el hermano de Dúo.
- Todo lo contrario, recuerda que ellos se complementan - le dijo Heero yendo a sentarse con el trenzado - si yo soy la parte practica de esta pareja, de seguro en la otra será el hermano de Dúo, así debe ser.
- Y yo espero que no te equivoques o vamos a tener que comprarnos una fábrica de aspirinas - dijo Trowa.

La noche era calmada, tanto así que el cielo estaba bien despejado y las estrellas se veían más nítidas que nunca. El viento no soplaba y había cierta calidez en la luz de las velas que acompañaban a ambas parejas vestidas con sus mejores galas. Un delicado florero con preciosas y aromáticas rosas adornaba el centro de la mesa que tenía un fino mantel de lino rojo y delicado encaje blanco, sobre éste estaba la más fina loza de Fabrés y delicadas copas de cristal.
- ¡Está bellísimo! - dijeron Quatre y Dúo al mismo tiempo.
- Nos da mucho gusto - dijo Trowa sonriendo - es para ustedes, asiento- le separó la silla al rubio mientras Heero hacía lo mismo para el trenzado - aunque la cena no la preparamos nosotros, no queríamos envenenarlos.
- Supongo que eso se los podemos perdonar - sonrió Dúo mirando a Heero que se sentó a su lado - no podían ser perfectos ¿verdad, Quatre?
- Ni se las vamos a exigir - sonrió el también - ¿qué nos darán?
- Tiene un nombre impronunciable - dijo Heero sirviendo el vino - pero si sé que está exquisito, casi tanto como mi Dúo - le entregó su copa.
- Gracias - dijo este ruborizado.
- ¿Por el vino o por el piropo?
- Las dos cosas, supongo.
- Me gustaría que la noche fuera perfecta - dijo Trowa sirviendo los platos a cada uno de los comensales - así que luego pondremos un poco de música para bailar, un par de temas lentos que enciendan la sangre y a la cama.
- ¿Para qué quieres que enciendan la sangre si nos vas a echar a dormir? - dijo Dúo preocupado.
- Tonto - le dijo Heero - en la cama no sólo dormimos ¿verdad? - y tanto él como Quatre se sonrojaron violentamente.
- Bueno, no se me había ocurrido es posibilidad - dijo apoyando la cabeza en el hombro de Heero sonriendo - te amo ¿sabías?
- Lo sé, pero es bueno que me lo repitas - lo besó.
- Ejém - dijo una voz detrás de ellos y los cuatro se voltearon a ver a quien carraspeaba - ¿quiénes son Trowa Barton y Quatre Raberba Winner? - exigió saber y Heero le vio el aura blanca de un ángel mensajero, pero no dijo nada.
- Nosotros ¿por qué? - le dijo el latino mirándolo intrigado.
- Aquí les traigo su encargo, no hace mucho que nació, pero se me pidió que se los entregara y les dijera que deben cuidarlo mucho - se lo entregó a Quatre que se acercó al pequeño y lo tomó con ternura entre sus brazos - cuídenlo bien, es el cuarto ángel de la familia.
- ¿A qué se refiere con eso...? - intentó decir Trowa, pero ya se había ido.
- Es mi hermanito ¿verdad, Heero? - dijo Dúo
- Creo que si - dijo obligándolo a regresar a su lado - el hombre también era un ángel ¿no viste su aura?
- Yo estaba más concentrado el lo que traía en sus brazos - miró a Quatre que se sentó junto a Trowa - ¿cómo le pondrán?
- Bueno, yo le puse nombre al chico de ustedes, así que es su turno.
- Bueno, como uno de sus papás es árabe y el otro italiano, debería llevar un nombre acorde a ambos, no sé ¿qué opinas, Heero?
- Se llamará Aoshi Barton Winner.
- Ese es un nombre japonés - le reclamó.
- ¿Y? Cuando Quatre bautizó a Tony no le puso ni un nombre americano ni uno japonés, sino uno francés porque le gustó el nombre.
- Pero es que el nombre no pega con los apellidos - insistió.
- ¿Y qué nombre se te ocurre a ti?
- Yo le pondría... déjame ver... Henry Barton Winner.
- Suena peor que el mío - dijo Heero - mejor Steven Barton Winner, ese pega más - sonrió - además, ese era el nombre de tu padre ¿verdad?
- Si, es casi como darle las gracias por haberme traído aquí.
- ¿Qué opinan Ustedes? Heero miró a la pareja que disfrutaba de su hijo.
- Que está bien, se llamará Stephen Winner Barton.
- Barton Winner - lo corrigió Trowa.
- Pero tú siempre estás arriba - se quejó.
- Y ahora me vas a decir que no te gusta estar abajo - le dijo él.
- No es que me queje, precisamente - le dijo ruborizado.
- Entonces se queda así. Stephen Barton Winner.
- Qué cabezota - murmuró y fue abrazado con bebé y todo contra el pecho de su novio - está bien, como quieras.
- Ahora falta que Wufei quiera hacerse de familia - se rió Dúo abrazando de nueva cuenta a su Heero.
Y contentos siguieron cenando a la luz de las velas y fueron felices viendo a sus hijos crecer y amarse, pero eso ya es harina de otro costal.
Ahora si es verdad.
Fin.

Cierto que me demoré mucho en terminar esta historia, ni siquiera era así como iba a terminar, pero salió así. Espero que haya valido la pena la espera y que llene las expectativas de todos ya que perdió un poco el sentido que le pretendí dar al comienzo de la historia.
Va también para Dark que insistió en que la terminara.
Shio Chang.

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